no, a los niños no se les pide perdón cuando les gritas pq ellos sean de cristal, sino para que aprendan 1) q no se grita y 2) q cuando lo hagan ellos, deben pedir perdón. Te garantizo q si mi hijo en el cole le grita al tuyo, va a saber q tiene q disculparse luego. Malas personas por supuesto que las hay, pero a los niños no hay que educarlos poniendo el criterio en las malas personas, hay q educarlos para q ellos sean buenas personas de corazón. Hacer a un niño blandengue no tiene nada q ver con educarlo para ser amable. Y la mejor forma de que aprendan amabilidad (y cualquier cosa) es con el ejemplo, no a palos.Jajajajajaja no prima, a ver que me explique mejor. Yo he sido lo que se dice una niña problemática, y gracias a que mis padres supieron ponerme límites y dejarme las cosas claras al final terminé enderezándome y ser la persona que soy ahora. Y sí, esos cachetes y encierros me vinieron la mar de bien, y aunque no es agradable para ningún niño te hace ver que todo acto tiene su consecuencia. Y no me pegaban todos los días, que aquí parece que es todo o nada, de hecho puedo contar con los dedos de las manos las veces que me han pegado/castigado (y quizás alguna se me haya olvidado , para que veáis qué trauma tan gordo tengo).
Lo que no puede ser (en mi opinión por supuesto, cada uno con sus hijos y en su casa hace lo que considere oportuno, faltaría más) es ir corriendo a pedirle perdón al niño en cuanto le levantas un poquito la voz, porque chica, los niños no son de cristal, vamos a ver, porque le hables alguna vez de forma desagradable, le riñas o le grites no le vas a generar un trauma que le dure de por vida....
Luego cuando crezcan y en el colegio o trabajo vean que existen malas personas que no van a ir corriendo a disculparse en cuanto te ofenden lo pasarán mal.
Lo siento prima, pero los "niños problemático", son un concepto tan caduco como la educación a palos. Los niños difíciles no salen como las malas hierbas y SI suelen ser resultado de unos padres q educan de manera autoritaria y sin atender a sus necesidades emocionales. No se trata de no poner límites, se trata de hacerlo bien.