Yo tengo dos hijos de 15 y 12. El mayor siempre ha sido adolescente, desde bien pequeño: protestón, el mundo contra mí, desafiante... sin embargo también es muy organizado, sabe lo que quiere y se planifica extraordinariamente bien. Consigue lo que se propone enfrentándose de forma directa. Las normas y el dinero... pues vamos mejorando, pero a veces creo que soy demasiado consentidora porque es de pedir. Poco dinero eso sí, pero dos o tres tardes a la semana, le gusta merendar fuera, chuches....El pequeño en cambio ha sido y es muy cariñoso y complaciente. Vive en un mundo aparte, siempre está experimentando con cosas y haciendo manualidades y maquetas. Un soñador que aunque es capaz de sacar adelante sus cosas, hay que estar empujándole un poco. Él consigue hacer también lo que quiere, pero no te das ni cuenta de que te ha envuelto. Respecto al dinero, es una hormiguita y bastante agarrado. En fin, el ying y el yang. Tienen en común que ambos son capaces de sacarme de quicio y también que a
veces, no sé cómo, me hacen reír hasta las lágrimas. Aunque disfruto mucho de ellos, reconozco que para mí no es nada fácil ver cómo dejan de ser niños, pero acepto que ésto tiene que ser así
veces, no sé cómo, me hacen reír hasta las lágrimas. Aunque disfruto mucho de ellos, reconozco que para mí no es nada fácil ver cómo dejan de ser niños, pero acepto que ésto tiene que ser así