Paternidad respetuosa

Nosotros nos propusimos eso que dices, ni una voz más alta que otra y ser superrespetuosos entre nosostros, lo éramos ya de antes, conste. Pero claro, hay días... Hay veces que te cabreas (la tapa del vater subida, la cocina como Chernobyl tras cocinar un plato de pasta nada más, lo idiota de pagar un abono en el Bernabeú en época de CoVid... ) y no puedes evitar subir el tono de voz, porque tienes mal día o porque te puede el tema. Es curioso, pero llega el día en que es tu propia hija la que te hace ver lo estúpido de tu comportamiento, un día de confinamiento no recuerdo por qué chorrada empecé yo a contestar seco y Naranjo se puso ceñifruncido, nuestra hija se levantó del sofá, nos miró y nos dice, cuando se os pase el drama vuelvo. Los dos nos quedamos mudos y nos sentimos bastante gilipollers por nuestras reacciones.


Esto es fundamental también,tenéis que cuidar mucho como os tratáis tú y tu pareja.Nosotros tenemos claro que discutir delante de los niños,jamás,ni contradecirnos.Si nos piden algo lo hablamos entre nosotros y luego les comunicamos nuestra decisión.Nunca nos hemos faltado al respeto,ni antes ni después de ser padres,con lo cual,eso ya lo teníamos ganado.
 
Nosotros nos propusimos eso que dices, ni una voz más alta que otra y ser superrespetuosos entre nosostros, lo éramos ya de antes, conste. Pero claro, hay días... Hay veces que te cabreas (la tapa del vater subida, la cocina como Chernobyl tras cocinar un plato de pasta nada más, lo idiota de pagar un abono en el Bernabeú en época de CoVid... ) y no puedes evitar subir el tono de voz, porque tienes mal día o porque te puede el tema. Es curioso, pero llega el día en que es tu propia hija la que te hace ver lo estúpido de tu comportamiento, un día de confinamiento no recuerdo por qué chorrada empecé yo a contestar seco y Naranjo se puso ceñifruncido, nuestra hija se levantó del sofá, nos miró y nos dice, cuando se os pase el drama vuelvo. Los dos nos quedamos mudos y nos sentimos bastante gilipollers por nuestras reacciones.
No te he querido poner me parto porque no sabía si te podía ofender,pero es buenísima la contestación de la niña.
 
No te he querido poner me parto porque no sabía si te podía ofender,pero es buenísima la contestación de la niña.
Pon lo que quieras, mujer. La cara de memos que nos quedó debió ser de risa. Que tu hija de 6 años te haga ver que te estás comportando como una idiota...
Es que es lo que hacíamos con ella y entre nosotros. Muchas veces si está alguien cabreado se dice: Bueno, mira, ahora estás muy enfadado como para poder hablar, cuando estés un poco más calmado lo retomamos, si quieres. Ella lo ha oido y se quedaría con la copla.
 
Esto es fundamental también,tenéis que cuidar mucho como os tratáis tú y tu pareja.Nosotros tenemos claro que discutir delante de los niños,jamás,ni contradecirnos.Si nos piden algo lo hablamos entre nosotros y luego les comunicamos nuestra decisión.Nunca nos hemos faltado al respeto,ni antes ni después de ser padres,con lo cual,eso ya lo teníamos ganado.
Yo creo que en parte es sano que los hijos vean alguna discusión (cuando me refiero a discusiones, me refiero no estar de acuerdo el uno con el otro, ni gritos ni faltas de respeto) porque tienen que ver que no siempre estamos de acuerdo y que las cosas se tienen que hablar para llegar a un consenso. Obviamente nunca vamos a discutir sobre ella delante de ella o a contradecirnos en cuanto a la peque delante de ella. Eso sí, si mi marido llega a casa con naranjas en lugar de mandarinas cuando le he pedido mandarinas porque él cree que debería comprar naranjas (por poner un ejemplo), esa discusión sí que la podemos tener delante de mi hija.
 
El mío con el pan lo hace, pide trozos grandes, rechaza los pequeños...hace arcada, escupe, y a partir de ahí permite que le demos trozos más pequeños.

La primera vez tuve un microinfarto en plan ay que se ahoga! Pero no. Todo lo que no es redondo, duro, y todo lo que no se hincha al humedecerse...si se pasa con el tamaño de los trozos le dejo que se dé cuenta él solo. Con cosas como la carne no, ahí le doy trozos pequeños sí o sí.

Y si no, pues seguís dándole los trozos vosotros. Yo lo hago así porque mi niño abre la boca esperando que le demos (hoy ha cogido él solo por primera vez) y no pasa nada, comer, lo que es comer, yo creo que come igual si coge los trozos por su cuenta que si se los das tú.
La mía sólo pasó por un par de arcadas, pero fueron más traumáticas para mi que para ella. Una cosa que le chiflaba era, además de comer lo mismo que nosotros, comer el cocido en particular. Le ponías su platito con garbanzos, zanahoria, jarrete y un muslito de pollo y la tía cogía el muslo y lo comía a ñascos con aquella boca enciosa que tenía, que daba gloria verla. Los garbanzos le encantaban, y encantan. Los cogía con los deditos, los miraba toda orgullosa de su psicomotricidad fina, y se los zampaba con una sonrisa. Creo que una de las ventajas del BLW es que el niño se autogestiona y toma el control (en cierta manera) sobre su alimentación y sus tiempos. Aquí una niña a la que con dos años pinzaban la nariz para que abriera la boca y meterle la cucharada con el puré (sujetándome las manos para que no braceara), para mí eso es maltrato.
El primer verano que empezó a comer de todo con BLW cumplía los años en Agosto y aún no tenía uno cuando fuimos unos días a la casa de mis padres a la playa. Las broncas con mis padres fueron épicas. A punto estaban de ir al juzgado a que nos quitasen la custodia de la niña. Años de trato con ellos me enseñaron a seguir a lo mío y no hacer ni puto caso. Le daba de comer con BLW delante de ellos y a tomar por saco. Los abuelos estaban ojipláticos y presas de la más profunda desazón cuando la veían comer así. Cuando les expliqué el método, además de calificarme de payasa new age incosciente y descerebrada, mi padre ya compró un aspirador quirúgico de Dräger, como los que usaba en quirófano si el paciente vomitaba y hacía aspiración, con eso os lo cuento todo. Poníamos su trona fuera en el porche y le poníamos el plato y mis padres se metían para dentro santiguándose y sacaban la cabeza de ver en cuando para supervisar la operación y ver si se requería su presencia, no como abuelos, sino como personal sanitario. A la tercera o cuarta comida se empezaron a calmar. A la quinta o sexta casi, casi alababan el método. Cuando volvimos a Madrid, quedaron cantando las loas, a toda pobre persona conocida que se les cruzara, de:
1.- Lo inteligentísima que era su nieta porque con un añito comía sola y se autogestionaba una dieta equilibrada
2.- Lo inteligentísima que era su nieta, que pese al frikismo de sus padres, había aprendido a masticar sola con la dentición aún a medio cocer
3.- Lo inteligentísima que era su nieta, que era capaz de utilizar utensilios como el tenedor para pinchar garbanzos, los pinzaba con los dedos y luego los pinchaba o los pinchaba directamente
4.- Lo inteligentísima que era su nieta, que era capaz de comer el yogurt con cuchara y comiendo más cantidad de la que se le caía
Conclusión abuelil: Era necesaría una constante atención al desarrollo de su nieta, porque era una niña excepcional, para cuya educación su padre y yo estábamos claramente incapacitados, debido a nuestras carencias intelectuales y nuestra falta de criterio. Lo del haber acertado con el BLW no dejaba de ser como lo del burro que hace sonar la flauta. Estaban seguros de que si no era de esta, en el futuro la cagaríamos con alguna otra cosa.
 
Yo creo que en parte es sano que los hijos vean alguna discusión (cuando me refiero a discusiones, me refiero no estar de acuerdo el uno con el otro, ni gritos ni faltas de respeto) porque tienen que ver que no siempre estamos de acuerdo y que las cosas se tienen que hablar para llegar a un consenso. Obviamente nunca vamos a discutir sobre ella delante de ella o a contradecirnos en cuanto a la peque delante de ella. Eso sí, si mi marido llega a casa con naranjas en lugar de mandarinas cuando le he pedido mandarinas porque él cree que debería comprar naranjas (por poner un ejemplo), esa discusión sí que la podemos tener delante de mi hija.
Esa discusión es baladí. Naranjas siempre, no hay ni que decirlo.
 
Yo creo que en parte es sano que los hijos vean alguna discusión (cuando me refiero a discusiones, me refiero no estar de acuerdo el uno con el otro, ni gritos ni faltas de respeto) porque tienen que ver que no siempre estamos de acuerdo y que las cosas se tienen que hablar para llegar a un consenso. Obviamente nunca vamos a discutir sobre ella delante de ella o a contradecirnos en cuanto a la peque delante de ella. Eso sí, si mi marido llega a casa con naranjas en lugar de mandarinas cuando le he pedido mandarinas porque él cree que debería comprar naranjas (por poner un ejemplo), esa discusión sí que la podemos tener delante de mi hija.

Claro que sí,eso es muy sano,me refería a discusiones serias,yo a mi marido le riño delante de los niños porque siempre,siempre,saca la bolsa de basura y no pone otra,me pone negra eso y por otras cosillas del día a día,como los pelitos que no recoge bien cuando se recorta la barba,y él a mi por otras cosillas también,pero nunca por cosas graves o importantes.Tampoco descalificamos a nuestras respectivas familias delante de ellos.En los roces se conoce a las personas y es bueno que ellos vean que sus padres son capaces de solucionar las cosas,pero las cosas gordas,en privado,que yo recuerde,en 18 años que llevamos juntas,gordas habremos tenido 1 o 2,no más,en privado,rocecillos del día a día unos pocos más y delante de ellos la mayoría jajajajajaja.
 
La mía sólo pasó por un par de arcadas, pero fueron más traumáticas para mi que para ella. Una cosa que le chiflaba era, además de comer lo mismo que nosotros, comer el cocido en particular. Le ponías su platito con garbanzos, zanahoria, jarrete y un muslito de pollo y la tía cogía el muslo y lo comía a ñascos con aquella boca enciosa que tenía, que daba gloria verla. Los garbanzos le encantaban, y encantan. Los cogía con los deditos, los miraba toda orgullosa de su psicomotricidad fina, y se los zampaba con una sonrisa. Creo que una de las ventajas del BLW es que el niño se autogestiona y toma el control (en cierta manera) sobre su alimentación y sus tiempos. Aquí una niña a la que con dos años pinzaban la nariz para que abriera la boca y meterle la cucharada con el puré (sujetándome las manos para que no braceara), para mí eso es maltrato.
El primer verano que empezó a comer de todo con BLW cumplía los años en Agosto y aún no tenía uno cuando fuimos unos días a la casa de mis padres a la playa. Las broncas con mis padres fueron épicas. A punto estaban de ir al juzgado a que nos quitasen la custodia de la niña. Años de trato con ellos me enseñaron a seguir a lo mío y no hacer ni puto caso. Le daba de comer con BLW delante de ellos y a tomar por saco. Los abuelos estaban ojipláticos y presas de la más profunda desazón cuando la veían comer así. Cuando les expliqué el método, además de calificarme de payasa new age incosciente y descerebrada, mi padre ya compró un aspirador quirúgico de Dräger, como los que usaba en quirófano si el paciente vomitaba y hacía aspiración, con eso os lo cuento todo. Poníamos su trona fuera en el porche y le poníamos el plato y mis padres se metían para dentro santiguándose y sacaban la cabeza de ver en cuando para supervisar la operación y ver si se requería su presencia, no como abuelos, sino como personal sanitario. A la tercera o cuarta comida se empezaron a calmar. A la quinta o sexta casi, casi alababan el método. Cuando volvimos a Madrid, quedaron cantando las loas, a toda pobre persona conocida que se les cruzara, de:
1.- Lo inteligentísima que era su nieta porque con un añito comía sola y se autogestionaba una dieta equilibrada
2.- Lo inteligentísima que era su nieta, que pese al frikismo de sus padres, había aprendido a masticar sola con la dentición aún a medio cocer
3.- Lo inteligentísima que era su nieta, que era capaz de utilizar utensilios como el tenedor para pinchar garbanzos, los pinzaba con los dedos y luego los pinchaba o los pinchaba directamente
4.- Lo inteligentísima que era su nieta, que era capaz de comer el yogurt con cuchara y comiendo más cantidad de la que se le caía
Conclusión abuelil: Era necesaría una constante atención al desarrollo de su nieta, porque era una niña excepcional, para cuya educación su padre y yo estábamos claramente incapacitados, debido a nuestras carencias intelectuales y nuestra falta de criterio. Lo del haber acertado con el BLW no dejaba de ser como lo del burro que hace sonar la flauta. Estaban seguros de que si no era de esta, en el futuro la cagaríamos con alguna otra cosa.
Uffff las madres! Esa es otra cosa con la que lidiar cuando tienes hijos y, para mí, es de largo la peor. Todo lo hago mal: lo que come, cuánto y cómo come, el colecho, el porteo, la ropa que lleva, los zapatos, no forzarla a andar ni ponerla en el orinal, etc. etc. No hago nada a derechas. Eso sí, después de criticarme porque la niña se va a quedar trenca de ir en la mochila, cuelga en fbk post sobre los beneficios del porteo, o de no comer azúcar cuando no hace más que intentar meterle azúcar a escondidas a la niña (que no lo quiere porque prefiere fruta a los pasteles). En fin, santa paciencia!
 
Nosotros otra cosa que hicimos, y creo que nos fue buena, fue poner etiquetas con los nombres (con las letras en mayúsculas) en muchos sitios. Y luego cuando le decíamos algo le repetíamos el nombre y se lo señalábamos, por ejemplo mesa, silla. Eran como unos tarjetones. Los hizo Naranjo. La verdad es que parecía que no se enteraba de nada, pero luego lo notamos en que reconoció las letras muy pronto y aprendió muy rápido a leer. A los niños todo les genera curiosidad, todo les interesa, hay que aprovechar eso.
Ostras lo voy a hacer.
 
Hablando de BLW, a nosotros nos encantaría hacerlo pero el problema está en que la niña es muy ansiosa, coge muchos trozos y se los mete todos juntos y traga. Por lo tanto, arcadas y algún que otro susto grande. Además está mi marido sólo en las comidas que yo trabajo y lo hemos hablado y es imposible. Lo hemos hablado con la pediatra y dice que no nos preocupemos que poco a poco. Trocitos pequeños si que va masticando pero se los vamos dando nosotros poco a poco. Otros niños van comiendo galletas enteras o trozos de pan, chupando alimentos pero ella noooo.... ella todo para dentro!! Jajajja. En fin, se aceptan consejos. Ya tiene 15 meses.
La mía con doce meses es exactamente igual. Es muy ansiosa comiendo, se mete los trozos de la tortilla de cuatro en cuatro y la pasta a puñados al final tengo que ir llenándole el plato de a poquito a poquito porque sino se lo come todo en dos bocados, hay que atarla bien a la trona (no me gustaba hacerlo) porque se ponía de rodillas para alcanzar mi plato y meter la mano en las lentejas . Me han dicho algunas compañeras que no comamos cuando ella y así evitamos esos circos pero eso sí que no, quiero que vea el momento comida como un momento de estar con la familia y disfrute de él. Pero tengo miedo que se atragante o se ponga mala. La opinión de la pediatra; Que bendición de hija que coma tan bien!
 

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