Hola a todos! Necesito vuestra opinión porque me siento bastante confusa.
Acabo de salir de una relación tormentosa y el estrés me pasó factura. El día del padre me levanté con un bloqueo cervical importante. No podía mover el cuello, no podía masticar, tragar, me dolía horrores!!! Y se me ocurrió buscar un osteópata que trabajara en festivo y que además viniera a mi casa porque no podía conducir en ese estado.
Estaba literalmente atravesando uno de los peores momentos de mi vida. Y cuando mi osteópata (llamémosle Pablo) apareció, la verdad, ni me fijé en él. La sesión fue muy bien, me dijo que nunca había visto a nadie en mi estado, pero me ayudó mucho. Fue super cuidadoso conmigo (obvio parte de su trabajo). Me dio unos consejos a seguir y me dijo que era mejor si volvía en unos días para terminar de arreglar el destrozo y le volví a llamar.
Ahí yo ya estaba en otro momento y sí, me fijé en él… me pareció muy atractivo. Además ese día ya empezamos a hablar mucho, pero ya. La verdad yo no quería tener nada que ver con hombres, y además pensé que tener algo con alguien que me estaba tratando no era profesional.
Continué llamándole cada 2 semanas o así porque las sesiones me estaban funcionando muy bien. Además trató un par de veces a mi madre de un esguince.
En las sesiones había muy buen rollo. A los dos claramente nos gusta hablar, nos reíamos y el tiempo se pasaba bastante rápido. Y sí, seguía gustándome, pero YA. Nunca hubo ningún tipo de “cosa rara” por su parte ni por la mía.
Uno de los días que le llamé, iba yo bastante mona porque acababa de llegar a casa (maquillada, arreglada, me había cortado el pelo el día anterior). Y se fijó. Y me comentó que vaya cambio, que me había cortado el pelo… (comparada con el primer día que me había tratado obvio que era otra persona).
Hay muchos problemas de aparcamiento por lo que siempre abro mi garaje para que aparque y subimos juntos en el ascensor. Ese día noté mucha tensión en el momento ascensor. La sesión fue como siempre, pero por algún motivo, hubo más silencios que de costumbre. Pero de nuevo… NADA MÁS. Y yo tampoco le quise dar mucha importancia.
Esa misma semana, me caí y me hice un esguince. Al día siguiente de caerme le escribí para que viniera. Y le dije “Te vas a reír… me ha pasado bla bla bla….” Porque había esa confianza y porque hacía unas semanas había tratado a mi madre de lo mismo. En plan… “nos ha mirado un tuerto”. Y su contestación fue “qué me dices??!! Lo que haces por verme!! Jajajaja es broma…”.
La verdad, ese mensaje me dejó bastante sorprendida. Y obviamente me gustó así que decidí seguirle el juego y le contesté “ups… me has pillado! Jaja aunque a este paso me voy a arruinar”. Él simplemente contestó con un “jajajaj” y le dije que me dijera cuando tenía hueco.
Me escribió para venir al martes siguiente. Y la verdad a mí ahí ya me tenía la cabeza loca con ese mensaje. Así que decidí ponerme mona (sin pasarme) para la sesión. La rutina de siempre… bajé a abrirle el garaje, y en el ascensor le pregunté un simple “qué tal estás?” y abrí la caja de pandora. Ese día, me contó toda su vida (a lo que yo encantada). Me dijo que estaba atravesando por un momento difícil económicamente. Está haciendo un máster, el trabajo, bla bla bla. De alguna forma (de verdad no sé cómo porque yo no le preguntaba nada) me contó que no tenía pareja, que hacía justo un año que lo había dejado porque no era feliz. Que él es muy cariñoso y que no obtenía lo mismo en la relación. Me contó que una muy buena amiga le estaba ayudando en este mal momento por el que estaba pasando, especificándome que no tenía ninguna atracción sexual por su parte…
Yo ese día tenía la cabeza dando vueltas sin parar. Decidí contarle un poco de mi situación también… Y la sesión se pasó rapidísimo. Cuando ya se estaba montando en el coche me dijo “hasta luego, me ha gustado verte”.
En esta sesión sí que noté muchísimo contacto visual, sonrisas… pero como siempre, nunca me sentí incómoda mientras me realizaba la sesión. Todo muy profesional.
Mi mejor amiga me dice que le escriba para tomar algo con él pero, la verdad, no sé qué hacer. Ahora sí puedo decir que me gusta, pero tengo miedo al rechazo. Sin embargo, no paro de darle vueltas a la cabeza.
Qué opinais?
Siento la descripción tan extensa, pero sino no sé cómo podríais darme vuestra opinión objetiva.
Muchas gracias!
Acabo de salir de una relación tormentosa y el estrés me pasó factura. El día del padre me levanté con un bloqueo cervical importante. No podía mover el cuello, no podía masticar, tragar, me dolía horrores!!! Y se me ocurrió buscar un osteópata que trabajara en festivo y que además viniera a mi casa porque no podía conducir en ese estado.
Estaba literalmente atravesando uno de los peores momentos de mi vida. Y cuando mi osteópata (llamémosle Pablo) apareció, la verdad, ni me fijé en él. La sesión fue muy bien, me dijo que nunca había visto a nadie en mi estado, pero me ayudó mucho. Fue super cuidadoso conmigo (obvio parte de su trabajo). Me dio unos consejos a seguir y me dijo que era mejor si volvía en unos días para terminar de arreglar el destrozo y le volví a llamar.
Ahí yo ya estaba en otro momento y sí, me fijé en él… me pareció muy atractivo. Además ese día ya empezamos a hablar mucho, pero ya. La verdad yo no quería tener nada que ver con hombres, y además pensé que tener algo con alguien que me estaba tratando no era profesional.
Continué llamándole cada 2 semanas o así porque las sesiones me estaban funcionando muy bien. Además trató un par de veces a mi madre de un esguince.
En las sesiones había muy buen rollo. A los dos claramente nos gusta hablar, nos reíamos y el tiempo se pasaba bastante rápido. Y sí, seguía gustándome, pero YA. Nunca hubo ningún tipo de “cosa rara” por su parte ni por la mía.
Uno de los días que le llamé, iba yo bastante mona porque acababa de llegar a casa (maquillada, arreglada, me había cortado el pelo el día anterior). Y se fijó. Y me comentó que vaya cambio, que me había cortado el pelo… (comparada con el primer día que me había tratado obvio que era otra persona).
Hay muchos problemas de aparcamiento por lo que siempre abro mi garaje para que aparque y subimos juntos en el ascensor. Ese día noté mucha tensión en el momento ascensor. La sesión fue como siempre, pero por algún motivo, hubo más silencios que de costumbre. Pero de nuevo… NADA MÁS. Y yo tampoco le quise dar mucha importancia.
Esa misma semana, me caí y me hice un esguince. Al día siguiente de caerme le escribí para que viniera. Y le dije “Te vas a reír… me ha pasado bla bla bla….” Porque había esa confianza y porque hacía unas semanas había tratado a mi madre de lo mismo. En plan… “nos ha mirado un tuerto”. Y su contestación fue “qué me dices??!! Lo que haces por verme!! Jajajaja es broma…”.
La verdad, ese mensaje me dejó bastante sorprendida. Y obviamente me gustó así que decidí seguirle el juego y le contesté “ups… me has pillado! Jaja aunque a este paso me voy a arruinar”. Él simplemente contestó con un “jajajaj” y le dije que me dijera cuando tenía hueco.
Me escribió para venir al martes siguiente. Y la verdad a mí ahí ya me tenía la cabeza loca con ese mensaje. Así que decidí ponerme mona (sin pasarme) para la sesión. La rutina de siempre… bajé a abrirle el garaje, y en el ascensor le pregunté un simple “qué tal estás?” y abrí la caja de pandora. Ese día, me contó toda su vida (a lo que yo encantada). Me dijo que estaba atravesando por un momento difícil económicamente. Está haciendo un máster, el trabajo, bla bla bla. De alguna forma (de verdad no sé cómo porque yo no le preguntaba nada) me contó que no tenía pareja, que hacía justo un año que lo había dejado porque no era feliz. Que él es muy cariñoso y que no obtenía lo mismo en la relación. Me contó que una muy buena amiga le estaba ayudando en este mal momento por el que estaba pasando, especificándome que no tenía ninguna atracción sexual por su parte…
Yo ese día tenía la cabeza dando vueltas sin parar. Decidí contarle un poco de mi situación también… Y la sesión se pasó rapidísimo. Cuando ya se estaba montando en el coche me dijo “hasta luego, me ha gustado verte”.
En esta sesión sí que noté muchísimo contacto visual, sonrisas… pero como siempre, nunca me sentí incómoda mientras me realizaba la sesión. Todo muy profesional.
Mi mejor amiga me dice que le escriba para tomar algo con él pero, la verdad, no sé qué hacer. Ahora sí puedo decir que me gusta, pero tengo miedo al rechazo. Sin embargo, no paro de darle vueltas a la cabeza.
Qué opinais?
Siento la descripción tan extensa, pero sino no sé cómo podríais darme vuestra opinión objetiva.
Muchas gracias!