Gordofobia, body positive, activista gordo-corporal.

Prima, me has ayudado con las pinceladas que me has dado y las preguntas que me has hecho. Iré intentando perfeccionar lo "más sólido antes de correr por la mañana, algo si corro antes de cenar y algo después de correr". Por suerte vivo requetehidratada porque me encanta el agua.
Y claramente tendré que también calmarme. 😁

Después de hacer ejercicio es importante la proteína, tampoco hace falta pasarse, no tomes complementos, simplemente con la alimentación. Saludos.
 
Opinión impopular: no me creo a la gente con un sobrepeso de +15 kilos que dice que come bien y hace ejercicio y no entienden porqué están gordos. El metabolismo lento o cualquier otra enfermedad te puede provocar un sobrepeso de unos cuantos kilos pero no 20 o 30.

Y antes de que me tachéis de gordofoba he de decir que tengo obesidad 1 desde hace muchos años. Sé perfectamente por qué estoy gorda y es por comer demasiado por la puñetera ansiedad/depresión. Y el problema que hay con la obesidad es que en muchos casos hay un trastorno/enfermedad mental detrás y hasta que ésta no se cura, esa persona no va a tener una relación sana con la comida.
Te van a crujir porque este hilo por desgracia esta lleno de personas frustradas con su peso (y a mi me van a crujir, adelante, me da igual), pero tienes razon. Yo, teoricamente, deberia tener genes de gorda, porque en mi familia cercana ha habido dos personas obesas, un abuelo y un tío. Mi abuelo fue gordo casi toda su vida, principalmente por comer mal y sedentarismo, sí, pero mi tío cuando se tomó en serio la dieta y hacer ejercicio, adelgazó un montón de kilos y ahora no es que esté delgado, pero no está obeso.
Así que algunas podéis ir con el cuento del metabolismo a otra parte.
La genética influye en el metabolismo, sí, por eso dos personas que entrenan en el gimnasio no tienen el mismo cuerpo, pero dejad de culpar de todo a los genes o al metabolismo, es absurdo.
Por cierto, el estrés sí que puede hacerte engordar. Yo no estoy gorda ni lo he estado nunca, pero durante la época de mi vida más estresante gané unos kilos, obviamente sin llegar al extremo de obesidad
 
Te van a crujir porque este hilo por desgracia esta lleno de personas frustradas con su peso (y a mi me van a crujir, adelante, me da igual), pero tienes razon. Yo, teoricamente, deberia tener genes de gorda, porque en mi familia cercana ha habido dos personas obesas, un abuelo y un tío. Mi abuelo fue gordo casi toda su vida, principalmente por comer mal y sedentarismo, sí, pero mi tío cuando se tomó en serio la dieta y hacer ejercicio, adelgazó un montón de kilos y ahora no es que esté delgado, pero no está obeso.
Así que algunas podéis ir con el cuento del metabolismo a otra parte.
La genética influye en el metabolismo, sí, por eso dos personas que entrenan en el gimnasio no tienen el mismo cuerpo, pero dejad de culpar de todo a los genes o al metabolismo, es absurdo.
Por cierto, el estrés sí que puede hacerte engordar. Yo no estoy gorda ni lo he estado nunca, pero durante la época de mi vida más estresante gané unos kilos, obviamente sin llegar al extremo de obesidad
Aunque te hayas cambiado el nick se te reconoce ;)
 
Yo en todos estos casos de gente "adicta a la comida" lo que veo es una falta de voluntad como una casa, por lo general son personas que no tienen la voluntad como para persistir en un objetivo (como perder peso), y tampoco asumen que conseguir resultados implica un esfuerzo. Lo se porque TODAS las personas obesas con las que he hablado, me han comentado lo mismo: que les da una pereza enorme empezar y mantener una rutina de deporte y comer sano. Les es mas facil quedarse en su zona de confort, aunque en el fondo no se sientan a gusto
Pues no has hablado con las suficientes personas con obesidad o sobrepeso. Paciencia.
 
Yo en todos estos casos de gente "adicta a la comida" lo que veo es una falta de voluntad como una casa, por lo general son personas que no tienen la voluntad como para persistir en un objetivo (como perder peso), y tampoco asumen que conseguir resultados implica un esfuerzo. Lo se porque TODAS las personas obesas con las que he hablado, me han comentado lo mismo: que les da una pereza enorme empezar y mantener una rutina de deporte y comer sano. Les es mas facil quedarse en su zona de confort, aunque en el fondo no se sientan a gusto
Ese TODAS cuantas personas son? 3?

La adicción a la comida es problemón y muy gordo. Se necesita medicación y ayuda psicológica, si se puede, para empezar a controlar.

Lo tratas con una frivolidad... en fin.
 
Pues con todo el respeto del mundo, vaya mierda de vida se ha de tener para que la comida te enganche. Eso solo puede significar que no tienes nada en tu vida que te produzca ese placer
Como persona obesa con adicción a la comida te digo que no tienes ni put* idea de lo que hablas y no, no estás hablando con todo el respeto del mundo por mucho que lo digas para INTENTAR parecer menos ofensiva.

Menos mal que no eres endocrina o psicóloga que trate dichas adicciones a la comida porque vamos...
 
Se podrán reír de su nariz, pero nadie le cuestionará en nombre de la salud. Y los que le conocen de siempre se acostumbran a su nariz y les da igual, pero engorda tú 30 kilos, a ver si nadie de tu entorno se desmaya.

Yo he estado delgada (57 kg y 1.70) y he estado gorda (100 kg). El privilegio de la delgadez existe, prometido. Pero os sigo dando la razón, la gente en el caso es hablar y opinar. El problema, como siempre: la gente, la put* gente.
Exacto, hablar y opinar por no estar callados. Hay temas que no deberían mencionarse: peso, temas de reproducción...
 
Opino desde la barra del bar, por lo que conozco y he leído, a ver si resulta útil:
Hormonal y glandularmente podemos tener trabas para alcanzar y mantener un peso ideal, el metabolismo es delicado, pero la esencia es adquirir hábitos, huid de dietas ya que son atajos o apaños temporales
Qué hábitos? Alternar ejercicio aeróbico (andar/nadar, que se puede realizar con sobrepeso) con anaeróbico de fuerza (no digo de ir al gym a hacer pesas, pero hacer flexiones en casa o en el suelo de casa unos sencillos ejercicios de abdominal/lumbar y plancha, para fortalecer el llamado core y dar tono al brazo ; tanto flexiones como la tabla esta que digo básica en youtube salen y son para cualquier peso y nivel).
El metabolismo basal aumenta tras el ejercicio y el crecimiento muscular que éste provoca.
No creo en el ayuno intermitente, dieta cetogénica, paleo o privarte de nada, pero creo que ayuda mucho el evitar saciarte con alimentos ultraprocesados, harinas refinadas y bebidas azucaradas/alcohol.
A diario cualquier fruta, verdura en ensalada (aceite de oliva VE) y frutos secos crudos/tostados como base, añadiendo proteína y glúcidos en la forma mas magra e integral posible
A mí la ansiedad no me provoca comer mas cantidad sino mas deprisa, y como bebo agua tipo camello pues me saciaré antes
Espero haber ayudado.
 
Personalmente creo que el bodypositivy da respuesta y lucha contra la discriminación de las personas gordas, porque sí, quizá much@s no veis por la calle a gente gorda a la que estén insultando en ese instante, pero os aseguro que a esas personas más de una vez por la calle las han increpado por su peso, y además en sus entornos familiares y personales. Estamos de acuerdo que quién se quiera meter contigo se meterá utilizando la más mínima diferencia corporal que puedas tener: tu nariz, las orejas de soplillo, tu piel, pero eso no significa que no haya realmente un problema de gordofobia en la sociedad, porque lo hay.
Nadie tiene por qué señalar el sobrepeso de nadie, y que nadie venga diciendo que lo hacen por su salud, aunque habrán muy pocos, porque a las personas que fuman o que beben nadie les dice nada. Ahora mismo una gorda sube una foto a IG haciendo literalmente NADA, solo existiendo, y más de uno y de dos le vendrán con algún emoticono vomitando, llamándola foca, lo que sea, pero si una persona normopeso sube una foto con un cubata, o con un cigarro en la mano, no se mencionará de la misma manera.
A mí misma me han dicho "mira nena, te tienes que quedar como esa chica", y el ejemplo que me pusieron era una chica sentada en una cafetería fumándose un cigarro tras otro, en comidas familiares la mitad de estos estaban con un cigarro en la mano la mayor parte del tiempo, y la otra mitad con una cervecita, ¿Adivináis de quién les preocupaba la salud? Exacto, la mía, la de la gorda, que ni fumaba ni bebía, nadie sabía mis hábitos, nadie sabía si mi sobrepeso era por cualquier razón ajena a la dieta, pero ahí estaba yo de diana para los "te lo digo por tu bien", "es una pena que siendo tan bonita estés así". Oye que no pueden NO amargarle el día a una.
El otro día mismo un amigo me comentaba que se decantaría más por una chavala que no fuera tan buena persona ni tan amable pero que estuviese buena, a un ser de luz gordo, que lo sentía mucho pero que era así. Es decir, realmente existe rechazo hacia la gente con obesidad, no estamos hablando solo de gustos, que por supuesto son respetables, estamos hablando de comentarios como el de algunas primas más arriba que en una piscina te griten ballena, como si ella no estuviera, ni se limitaron a cuchichear para no quedar mal.

Nadie dice que el sobrepeso o la obesidad sean sanos, algo de lo que hay que enorgullecerse, reivindicar, simplemente se pide que a la gente se la deje en paz.
Nadie se merece ser increpado, ni que le pregunten, ni que se hable de él/ella como si no estuviera. ¿A que no nos ponemos a hablar de signos visibles de enfermedad de otros cuando vemos que son graves? Por qué hacemos lo mismo con las personas gordas? Ahí es donde se ve que existe gordofobia.
 

Gordofobia sanitaria, el rechazo que viven los obesos en la consulta médica​

Los pacientes con exceso de peso relatan que el médico no escucha sus dolencias: "Sólo recetan dieta y hacer ejercicio"​



Desde el minuto uno ya sientes que eres diferente a los otros pacientes. Cuando entras en la consulta, no te puedes ni sentar. La silla tiene brazos y no entras en ella. Tu culo no entra. De pie, entonces, explicas al médico lo que te pasa, dolor en alguna parte, molestias estomacales, cansancio... lo que te pase. Y ves en su mirada la respuesta que te va a dar, que eres obeso (como si no lo supieras) y que todo está relacionado con el peso. Que lo primero es adelgazar decenas y decenas de kilos y, para ello, que haga ejercicio y siga una dieta que figura en una fotocopia que apenas si se lee. Y hasta luego. ¡No se pueden imaginar cómo se siente uno!”

Federico Moya es un exobeso. Aunque perdió 100 kilos, asegura que sigue siendo una persona con obesidad. No puede olvidar lo que sentía y lo que le hicieron sentir desde pequeño por su exceso de peso, que no es otra cosa que rechazo, que era una persona sin voluntad, un vago, un perezoso, un dejado, que no quería poner remedio a su situación de obesidad. “Esto genera un impacto muy negativo en el bienestar psicológico e incrementa su propensión a una baja autoestima, mala imagen del propio cuerpo y depresión”, explica.


Los paciente sienten el rechazo hasta en los objetos: no pueden sentarse en sillas con brazos y el camisón del hospital no les cubre​


Moya es director ejecutivo de la Asociación Bariátrica Híspalis Nacional y de la Asociación de Pacientes Bariátricos y Obesidad y forma parte de la European Coalition for People Living with Obesity (ECPO). Él, junto a un equipo multidisciplinar convocado por la Fundación Humans, ha participado en la elaboración del Informe Haspo (Humanización de la Atención Sociosanitaria a la Persona que vive con Obesidad), con una conclusión clara: es preciso ampliar la formación de los facultativos, sobre todo de tención primaria, para que conozcan qué es la obesidad, su gravedad y que dejen de medirla solo por el indice de masa corporal (IMC). “No somos gordos o gorditos, somos personas que viven con una enfermedad crónica. Y son muchas las carencias que nos encontramos en la atención sanitaria que recibimos”, dice Moya.

La obesidad es una enfermedad crónica basada en la liposidad (nueva definición del 2017) que está relacionada con más de 200 patologías. Sus causas son múltiples, desde la genética, alteraciones hormonales, interacción de determinados fármacos, trastornos psiquiátricos, la microbiota intestinal, desinformación dietética o estrés crónico, entre otras muchas, indica Ana Zugasti, jefa de la sección de nutrición clínica en el hospital universitario de Navarra.

La endocrinóloga es una de las expertas que más alzan su voz contra la falta de formación de los médicos sobre una enfermedad compleja con un alto coste para el paciente, para la familia y la sociedad. No se puede tratar esta enfermedad, señala, con una “dieta fotocopiada” y diciendo “camine”. Hay que individualizar el tratamiento, escuchar al paciente, acompañarle en todo el proceso, que es largo, y hacerlo con equipos multidisciplinares. “¿De verdad creen que se puede perder 40 ó 50 kilos en unos meses?”, pregunta.


No se puede tratar esta enfermedad, señala, con una “dieta fotocopiada” y diciendo “camine”​


La doctora Zugasti cree que hay que formar a los profesionales sanitarios para que participen en la prevención de la obesidad, una verdadera pandemia que amenaza no solo la economía (el coste directo o indirecto en el 2020 fue de 29.000 millones de dólares, según un estudio de la Federación Mundial de la Obesidad), también la vida de los afectados. Según los últimos datos, casi el 17% de la población de más de 18 años tiene obesidad, en el caso de los menores, el 14,2%.

Preocupa especialmente el alto porcentaje de obesidad infantil porque el 55% de los niños con obesidad lo mantendrán en la adolescencia. Y el 80% de los adolescentes obesos lo serán en la edad adulta. La OCDE ha advertido, tras comprobar la progresión de la enfermedad, que la esperanza de vida de la población mundial se reducirá tres años en el 2050.


El 80% de los adolescentes obesos lo serán en la edad adulta​


El Informe Haspo propone numerosas recomendaciones para afrontar la obesidad, muchas de ellas para reducir el estigma. Recomendaciones, en ocasiones, tan sencillas como que en los centros sanitarios haya sillas de rueda adecuadas, camisones de tallas más grande (“no saben cómo se siente uno en el hospital con todo el culo al aire”, dice Federico) o puertas más anchas.

Pero no se queda sólo en los centros sanitarios. También en los centros deportivos, a los que señala como escasamente preparados para personas con obesidad. Y piden que se eliminen espejos en las salas para que los usuarios se centren más en el movimiento de su cuerpo que en el físico; máquinas adecuadas a sus tamaños y se fomente, en el caso de los niños, que en los vestuarios entren los padres, porque esos espacios “son una fuente de estigmatización”.


Los expertos piden que en los vestuarios entren los padres, porque esos espacios "son una fuente de estigmatización"​


Además de sensibilizar a los profesionales sanitarios sobre las personas con obesidad (insistiendo en los conceptos de la obesidad como enfermedad y la importancia del estigma asociado), los expertos proponen una formación específica sobre hábitos saludables para la prevención de la obesidad en el ámbito educativo, formación universitaria mínima obligatoria sobre obesidad en los grados de Medicina y Ciencias de la Salud o crear un decálogo de acciones en los hospitales que garanticen la intimidad de las personas con obesidad.


Mucha dieta fotocopiada y pocos diagnósticos​

La plataforma Demos el Paso, surgida bajo el auspicio de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo), tiene, entre sus principales objetivos, implicar a toda la sociedad en la misión por alcanzar una solución para la obesidad y contribuir a la calidad de vida de las personas con obesidad. Ello presupone luchar contra cualquier forma de gordofobia, incluyendo la que se da en entornos médicos, que lleva a algunos profesionales de la medicina a prescribir dietas como solución a cualquier dolencia, muchas veces sin tener en cuenta los orígenes del malestar, señalan.
“El prejuicio de creer que las personas son gordas porque quieren serlo o por falta de voluntad para cambiar sus cuerpos implica que en las consultas médicas la norma sea recomendar dietas sin indagar en el cuerpo, en los orígenes del malestar, sin tomar en cuenta la voz de quien lo presenta y fallando en los diagnósticos”, explican
 

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