Fallece Luis Eduardo Aute

Yo me acuerdo de la canción Libertad, libertad sin ira libertad. No me acuerdo el autor. Creo que el mismo de Erase una vez un cuento al revés. Me las ponía mi tía de pequeña.
 
Yo me acuerdo de la canción Libertad, libertad sin ira libertad. No me acuerdo el autor. Creo que el mismo de Erase una vez un cuento al revés. Me las ponía mi tía de pequeña.




Libertad , libertad es de Jarcha , Erase una vez, un lobito bueno la canta Paco Ibañez
 
Aute

Alfons Cervera 05.04.2020 | 04:15
Aute


Aute
Cuando escribo esta columna, hace un rato que empezaron a llegar mensajes de ánimo. Llenos de ternura, esos mensajes. Y de tristeza, también de tristeza. Se ha muerto Luis Eduardo Aute. Sabía la gente de los mensajes que éramos amigos. Desde hace no sé cuántos años lo somos. Si existe eso que se llama amigo del alma, en el sentido que tal vez lo escribiera Miguel Hernández, eso éramos.
El tiempo a veces es una mierda. Nos trae lo peor, la noticia más triste, ésa que te lleva hasta el rincón más apartado de la casa y maldices en un susurro lo que escribía García Lorca en Poeta en Nueva York: la vida no es buena, ni noble, ni sagrada. No sé cuántas veces coincidimos, ni los sitios incalculables donde compartimos libros, abrazos y canciones. Desde que la música pinta algo en mi vida (y mira que pinta) está ahí el artista más del Renacimiento que he conocido nunca. Cada cual tiene sus códigos y el nuestro era «Las cuatro y diez», seguramente la canción suya que más me gusta. Cuando no lo conocía y me inyectaba en vena sus canciones, cómo iba a imaginar que una tarde de tantos años después, en la librería madrileña Sin Tarima, cantaríamos juntos esa canción en la presentación de una de mis novelas. Espero que me permita una risa -aunque sea a medias- al recordar aquella tarde en compañía del grupo Los Taburos, que desde Vilamarxant había acudido conmigo para ambientar la presentación.

Pero era Aute, como digo, un artista sin menguas de ninguna clase. Tocaba todos los palos. El cine, la pintura, la poesía, la música, las canciones. Y, sobre todo, tocaba los palos que más lo definían: la coherencia y la generosidad. Nunca cruzó otra frontera que no fuera la de ser leal a sí mismo y a la gente que amaba, a lo que hacía sabiendo que a veces estamos justo al borde de traicionar y traicionarnos. Nunca lo supe ajeno a lo que se cocía en el mundo, ese mundo que a dos por tres se te vuelve del revés y te agarra por la espalda para convertirte en otro. Nunca fue otro, Luis Eduardo Aute. Hablamos a ratos de Rimbaud y me metió entre el corazón y las costillas la poesía de Carlos Edmundo de Ory, uno de sus maestros. Hubo un momento beatle en su vida: John Lennon era su ídolo. Yo le discutía la preferencia: prefiero a Paul McCartney. No nos poníamos de acuerdo. Yo le castigaba el orgullo: donde esté «Yesterday»€
El orgullo mío, el más grande, es haber sido su amigo. No sé si alguna vez encontré alguien que fuera más generoso. Bastaba una llamada para que te contestara como en el bolero: si tú me dices ven€ Así era Aute, el que yo conocí, el que ustedes seguro que también conocen. El mismo que nos pone en pie -aunque ahora se haya muerto- los millones de veces que escuchamos «Al alba». La gente lo quería. Lo va a seguir queriendo. Tenía setenta y seis años y nunca perdió el sentido del humor en su vida y en sus canciones. Hace unos años la vida se le torció y lo dejó en standby dentro de una espera interminable. La nuestra, nuestra espera, la que no renunciaba a verlo de nuevo en los escenarios. Lo vamos a seguir viendo, aunque sea desde muy lejos, que es también una manera de ver a la gente a la que queremos con locura. Y hablando de locuras, les dejo con las palabras de Miguel Munárriz, uno de sus mejores amigos, con quien he compartido muchos de esos momentos de espera: «Siempre has sido libre, y no te ha dado miedo proclamar esa locura».

 
Ha sido una tragedia, aunque se esperaba, puesto que ya quedó delicado del infarto cerebral.
A mi me gustaba desde pequeña, tengo varios albums.
He visto el documental- película "Aute-retrato". No estaba mal. Aunque a mi no me ha gustado del todo.
Para empezar ,el documental está mas concentrado en la pintura, que aunque era muy importante para su obra, es más conocido por sus canciones. De hecho para mí es la faceta que mejor le representa, y que mejores piezas ha dado a nuestra cultura.
Se ha mostrado muy poco de su música, apenas unas lineas y muy pocos archivos del mismo Aute cantando. Han salido más veces otra gente cantando sus canciones. Eso me ha dejado un mal sabor de boca. Creo que Aute merecía mas. Tampoco han salido archivos de cuando más jóven, en los grupos que estaba, como los Sonor, que hubiera sido interesante.
Además , casi toda la película , todos sus amigos conocidos hablando y sentando catedra de lo que era Aute; otros como Dani martin, que vamos, daba risa, cuando se veía que no tenía ni idea. Lo cual no está mal, pero han salido pocos extractos de entrevistas, conferencias suyas, etc, que debe haber muchisimas.
También he echado de menos más referencias a su vida íntima y familiar. Sale Miki, su hijo menor, que me dá en la nariz que es el que estaba detras de ésto; no sale, Maritxu, su mujer de más de 50 años, Solo una foto muy borrosa. Y no aparecen ni sus otros hijos, Pablo y Laura, ni sus padres, o hermanos. Tampoco otras fotos o reportajes de más jóven ; pero salen profusamente tooodos sus amigos hablando de todo, de la vida de Aute. Vamos Massiel habla más . No lo entiendo la verdad.
¿Y sus otros hijos? ¿y su mujer?, no tienen nada que decir de Aute?; vamos... indignante.
Definitivamente no me ha gustado la película. No la pude ver en el cine (Estuvo muy poco en cartelera), pero ahora tampoco la vería otra vez.
 
D.e.p. y viva la música en cualquiera de sus facetas
Cuando una persona fallece y deja algo escrito,dibujado o plasmado en un pentagrama, no se va nunca
Le honra también haber tenido una vida familiar sin escándalos,discreto y que supo vivir por y para el arte
 
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