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Prima, ese comentario podría haberlo escrito yo. No sabía que esa capacidad para "leer" las emociones de los demás podría deberse a vivencias en la infancia.Soy muy consciente de mí misma y de los demás, y eso me permite ver perfectamente los sentimientos y las emociones de los demás, por lo que podría considerar que tengo una gran empatía. Me han dicho que eso es porque de pequeña, mis cuidadores eran personas inestables emocionalmente y eso me forzó a aprender a leer las emociones y los ambientes. Es una cualidad chunga para algunas cosas y no sé si es precisamente algo brillante de mi persona, pero conozco a muy pocas personas que tengan esta capacidad. Aunque soy un poco fría y tengo una gran capacidad para racionalizar emociones, el ser capaz de verlas tan fácilmente en los demás me permite ayudar a la gente y ser una buena persona con la que tratar.
No discuto que seas una persona alegre, pero lo que resalto me ha llamado la atención porque me he sentido muy identificada. A mí esto me lo decían mucho, que era una persona fuerte y sabía mantener el tipo y mostrarme positiva ante los problemas, de hecho yo también he oído esa frase que resalto. Yo era así también, hasta que un día peté sin ni siquiera saber por qué, y a partir de muchísima introspección y un trabajo muy incómodo en mí misma, esa máscara de alegría que ni siquiera sabía que tenía y que pensaba que era mi verdadera personalidad (y que además era el aspecto de mi personalidad que todo el mundo elogiaba siempre), se empezó a caer sola. Ahora ya no me pasa, cuando estoy mal me permito recrearme en mi malestar y sanar. Sigo siendo una persona alegre, pero ahora soy mucho más consciente de mí misma y de lo que hay en mi interior, y ya me he desprendido de ese mantra de estar bien incluso cuando estoy mal.Me parece que lo más brillante de mí es mi entusiasmo por la vida. Un amigo mío me dijo una vez el piropo más bonito que me han echado nunca: "Tú estás bien incluso cuando estás mal". Mi familia también es así, somos gente muy alegre.