Están enamorados,se han encontrado dos almas gemelas, son dos ególatras con mucho cuidado en las formas pero no en el fondo.Luego está el hecho de cómo se lució durante la een la enfermedad de Boyer. A mí siempre me dio la sensación de que le parecía más un incordio que otra cosa. Nunca pensó ver a su marido incapacitado y parece que le dolía más su ostracismo social que ver el sufrimiento físico y emocional del presunto amor de su vida. Cuando hablaba del tema parecía que fuera la única mujer en el mundo en una situación así. Egocentrismo a tope.
Tal vez se crea invulnerable o que la parca y la ddecadencia están más próximas al escribidor que a ella. Si es así no puede estar más equivocada; la enfermedad y la muerte, sobre todo está última, son de las pocas cosas que igualan antodos los humanos. ¿Como se sentiria ella si le hubiera tocado a ella y no a Boyer? ¿ si su pareja fuera por ahí haciendo un show y hablando de muertes en vida?
Lo del escribidor no tiene nombre. Sabía que era un ególatra si parangón que lleva toda su vida intentando resucitar/revivir la infancia del Marito adorado, el rey de la casa, el niño mimado. Tiene 80 años pero se comporta como un niño cruel y malcriado. Como no está para perder el tiempo no le importa nen absoluto posar como amo y señor en el lugar que ocupaba otro hombre al que llamaba amigo. El colmo del mal gusto y la zafiedad.