Autoestima y otros temas de psicología

Autorreflexión: la clave crecimiento personal y la libertad emocional

La autorreflexión nos invita a desapegarnos de las certezas, a cuestionar los pensamientos rígidos, y a su vez nos recuerda que somos seres libres, personas con la capacidad de ser autónomas a la hora de decidir. Pocas dimensiones del crecimiento personal favorecen esa conexión tan íntima y tan plena con el propio interior, para preguntarnos qué queremos realmente y qué es aquello que pone alambradas a nuestra felicidad.

A nadie le sorprenderá saber que gran parte de los gurús del desarrollo personal denominan a la conciencia autorreflexiva “el arte olvidado por la psicología”. Esto se debe a una razón muy sencilla: nuestra sociedad ha llegado a un punto en que resulta mucho más fácil echarle la culpa al otro o a la fortuna de lo que nos ocurre en lugar de tener la valentía -o la capacidad psicológica- de asumir que gran parte de lo que nos sucede es una consecuencia, evitable o inevitable, de nuestros actos.

“La vida es muy simple, pero insistimos en que sea complicada”
-Confucio-

Si me siento desgraciado es porque mi pareja no sabe hacerme feliz. Si no logro tener amistades en las que confiar es porque todas las personas son egoístas. Si suspendo ese examen una y otra vez es porque el profesor de dicha materia me tiene manía. Si no hay día en que no logre arrancarme esta infelicidad y frustración de encima es porque el mundo, sencillamente no sabe apreciar lo que valgo. Si…. es porque…..

A todos nos suenan estas frases que responde a la necesidad de encontrar una causa o un responsable último, estas argumentaciones que sin duda, habremos escuchado en alguna ocasión en boca de un amigo, de un familiar, de un compañero de clase o trabajo. El “arte perdido de la autorreflexión” es el origen de muchos vínculos disfuncionales en las familias, el causante de que se rompan relaciones afectivas y de los conflictos que surgen y se enquistan en muchos entornos laborales.

Si una persona no dispone de ese pensamiento activo con el que cuestionarse ciertas situaciones, se sentirá muy insatisfecha. Cuando esa misma persona tampoco es capaz de entender las propias emociones, de aprender de los errores o responsabilizarse de las propias acciones y sus consecuencias, vivirá en un estado mental donde la irreflexión solo generará un único resultado: la infelicidad.

Autorreflexión, un viaje directo al interior para alcanzar el bienestar
Muchos de nosotros hemos pasado esa época de nuestra vida en que nos decíamos aquello de “tengo que viajar, tengo que salir, tengo que cruzar mis fronteras personales para conocerme a mí mismo”. Poco a poco nos vamos dando cuenta de que en realidad, no hace falta cambiar de meridiano para hallar esa versión auténtica del propio ser, porque vayamos donde vayamos siempre seguiremos siendo los mismos. El conocimiento está en el interior y parte directamente de la autorreflexión.

Asimismo, es oportuno recordar que esta capacidad no se aprende ni un día ni en dos. Es un proceso madurativo donde poder ver nuestra realidad desde diferentes cristales, ahí donde ser capaz de hacernos preguntas desafiantes para abrir la mente, para cuestionar todo aquello que nos rodea… e incluso a nosotros mismos. La autorreflexión es el motor del crecimiento personal, un viaje para el cual todos tenemos billete.


Aunque por curioso que parezca, no siempre hacemos buen uso de él.

La autorreflexión es la llave del éxito
Con “éxito” no nos referimos en exclusiva al hecho de alcanzar una posición privilegiada en la sociedad. Éxito es ante todo bienestar, es la capacidad de ser creadores de nuestra propia felicidad en cualquier ámbito de la vida. Así, y según las investigaciones deDaniel Goleman, la autorreflexión es crucial para poder desarrollar por ejemplo, una adecuada Inteligencia Emocional.

Debemos entender por tanto que eso que los psicólogos definen como “conciencia autorreflexiva” es en realidad una habilidad “meta- cognitiva ” que todos podemos entrenar y potenciar. Significa ante todo poder pensar y reflexionar sobre los propios procesos mentales y emocionales para comprenderlos y dominarlos.

Alguien con una buena capacidad de autorreflexión es una persona capaz de gestionar sus impulsos, alguien que planifica, que dispone de una adecuada conciencia social y que a su vez, entiende la vida es un aprendizaje continuo donde ser receptivo a todo lo que nos envuelve.

Es también una persona capaz de establecer un diálogo interno saludable y útil con el que intuir errores, carencias, inseguridades y malestares con el fin de sanarlos y construir día a día, una mejor versión de su persona.


Por otro lado, y solo como curiosidad, merece la pena recordar lo que dijo una vez Emmanuel Kant en “La Crítica de la Razón Pura”. Para el filósofo de Königsberg lo exterior, aquello que nos rodea es en realidad el reflejo de lo interior. Por tanto, si nuestra imagen interior se caracteriza por una nula capacidad de autorreflexión, baja autoestima y un pensamiento rígido, todas esas dinámicas tan pobres y negativas conformarán un mundo exterior opresivo, gris y poco facilitador.

Claves para desarrollar una buena autorreflexión
Más que un propósito es una necesidad. Desarrollar una buena autorreflexión es un objetivo cotidiano en el que deberíamos invertir esfuerzos y voluntades para convertirnos en aquello que tanto ansiamos: personas libres. Podríamos verlo como un renacer, como ese despertar a la conciencia, esa iluminación o “insight” que nos enseñaban en la película Matrix con el cual, descubrir que no estamos obligados a complacer a los demás de forma constante, que tenemos voz y herramientas adecuadas para ser aquello que deseamos.

Para lograrlo, podemos trabajar en las siguientes dimensiones.

1. Ahonda en tu educación, conoce tu historia familiar
Para conocernos a nosotros mismos, una buena opción pasa por detenernos un momento en nuestras raíces. En ocasiones, un estilo particular de crianza, un tipo concreto de educación determina muchas veces lo que somos ahora e incluso en el modo en que nos vemos a nosotros mismos.

2. Entiende tus necesidades, motivaciones y emociones
Los seres humanos tenemos impulsos sociales, tenemos necesidades de intimidad, el deseo de pertenecer a un grupo social determinado, de alcanzar ciertos logros, ciertos objetivos…

Si entendemos nuestras motivaciones comprenderemos también muchas de nuestras emociones. Es más, a veces descubriremos que muchos de esos deseos son simples apegos que no favorecen en nada nuestro crecimiento personal.

3. Entiende tus mecanismos de defensa
Los mecanismos de defensa se activan cuando nuestra identidad se ve amenazada o cuando estamos expuestos a un tipo de información dolorosa sobre nosotros mismos. Ser conscientes de qué origina estas reacciones y de qué de estrategias defensivas utilizamos nos dará sin duda una información objetiva de nuestros miedos más profundos, de nuestras carencias, vacíos, necesidades…

4. Ahonda en tus fortalezas y debilidades
Las personas somos un compendio de grandezas y debilidades, de virtudes y defectos, de luces y de sombras. Ser conscientes de cada una de estas dimensiones y ahondar en ellas, nos ofrecerá sin duda una herramienta imprescindible para trabajar en nuestra autorreflexión.

5. ¿Cuáles son tus propósitos de vida?
Una existencia sin propósitos no es vida, una mente sin objetivos no prospera, no es feliz, carece de motivantes y motivos para levantarse cada mañana.

Hagamos pues un listado sobre qué propósitos son los que nos definen en el momento presente y ahondemos en por qué son tan importantes para nosotros y qué estamos haciendo para alcanzarlos, para hacerlos nuestros.

“Sino deseas sentirte frustrado continuamente, evita desear aquello que no depende de ti”
-Epícteto-

6. Sé consciente de la “burbuja cultural y social” que te envuelve
La autorreflexión no tiene razón de ser si no la alimentamos también desde una perspectiva crítica. ¿De qué manera impacta en mí la sociedad en la que vivo? ¿Soy esclavo de las modas, me preocupo mucho por el “qué dirán”? ¿Priorizo antes el sentirme integrado a actuar conforme a mis deseos reales?…

7. Crea un hábito diario de autorreflexión
Dediquemos al menos media hora diaria a practicar la autorreflexión. Centrémonos en las cosas importantes de la vida, en nuestros estados emocionales y mentales, en el presente que nos envuelve. Practiquemos la atención plena, llevemos un diario, paseemos, pintemos o quedémonos en silencio durante un buen rato en ese parque que hay al lado de nuestro trabajo…

Para concluir, hagamos de la autorreflexión un hábito consciente donde atrevernos a ser un poco más libres cada día. Dejemos a un lado la superficialidad, los miedos y las tibiezas de la zona de confort para desarrollar un bienestar real donde reencontrarnos con ese ser que a menudo descuidamos y soltamos de la mano demasiadas veces: nosotros mismos.

Referencias bibliográficas

Goleman, Daniel (2017). “Triple Focus”. Zeta Bolsillo

Dyer, Wayne (2010). “Tus zonas erróneas” DeBolsillo

Jung, Carl (2010). “Recuerdos, sueños, pensamientos” Colección nuevo ensayo

Por Valeria Sabater

 
Amar la soledad te convierte en mejor pareja

En muchos momentos nos encanta resaltar la importancia de la soledad, todavía no vista por nuestra sociedad con su auténtico significado lleno de amor por la vida. De ahí que solemos pensar que aquellos que prefieren tenerla como mejor amiga son personas frías.

Y resulta que es todo lo contrario. Nos caracterizamos como seres humanos por ser vulnerables a la hora de dejarnos llevar por los prejuicios, no pudiendo ver así la verdadera esencia llena de hermosura de aquellos que nos rodean.

Nos dejamos llevar demasiado por las etiquetas, los que dirán, sin tener en cuenta la verdad o al menos la realidad. Una realidad que cada uno sí tenemos el poder de recoger y percibir a nuestro antojo.

“¿Por qué, en general, se rehuye la soledad? Porque son muy pocos los que encuentrn compañía consigo mismos?
-Carlo Dossi-

En este caso, la soledad se llena de titulares que nos hacen evitarla a toda costa, buscando alejarnos de aquellos que predican con su práctica. Cuando no valoramos verdaderamente el mensaje implícito de ello.

El hecho de apreciar estar solos y en nuestra propia compañía es un signo de madurez, inteligencia emocional y un nivel de amor por nuestra persona. La misión de vida a la que todos aspiramos llegar como seres humanos.

Estar solo, es estar contigo
Seamos sinceros, implica gran valor el estar dispuesto a enfrentarse a sí mismo, siendo esto el origen de todos nuestros miedos. Somos los creadores y destinatarios de nuestros temores. Y dependiendo de cómo gestionemos estos podemos tener más o menos poder, ser mejores o no como personas de luz.

Cuando aquel que sea capaz de convivir con la soledad y escuchar su corazón, entonces se tratará de una persona cargada de un don: el de la libertad emocional propia. Ser libres emocionalmente en nuestro siglo es un tesoro, y construir un entorno y relación con estas características un bien preciado.

Las personas con este don se caracterizan porque respetan, primero a sí mismas y en congruencia a aquellos que quieren. Valoran el silencio y saben que decir y en qué momento mantenerse al margen.

Una de las etapas humanas que nos caracteriza es el desear en algún momento de nuestra vida gozar de una relación de pareja vivida en plenitud. Si tenemos en cuenta hasta ahora lo comentado, seguro estarás de acuerdo que los mejores amigos de la soledad pueden convertirse en el perfecto compañero.


¿Por qué amar la soledad nos convierte en mejor pareja?
La soledad permite ese espacio tan preciado por muchos, y muy necesitado y demandado por otros. Concederse momentos apartados de nuestro ser amado, pero solo en tiempo y espacio, nunca en corazón, genera respeto mutuo. Todo ello implica los ingredientes perfectos para construir una relación cargada de amor incondicional.

A los que nos encanta y necesitamos pasar tiempo con nosotros mismos comprendemos que esta peculiaridad y rasgo nos propicia el conocernos mejor y, en consecuencia, crear las herramientas y libertad para conocer a nuestra pareja.

La soledad permite conectar con nuestra esencia
Probablemente, así también podremos acompañar a nuestro compañero de vida al mismo destino: la mejor versión de nosotros mismos. Ya sea por amor, motivación, sinergia… La soledad nos permite entender que existen las prioridades y que no somos el centro del universo para ningún mortal.

Estar solos nos permite entender y aceptar la vida para sentirnos mejor
La soledad nos permite comprender que no todo es permanente, tanto lo positivo como lo negativo… Y por tanto, que estamos en constante movimiento y cambio. Como reza la doctrina budista, “somos uno con el universo”. El silencio se convierte en nuestro mayor precursor para conseguir entender ese pretexto.

Una persona que ama pasar tiempo consigo mismo regala espacio allá por donde vaya
Te conviertes así en una persona mejor y permites que el amor que sientes en tu interior, tanto por ti como por tu pareja, no deje de crecer. La libertad florece, así como las ganas de volver a encontrarse ambos, fundiéndose en un solo corazón. Y lo más grandioso, se permite dejar ir, la verdadera base del amor puro y divino de nuestra humanidad.

Llegados a este punto no me despediré sin antes preguntarte, ¿crees ahora que amar la soledad te convierte en mejor pareja? Cómo decía el gran escritor Arthur Schopenhauer “la soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes.”

“El hombre que quiere contemplar frente a frente la gloria de Dios en la tierra, debe contemplar esta gloria en la soledad”.
-Edgar Allan Poe-

Por Paula Díaz

 
Última edición:
El chantaje emocional en la relación de pareja



¿Qué es el chantaje y el chantaje emocional?
El chantaje emocional es una forma de manipulación muy poderosa en la cual las personas cercanas y afectivas nos amenazan, directa o indirectamente, con castigarnos de alguna manera si no hacemos lo que ellos quieran (Forward, 2003)

Es un acto de violencia psicológica (por ejemplo el chantaje emocional y el sexual). La cual se puede aplicar a todas las relaciones con las personas.

Chantaje: Def. Presión o coacción que se efectúa sobre alguien para obtener un beneficio, amenazándolo con hacer algo que le perjudique (Larousse, 2003)

En fin definiciones hay muchas, sin embargo son atravesadas por ciertas características: manipulación, amenazas, castigo, violencia y presiones para que alguien haga algo de lo cual no esta convencido.

¿Qué son las emociones?
Ahora vamos a entender un poco el concepto de emoción. Emoción significa conmover.

Son diversos impulsos que nos llevan a actuar. También puede ser entendida como una agitación o perturbación de la mente.

Son estados caracterizados por activación fisiológica (sudoración, palpitaciones, elevación de la presión sanguínea, variaciones en el ritmo cardiaco, producción de adrenalina, etc), cambios en la expresión facial (cara de alegría, tristeza o enojo), postura (postura tensa y defensiva) y sentimientos subjetivos.

También se presentan por una activación fisiológica y de pensamientos subjetivos tales como:

  • Emociones primarias son: alegría, aceptación (receptividad), temor, sorpresa, tristeza, disgusto, enojo, anticipación (Plutchik, 1994).
  • Emociones secundarias son: optimismo, amor, sumisión, sobrecogimiento, decepción, remordimiento, desprecio, agresión (Idem).
En el aprendizaje de la infancia al mostrar nuestras emociones podemos traerlas a la edad adulta y consciente o inconscientemente las activamos por ejemplo: “Un niño mostrando enojo y disgusto por no obtener un juguete, puede con ello obtenerlo y sin darse cuenta las padres lo empiezan a programar para presionar y lograr sus objetivos mediante el mismo enojo y disgusto con el otro”.

¿Cuántos tipos de emociones existen (negativas y positivas)?
Tratándose de emociones positivas y negativas, pareciera ser que se tratara de dos tipos de emociones excluyentes. Sin embargo, una persona puede experimentar ambas al mismo tiempo. Existen evidencias confirmadas en donde las experiencias positivas se registran en el hemisferio izquierdo, mientras que las emociones negativas se registran en el derecho, el hecho de que las emociones positivas y negativas se basen en áreas encefálicas diferentes ayuda a explicar por qué podemos sentirnos felices y tristes al mismo tiempo.

El mundo de las emociones es un complejo laberinto; sin embargo para simplificar se puede decir que surgen, fundamentalmente, a través de dos vías: cuando hacemos una valoración mental que atribuye un significado a un suceso externo, según esa valoración podemos sentir rabia, celos, esperanza, alegría, etc. También puede ocurrir que no exista un suceso externo sino que la emoción surja desde nuestro propio interior, suscitada por nuestros recuerdos o imaginación.

¿Por qué una persona es chantajista?
Una vez revisado de forma breve el terreno de las emociones, vale la pena analizar los por qué hacen a una persona chantajista.

En este complejo universo podemos distinguir varios aspectos:

  • Por temor a la pérdida y al abandono.
  • Para presionar consciente o inconscientemente a una persona a lograr los propósitos de quién somete al otro.
De esta manera un chantajista, para obtener control sobre el otro, trata de presionar hasta en las cosas más simples de la vida cotidiana.

¿Quiénes son chantajistas?
No existe un tipo de persona en especial que a simple vista y sólo por su fisonomía se pueda catalogar como chantajista. De hecho en grado todo mundo puede ser un chantajista de una u otra manera y asumiendo algún estilo en particular o una combinación de varios.

De esta manera Susan Forward (2003), distingue cuatro tipos de chantajistas emocionales:

  • Castigadores; Conseguirán lo que quieren a costa de nuestro sufrimiento, utilizando la ira y la agresividad.
  • Autocastigadores; Vierten las amenazas hacia ellos y ponen énfasis en lo que se harán si no actuamos como pretenden.
  • Víctimas; “Si no haces lo que yo quiero, voy a sufrir y mi sufrimiento será culpa tuya” o “Si por ti fuera, podría abrir la llave del gas y no te importaría”. Para ellos sólo hay una solución a su desdicha: que les demos lo que quieren.
  • Seductores; Nos alientan y prometen amor, o dinero, o una promoción en nuestra carrera laboral, y luego aclaran que sólo ocurriría cuando nos comportemos como ellos quieren. “Te voy a ayudar si …”
Todos ellos muestran un lado fuerte, pero en realidad pueden ser más débiles de lo que parecen. Necesitan controlar para ocultar su indefensión. Tienen un espíritu intrusivo y posesivo.

Es importante considerar que en la díada chantajista-chantajeado, ambos miembros sufren de manera diferente. Por ejemplo, el chantajista olvida los sentimientos del otro y sólo se concreta a actuar en lo que considera correcto (su propio lente de la percepción) y el chantajeado cede hasta con una mirada a las pretensiones del otro con tal de “no pelear”. Hay temas simples (ver un canal de t.v., elegir un regalo social, por ejemplo) generadores de grandes conflictos. Al chantajista sólo le interesa satisfacer sus propias necesidades.

Les cuesta trabajo responsabilizarse de sí mismos, pueden tener un caos personal y en compensación, tratan de mantener un control sobre los otros.

¿Cuál es el origen del chantaje en las relaciones interpersonales?
Pareciera ser que en la interacción social con las personas, se presenta el chantaje engañosamente de forma natural. Sin embargo, su origen se debe a diversos factores entre ellos uno de los más importantes es el contexto cultural y social. En general se asocia a la figura masculina poder y fortaleza mientras que del lado femenino se encuentra en su contraparte la sumisión.

Otro elemento importantísimo son todas las conductas aprendidas consciente o inconscientemente a través de los patrones familiares de papá y mamá, y por supuesto de las relaciones con los demás miembros de la familia extensa, los amigos, compañeros y hasta de las personas ajenas a la familia en donde se pudo haber observado y aprendido conductas chantajistas.

Este tipo de condicionamientos sociales hacen bien o mal vistas cierto tipo de conductas, por ejemplo: “Es bien visto que un caballero lleve flores o acompañe hasta la puerta de su trabajo a una dama, pero no a la inversa”. Por otro lado si el marido muestra desinterés es disfuncional y si la dama es quién toma la iniciativa es posesiva.

En todo caso, cuando existe chantaje emocional, se considera un trasfondo de dominación y sometimiento.

¿Por qué surte efecto el chantaje emocional?
Manejan las emociones. Abusan de los puntos débiles de las otras personas. Provocan un sentimiento de culpa en el otro y en ocasiones aún siendo culpables revierten las cosas.

Tratan de presionar y controlar las conductas del otro e intimidarlo por todos los medios (sutil o abiertamente). Dado que se ejerce el chantaje sobre personas afectivamente cercanas, eso les da la garantía de que los otros terminarán haciendo lo que el chantajista dice.

Se hace uso de afectos proporcionados por la persona y que el otro toma para revertirlos y atacarle. La intimidad compartida o los secretos del otro son uno de los mecanismos en cómo se puede ejercer el control del otro.

En general su efecto más poderoso se debe a que en el otro se pudo instalar la culpa: “una máxima en psicología es crea culpa y ganarás”.

Cuando chantajear con cosas del presente no resulta, el chantajista recorre al pasado del otro. Cuando una persona empieza a ceder en las pequeñas pretensiones del chantajista, comienza un circulo vicioso difícil de romper, pues ello refuerza la conducta del que presiona para hacerlo en cosas más grandes y quien se deja presionar entra en un círculo miedoso en donde le es cada vez más complicado enfrentar el control del otro.

¿Cuáles son los tipos de expresiones más comunes de chantaje emocional?
En apariencia mientras más obediencia, sumisión y sometimiento se tiene a las peticiones del otro, mas se le ama, lo cual es completamente falso.

  • Si te vas me mato
  • Si te vas nunca volverás a ver a los niños
  • Yo que siempre me sacrifico por ustedes y ustedes no pueden hacer nada por mi
  • Si no aceptas voy a buscar por fuera
  • Si aceptas nos entenderemos mas
  • No puedes hacerme eso ahora sabiendo lo mucho que te quiero
  • Me haces tanta falta y no sabría vivir sin ti
  • Tu si tienes el derecho a divertirme y en cambio yo aquí siempre encerrada
  • Lo hago sólo por tu bien, pues alguien puede faltarte al respeto vestida así
  • Si te sales en este momento, te juro que cuando regreses ya no me encuentras
  • Sin mi ¿qué harías?
  • Es la segunda vez que cuando no hago lo que dice, termina golpeándose o aventando cosas en la casa
  • Nadie te podrá amar como yo
  • Explota y pierde el control cuando le contradigo
  • ¿Para qué quieres entrar a trabajar?, luego ¿quién me va a atender a mi y a los niños?
  • Se pone como loco si no hago lo que él quiere
  • No me sirves en la cama
  • Regrésate a la casa, hazlo por tus hijos
  • Tu no sabes de los que estamos hablando, mejor cállate
  • Ya verás que las cosas de hoy en adelante van a ser diferentes
  • Así de gorda quién se va a fijar en ti
  • Si realmente me quieres te preocuparías por mi, como yo lo hago
Sugerencias para el cambio
  • El primer mecanismo para solucionar cualquier problema es “aceptar que se tiene”
  • Establecer límites, ello evitará tener una relación desgastante y disfuncional
  • Recuperar las necesidades propias
  • Aceptar que como en toda fórmula química, “cada uno tiene una parte de responsabilidad en el binomio: Chantajista-chantajeado
  • Dejar de cederle el control de uno mismo a la otra persona
  • Ser asertivo y aprender a decir “no” cuando alguien nos presiona a hacer algo fuera de nuestra decisión personal
  • Los extremos son disfuncionales: ni sumisión ni altanería con el otro
  • Curar el pasado para neutralizar el presente
  • Recobrar el autoestima mermada por el chantajista y trabajar con el complejo de inferioridad que se forma en algunas personas
  • Aprender estrategias para resolver conflictos y llegar a acuerdos
  • Recurrir a una asesoría terapéutica en caso de considerarse necesario

https://www.psicoactiva.com/blog/el-chantaje-emocional-en-la-relacion-de-pareja/
 
Utilitarismo, la filosofía de la felicidad



¿Qué querría expresar John Stuart Mill, padre del utilitarismo, cuando dijopregúntate si eres feliz y dejarás de serlo”? ¿Acaso es mejor no cuestionarse nada en la vida? Tal vez lo mejor sea que veamos en qué consiste esta filosofía de vida, a ver si así por el camino encontramos respuestas. ¿Te parece?


A continuación, entraremos en un mundo singular a través de una doctrina filosófica mil veces mal interpretada. Por eso creo interesante arrojar algo de luz sobre el tema, ya que como teoría llevada a la práctica podría ser muy útil, pero es fácil despistarse y separarse de sus verdaderos postulados.

El utilitarismo y John Stuart Mill
John Stuart Mill fue un político, filósofo y economista inglés que postuló y potenció las teorías morales del utilitarismo. Para ello se basó en los principios éticos promulgados por su padrino, Jeremy Bentham.

Podemos definir el utilitarismo como la doctrina filosófica que basa la utilidad como el principio de la moral. Mill desarrolló un sistema ético teológico cuyo fundamento estaba determinado por la concepción moral basada en el resultado final.

Por ello, uno de los principios fundamentales de esta doctrina es el bienestar social. Y a este solo se puede llegar, según estos postulados, mediante el fomento del conjunto de libertades. Es decir, una población más libre será más feliz y, por ende, tendrá un mayor bienestar.

“El genio solo puede respirar libremente en una atmósfera de libertad”
-John Stuart Mill-

Tanto Mill como Bentham pensaban que todo cuanto da placer al mayor número posible de personas es algo bueno. Y para ello no se debía tener en cuenta el estatus social de los individuos.

Utilitarismo no es hedonismo

Esta filosofía de vida ha llevado a muchas confusiones a lo largo de la historia. Existe una interpretación que la asocia al hedonismo, por ejemplo.

Sin embargo, Mill estableció que el mayor bien para el mayor número de personas es la fórmula correcta para calcular la felicidad general. Y aunque algunos placeres son de “calidad superior”, nada tienen que ver a nivel genérico con el hedonismo.

En este sentido, el filósofo inglés estimaba que la mejor forma de llegar a la máxima felicidad era mediante el instrucción. Es decir, una sociedad más formada y educada sería capaz de lograr un mayor bien.


Según esta filosofía, una persona instruida tiene más herramientas -más y mejores instrumentos- para llevar a cabo acciones morales beneficiosas. Para saber si son correctas, simplemente tiene que diferenciar entre sus consecuencias positivas y negativas. Siempre que el lado bueno supere al malo, la acción es correcta y moral.

Para el utilitarismo, la moralidad de un acto no vienen dada por el acto en sí, sino por sus consecuencias.


Consideraciones importantes sobre el utilitarismo
Cabe destacar una serie de consideraciones importantes respecto a las teorías utilitaristas de Mill. Por ejemplo:

El todo
Un utilitarista considera un todo como algo mayor que la suma de sus partes. Por ejemplo, una sociedad es mucho más que la suma de las relaciones sociales. Por eso, un bien individual nunca estará a la altura del bien que se puede obtener de un bien social, cuyos beneficios derivarán en todos los integrantes de la sociedad.

El cambio
Aunque el utilitarismo se basa en ciertas leyes, ninguna es eterna e inmutable. El mundo está en cambio constante. De ahí que la colaboración sea indispensable.

Así se promueve tanto la utilidad individual como la colectiva. Además, así se logra que los derechos individuales contribuyan a una utilidad social más grande y elevada.

Las interpretaciones
Debemos destacar que muchos otros movimientos, como el caso del neoliberalismo, han confundido o malinterpretado las ideas utilitaristas. El placer individual que promulga Mill nada tiene que ver con el egoísmo particular propuesto por pensadores neoliberales.

A pesar de los posibles buenos resultados que beneficien a una sociedad derivados de una postura egoísta, esta no es la idea que defiende el filósofo inglés en su doctrina, pues nada tienen que ver con el egoísmo, sino todo lo contrario. La acción individual moral lleva hacia un mayor bien común.

Lo cierto es que el utilitarismo puede parecer sencillo a simple vista. La acción con mayor beneficio positivo que negativo es moral, y por tanto correcta. Sin embargo, es evidente que no la estamos llevando a la práctica.

¿Tal vez pensamos mucho, como creía Mill? Sin duda, sería bonito vivir en un mundo más ético, donde cada beneficio individual redunde en un mayor bien social, ¿no te parece?

Por Pedro González Núñez

 
Las cosas se aceptan, se dejan o se cambian




Nuestra realidad, nuestro ciclo vital y el día a día están inscritos en un círculo que requiere de una armonía perfecta para que todo avance. Para que ese discurrir sea perfecto es bueno entender que las cosas, se aceptan, se dejan o se cambian. Toda resistencia es un palo en el camino, toda negación a la verdad es una venda más en los ojos.

Un aspecto que está muy presente en la psicología actual es la importancia de aprender a dejar ir, de hacer cambios y cerrar etapas. Algo que en apariencia resulta fácil y hasta revulsivo esconde una realidad que no podemos pasar por alto. No todo en nuestra vida se puede cambiar, ni tampoco podemos “arrancarnos de raíz” de ciertos espacios, de ciertas realidades donde no todo es blanco o negro.

“Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma”
-Carl Gustav Jung-

Podemos llevarnos muy mal con nuestro jefe, pero adorar nuestro trabajo y el trato de nuestros compañeros. Podemos, por ejemplo, tener una relación muy compleja con nuestra madre, con nuestro padre, con grandes altibajos, y no por ello vernos en la necesidad de romper ese vínculo de forma definitiva.

La cuestión de todo esto desprende una evidencia muy clara: vivimos en un lienzo donde abundan los colores grises, los azules intermedios, las mañanas de tormenta y las tardes luminosas. Hay aspectos de nuestra vida que nos quitan la calma y a instantes hasta el equilibrio personal. Sin embargo, todo lo que envuelve esos focos de adversidad oscilante nos son significativos.

¿De qué manera podríamos afrontar estas situaciones para dejar de vivir una " felicidad a medias”? A continuación te damos las respuestas.

Hay cosas que se aceptan, pero no sin antes hacer un cambio en ti
En la actualidad, en este mundo donde el consumismo nos invita con frecuencia a desechar las cosas cada cierto tiempo para reciclar lo aburrido por lo estimulante, lo antiguo por nuevo, es difícil asumir términos como la aceptación. Las cosas que se aceptan destilan para mucho de nosotros cierto derrotismo, cierta sensación de “no tengo más remedio qué…”

Ahora bien, dentro de la psicología positiva y de la propia Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) nos ayudan a entender las cosas de otro modo. Lo primero que hay que aprender a propiciar es una auténtica flexibilidad psicológica.

Pensemos, por ejemplo, en una ramita de brezo aferrada en una montaña donde un viento intenso golpea a este arbusto con intensidad. No se rompe porque es flexible, no como las ramas de los árboles, tan rígidas y obstinadas, por lo que los elementos de la naturaleza siempre acaban partiendo

Visualicemos ahora a esa madre obsesiva y controladora con la que siempre hemos tenido una relación complicada. Llega un momento en que nos hacemos la pregunta de rigor: ¿qué hago, me alejo de ella para siempre o asumo y callo? La terapia de aceptación no nos dirá nunca que sucumbamos, que nos dejemos vencer por sus artimañas, por su influencia negativa. Veámoslo con detalle.

Claves de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)
Para la terapia de aceptación y compromiso, el sufrimiento es a menudo parte de la vida. Sin embargo, es necesario que aprendamos a gestionarlo, a entenderlo y transformarlo. Si practicamos la rigidez psicológica no haremos más que alimentar ese círculo vicioso donde perder la oportunidad de elegir libremente la conducta que queremos aplicar en nuestros problemas cotidianos.

  • Es bueno aprender a reconocer nuestras emociones. Aceptar no es asumir, es entender qué me ocurre y cómo me siento cuando estoy con alguien o cuando hago algo en concreto.
  • Es necesario aprender a vivir el presente. Esperar a que las cosas cambien, a que otros actúen como nosotros esperamos es perder el tiempo. Nuestra madre controladora no va a cambiar, nuestro jefe explotador no será un jefe que practique la inteligencia emocional el mes que viene.
  • Una vez tomamos plena conciencia de cómo son las cosas y de que hay ciertas personas que no van a cambiar su forma de ser o comportamiento, las aceptaremos tal y como son.
  • Ahora bien, aceptarlas a ellas no significa aceptar el trato que nos dispensan. Tenemos que recordar cuáles son nuestros valores, nuestros principios y necesidades para crear un compromiso real con ellos.
Al aplicar estos principios, poco a poco lograremos crear distancias higiénicas donde las palabras ya no duelan. Ellos pueden seguir viviendo en sus altares turbulentos, porque a nosotros ya no nos afectan. Sabemos quiénes somos y lo que valemos.

Cosas que se cambian, cosas que se dejan
Sabemos ya que hay cosas que se aceptan porque hemos aprendido a gestionar su impacto en nuestra vida. Porque al fin y al cabo, el resto de aspectos que nos envuelven nos son importantes y podemos fluir, avanzar, construir una felicidad real.

Dejar ir es mejor que retener, porque es potenciar y apretar es limitar

Ahora bien, también hay instantes en nuestro ciclo vital en que apuramos cada cartucho, en que los alientos se acaban y el “aguanto un poco más” nos ha llevado a un callejón sin salida. Son momentos de gran dureza, de gran dificultad donde solo los valientes saben qué es lo más adecuado: dejar ir, cambiar de aires, de vida, de escenarios.

Cerrar una puerta para abrir otra distinta nunca será un error. La felicidad nunca está garantizada cuando hacemos un cambio, eso es cierto, sin embargo, el peor fracaso es quedarnos donde solo crece la decepción, ahí donde nuestra autoestima se fragmenta en un grito ahogado, en un fenecer que nadie atiende.

Aprendamos a aplicar en nuestra vida ese sencillo principio donde el miedo o la indecisión no tienen cabida: las cosas se aceptan, se cambian o se dejan.

Por Valeria Sabater
 
Las personas celosas acaban con el amor


Ciertamente cada quien puede adosarse una cuota que entre dentro de los parámetros normales de celos hacia sus afectos, sin embargo, cuando estos resultan desmedidos, pueden dar pie en una verdadera pesadilla para ellos y para las personas vinculadas a ellos.

Entendamos que cada quien es libre de hacer lo que quiera, y cuando una persona decide estar con otra, normalmente es porque quiere estarlo, así que confiemos en cada quien tiene el encanto suficiente como para merecer una relación que incluya la fidelidad, que si nosotros aportamos lo mejor o lo que consideramos necesario y ocurre una infidelidad, el problema no es nuestro, es de la persona que ha fallado y que lo hará de manera independiente a si la celamos o no.

El acoso, el pretender que la gente cambie sus hábitos, el ver cosas donde no las hay, cuando la otra persona está dedicada a la relación, cuando realmente no se tienen argumentos o antecedentes, son completamente contraproducentes para un amor sano, para un amor en crecimiento o mantenimiento.

Los celos desgastan, humillan, ofenden, hacen que cualquier situación sea el marco de un problema, impiden el disfrute propio y de la pareja. Hasta una sonrisa en el rostro de la otra persona puede abrir paso a un mal pensamiento por parte de quien cela de forma desmedida.

Los celos descontrolados, cuando todo gira en torno a ellos, cuándo las preguntas no se dirigen con la intención de chequear el bienestar de la otra persona, sino que están orientadas a chequear que no se está siendo víctima de una infidelidad, se traducen en la manera más fácil de acabar con el amor, con el interés, generando fastidio, desgaste, lástima e inclusive miedo en la otra persona.

Si quien está vinculado a una persona celosa, se deja arrastrar por la corriente, terminará sin familia, sin amigos, sin criterio, sin personalidad, sin hobbies, sin estudios, sin trabajo… sin vida, solo por evitar la molestia de quien tiene el problema, que irónicamente por lo general lleva una vida muy libertina.

Inclusive podríamos ser un tanto refraneros y citar: “Cada ladrón juzga por su condición”, esto es altamente aplicable a las personas celosas, que son capaces de muchas cosas y a partir de su realidad juzgan a sus parejas.

Con las personas celosas de manera enfermiza, se debe trazar límites, que preserven la autonomía y la independencia, a fin y al cabo cada quien tiene su vida y es muy triste limitarnos y anularnos por la inseguridad de otra persona. El amor debe fomentarse y tratar, dentro de las posibilidades, que prevalezca la confianza, aunque esto requiera de terapias, ejercicios, consejeros, etc. Pero que nunca el precio a pagar por un amor sea la esencia misma.

https://brujulacuidador.com/2017/01/12/las-personas-celosas-acaban-con-el-amor/


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¿Por qué un hombre se aburre de una relación?, ¡Entérate antes de que sea tarde!

Las relaciones pueden ser muy difíciles y en cierto punto pueden llegar a estresarte. ¿Pero qué pasa cuando estamos haciendo ciertas cosas mal sin darnos cuenta?

Esto puede hacer que nuestra pareja llegue a aburrirse de la relación, de nosotras o simplemente de cómo hacemos las cosas o tratamos.

¿Quieres saber qué cosas pueden aburrir a un hombre y malograr una relación? Lee a continuación las siguientes razones y ¡no esperes a que sea muy tarde!

Monotonía
Cuando decimos la palabra “monotonía” nos referimos en todo sentido de la palabra, ya que tu pareja puede sentir que la rutina de todos los días es la misma y la misma y eso puede llegar a aburrirlo. No hay nada nuevo, todo es predecible y no hay algo que ya lo motive o entusiasme al verte o llegar a casa.

Por otro lado, en la parte de la intimidad puede estar pasando lo mismo y siempre hagan lo mismo o ya no hay noches de pasión. Entonces, lo que puedes hacer es innovarte, sorprenderlo con algo inesperado, como algún baile, juegos, poses distintas y hacerlo más seguido (no te digo que lo hagan a cada rato ni a cada hora), pero lo mejor es que eso pueden hablarlo en pareja.



No darle su propio espacio
Sé que a nosotras las mujeres nos cuesta mucho o demasiado darle su propio espacio y tiempo a nuestra pareja, siempre queremos tenerlos sólo para nosotras, queremos que hagan lo que queremos y cuando tienen algún tiempo libre o quieren salir con sus amigos, no los dejamos tranquilos.

¡Chicas, ellos también necesitan tiempo a solas! Déjalo que salga con sus amigos y que tenga tiempo para él. Pero tampoco esto significa que él va a ser lo que se le venga en gana o estar de borracho todos los fines de semana, hay que diferenciar bien las cosas.



No respetar sus opiniones
Respeta las opiniones que tu pareja tenga que decir, así como tu piensas algo, también escúchaloa él; quizás no compartas su idea, pero respeta lo que diga y quien sabe y te sorprenda.



Desinterés
Si te muestras indiferente ante él, él puede aburrirse de esa actitud o pensar que tú ya no sientes lo mismo o ya no quieres nada con él. Además, puede sentir que está “sobrando”. Lo mejor que puede hacer es hablar con él, dile lo que sientes.



Los celos extremos
Una cosa es que sientas celos o lo celes por alguna cosa grave o simplemente de vez en cuando por algo que tiene fundamento.

La verdad es que los celos son algo natural y hasta una forma de demostrar a tu pareja que te importa y la amas, pero ¿qué pasa si ya eres una loca de los celos, al extremo, que no dejas que tu novio salga ni a la tienda solo o que hable con otras persona, que no quieres que vaya ni al gimnasio? Pues créeme que va a llegar un punto en que tu pareja ya no va a aguantar más y se aburrirá de todo.

Trata de cambiar esto y mídete, piensa las cosas antes de decirlas o hacer una escenita.



Creer que siempre tienes la razón
Lo que a un hombre le molesta y aburre es que siempre creas que tienes la razón cuando no siempre la vas a tener. Quieres controlarlo, hacerlo ver como el que no sabe nada o la que quieretener la última palabra.

¡Deja de pensar así! No vas a ganar nada… o bueno sí… vas a ganar que te termine. Así que empieza a pensar las cosas de mejor forma y no lo pierdas.

http://www.comoconquistarlo.com/con...relacion-enterate-antes-de-que-sea-tarde.html
 
Nos envejece más la cobardía que el tiempo

Envejece más la cobardía que los años inscritos en las arrugas de un rostro. Pesan más los sueños rotos por falta de decisión que un siglo inscrito en una mirada y una boca que amo cuando vio la ocasión. Porque quien no arriesgó cuando pudo por miedo o por orgullo, siente un vacío en su alma, una espina en su corazón.

Hablamos de las esperanzas perdidas. Algo curioso que nos repiten muy a menudo es eso de que “cada día pasan trenes para los que saben esperar” o “que las oportunidades vuelven para quienes salen a buscarlas de nuevo”. Pero también, debemos ser conscientes de que hay ciertas cosas para las que no hay segundas oportunidades.


“Nos envejece más la falta de decisión que el tiempo, porque solo los años arrugan la piel. El miedo arruga el alma”
-Facundo Carral-

La cobardía, la falta de valor o el miedo son factores que ponen cuerdas a nuestros pies y cadenas a nuestra mente. Sin embargo, antes que lamentar todo aquello no vivido a causa de la indecisión, es necesario ver de otro modo nuestra línea del tiempo.

No hay principios y finales. Hay un continuo y nuevos reinicios que debemos saber integrar y propiciar con adecuados enfoques psicológicos. Te proponemos aprenderlos con nosotros en esta ocasión.

Si fue cobardía, forma ya parte del pasado: hay que avanzar

Tal vez fue cobardía.

Lejos de caer en una suerte de melancolía obsesiva del “que hubiera sido de mi vida sí…” es necesario reestructurar este enfoque de un modo más integrador. El “síndrome de los trenes” perdidos es algo que todos hemos sufrido o que sufriremos en algún instante.

Hemos de tener en cuenta que estos modelos mentales y estas derivas emocionales ancladas en el ayer, condicionan de forma irremediable la calidad de nuestro presente.

En un interesante artículo publicado el " American Journal of Psychology” titulado Nostalgia: retiro o apoyo en los momentos difíciles se explica que los hechos del pasado, las decepciones o incluso esos trenes que dejamos escapar por falta de decisión actúan en muchas personas como “moldes subconscientes”.

Esos moldes nos determinan, ponen muros a nuestro presente y condicionan de forma irremediable nuestro futuro. No es lo adecuado, hay que avanzar con acierto y sabiduría…

Enfoca tu vida en círculos, no en una línea recta Peter Senge es un célebre economista, pedagogo y catedrático de la Universidad de Stanford, famoso por sus teorías de sistemas y por un enfoque más humano y flexible de las organizaciones. A pesar de que su trabajo está enfocado al ámbito de la empresa, sus teorías son tan esclarecedoras como maravillosas si las aplicamos al desarrollo personal.

El doctor Senge propone lo siguiente: dejar de entender nuestras vidas como una línea recta. Verlo así supone, ante todo, arrastrar el ayer en el presente e incluso proyectarlo hasta el futuro.

Queda claro, no obstante, que somos todo lo vivido, todo lo acontecido y hasta lo sufrido. Sin embargo, en ocasiones, basta con cambiar un pequeño esquema de pensamiento para ver y sentir las cosas de otro modo.

Para poner fin a un ciclo y avanzar con mayor integridad, debemos “cerrar círculos”. Y es en ese círculo del ayer donde debe quedarse la cobardía, el miedo y los sueños rotos para crear otro nuevo. Cada etapa de nuestra vida debe ser un círculo nuevo y más fuerte donde integrar todo lo aprendido. Te lo explicamos con mayor detalle a continuación.

La vida son círculos que se engarzan en una cadena

Seguimos manteniendo la imagen de un continuo. Solo que ahora, esa línea recta está conformada por círculos, y cada uno contiene una etapa de nuestra existencia. Es como una cadena, como una joya de piezas preciosas de varios colores.




    • Si lo visualizamos durante un instante captaremos la magia de la idea. Para avanzar con mayor aplomo es necesario cerrar con valentía cada círculo de nuestra vida. El siguiente eslabón de esta cadena se inicia con un nuevo círculo donde somos artífices de lo que en él queramos añadir.



    • Ahora bien, hemos de ser conscientes de que hay cosas que ya no van a poder ser. En los círculos anteriores se quedaron personas que ya no van a volver. Se quedaron también proyectos que no pueden iniciarse. No obstante, ante ti se abre un lienzo nuevo que merece aprovecharse con todo lo aprendido, visto y sentido.
La cobardía se ha quedado para siempre en esos círculos del pasado. Ahora eres una persona nueva que se ha permitido crecer, que se siente bien consigo misma y que lo creas o no, sigue en movimiento, sigue transformándose en algo maravilloso siempre que así lo quieras, y te lo permitas. Vale la pena intentarlo.

Por Valeria Sabater
 
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Me niego a ser una nota al pie de página en el libro de mi vida

Voy a ser la protagonista de mi propia historia y no dejarme llevar por el que dirán o por lo fácil, sino que voy a luchar por ser quien soy y defender mi identidad, mi propia vida y felicidad. En el libro de mi vida, habrá capítulos que duelan y me hagan llorar y otros que me saquen la mejor de mis sonrisas, pero todos, absolutamente todos, estarán narrados con mi voz.

Aunque habrá personas que con la mejor de sus intenciones intenten dirigir mi vida porque creen que pueden escribir un capítulo mejor, que así puedo evitar sufrir, quiero decirles que a veces hay que sufrir para crecer y construir una historia propia.


Habrá otras que directamente quieren pasar a ser ellas las protagonistas de tu libro, tu narrador, tu voz, pero no porque quieran tu bien, sino porque son esas personas tóxicas que necesitan vivir múltiples historias dañando a los demás, quitándoles el protagonismo para poder ser ellas las importantes.

Estas personas envidiosas, chismosas y dañinas no van a ocupar ni un renglón en mi vida, porque, aunque aspiran a ser protagonistas, no alcanzan ni a ser villanos o antagonistas, no les daré importancia. Estas personas viven del valor que tú les das y en mi caso he decidido que no valen ni una palabra, ni un gramo de tinta.

Voy a ser la protagonista aunque duela, porque los que te quieren te aceptan con tus errores y se convierten en tu punto fijo, en tu bastón para ayudarte a levantarte, no tratan de cambiarte, te aceptan tal y como eres, con tu pasado porque es tu historia, tu vida.


Los mejores capítulos del libro de mi vida se viven en compañía
En el libro de mi vida los mejores capítulos siempre se viven en compañía. Esas compañías alocadas, ruidosas y sensatas a la vez. Las que te sacan las sonrisas con las historias más locas, las que de verdad marcan, esas que llamamos amigos, las mejores de las compañías.

Algunos amigos están en una página, sacándote una sonrisa en algún párrafo perdido. Otros llegan a ocupar un capítulo entero, dejando una marca de una época que siempre recordarás. Pero los más importantes, los que son de verdad, son los que siempre están ahí, en lo bueno y en lo malo, los que te acompañan en toda la historia desde el momento en el que aparecen.

Los importantes, los mejores, son los que están y estarán pase lo que pase. A ellos sí que hay que darles valor, no malgastar tu tiempo con historias de aquellos que quieren hacerte daño, sino con los que siempre están cuando los necesites, los que con una mirada te dicen mucho más que otros con sus falsas palabras.


Yo lo escribo y yo lo vivo
Y como en muchos de mis libros habrá capítulos subrayados y llenos de anotaciones, con sus páginas gastadas por haber sido releídos tantas veces que empiezan a significar algo diferente, sobre todo cuando los repasas en compañía de quien más te apoya y te quiere.

También, en este libro de mi vida, habrá renglones torcidos marcados por la ira y las lágrimas de quien me hizo daño y que a la vez me enseñó a vivir mi propia historia. Porque todos conocemos villanos, pero los que son importantes son los que te enseñan aquello que de verdad tiene valor y los que colocan a las personas adecuadas a tu lado, los que te enseñan quiénes son tus amigos de verdad.

Por ello, he aprendido que en el libro de mi vida la protagonista soy yo, yo lo escribo y yo lo vivo. Le pese a quién le pese. Al igual que yo elijo a quién conservo a mi lado y qué es lo que hago en cada párrafo. Simplemente me niego a ser una nota a pie de página en el libro de mi vida porque yo soy la protagonista.

Hay que luchar por lo que quieres, por lo que importa, por una vida propia. Porque ser feliz cuesta, y en ocasiones hasta duele, pero no luchar por no sufrir hace más daño. Guiarte por otros que buscan protagonismo sólo por no tomar decisiones propias o por intentar complacer a todo el mundo, hace que ni siquiera escribas tu historia, sino que te la cuenten.

Y ten en cuenta que los errores del pasado ya no importan. Porque el pasado que ya está escrito, te ha llevado a este presente con un futuro aún por escribir, en el que puedes aprender de los errores de los capítulos anteriores y escoger a los personajes que te acompañarán en el siguiente capítulo.

Por Lorena Vara González
 
Última edición:
Que todo lo bueno te siga, te encuentre, te abrace y se quede contigo


Que todo lo bueno te siga, te encuentre, te abrace y se quede contigo. Que el resto pase de largo. Que todo aquello de lo que puedas aprender se haga en tu vida, aunque sea para ofrecerte la lección.

Que hagas tuya cada lección, que moldees cada piedra en tu camino. Que pintes rayas y puntos finales. Que tropieces, que te caigas. Que escribas puntos suspensivos con cada rebote cuando vengan malos tiempos. Que puedas crecer y que puedas vivir.


Que seas consciente de lo bueno y lo malo. Que sepas, porque lo has podido experimentar, que todo lo bueno de la vida despeina. Que es mejor vivir revolucionado mirando al horizonte. Que la mejor manera de estar a salvo es temer la mediocridad…

Que todo fluye, aunque a veces el tiempo nos amenace. Que siempre, de una u otra forma, podemos volver a la casilla de salida y comenzar de nuevo. Que los logros merecen ser celebrados y los "los fracasos", reconceptualizados.


Que todo lo bueno te siga, pero recuerda las sombras
Recuerda que las sombras y los demonios también pueden ser abrazados. Que la tristeza también es buena, pues nos ayuda a expresar y a apreciar lo que deseamos. Que es posible poner el enfado de nuestro lado.

No dejes que nadie castigue tu sensibilidad y ten muy presente que llorar no es sinónimo de debilidad. La comunicación sensible requiere franqueza. Atacar los sentimientos en vez de revelarlos es un error que podemos pagar muy caro. Sabiendo esto debe quedarnos claro que la sensibilidad es un don que merece ser potenciado, porque vivir “desde el corazón” es lo que nos hace especiales y auténticos.

Porque puedes tener muy presente algo, que debe importarte quien te aporte y que en verdad no existe la total falta de tiempo. Recuerda esto y no lo olvides: si no percibes interés, eres libre de alejarte. No te sientas culpable de desearlo.

No te olvides de que la resiliencia, el autocontrol y la asertividad son tres de las habilidades psicológicas más importantes que puedes desarrollar. No te rindas, toma distancia y di no cuando así no lo necesites.

No te olvides de que el tiempo es tan eterno como efímero. Que no hay soluciones mágicas ni recetas infalibles para los “dolores del alma”. Porque al fin y al cabo se trata de pedirle a la vida tequila y sal cuando se empeña en darte limones.

No te asustes si deseas estar solo. No te sientas culpable si no te apetece hablar o relacionarte. Asume que todos nos reservamos una parcela de nuestra alma a nosotros mismos y eso no es malo, si no tremendamente necesario y esperanzador. Entiende y respeta, también, que los demás lo hagan.


Ama con fuerza

Apóyate en el hombro de esas personas que cuando te abrazan logran destruir todos tus miedos. Recuerda que hay lugares que no están en los mapas. Son nuestros hogares, ubicados en los brazos de las personas que queremos y que nos quieren. Esas mismas que nos ayudaron a escribir pasajes de nuestra historia.

No entristezcas cuando recuerdes a las personas que eligieron marcharse, recordarlas es síntoma de que tienes memoria y VIDA. Aprecia tu memoria, tus cualidades y tu salud. Piensa en que dentro de unos años será lo verdaderamente trascendente.

Desconfía de quien te aleje de ti, de tus deseos y ambiciones. Teje tu vida al compás de las agujas del reloj y no pierdas de vista que la vida pasa y que es más importante vivirla que hacer otros planes.

Pero, sobre todo, ama con fuerza. Ni a medias ni bien. Hazlo fuerte. A los demás, a la vida y a ti mismo. Por favor, no te pierdas en lo intrascendente y dale forma y sentido a tu vida. Recuerda que cada minuto cuenta, que todo suma y que eres capaz de volar mucho más alto de lo que lo estás haciendo. Recuerda todo lo bueno…

Por Raquel Aldana
 

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