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Memoria infectada​

Contra un Gobierno formado por golpistas contra la democracia, por socialistas, comunistas y anarquistas, no hay posible golpe de estado
09/05/2022Actualizada 01:44
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Los majaderos e impostores del ministerio de Transportes, que han entontecido a la estación de Atocha añadiéndole el nombre de una escritora pequeña, que en paz descanse, arremeten ahora contra el inventor del autogiro, Don Juan de la Cierva, al que han vetado para que su figura histórica y científica preste su nombre al aeropuerto murciano de Corvera. Parece que esa pandilla de analfabetos sectarios que se reúnen todos los días en la sede de su ministerio para transportarse hacia la completa estupidez se sostienen en un informe aportado por el presumible historiador –los historiadores de verdad no son sectarios– Ángel Viñas, que coloca al inventor del autogiro entre los participantes del llamado golpe de estado de 1936. No de 1934, cuando el Frente Popular dio un golpe de estado contra la «democrática» República no aceptando el resultado de las elecciones.
A partir de 1934 la República deja de ser democrática y España abandona su condición de estado de derecho. Contra un Gobierno formado por golpistas contra la democracia, por socialistas, comunistas y anarquistas, no hay posible golpe de estado. Entiendo que el ministerio de Transportes, cuya titular es una sectaria ignorante, le haga caso a la versión infectada del narrador Viñas, cuyas conclusiones históricas ayudan a comprender la definición de la historia redactada por un ingenio independiente: «La historia es una cosa que nunca ocurrió contada por un mamarracho que no estaba allí».
Don Juan de la Cierva es un murciano universal, y después de más de ochenta años, seguimos padeciendo la ley de la venganza y de la mentira impulsada por Zapatero, la misma ley que Mariano Rajoy mantuvo vigente con amplia mayoría parlamentaria. Algún día, cuando escriban sus verdaderas memorias, los grandes cobardes del anterior Gobierno del PP tendrán que dar explicaciones muy convincentes para que los ciudadanos callen a su paso por las calles de las ciudades de España.
No obstante, otros historiadores han salido en defensa de Juan de la Cierva, que efectivamente se sentía mucho más cómodo entre los nacionales que entre los comunistas, lo cual resulta más liberal y democrático. Sublevarse –y Don Juan no lo hizo–, contra un sistema dominado por la unión soviética, y que impone en España las checas, la censura, la demolición de la libertades y el derecho a la vida, no puede considerarse falta, sino acierto. España estuvo dos años gobernada por criminales al servicio de la URSS y la guerra civil fue inevitable, digan lo que digan los que la perdieron. Porque esa guerra civil, fundamentalmente, la perdieron los más poderosos, que terminaron asesinándose entre ellos.
Oponerse a que el aeropuerto de Corvera se digne a denominarse «Juan de la Cierva» en homenaje y recuerdo al inventor del autogiro, se me antoja, además, de gran incoherencia por parte de este gobierno socialcomunista. El autogiro que inventó Don Juan de la Cierva dio paso al desarrollo industrial y aeronáutico del helicóptero, ese maravilloso artefacto que usan Pedro Sánchez, su mujer y la vicepresidenta comunista hasta para cumplir con las cotidianas citas con los cuartos de baño.
Almudena grandes sí, y Juan de la Cierva, no. No se trata sólo de una barbaridad histórica. Se trata de una venganza de microbios, de seres infumables, de parásitos sin cordura ni entendimiento.
Me he desahogado.

Más de Alfonso Ussía​


 

BONGBONG​

Ahora, el hijo del tirano y la modesta propietaria de pares de zapatos, lidera las encuestas de las elecciones presidenciales de Filipinas
mayo 10, 2022
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El padre de Bongbong fue Ferdinand Marcos , el casi olvidado sátrapa filipino. Y la madre de Bongbong, Imelda Marcos, aquella sencilla mujer que definió Filipinas de esta manera: “Filipinas es mi jardín”. Manu Leguineche escribió un estupendo ensayo con este título, y el encuadernador se equivocó al dorar el lomo. Por lógica, en el tejuelo más alto tendría que haber grabado el nombre del autor y en el de abajo el título del volúmen, y los confundió. En mi libro, el autor es Manu Filipinas, y el libro se titula “Leguineche es mi jardín”.
Tengo otra errata que mejora el título de una de las obras más importantes de mi querido Antonio Mingote. En lugar de “Hombre Atónito”, el encuadernador grabó “Hombre, Antonio”,Y a Mingote le hacía mucha gracia el título de su nueva obra. En “Filipinas es mi jardín”, Manu Leguineche narra una breve conversación mantenida con Imelda Marcos, que contiene una queja. “En España exageráis mucho. Habéis escrito que tengo más de 1.500 pares de zapatos, cuando en realidad, apenas cuento con 1.200 pares”. Ahora,el hijo del tirano y la modesta propietaria de pares de zapatos, lidera las encuestas de las elecciones presidenciales de Filipinas, que se realizan 36 años después del derrocamiento de sus humildes padres. Bongbong Marcos es el favorito, y si gana las elecciones, sólo le impediría ser presidente de Filipinas si fuera condenado en alguna de las múltiples demandas judiciales que tiene pendientes de solventar.
En Uganda, Idi Amín, con anterioridad a su sangriento golpe de Estado, había sido demandado por un problemita de apropiaciones indebidas. Dio el golpe, y lo primero que hizo fue ordenar la detención del demandante, del juez que había admitido la demanda, del abogado del demandante y de la familia del demandante. Se los cepilló a todos.
No creo que Bongbong Marcos pueda hacer algo parecido, porque Filipinas no es Uganda, aunque sí tiene mala memoria. Bongbong, el candidato, ha ocultado en su campaña electoral que su papaíto y su mamaíta acumularon una fortuna que superaba los veinte mil millones de dólares de los años 70/80 del pasado siglo. Bongbong vivió su infancia en Hawai, donde se refugiaron sus padres de las iras de los filipinos. Vivir en Hawai, Estado de los Estados Unidos, con veinte mil millones de dólares, tiene que resultar angustioso para un niño tan bondadoso, humilde y bien educado con Bongbong. Esa experiencia de sufrimiento es la que desea aplicar en su etapa política, si bien aplicar no significa devolver. No ha devuelto al pueblo filipino ni un dólar de los veinte mil millones de ídem que robaron sus padres. Pero como ha dicho“la felicidad, prosperidad y desarrollo de Filipinas son mis objetivos principales”.
Y va a ganar.
Alfonso USSIA
 

Los confluyentes​

La primera confluencia sonriente, positiva, buenista, progresista, ecologista y feminista de Yolanda Díaz ha resultado un lío, un barullo
10/05/2022Actualizada 02:07
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Los confluyentes de las izquierdas extremas han cometido un gravísimo error en Andalucía. Han responsabilizado del buen fin de las negociaciones entre los percebes y los berberechos a Lilith Verstrynge, que a partir de ahora, y por acuerdo unánime de la atalaya de Podemos, pasará a llamarse Lilith Verstrynge-Almudena Grandes. Las dos cabezas pensantes, las dos mentes intuitivas y luminosas que han encomendado a Lilith Verstrynge-Almudena Grandes que ayude a confluir a la ultraizquierda con el fin de fluir en Andalucía, han sido las de Yolanda Díaz y de Ione Belarra, siempre con el beneplácito cumbrero del gran pensador y actual estrella del firmamento Roures, Pablo Iglesias. Yolanda, días atrás, reivindicó ante el presidente de Iberdrola la justicia y el equilibrio en las facturas eléctricas para no perjudicar «a los más débiles y las más débilas», demostrando una vez más su sentido mamarracho del lenguaje. Pero lo importante no es eso. Lo que importa es que los seis afluentes de la ultraizquierda española han desbordado a la pobre Lilith, que es bastante sosa para controlar situaciones adversas, y ha presentado la candidatura de la confluencia fuera del plazo establecido por la Junta Electoral. De tal modo que Podemos, Izquierda Unida, Más País, Equo, Iniciativa del Pueblo Andaluz y Alianza Verde, no podrán confluir en las urnas por retraso en la presentación. Ante semejante hecatombe programática, han solicitado consejo y ayuda al Padre Ángel, pero hasta el momento el discreto religioso, enemigo frontal de la popularidad y el postureo, no ha encontrado la luz que de él siempre se aguarda. Además, según tengo entendido, el religioso de la bufanda carmesí se sintió meses atrás lógicamente ofendido cuando la mema de la ministra de Transportes anunció que la estación de Atocha pasaría a llamarse Atocha-Almudena Grandes, olvidando la promesa de denominarla Estación de Atocha-Padre Ángel, olvido que a todo buen madrileño se le antoja inadmisible.
  • En Andalucía, que se mueve en el mes de mayo de feria en feria, se respira un acentuado optimismo entre la gente normal. Parece que el esposo de la señora «guorperfe», el candidato Espadas del PSOE, está en sobradas condiciones de alcanzar el más histórico y rotundo fracaso popular del socialismo en Andalucía. Hace pocos días, la caseta de Comisiones Obreras en la feria sevillana se convirtió en el escenario de una pelea multitudinaria entre los partidarios de las cigalas de Huelva y los defensores de los langostinos del Rompido. No llegó la sangre el río porque Andalucía no está para llorar en los presentes momentos.
El marisco de Ugeté
En todas las primaveras,
Es mucho mejor que el de
Las Comisiones Obreras.

Y eso, un año sí y el otro también, duele.
La primera confluencia sonriente, positiva, buenista, progresista, ecologista y feminista de Yolanda Díaz ha resultado un lío, un barullo. De esta mujer tan extraña, mitad Pasionaria, mitad Chanel número 5 pero con mala pinta, habla y escribe muy bien el periodismo domado. Pero mi curiosidad va mucho allá que la de los periodistas domados, y he tenido la oportunidad de conocer a un buen numero de conocidos de la confluyente, los cuales, unos desde el afecto y otros desde la distancia, han coincidido en asegurarme que es tan cortita como vanidosa.
Y el resultado de su confluencia lo confirma. Lo de cortita, que lo de vanidosa, a mí, a usted y al de más allá, nos la trae al pairo.

Más de Alfonso Ussía​

 

Le batiburrille​

A peser de les journales comprés, les periodistes comprés, les televisiones comprés, les tertouliannes comprés, que sont miliiardes, le Goubernement Espagnol va de cap derrumbé
11/05/2022Actualizada 01:52
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Bon. Je crois que á arrivé le superbe et emocionant moment de escrire en parfai Français –si le fils de putain de monsieur le correcteur permitte-moi la simpatique aventure–, la langue de Voltaire, Rousseau, Dalambert, Diderot, Madame de Sevigné, et mon aimé Caroline de Grimaldi, la princesse monegasque, mon petit lapin. Voilá.
Le president de le Goubernement de notre nation, la vielle et historique Espagne, monsieur Pierre ou Antonio Sánchés des Avions, et son epouse, la belle Begogne Gómes des les helicópteres, sont beacoup enfadés, cabreés, et aussí, preocupés. Les derniéres encuests de la rue, sont coincidents en vaticiner mauvais resultats a son birrieuse coalition avec les comunistes, les podemites, les terroristes, les independentistes de gauche et de droit et de tontons de le cul. Yolanda Días, apellé dans sa térre natale de Galice «la comuniste que orine cologne», la marquise de La Navate, Iréne, obsesioné avec les chichís, la ministre ecologist Riviére, la de les loups et la ruine de la ganaderíe, le ministre Marlasquine de L, Interieur, epoúse de Koldo, et le ministre de la Culture, Michelette Icetá, petit boule de sébe, et surtout, Le ministre de ríen de rien –comme la chanson de Edith Piaff–, Albert Garçoné, le tipe plus inutile et majadiére de L'Espagne, non dant plus de oui.
A peser de les journales comprés, les periodistes comprés, les televisiones comprés, les tertouliannes comprés, que sont miliiardes, le Goubernement Espagnol va de cap derrumbé. De souprise, inesperadement, la galline a mostré les plumons. Pegasus ha pillé a le petit Lulú de le maletiére, a le fugitive avec la fregone sur la cocorotte, a le acoiunné Puigdemont, parlant avec le fils de putain de Putin, avec le fin de proclamar la independence de Catalogne. La petition, claire y sencille. Dix mile soldates de la Russie pour alcancer la chorré de la referí independence. Et moi me question a moi meme. ¿Avait pas de 10.000 valereuses combatients catalanes dipots a mourir par Catalogne? ¿Porquoi russes? ¿Avait pas de oefs le separatisme catalán? Bla, bla, bla, y finalment, ríen. Pour moi, que Puigdemont Avait moins coujonettes que Rociite, la heroine de Pierre Avions et Iréne Chichí. Ni 10.000. Ni 100.000, ni 1.000.000 de russes. Entre la Legión, la Infanterie, la Caballerie, la Artillerie, les Ingenieurs, la Royal Armada Espagole y notre Aviation, Nous enviarons a les russes de le caganer Pûigdemont a recevoir par le cul.
En fin, que le articule en français me ha sortie de douce de membrille. Un peu cort.
Merci par votre pacience.
 

Casualidad​

De Sevilla a Madrid no viajan los políticos solo para comer en Horcher. Viajan si un medio de comunicación les convida a comer en Horcher a cambio de cositas sin aparente importancia
12/05/2022Actualizada 01:50
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La política es extraordinaria, y acumula muy significativas sorpresas. Y en ocasiones se suman las casualidades si la flauta toca. También interviene en las interpretaciones interesadas la calidad de los restaurantes madrileños. Hubo un tiempo, durante los primeros años del PSOE en el poder, desde 1982, en el que los medios de comunicación pactaban con los partidos políticos en restaurantes diferentes. Los populares elegían Jockey, y los socialistas, Zalacaín. También el sótano de Horcher, el último templo sagrado de la gastronomía que sobrevive en la capital de España. Un inteligentísimo influyente en el mundo político español estuvo a un paso de ser canonizado por su milagroso don de la ubicuidad. El mismo día comió en Jockey con un grupo de políticos populares, en Zalacaín, con una elegida representación de socialistas, y en el Príncipe de Viana con dos supervivientes de la masacrada UCD. Se trataba de Rafael Anson, un gran profesional del asesoramiento. Finalmente, no fueron admitidas las pruebas de su presencia en tres lugares diferentes y a la misma hora por la Santa Sede, y no se abrió el proceso de beatificación, requisito previo –en su caso–, para ascender a los altares en olor de santidad.
Eran tiempos menos receptivos a las encuestas. Los periódicos moderaban sus gastos y publicaban los encargos más convenientes para sus lectores. En El País, Felipe González siempre fue el político más valorado, Manuel Fraga Iribarne en ABC, y en el Diario 16 de Pedro Jota Ramírez se turnaban los más valorados a capricho de las circunstancias. Después llegaban las elecciones y los votantes demostraban su escaso respeto por las encuestas. Corría una época propicia para el PSOE, de crecimiento de los populares, y de consternación ucedista. Años atrás, Pío Cabanillas emitió su histórico vaticinio. «Hemos ganado. Lo que no sabemos todavía es quiénes hemos ganado».
Se acercan las elecciones andaluzas. El Partido Socialista, el más ladrón de todos los partidos socialistas y del resto de las formaciones que se presentan con la esperanza de gobernar en la tierra de María Santísima, transcurre por un período de tribulaciones y descensos. El saqueo de los ERE ha influido entre sus más entusiastas votantes, muchos de ellos trabajadores perjudicados a costa de las mariscadas, la cocaína, y los «puticlús». El PSA no figura entre los ganadores. El mejor clasificado es el Partido Popular, que aspira a poder gobernar en solitario sin el apoyo de Vox, que se ha llevado hasta allí a la política, junto a Isabel Ayuso, más valorada de España, Macarena Olona. El pobre Marín de Ciudadanos es muy probable que se hunda, lo cual nada tiene de trágico, porque el hombre se le ha puesto en los últimos años cara de besugo. Teresita Rodríguez, señora de Kichi, obtendrá el respaldo de los que leen poco, y los confluyentes de Podemos no confluyen porque entre la pelmaza cursi de Yolanda y Lilith Verstrynge, no han dejado que confluyan las confluencias.
De ahí que los populares apuren sus contactos con los medios de comunicación sedientos de favorecerlos –sin pasarse, claro–, y acudan a Madrid a cumplir el rito de los grandes restaurantes. Horcher reina y gobierna. La más grandiosa y resistente gastronomía alemana, sostenida por la belleza y la profesionalidad de Isa Horcher. Desde el Consomé de don Otto, al codillo, pasando por la ensalada de bogavante, su insuperable hamburguesa y esa obra de arte de postre, el «Baumkughen», el árbol dulce. Claro, que de Sevilla a Madrid no viajan los políticos sólo para comer en Horcher. Viajan si un medio de comunicación les convida a comer en Horcher a cambio de cositas sin aparente importancia.
Es curioso, pero poco más tarde de que finalizara la simpática y descacharrante comida, amenizada por ese torrente de gracia, arte y salero que es Juanma Moreno –acompañado de su número 2, como es obvio–, convocada y abonada por el astuto e inteligente Mauricio Casals, dirigente de Atresmedia –Antena 3, La Sexta, Onda Cero–, y presidente de La Razón, Antena 3 hacía pública su encuesta de valoración de líderes. Barómetro de popularidad.
Vencedor, Juanma Moreno, con una nota de 6,12; subcampeón, Marín (Cs) con un 4,9; medalla de bronce, Espadas (PSOE) con un 4,5; en cuarto y penúltimo lugar, Teresa de Kichi con un 3,9; y farolillo rojo –con perdón–, Macarena Olona (Vox) con un 3,6.
Pero no hay que pensar mal. Las casualidades existen, y si se originan en Horcher, son casualidades que se perdonan, y por supuesto, se agradecen.
 

SLAVIANKA​

Este año han desfilado con la marcialidad de siempre las tropas de a pie. Pero las motorizadas han experimentado un bajón considerable.
mayo 11, 2022
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El 9 de mayo, la Plaza Roja de Moscú, es escenario de uno de los actos militares más impresionantes del mundo. La celebración del Día de la Victoria sobre Alemania en la Primera Guerra Mundial. Bandera roja comunista y la de Rusia. Veteranos ancianos en las tribunas con sus uniformes rebosados de condecoraciones. Los Ejércitos occidentales son mucho más austeros que los orientales en la exposición de medallas. Y a los sones de la SLAVIANKA- La Guerra Sagrada-, comienza el brillantísimo acto, que este año ha salido mucho más chuchurrío.

Bueno es recordar que de los 27 millones de soldados muertos en el frente de batalla durante la Gran Guerra, ocho millones fueron ucranianos.

Este año han desfilado con la marcialidad de siempre las tropas de a pie. Pero las motorizadas han experimentado un bajón considerable. Una buena parte de ellas están invadiendo Ucrania, y muchos carros de combate han sido destruídos por los heroicos resistentes. Es cierto que han mostrado unos camiones con un enorme misil de alcance transoceánico, pero tengo para mí que estaban vacíos. Han desfilado mostrando las fundas, no las tripas.

Y no ha habido desfile aéreo. El asesino Putin no asume riesgos. Ni aviones ni drones, no le vaya a caer una bomba en su rubia y despoblada cabeza, muy poco dotada de frondosidad pilosa. Así lo dijo en una retransmisión de un partido de Copa de Europa, Real Madrid-Jeneusse de Luxemburgo, Matías Prats, el bueno, Prats Cañete, no el hijo, que es más cursi que un repollo violeta. -Reconocerán a Jakobsen, porque es el menos dotado de frondosidad pilosa-.

Igor Ivanov, al que mucho conocí, era el embajador de la Federación Rusa en España cuando se derrumbó el comunismo y la URSS. Don Juan De Borbón, el viejo Rey del exilio, quería conocer la situación de la Armada rusa. Cenamos en El Bodegón de la calle Pinar, Don Juan, Ivanov, Teodoro de Leste, ilustre marino, y el que escribe. Ya estaba Don Juan con su enfermedad avanzada. -Embajador, ¿ y la Marina soviética, ahora rusa, en qué situación está?-.

Ivanov no se lo pensó demasiado. – Está preciosa, los barcos muy bien pintados y más de la mitad amarrados en las diferentes bases. No funcionan-.

Me he acordado de esto con el desfile de la Plaza. Roja. El Ejército ruso es infinitamente más numeroso que poderoso. Invade Ucrania, pero no lo logra. Y están muriendo a chorros soldados engañados. Centenares de carros de combate, piezas de artillería, helicópteros y campamentos rusos han sido pulverizados. Los drones de última generación ucranianos sorprenden todos los días al gran oso ruso.

Entre la ausencia de medios y el terror de Putin a un atentado, la gran parada militar ha resultado bastante birria. Más que la “Slavianka”, bellísima marcha militar con muchas versiones – la zarista, la bolchevique, la soviética y la nueva interpretación-, los soldados rusos han desfilado al paso de la “slaviankita”. Y Putin, a toda pastilla, a refugiarse en el Kremlin, con la foto dedicada de su amigo, el fregonas Puigdemont.

Alfonso USSÍA
 

AUSENCIA​

La del Rey Don Juan Carlos, el más taurino y torero de la dinastía.
mayo 13, 2022

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Ya ha comenzado la Feria de San Isidro. Y sin lluvia. Calor agobiante en Los Madriles. “La gente no va a los toros”, dicen los animalistas. Una plaza abarrotada de gente que no es gente, pero abarrotada. Y todas las tardes, desde ahora a la primera semana de junio, la gran ausencia. La del Rey Don Juan Carlos, el más taurino y torero de la dinastía.

El Palco Real de la Maestranza de Ronda estuvo en obras durante 40 años. En España no había Rey – estaba en el exilio-, y nadie podía ocupar su espacio. Lo reinauguró Don Juan De Borbón en una goyesca, aquel hallazgo de quien fue el mejor torero que ha nacido de madre, don Antonio Ordóñez Araujo, el Rondeño. La gran ilusión taurina de Don Juan no pudo cumplirse. Asistir junto a su hijo, el Rey Juan Carlos, y su nieto, el entonces Príncipe de Asturias y hoy Felipe VI, a una corrida en Las Ventas compartiendo una barrera o un tendido. Comentaba un día la aversión de su madre, la Reina Victoria Eugenia, por la Fiesta. Su marido, Alfonso XIII, se lo dejó claro. “ La Reina de España tiene que ir a los toros aunque no le gusten. Y puede atender a la corrida o simular su atención. Para eso están los abanicos. Pero si el Rey le pide a la Reina que lo acompañe a los toros, no hay tu tía. La Reina va a los toros”.

Don Juan Carlos ocupó durante decenios unas localidades de balconcillo o unas de barrera. En el Palco Real, sólo en la Corrida de la Beneficiencia. Se hacía acompañar, casi siempre, de su hija mayor, la Infanta Elena, heredera también de la afición de su abuela, la Condesa de Barcelona, y de su antepasada, la Infanta Isabel, “La Chata”, una apasionada de nuestra Fiesta. El Romance de la Infanta Isabel de Rafael Duyos, está en sensibilidad de todos los aficionados. El Rey Juan Carlos era uno más en la plaza, y en la plaza era recibido “por la gente que no va a los toros” con una ovación cerrada. Y llevaba, preparadas, tres pitilleras de plata para agradecer los brindis. Cuando toreaba José Tomás, llevaba sólo dos, porque el que fuera inconmensurable torero y hoy una caprichosa exclusiva en plazas lejanas y con toritos, confundía la cortesía con la ideología, más consecuencia de malos consejos que de rechazos monárquicos. El Rey Juan Carlos ha sido el Rey que más ha querido, apoyado y asistido a los Toros de cuantos han reinado en España. El actual Rey, intuyo, es más heredero en el entusiasmo taurino de su Madre, la gran Reina Sofía, que siente por los toros un entusiasmo excesivamente descriptible.

San Isidro, la Feria de Madrid, sirve para recordar la lejanía impuesta a un Rey excepcional que siempre encontraba un hueco para ir a Las Ventas. Su balconcillo demanda su presencia y su vuelta.

Y no sólo su balconcillo.

Alfonso USSÍA
 

Proyecto realizado​

Cela tenía razón. Más de la mitad del jurado o son gilipollas o comunistas. O una cosa y otra
13/05/2022Actualizada 11:40
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Creo que la mayoría de los componentes del jurado del premio Nobel de la Paz se reúnen y deliberan en avanzado estado de alcoholemia. De igual modo, coincido con el gran Camilo José Cela cuando apuntó que, al menos la mayoría más uno de los miembros del jurado del premio Cervantes, o son gilipollas o responden a criterios ideológicos y no literarios en la concesión del considerado más prestigioso galardón de las letras españolas. Se trata de un premio politizado que se mantiene en vigor –vigor menguado con el paso de los años– por el fundamental apoyo que le ha brindado La Corona. El Cervantes se instituyó en los primeros años del reinado de Juan Carlos I y se prostituyó cuando una buena parte de sus jurados se designaban desde los altos despachos del diario El País. Este año se le concedió a una poetisa uruguaya, Cristina Peri Rossi, montonera y coñazo, y autora de abrumadoras memeces. Pero de la cuerda comunista, y por ello leída y admirada por Irene Montero, que ha leído muy poco en su vida. Cristina Peri Rossi carece de interés humano, lo que no resulta sorprendente. El problema es que su creación literaria despierta aún menos interés. De no haber sido comunista, montonera y uruguaya, se habría visto obligada, para encajar sus poemarios a inocentes lectores, a usar los mismos trucos que el poeta Manuel Ángel Marrodán, que los enviaba a sus conocidos dedicados y contra reembolso.
¡Carajo! –gritó el cartero-;
¡Tres Libros de Marrodán
Y estamos a dos de enero!
Peri Rossi, como buena comunista, vive abrazada al estupor del odio. Y por lógica, cuenta entre sus lectoras a Irene Montero, probablemente la mujer que dice más majaderías y chorradas a la semana en el hemisferio norte. Del hemisferio sur ya se encarga la cursi soñadora de nenúfares navegantes. Pero no siempre se acierta en el error. También Peri Rossi tiene obras maestras, poemas esplendorosos, como el que ha leído con iracundia su lectora Irene Montero, impulsora de la nueva ley del aborto que permitirá a las menores de edad matar a sus hijos con anterioridad a que se deslumbren por la luz de la vida. Y sin permiso de sus padres, cuya autorización es imprescindible para que una menor pueda inscribirse en una biblioteca pública. La lectura de Montero del poema Proyectos de Peri Rossi ha sido preciosa.
Podríamos hacer un niño
Y llevarlo al zoo los domingos.
(El principio, de gran profundidad y belleza. Sigue)
Podríamos esperarlo
A la salida del colegio.
(Impresionante)
El iría descubriendo
En la precisión de las nubes
Toda la prehistoria.
Podríamos cumplir con él los años.
(Fascinante)
Pero no me gustaría que al llegar a la pubertad
Un fascista de mierda le pegara un tiro.
(A nadie le gustaría. Fuera fascista, comunista, estalinista, feminista, transversal o transexual. Eso no le gusta a nadie. Y a mí tampoco me gusta que no lo dejen nacer, y por ende, no llevarlo al zoo los domingos, ni esperarlo a la salida del colegio –gran mérito–, que permitirle que descubra toda la prehistoria a partir de la visión de las nubes).
Cela tenía razón. Más de la mitad del jurado o son gilipollas o comunistas. O una cosa y otra.
Gracias por su gusto literario, Montero. Mona.

Más de Alfonso Ussía​

 

Árboles y hortensias​

Los árboles de hoja caduca mueren en el otoño, se detienen, pierden sus hojas y en primavera, resucitan. A su lado, los seres humanos somos poca cosa
14/05/2022Actualizada 02:05
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Era director de ABC Luis Calvo. Un gran director. Impulsivo y genial. Un pequeño león con la melena blanca. Y leyó el artículo que había enviado para su publicación al día siguiente César González Ruano, escritor portentoso, en ocasiones cursi, irónico, cínico y hoy, condenado al silencio de su obra. Se titulaba el texto Han Florecido los Almendros, y trataba de eso, precisamente, de que los almendros habían florecido. Calvo llamó a Ruano. «César, con todo el cariño y respeto que por ti siento, te formulo una pregunta que puede disgustarte: ¿qué coxxs le importa a los lectores de ABC que hayan florecido los almendros?». Ruano respondió de inmediato: «Les importa, Luis, y además, mucho. Y si hay alguno que no le importa que hayan florecido los almendros, no merece ser lector de ABC. ¿Te figuras, director, lo que puede suceder si un año no florecen los almendros, no se realiza el renuevo de los árboles?... Sería el primer aviso del fin del mundo». El artículo se publicó y constituyó uno de los más clamorosos éxitos del escritor que presumía de ser hijo natural de Alfonso XIII, que no lo era, pero le habría hecho mucha ilusión.
Ya he escrito que Antonio Mingote y yo comíamos todos los lunes del año, exceptuando los de la segunda quincena de julio y los del mes de agosto, en el Club 31 de la calle de Alcalá. Siempre en la misma mesa. La cita era tempranera. A las 13.30, hora de la apertura. Un día asistimos a una genialidad de Luis Escobar. También tempraneros, llegaron un señor mayor de muy buen aspecto y un chico joven, de mejor aspecto que el mayor y muy elegantemente vestido. Se abrió la puerta y apareció Luis Escobar. Al distinguirnos, nos saludó y anunció que tomaría una copa con nosotros en espera de su invitado. Y al pasar por la mesa que ocupaban el hombre mayor y el joven, el primero se incorporó y saludó con cordialidad a Luis, estableciéndose el siguiente diálogo:
- Me alegra verte, Luis, ¿cómo estás?
- Divinamente, querido.
- ¿Me permites que te presente a mi sobrino Ramón?
- No es necesario. Ya lo conozco. Fue mi sobrino la semana pasada.
Antonio Mingote era un enamorado de los árboles. Apasionado. Y se conocía todos los del Retiro, que paseaba cada mañana de punta a punta.
El alcalde Tierno Galván, socialista libre y nada sectario, le nombró oficialmente «alcalde honorario del Parque del Buen Retiro». Y un día llegó alborozado. «¡Han comenzado a florecer los castaños de Indias!».
Y hablamos de eso, del milagro. Los árboles de hoja caduca mueren en el otoño, se detienen, pierden sus hojas y en primavera, resucitan. A su lado, los seres humanos somos poca cosa.
Estoy, de nuevo, en mi norte. Aquí, en los jardines, la flor fundamental es la hortensia. Desde Galicia a Guipúzcoa, renacen las hortensias. En Mazcuerras, en el vivero de cinco generaciones de los Escalante nacen todas las variedades de esta flor prodigiosa, que lamentablemente proviene de Bélgica. En el vivero de los Escalante, hoy dirigido por mi amigo del alma y hermano elegido Ricardo Escalante, y su primo Flavio, se venden árboles, arbustos y flores. Pero en torno al vivero, en las fincas que lo sostienen, se pueden encontrar robles, hayas, castaños, arces y magnolios de treinta años, y camelias y hortensias de decenas de familias diferentes. En una de esas fincas, «La Jomaíza» se puede admirar en todo su esplendor el resurgimiento, la reconquista de las hortensias. El padre de Ricardo, Manuel –Lolo–, señor del Saja y de La Montaña, el más grande montañés que ha nacido y fallecido en su tierra, era además, listísimo. Lo que tenía de inteligencia sólo era superado por su bondad. El magnolio, al cabo de los años, se convierte en un árbol caro, por la lentitud de su crecimiento. Y tenía un magnolio de más de 40 años que nadie compraba por su alto precio. Ideó un truco. Al lado de la etiqueta con el precio, añadió otra que decía: «Reservado por don Emilio Botín». Y se lo compraron al día siguiente. El placer de fastidiar a don Emilio hizo el milagro, y el gran magnolio fue transportado por un enorme camión, de madrugada, a una propiedad vecina a la de don Emilio en el Puente de San Miguel. Y don Emilio, tan tranquilo, sin enterarse, porque no había reservado el magnolio.
Hoy, en mi jardín, han empezado a colorearse las hortensias. Y he viajado con el pensamiento a Antequera, donde tenía su casa y su campo José Antonio Muñoz Rojas, autor de Las Cosas del Campo, el libro más portentoso y mejor escrito en español sobre la naturaleza, el pequeño libro del asombro. Y he recordado lo que escribió el día en el que descubrió que todo volvía a nacer, y se preguntaba: ¿cómo Dios ha podido crear tanta belleza en tan poco lugar?
Y en ello estoy pensando en mi poco y maravilloso lugar.

Más de Alfonso Ussía​

 

Vuelve sin casa​

El Rey Juan Carlos regresa, pero se le exigen muchas condiciones humillantes para recuperar la normalidad. Podrá acudir a La Zarzuela a saludar a su hijo, el Rey, pero sin derecho de pernocta
15/05/2022Actualizada 02:27
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Al Rey Juan Carlos le molesta mucho que le digan «El Emérito». El término lo acuñó un enemigo con el beneplácito de La Zarzuela y La Moncloa. O una enemiga. A Don Juan también le irritaba ser denominado «El Pretendiente». Lo del Emérito ha calado en la mala costumbre. Y abre las puertas a la claridad. Quienes se refieren al Rey Padre demuestran su respeto por la figura de quien ha sido un excepcional Rey. Los que usan lo del Emérito están en el bando de la ingratitud y el resentimiento. El adjetivo viene de Roma. El «Emeritus» era el soldado de la Roma antigua con los deberes cumplidos que disfrutaba la recompensa debida a sus méritos pasados. Don Juan Carlos cumplió sobradamente, y con brillantez y arrojo sus deberes con España, y el adjetivo encaja perfectamente con sus cumplimientos, pero suena mal. Con lo sencillo que resulta referirse a su persona como el Rey Padre. A la Reina Sofía nadie le llama «La Emérita», sino la Reina Madre, y ahí no hay untuosidad cortesana, sino síntesis correcta. Un sepulturero – escrito con todo miramiento–, que haya enterrado bien a sus semejantes durante cuarenta años, merece el tratamiento de «Enterrador Emérito», como un catedrático, un ingeniero de minas o un arquitecto al que no se le hayan caído sus casas. El que ha sido Rey muere siendo Rey. El exRey es despreciativo. Como el extorero. Un torero retirado siempre será un torero, y un Rey que ha abdicado, y ha sido injustamente alejado y marginado, al menos en España, sigue siendo Rey hasta su fallecimiento. En Holanda y Bélgica, si abdican de la Corona, menguan de Reyes a Príncipes, y con su pan se lo coman.
Ni Sánchez, ni Carmen Calvo, ni la Lola Lolona la Fiscal, han conseguido que el Rey Juan Carlos sea imputado. De ahí que su retorno a España se presente inminente. En Podemos se advierte una cierta consternación. Les ha fallado el plan. Y no digamos en los separatismos y terrorismos que sostienen al Gobierno de España. Los presidentes del Gobierno que pasan, sí son expresidentes, a Dios gracias. Se les podría aplicar adjetivos para distinguirlos a unos de otros. José María Aznar, el hercúleo; José Luis Rodríguez Zapatero, el aurífero; Mariano Rajoy, el titánico, y Pedro Sánchez, el detritus, todos ellos ajustados a sus personas desde una extrema bondad y generosidad.
El caso es que el Rey Padre vuelve, pero se le exigen muchas condiciones humillantes para recuperar la normalidad. Según el diario El Mundo, se le permitirá acudir a La Zarzuela a saludar a su hijo, el Rey, pero sin derecho de pernocta. Ni dormir le dejan en el que ha sido su hogar durante su prolongado y magnífico reinado. –Vienes, me saludas y te vas a Sanjenjo–. Profunda amabilidad y cortesía. Para mí, que si el Rey Padre, ya en Sanjenjo –lo de Sanxenxo en un texto escrito en español es una paleta cursilería–, decide embarcar para navegar a vela, hará bien en mandar que revisaran la quilla y los bajos del barco por si encuentran algún agujero para que se hunda en la primera baliza. Es posible que el encargado de agujerear el casco del barco sea el acuñador del adjetivo el «Emérito».
Es decir, que el Rey Padre, libre de imputaciones, el único español desterrado por capricho, en su retorno a casa no podrá vivir en su casa, lo cual, dicho con toda sinceridad, no es sólo una faena. Es una cabronada.

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Los tíos​

A eso que se llama la menstruación, estrictamente femenino, se le aplicaban nombres de tíos varones, lo cual no deja de ser sorprendente
16/05/2022Actualizada 01:54
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Éramos diez hermanos. Ocho varones y dos mujeres. En nuestra familia jamás se habló de eso que tanto le preocupa a Irene Montero y que actúa en el s*x* femenino, con o sin dolores, con cadencia mensual. Usando del lenguaje de aquellos tiempos de nuestra infancia, libre de la corrección política, hablar de eso era propio de chachas. Mi desconocimiento de sus funciones, inconvenientes y pormenores era tan acusado, que hasta muy avanzada mi primera juventud no intuí de qué se trataba. En muchas familias «bien», ese episodio natural que visitaba a las niñas de aceptable cuna y colegios de monjas, se sustituía por diferentes tíos. Me explico. Con 18 años, yo era feísimo. A mi natural fealdad se sumó un repugnante acné juvenil que durante un tiempo me proporcionó el humillante apelativo del «Paellas». Orejas muy despegadas. Mi gran amigo y compañero del colegio Javier Barcáiztegui, «Barca», extraordinario dibujante e ilustrador que firma con el seudónimo de «Barca», me inmortalizaba como una oveja. Y otro compañero, de San Sebastián, Eugenio Antonio Egoscozábal, lector de Voltaire y Diderot a los 16 años, se sacó del caletre una adivinanza versificada que ayudaba muy poco a la consecución de mi autoestima. –¿Qué es el viento?/ Las orejas de Ussía en movimiento–.
No obstante, y a pesar de todas mis limitaciones, de mi fealdad, de mis orejas y de mis efímeros, pero numerosos granos, se produjo un milagro. Tenía servidor un enorme éxito con las chicas de mi edad, e incluso, mayores. Mis poemas vencían a mi deplorable estética, y llegué a tener, simultáneamente, seis novias. Tres en Madrid, una en San Sebastián, una quinta en Neguri, y la sexta, jerezana. Ninguna de las seis me habló jamás de esas puntuales guarraditas que tanto preocupan a Irene Montero y que son –el tiempo y la experiencia me ha demostrado que inevitables– bastante molestas para las mujeres. Pero la gente normal y esas cosas vivíamos aparte. Nadie se refería a su llegada, y menos aún, a su salida.
Para no caer en el gusto infame, muchas familias aplicaban a esa presencia mensual, nombres de tíos. –No puedo salir hoy porque estoy con el tío Agapito–. Y yo lo aceptaba con enorme comprensión y deportividad, si bien a la del tío Agapito le devolví el rosario de su madre y me quedé con todo lo demás, porque tener tíos que se llamen Agapito le impedían la oportunidad de llegar a ser la madre de mis hijos. Las tres restantes de Madrid, si se sentían inseguras con la visita mensual, renunciaban a ir al cine o a la discoteca de moda –La Boite, Gitanillo's , el King, o Tartufo–, por la imprevista visita de tío Eugenio, tío Andrés y tío Ramón, la de San Sebastián, por la presencia de tío Javier, la de Neguri, por no hacerle un feo a tío Ignacio, y la de Jerez, por culpa de tío Beltrán. Al cabo de los años me he dado cuenta de la injusticia. A eso que se llama la menstruación, estrictamente femenino, se le aplicaban nombres de tíos varones, lo cual no deja de ser sorprendente. Pero no exijo reparación alguna porque con las nuevas leyes por mucho menos se termina en la cárcel ocupando las celdas que han dejado vacías los asesinos de la ETA.
Ahora, la de los 20.000 millones de euros disponibles en cochinadas, ha sacado adelante un derecho que ya estaba incluido en nuestra legislación. Cosas de chachas.

Más de Alfonso Ussía​


 

VALIENTE​

Pocas veces he sido testigo de tanta entereza, tanta naturalidad ante la tragedia, tanta valentía a flor de piel, tanto heroísmo sin recompensa.

mayo 17, 2022
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El majadero de Sabino Arana, que en paz descanse y si no descansa en paz me la refanfinfla, escribió que el español – exceptuaba a los vascos-, éramos feos, torpes y vulgares en los movimientos y ordinarios en los andares, menos los toreros, que sí se movían airosos pero con gestos afeminados.

El día de San Isidro, salió de toriles el tercer toro del Parralejo, que le correspondía a Ginés Marín. Al principio de la faena, en un derechazo, el toro volteó con su pitón izquierdo al torero. Le metió el pitón en el muslo derecho con dos trayectorias, de veintisiete y veinte centímetros respectivamente. La punta del pitón, con el torero en el aire, emergía de su pierna. Cayó muy mal, pero se incorporó. La sangre manaba de su herida. El muslo abierto. Vestía de azul celeste y oro, y en pocos segundos su sangre le llegaba a la taleguilla. En la barrera su padre, picador de su cuadrilla, miraba sin ver lo que sucedía en el ruedo.

Hay gestos de valentía que van acompañados de gritos y ademanes. Ginés Marín no movió ni un músculo de su rostro, manchado con la sangre del toro. Con una serenidad pasmosa, ordenó a su cuadrilla y a los toreros que habían acudido al quite, que volvieran al burladero. Seriedad seca y rotunda. La sangre brotaba de su herida, el dolor no se dibujó en su expresión, y siguió toreando. Intentó dos series de naturales, se mantuvo en los medios – para los que no están excesivamente familiarizados con el argot taurino, los medios es el centro del ruedo-, y entró a matar por derecho, como si de aquella estocada dependieran las dos orejas y la salida a hombros de los aficionados por la Puerta Grande de Las Ventas. Esperó al que el toro doblara. Con el toro muerto, Ginés Marín, simulando como podía la cojera, entró en el callejón, y a pie, sonriendo y saludando al público que le ovacionaba por su valor y su entereza, se dirigíó a la enfermería.

En la puerta de los dominios del Doctor don Máximo García Padrós, también conocido como “el ángel de los toreros”, le aguardaba su padre, el picador. El padre besó a su hijo, sin aspavientos, sin lágrimas folclóricas, como un hombre, y el hijo respondió sin llantos, con sequedad, como otro hombre. Ellos sabían y saben que ante el público los toreros torean el dolor y no se quejan.

He visto en repetidas ocasiones la escena del torero herido que se queda en el ruedo, que resiste al miedo y la sangre. En otros lances trágicos, el torero herido es llevado en volandas en busca de su salvación. Pero pocas veces he sido testigo de tanta entereza, tanta naturalidad ante la tragedia, tanta valentía a flor de piel, tanto heroísmo sin recompensa. No se miró la herida. Él sabía que se ponía en manos de un cirujano taurino excepcional. El público en pie, aplaudiendo al valiente, al héroe, que airoso y torero alcanzó la enfermería con su muslo derecho destrozado por el pitón del toro.

Y me acordé del cretino de Sabino Arana, que en paz descanse, y si no descansa en paz, repito que me la refanfinfla.

Alfonso USSÍA
 
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