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Charlita telefónica​

–Cuenta conmigo. Y trae la pasta, Pedro, que tú prometes mucho y siempre mientes.
–La llevo, Volodímir. Un abrazo. Nos vemos en Kiev.
22/04/2022Actualizada 02:05
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–¿Puedo hablar con el señor presidente Zelenski?
–¿De parte de quién?
–Del presidente del Gobierno de España, Yo, Mi Persona.
–Un momento, señor Yo Mi Persona.
–No, perdón. Sánchez, Pedro Sánchez.
–Le paso al señor presidente, señor Sánchez.
( Breve pausa)
–Al habla Zelenski.
–¡Querido Volodímir Oleksándrovich! Soy Pedro Sánchez.
–¿Pedro o Antonio?
–Pedro, Pedro, lo de Antonio es una broma fascista.
–Dime, Pedro.
–Vamos a ver, Volodímir. Sé que estás algo decepcionado conmigo. He hecho todo lo posible por ayudar a los ucranianos y las ucranianas, a todos y todas, pero ya conoces la gentuza que tengo en mi Gobierno, los comunistas, que son de Putin. Por eso, mi ayuda se ha resumido a lo establecido por la OTAN y la Unión Europea.
–Efectivamente, algo decepcionado estoy.
–Pero ahora todo va a cambiar.
–Me alegro, Pedro. Yo no necesito apoyos obligados. Necesito dinero o armas para detener al asesino de Putin.
–Y yo te ofrezco todo. Y además de armas y dinero, te regalo el borrador de ley del tema transexual y de la igualdad de s*x*.
–Con lo primero, las armas y el dinero, me conformo.
–Lo apunto, Volodímir. Eso sí, me encantaría que me recibieras. Quiero visitarte en Ucrania, como han hecho casi todos los demás.
–Si me traes armas y dinero, no tengo inconveniente en recibirte. ¿Vendrías solo?
–¡No, hombre! Iría con alguno de mis ministros, mis asesores y la prensa amiga. Cámaras y corresponsales de las televisiones públicas, y de las privadas al servicio de mi causa, Mediaset y Atresmedia.
–Ven con quienes te salga de las narices. Pero te lo advierto, si te acompaña mucha gente, los rusos pueden detectarnos, y ya sabes cómo se las gastan los rusos.
–Lo que me dices me preocupa. Tengo mujer e hijas. Y además, padres, suegros, hermanos y cuñados. De sucederme algo, los dejaría desamparados.
–Como tú me has dejado al principio.
–Yo no, Volodímir. Los comunistas de mi Gobierno, Yolanda, Irene Montero, la Belarra, Garzón el tonto, no me dejaron mandarte la ayuda que merecías, y que tanto esperaban los ucranianos y las ucranianas.
–Yo te recibo encantado. ¿Te parece en Jarkov?
–Creo que es peligroso.
–¿En Mariúpol?
–Olvídate de Mariúpol.
–¿En Odessa?
–Hay muchos barcos rusos por ahí.
–¿En Kiev?
–Eso, en Kiev, y si es posible, cerca de un refugio subterráneo. Nos hacemos la foto, y a la primera sirena que se oiga, todos al refugio.
–Por eso te recomiendo que te acompañen pocas personas.
–Me acompañan las justas y necesarias para recuperar mi nivel de popularidad, Volodímir, que ahora está por los suelos.
–¿Cuánto dinero me traes para comprar armas?
–De momento, los 200 millones de euros que prometí a los damnificados por el volcán de la isla de La Palma. Estoy tieso, Volodímir.
–¿Y las armas?
–Las que le pueda quitar a las Fuerzas Armadas Españolas. Algún fusil de asalto caerá. Tenlo por seguro.
–Tu generosidad me emociona. Entonces, vamos a dejar claro el plan.
–Vamos.
–Te recibo treinta minutos. Nos hacemos la foto entre ruinas. Me entregas el fusil de asalto y los 200 millones del volcán, y si no hay ataque de los rusos, de vuelta a casa.
–Perfecto, amigo mío. Manda a mi jefe de gabinete la ubicación del aeropuerto más seguro.
–No hay aeropuerto seguro, Pedro. Lo que más gusta a los rusos, además de asesinar a civiles, mujeres y niños, es bombardear los aeropuertos. Tienes la opción de aterrizar en Polonia, alquilar unos autobuses, meter ahí a tus asesores y periodistas, y viajar por carretera hasta Kiev. Le mando a tu jefe de gabinete el plano.
–Gracias, gracias, que la seguridad es la seguridad. ¿Te he dicho que tengo esposa, hijas, padres, suegros, hermanos, cuñados y sobrinos que dependen exclusivamente de mi?
–Lo de los sobrinos es nuevo.
–Pues también sobrinos.
–Qué responsabilidad.
–Tremenda. Y necesito la foto. A este paso pierdo el Gobierno. ¿Tienes a mano casco y uniforme de campaña?
–Me sobran cascos. Es lo que más me mandaste.
–De acuerdo, para la foto, quiero decir.
–Tendrás la foto.
–Pues nada más. Nos vemos en Kiev. Elige una ruina que impresione mucho a los españoles y las españolas, que son bastante tontos y tontas.
–Cuenta conmigo. Y trae la pasta, Pedro, que tú prometes mucho y siempre mientes.
–La llevo, Volodímir. Un abrazo. Nos vemos en Kiev.
–Te espero. Pero treinta minutos. Ni uno más.
–Lo que tardemos en hacernos la foto.
–Vale, Pedro.
–Hasta la vista, Volodímir.
 

Luis del Val: "Andy es un alumno acosado en el Instituto de Cheste por unos profesores repugnantes"​

Ya puedes leer y escuchar la Imagen del día de Luis del Val de este viernes en Herrera en COPE
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Luis del Val: Andy es un alumno acosado en el Instituto de Cheste por unos profesores repugnantes​

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Luis del Val
Luis del Val
Colaborador
Tiempo de lectura: 2' 22 abr 2022 - 10:30 Actualizado 10:48
Nunca he sido un padre coraje. La única ocasión fue cuando mi hijo me contó que le habían ordenado cortarse el pelo en el colegio, porque lo llevaba demasiado largo. Llamé al director y le pregunté si esa era la norma del centro. Me dijo que sí. “Muy bien -le respondí- entonces, por favor, envíeme un escrito explicando que esa es la norma, porque necesito su escrito y su firma para comprobar que no es un capricho suyo o ha tenido una mala semana”. Nunca lo recibí y mi hijo no se cortó el pelo.
Cita:
Andy es un alumno acosado en el Instituto de Cheste por unos profesores repugnantes
Cita:
No se puede vivir de rodillas ante este hediondo fascismo nacionalista que emponzoña la sociedad
Por eso mismo, como no he tenido ocasión de vivir circunstancias más extremas, e ignoro si hubiera sido un buen padre coraje, quiero mandar un abrazo sincero a don Carlos Costa, padre de Andy Costa, un alumno que está siendo acosado en el Instituto de Cheste, Valencia, por unos profesores repugnantes, que se vengan del alumno y le rebajan las notas y le aíslan en un aula de castigo, no por llevar el pelo largo, sino porque pretende examinarse en castellano y no en valenciano, ya que el español es su lengua materna y la que domina.
Cita:
Me ha causado una dolorosa sensación contemplar la fotografía del perseguido Andy Costa
Como los acosadores profesores y director del Centro de Cheste no me pueden castigar a mí, les volveré a decir que es repugnante su acción, y que si las autoridades autonómicas no detienen este asqueroso hostigamiento se harán cómplices de uno de los abusos más pútridos e infectos, rechazado por todas las doctrinas pedagógicas, y lo digo yo que he impartido clases y soy un huido de la enseñanza.
Me ha causado una dolorosa sensación contemplar la fotografía del perseguido Andy Costa en la portada de ABC. Y quiero enviarle a la familia Costa un abrazo solidario de padre y de antiguo enseñante, y mi admiración, porque no se puede vivir de rodillas ante este hediondo fascismo nacionalista que emponzoña la sociedad, y ante el que tenemos el deber de levantarnos, antes de que su bota se haga más grande y la tengamos sobre la boca y nos vuelva mudos. Ya está sucediendo en zonas de Cataluña, y ahora se extiende a Valencia, a Cheste, ensuciando la memoria del pedagogo Ricardo Marín Ibáñez, aguando su buen vino y poniendo a Cheste en la lista de las infamias del totalitarismo nacionalista. Gracias, familia Costa, por luchar por la libertad
 

Milagros​

El gran milagro granadino del siglo XXI no es otro que la resurrección de Mayor Zaragoza
23/04/2022Actualizada 02:10
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Ramón Pérez-Maura nos ilumina con un nuevo milagro. La inesperada resurrección de Federico Mayor Zaragoza, firmante de la gamberrada de manifiesto alentado por Ione Belarra. Lo ha hecho rubricando la sandez comunista al lado del invicto exgeneral del Ejército del Aire, Julio Rodríguez. Y le concedo la condición de invicto porque su carrera militar no se corresponde a su altísimo empleo, Jemad con Zapatero, que destacó por retirar a nuestros soldados, en contra de su voluntad, desplegados en misión de paz en Irak. Es invicto porque nunca ha ganado y nunca ha perdido, lo cual en un teniente general de cuatro estrellas tiene mérito.

Mayor Zaragoza le debe casi todo al jefe del Estado, general Franco, y con menor influencia a Rafael Anson, que convenció a Suárez para que lo nombrara ministro. Como rector de la Universidad de Granada, y según Manuel Jiménez de Parga, catedrático y posteriormente presidente del Tribunal Constitucional, fue un obediente rector siempre con la mano en el teléfono para avisar a los grises cuando los estudiantes organizaban algún tumulto. En elIdealde Granada se resumió en un excitante titular la normalidad universitaria regida por Mayor Zaragoza. «Normalidad en la Universidad. Dimiten el decano, vicedecano y tres catedráticos de la Facultad de Derecho». Es decir, normalidad plena.
Granada es una de las ciudades más pasmosas de España y del mundo. Y los granadinos, gentes encantadoras con media vuelta al revés en sus temperamentos. Ellos mismos dicen que el granadino tiene muy «malafollá», pero creo que es un tópico, un lugar común, como el que los catalanes son tacaños. Creo que he marrado en la comparación, porque efectivamente, los catalanes son bastante tacaños. Los cursis –casi todos–, de los comentaristas futboleros de Movistar Plus, denominan al Granada Club de Futbol el «conjunto nazarí». Nazarí el conjunto y nazaríes los futbolistas del club granadino. El nazarí no es otra cosa que el miembro de la dinastía, familiar o servidor de Yusuf Iben Nazar, Rey de Granada. Los futbolistas del Granada nada tienen que ver con Nazar, y lo de nazarí es una cursilería gratuita. Como si comentando un España-Inglaterra de fútbol, el locutor nos regalara el siguiente párrafo. «El gol que han marcado los Windsor obligan a los Borbón a marcar un tanto para equilibrar el marcador».
Milagros de Granada. Todos sus futbolistas, españoles, sudamericanos y europeos descienden del petardo de Iben Nazar, un Rey, por otra parte, acumulador de inmensas y encadenadas torpezas. Si bien, el gran milagro granadino del siglo XXI no es otro que la resurrección de Mayor Zaragoza, que después de presidir durante años el enchufe de la Alianza de Civilizaciones, parecía haber desaparecido de los perfiles de sierra Nevada y los bosques cerrados de la Alpujarra.
Mayor Zaragoza politizó hacia las izquierdas la Unesco, y en premio, el reputado miembro de la minería aurífera, José Luis Rodríguez Zapatero, le eligió como presidente de la mayor chorrada jamás nacida de cabeza humana. La Alianza de las Civilizaciones, es decir, el abrazo intenso y sincero del mundo musulmán, anclado en el siglo XII con la civilización judeocristiana, el humanismo cristiano imperante en occidente, que vive de acuerdo con su siglo, el XXI. Una canallada de encargo, promover semejante abrazo, cuando entre unos y otros vuelan en el vacío nueve centurias. Y Mayor Zaragoza, después de no hacer nada en el engendro que le encomendaron, desapareció del Foro, y según un 95 por ciento de la humanidad, también del mundo. Pero los pillos siempre reaparecen con las golferías, y ese manifiesto comunista alentado por la simpática Ione Belarra, muy favorable al gran amigo del comunismo español si bien su nombre no parece, Vladimir Putin, nos lo ha devuelto a la luz.
En las cuevas de Sacromonte, en el decenio de los cincuenta, y con motivo de la visita oficial que rindió a Granada el Príncipe Muley Abdalah de Jordania, se produjo otro milagro. El Príncipe se enamoró locamente de la bailaora Rosita López, la Colmenera. Hizo de interprete entre Rosita y Su Alteza el limpiabotas Antonio Juez, cabo legionario recién licenciado y limpiabotas. El Príncipe, enloquecido de amor, hizo llamar a la Colmenera a su presencia. Y le soltó una parrafada. El legionario lo tradujo. «Rosita , dice Su 'Artesa' que tus brazos son como las palmeras cimbreándose con el viento». «¡Ohh, que cosa tan bonita. Dile a Su 'Artesa' que gracias, que me ha emocionado». Su Alteza era lento en la creación de metáforas. Y volvió a hablar. El legionario tradujo: «Rosita, que dice Su 'Artesa' que te mueves como las gacelas sobre las dunas». «Ohhhh, qué cosa más bonita. Dile a Su 'Artesa' que me muero de la emoción». Y, finalmente, después de una larga meditación, el Príncipe jordano culminó su presumible seducción: «Rosita, dice Su 'Artesa' que tus labios son tan dulces como los dátiles maduros y que él daría todo lo que tiene por comprobarlo». Y ahí, Rosita la Colmenera, endureció el gesto, movió la cabeza con dignidad, y respondió: «Legionario, dile de mi parte a Su 'Artesa', que serviora no folla».
Otro milagro. Pero de menor intensidad que el de Federico Mayor Zaragoza.

Más de Alfonso Ussía​

 

Reinosa​

Los presidentes y ministros del Gobierno no saben agradecer las anchoas y los «sobaos» pasiegos que reciben de Revilla
24/04/2022Actualizada 01:36
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Hace más de diez años, siguiendo las incidencias de un gran torneo de bolos montañeses, el Torneo de Campeones del Banco de Santander que en aquella edición se disputaba en Villacarriedo, la preciosa localidad pasiega de Manuela, el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla me vaticinó: «En dos años, la vía del AVE llegará a Reinosa». Ante mi expresión de sorpresa, marcó el número de teléfono de Pepiño Blanco, a la sazón ministro de Fomento del cochambroso Gobierno de Rodríguez Zapatero, el reputado empresario hispano-venezolano de la minería aurífera. Y habló con Pepiño, o al menos, simuló hablar con él. Se quejaba Revilla del retraso en cumplir con la promesa. No obstante, se me olvidó el asunto. Ahora, que vivo en Cantabria y todos los meses viajo en tren a Madrid, me acuerdo de aquella fantasmada. Subo al tren en Torrelavega, cuna de los antepasados del Fénix de los Ingenios, Félix Lope de la Vega Carpio, en Canarias, Lope de Vega. Curioso lo de estos madrileños hijos de La Montaña de Cantabria. Lope de Vega, Francisco de Quevedo –Vejorís, valle de Toranzo–, y Pedro Calderón de la Barca –altos del Besaya–. Desde Torrelavega a Reinosa, el tren Alvia, invierte casi una hora en cubrir 50 kilómetros. Y de Reinosa a Palencia, pasando por el Campóo castellano, Herrera del Pisuerga, Osorno, Frómista y al fin, Palencia, unos noventa minutos. En Palencia, cambio del ancho de la vía y de ahí a Madrid, por Valladolid y Segovia, apenas una hora y quince minutos, Pepiño Blanco se quedó en Palencia, Ana Pastor, ministra con Rajoy, se quedó en Palencia, Ábalos se quedó en Palencia, la tonta de turno de la actualidad sigue en Palencia, y cuando pierdan los socios de Revilla el poder del Gobierno de España, el próximo ministro no se moverá de Palencia. Los presidentes y ministros del Gobierno no saben agradecer las anchoas y los «sobaos» pasiegos que reciben de Revilla.
Sucede que La Montaña, Cantabria, de soltera Provincia de Santander, antaño mar de Castilla, es una región pacífica y serena, que jamás ha molestado, intrigado o traicionado su lealtad a España. Y a los montañeses les toman por el pito del sereno, porque saben en Madrid que con ellos no tendrán problemas. Cantabria no es un emporio industrial, pero sí uno de los destinos turísticos más frecuentados de España. No soy topógrafo, como mi gran amigo y colega Antonio Burgos, el gran barroco sevillano, que sirvió a España durante su Mili, como cabo topógrafo. Pero así como intuyo que la construcción de la vía de alta velocidad entre Reinosa a Santander resultaría costosísima por el desnivel desde Reinosa a la capital montañesa, desde Palencia a Reinosa es perfectamente asumible.
Sucede que la consecución de esa obra, fundamental para el desarrollo de Cantabria no es factible desde los platós de las cadenas de televisión y las tertulias innecesarias. Esas obras precisan de mucho trabajo para convencer y más trabajo aún para culminarlas. Las anchoas no sirven para ello.
Lo cierto es que el viaje a Madrid desde Santander en tren tiene el atractivo de compaginar el romanticismo ferroviario del siglo XIX con la velocidad del siglo XXI. Yo experimento ese cambio de siglos todos los meses, y resulta aleccionador. Se disfruta del paisaje de La Montaña durante mucho tiempo. En los prados verdes y rabiosos de Campóo se dibujan decenas de corzos, que no se asustan con el tren. Llevan más de cien años viendo pasar el tren a la misma velocidad y con parecida discreción. Y de Madrid hasta Palencia o de Palencia hasta Madrid, un suspiro. Los corzos no se ven y los kilómetros son tragados con avaricia por la modernidad ferroviaria.
Y así seguirá. No interesa invertir en Cantabria porque Cantabria no da problemas. Pero cada vez que tomo el tren en Torrelavega, y de ahí hasta Palencia, me acuerdo bastante de Revilla.

Más de Alfonso Ussía​

 

Días completos​

Y el 23 o 24 de abril, fue sacrificado «Excálibur», el perro de la enfermera contagiada por imprudencia profesional de ébola, Teresa Romero, señora de Limón
25/04/2022Actualizada 01:42

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El 23 y 24 de abril llegaron y pasaron con toda su carga cultural e histórica. Aniversario de Cervantes y de Shakespeare. Al segundo, el grande y olvidado poeta satírico sevillano le dedicó epigramas muy divertidos.
To be or not to be.
That is the questión.
De papas con tomate
¡Cómo me he «puestion»!
Lo dijo William
Que era un señor
De buena «familiam».
Ya sabes, «mare»,
Quien és el susodicho:
¡Shakespeare!
Y el 23 o 24 de abril, fue sacrificado «Excálibur», el perro de la enfermera contagiada por imprudencia profesional de ébola, Teresa Romero, señora de Limón. Cervantes y Shakespeare, fallecieron de muerte natural y en la soledad, en tanto que «Excálibur» fue asesinado por orden del malvado Gobierno del Partido Popular siguiendo las instrucciones de Sanidad. La muerte del perro de los señores de Limón, que podía ser portador del ébola, reunió en Madrid a decenas de bondadosos animalistas que lloraron su sacrificio como folclóricas. Los señores de Limón, apoyados por los movimientos animalistas, pidieron una indemnización de 150.000 euros por los daños morales del sacrificio del pobre perro, pero el también malvado TSJM no ha dado a los ilustres señores de Limón la razón, han perdido el pleito y les ha condenado a pagar las costas judiciales. Una prueba más de la brutal represión de las derechas a «los derechos humanos de los perros», tal como denunciaron los animalistas.
También aniversario de los ajusticiados Comuneros de Castilla, Juan Bravo, Padilla y Maldonado. En la calle Juan Bravo de Madrid está establecido el «Milford», que junto a «Richelieu» es uno de los bares más tradicionales del Foro. De nuevo, el recuerdo de su muerte, ha despertado la emoción monárquica de los separatistas catalanes, que siguen hechos un lío. A la Guerra de la Sucesión le dicen de la Secesión, cuando fue una guerra monárquica entre los españoles partidarios de Felipe V y los leales al archiduque Carlos. Ganó Felipe V y de aquella melancolía monárquica de los perdedores, Cataluña estableció la Diada, que es el festejo de una contundente derrota. Ese entusiasmo monárquico del separatismo catalán, se ha mostrado de nuevo en el mensaje que el sabio e instruido profesor de Historia de España Joan Tardá, ha enviado al pueblo de Castilla. «Salut al poble –pronúnciese popla»–, de Castella, avui 23 de abril. Día Nacional de Castella. Villalar 2022. «Castilla entera se siente comunera». ¡Visca les Repúbliques. Ignoro si Castilla entera se siente comunera, como dice Tardá, que sospecho que no. Pero aquí nada tienen que ver «les repúbliques». Los valientes comuneros, Padilla, Bravo y Maldonado, se alzaron a favor de Doña Juana de Castilla, mal llamada La Loca, y en contra de la entronización del hijo de ésta, el que fuera Emperador Carlos I de España y V de Alemania, padre de Felipe II y de Don Juan de Austria, uno de los personajes más grandes de nuestra Historia que ya no se estudia. Carlos I no está bien visto en Cataluña porque no hablaba en catalán. «A Dios le hablo en español, a las mujeres en francés, a los artistas en italiano y a mi caballo, en alemán». Pero se olvidó de la inmersión lingüística, y eso los monárquicos-separatistas de Cataluña, como Joan Tardá, no lo perdonan.
Y el 24 de abril, El Rey Felipe VI, presidió la final de la Copa de S.M. El Rey que disputaron el Betis y el Valencia en Sevilla. Himno Nacional coreado por ochenta mil espectadores y ovación unánime al Monarca, que tuvo la suerte de no ser acompañado por Pedro Sánchez. Claro, que –a excepción de Juanma Moreno–, lo que le rodeó en el palco era para salir corriendo. Iceta, Ximo Puig, y Rubi, el comisionista.
Días muy llenos de memorias y acontecimientos, los 23 y 24 de abril. El Día de la Rosa, la Final de la Copa del Rey, el ajusticiamiento de los monárquicos Comuneros de Castilla, y las muertes de Miguel de Cervantes y William Shakespeare, que no escribían nada mal.
Y sobre todo, lo de «Excálibur». Lo último, terrible. Sollozo mientras redacto.

Más de Alfonso Ussía​

 

JOAQUÍN​

Joaquín se ha ganado a todos los aficionados por su inteligente ingenio, su bondad y su simpatía arrolladora.
abril 26, 2022
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Joaquín a secas, es el futbolista. Un deportista grandioso. Tiene una ventaja sobre todos los jugadores de élite de España, Europa , América y el resto del mundo. Que nació en el Puerto de Santa María. Otro portuense, mi señor abuelo don Pedro Muñoz-Seca, dedicó al Puerto de Santa María su comedia “El Roble de la Jarosa” con estas palabras: “Al Puerto de Santa María, el pueblo más bonito de España, donde hay más sol y más alegría, y donde viven los viejos de mi alma”.

En el Puerto muere el Guadalete, que quiere decir “el agua del olvido”, el río del olvido. Y en su castillo de San Marcos, hoy sede de las Bodegas Caballero, vivió el Rey Alfonso X el Sabio. Por el Puerto pasó el gran cartógrafo español Juan De la Cosa, nacido en la costa montañesa, en Santoña, que por aquellos años se llamaba Santa María del Puerto, es decir, lo mismo. En el Puerto, y en casa de los condes de Osborne, pasé más de un año, los catorce meses de la Mili, y de su hospitalidad me beneficié durante los fines de semana. El Puerto huele a mar, a pinar y vino. Y es lugar de ingenio estallante, contagioso y permanentes sonrisas. De allí es Joaquín.

Joaquín ha cumplido 40 años y pocos días atrás, como capitán del Real Betis Balompié, recibió del Rey el gran trofeo del Campeonato de España, Copa de S.M. El Rey. Venció el Betis al Valencia, donde también jugó Joaquín y dejó un recuerdo imborrable. La mitad del estadio, verdiblanca o verdolaga, como le dicen los aficionados del Sevilla. Y la otra mitad, blanca. Cuando Joaquín se dirigió al palco a recoger el trofeo, las dos mitades aplaudieron con la misma fuerza, porque los valencianistas disfrutaron durante bastantes años de sus diabluras, su rapidez, su clase y su señorío.

Joaquín, en el Puerto y en Sevilla, es como Curro Romero. El arte y la hondura. Joaquín es un torero que juega al fútbol, y ha cortado en los estadios de todo el mundo, muchas orejas y algún rabo. La plaza del Puerto es la que tiene el ruedo más grande de España, y unos azulejos en su patio de caballos recuerdan un pensamiento de Joselito. “Quien no ha visto toros en el Puerto, no sabe lo que és una corrida de toros”. Me dijo el mejor torero que ha nacido de madre, Antonio Ordóñez, el rondeño, que los “óles” que nacen de los tendidos de la plaza el Puerto son aún más bonitos y alegres que los sevillanos. Óle y no olé, aunque últimamente en La Maestranza sevillana el “óle” ha perdido vigencia en beneficio del “¡bieeeen!”. En Andalucía la Baja, el triángulo más luminoso y con mayor talento natural y popular de España el desahogo es libre.

Joaquín se retira con 40 años cumplidos. Medio corazón en Sevilla, medio corazón en el Puerto. Guadalquivir y Guadalete. En su Puerto, el Atlántico, que allí es mujer, la mar, como le dicen todos los marinos y pescadores. Levante y poniente, los vientos. –Buenos días, hoy hace un buen poniente- porque el levante abruma.

Pero con independencia de su calidad, de su formidable carrera futbolística, Joaquín se ha ganado a todos los aficionados por su inteligente ingenio, su bondad y su simpatía arrolladora. Nada sorprendente.

Es del Puerto.

Alfonso USSÍA
 

Aquellos Godó​

En una Barcelona gobernada por un alcalde normal, en una Cataluña gobernada por personas normales, y con un torneo Conde de Godó auspiciado por un conde más normal, Madrid no se habría devorado a Barcelona en el tenis
26/04/2022Actualizada 02:03
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Cuando yo era joven, el tenis español era y estaba en Barcelona. Manolo Santana irrumpió en sus costumbres, y molestó bastante. Era ya campeón de España cuando el presidente de la Real Federación Española de Tenis, el marqués de Cabanes, concedió una beca a cuatro tenistas para que completaran en Australia su formación. Entre los tenistas no incluyó a Manolo Santana. El protector y segundo padre de Manolo Santana, Álvaro Romero-Girón, se trajo a Madrid al mejor entrenador australiano para que se ocupara exclusivamente del fabuloso tenista madrileño. Y los resultados allí están, en la memoria estadística. Los cuatro favorecidos por el marqués de Cabanes, buenos tenistas pero poco más, compitieron en la mediocridad, y Manolo Santana ganó en dos ediciones del Roland Garros, en el Open de Estados Unidos, que en aquellos tiempos se celebraba en Forest Hill y en 1966 en Wimbledon. Además, gracias a Santana, España logró presentarse en dos ocasiones en Australia para jugar la final de la Copa Davis.
El Real Club de Tenis Barcelona era sede permanente del equipo español de Copa Davis, y en sus pistas se celebraba el, por aquel entonces, maravilloso Torneo del Conde de Godó. Era otro Godó. El conde de Godó no era el actual conde de Godó, Barcelona no era la Barcelona de hoy, y Cataluña, vanguardia cultural y deportiva de España, estaba muy bien educada. En solo una ocasión, el público del RCTB se mostró grosero con Santana. El genio madrileño había ganado en Wimbledon a Dennis Ralston convirtiéndose en el primer tenista español en lograr el triunfo individual en la catedral del tenis sobre hierba. Y lo había hecho con el escudo del Real Madrid bordado a la altura de la tetilla izquierda de su polo blanco. En la eliminatoria de Copa Davis posterior a la victoria de Santana en Londres, Santana fue abucheado por su madridismo. Los siete hermanos menores de la familia Ussía aplaudimos a rabiar. Y España ganó a un gran equipo, el yugoslavo, con Nikola Pilic y Jovanovic. Al final, el público barcelonés se rindió ante el gran juego del campeón madridista, que lo era hasta los cotubillos. Golpe maestro de don Santiago Bernabéu y Saporta.
El Godó sigue siendo un prestigioso torneo, pero Madrid se ha tragado a Barcelona también en el tenis. Madrid tiene un Masters 1000 completo, femenino y masculino, que intentaron cargarse sin éxito los podemitas cuando gobernaron La Villa y Corte. Se dice que podría ascender de categoría y convertirse en el quinto Grand Slam. El Godó lleva mucho tiempo de segundón, con el trono perdido, porque también ha sido víctima de la descomposición social que ha infectado Barcelona el nacionalismo y el separatismo. Es lógico que si el actual conde de Godó forma parte de esa alta burguesía barcelonesa que ha jugado a dos bandas desde los gobiernos nacionalistas del jefe de la mafia Pujol, el torneo haya descendido de rango. Nadie puede esperar una final del Godó tan asombrosa como la que se disputó a principios de los setenta entre Manolo Santana y Rod Laver, con victoria del español. Ahora está bien, pero ya no es lo que era. En los grandes tiempos del tenis español radicado en Cataluña, escribían Josep Pla, Gironella, y Salvador Espriú, y ahora lo hacen Enric Juliana, Pilar Rahola y demás cosas de por allí. En aquella Barcelona del Godó, los alcaldes eran personas preparadas –e incluso brutalmente asesinadas por los antecesores de los de ahora–, y sus concejales no hacían pis en las aceras, ni retiraban la bandera de España del balcón principal del ayuntamiento. El Godó, como tantas empresas, instituciones y congresos, inició su descenso cuando el último señor que gobernó Cataluña, Josep Tarradellas, abandonó la Presidencia de la Generalidad. Lo que me atrevo a escribir, es que en una Barcelona gobernada por un alcalde normal, en una Cataluña gobernada por personas normales, y con un Torneo Conde de Godó auspiciado por un conde más normal, Madrid no se habría devorado a Barcelona en el tenis.
El Godó lo ganó un prodigioso tenista español, Alcaraz, murciano, a otro gran tenista español Carreño-Busta, asturiano. Y en fin, que esto es lo hay. Aquellos tiempos, con todos los mejores del mundo, no volverán. Sobrevuelan Barcelona y desembarcan en Madrid y la Caja Mágica.

Más de Alfonso Ussía​

 

NECESITO ONCE MIL​

Posteriormente, ya pueden llegar veinte invitaciones de boda, que el éxito está asegurado en las veinte.
abril 27, 2022
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Este verano tengo alguna boda de presencia obligada. Por otra parte, me han aconsejado fortalecer los antebrazos, eliminar estómago, endurecer las corvas, y ensanchar de hombros. Todo es posible, pero necesito con urgencia 11.000 euros y no los tengo. Esos 11.000 euros son los que cuesta, drenaje linfático arriba, drenaje linfático abajo, una estancia de cinco días en el Palace Merano, del que termina de salir de dulce esa mujer tan sencilla y natural conocida por Victoria Beckham.

En ese establecimiento del norte de Italia son inmejorables los baños de barro. Los baños de barro son los baños que más ensucian, y además queman la piel, pero al cabo de unos días, ésta se vuelve suave y tersa como pompis de príncipe recién nacido. Previamente bañado de barro, se procede a los masajes de drenaje linfático. Son imprescindibles para asistir a una boda elegante. Antes no me daba cuenta de nada, pero ahora, con la capacidad de observación agudizada por la edad, sé distinguir a la perfección en una boda quién se ha dado, y quien ha rechazado, los masajes de drenaje linfático.

Entran en el precio las sesiones de hidroaromaterapia, que no se deben confundir con las sesiones de hidroterapia a secas. En la hidroaromaterapia se sale perfumado y bienoliente, y se pueden elegir los aromas a discreción. De conseguir los 11.000 euros, mi propósito es oler después de las hidroaromaterapias a lavanda inglesa o la mejor lavanda del mundo, que por ser española no estará entre las opciones, el Ánfora de Oro del Instituto de Sevilla. Así, con el drenaje linfático y la hidroaromaterapia, pasaría al comedor. Allí no se admiten platos ni líquidos con cafeína, proteínas animales y alcohol. Pero el “chef” ofrece un menú muy sugerente basado en plantas ricas en alimentos hipoalergénicos. Las plantas ricas en alimentos hipoalergénicos son carísimas, y no entiendo que no se las cobren a las vacas que pastan libremente en los prados. Porque son las mismas hierbas que se comen, rumian y vuelven a ingerir las vacas, si bien no están envasadas en preciosos frascos a 500 euros la ración.

Posteriormente, ya pueden llegar veinte invitaciones de boda, que el éxito está asegurado en las veinte. Pero no he logrado reunir, hasta el momento, los 11.000 euros, sin contar, claro está, con los billetes de avión y los taxis hasta y desde el Palace Merano, que está muy alejado del aeropuerto más inmediato. Se acerca junio, que es el mes en el que se casa el 96% de la gente bien, y aquí me tienen. Sin baño de barro, sin drenaje linfático, sin sesiones de hidroaromaterapia y sin `plantas ricas en alimentos hipoalergénicos, la hierba común de las vacas. Me he entregado a las proteínas animales, al alcohol, al azúcar y no quepo en el chaqué.

A ver si alguien de Podemos se compadece de mí y me manda una sobrita de lo que ingresa. ¿Qué son 11.000 euros para Irene?

Vamos, mona.

Alfonso USSÍA
 

Sorprendidos por el Rey​

Si el Rey personifica con este gesto la ejemplaridad, obliga a los partidos y políticos «sorprendidos» a actuar de manera similar, siguiendo su ejemplo
27/04/2022Actualizada 03:14
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Presidía el Gobierno don Francisco Silvela, el más inteligente, literario e irónico político de la Restauración, autor en colaboración con don Santiago Liniers del primer tratado sobre la cursilería, una obra actualísima y vigente, aguda y divertida, titulada La Filocalia. Entre los diputados de su partido, Silvela sentía predilección por don Benito Céspedes, al que apodaban 'el Redicho'. Se trataba de un gran dominador del lenguaje, un maestro en situar cada palabra en su sitio y usar de voces y conceptos un tanto anticuados. Don Benito era, además, un pícaro seductor. Un domingo por la mañana, su santa esposa se preparó para ir a Misa y, cumplido el precepto, comprar en Lhardy unos pasteles. Cuando oyó don Benito el golpe de la puerta al cerrarse, sin más dilación, apresuradamente, se dirigió al dormitorio de Hortensia, la joven fámula, con la que mantenía esporádicas experiencias de lecho compartido. La santa esposa se apercibió, camino de la parroquia, que se había dejado el monedero en casa, y retornó al hogar. Abrió y no encontró a su esposo, don Benito, que no se hallaba ni en el salón ni en su despacho ni en su habitación. Pero oyó lejanos alaridos provenientes de la zona del servicio. A medida que cubría sigilosamente la distancia establecida, el tono de los alaridos, gemidos y clamores aumentaba. Abrió la puerta del cuarto de Hortensia, y allí estaba la fámula, pecando contra el Sexto con su esposo, don Benito, el 'Redicho'.
–¡Benito, estoy sorprendida! –ululó la buena señora.
Don Benito, con gran dominio de sí mismo y elegante parsimonia, se volvió hacia su mujer y le corrigió el léxico.
–No, Maribel. Yerras en el lenguaje. A lo sumo, te sentirás asombrada, porque los sorprendidos hemos sido nosotros.
Algo parecido habrán experimentado muchos políticos de la España actual con la decisión del Rey de hacer público su patrimonio personal. Asombrados o sorprendidos. La fortuna del Rey de España no alcanza los 2.600.000 euros. Su decisión personal y la transparencia y claridad de los datos publicados obedecen a un impulso de regeneración nacional. Si el Rey personifica con este gesto la ejemplaridad, obliga a los partidos y políticos «sorprendidos» a actuar de manera similar, siguiendo su ejemplo. Es decir, obliga a Zapatero a publicar sus bienes, sus cuentas corrientes y su empresa de minería de oro, aunque ésta se ubique en Venezuela. Obliga a Pablo Iglesias e Irene Montero a hacer público su patrimonio, y a la banda de los Pujol, y a los familiares de Sánchez y de Ximo Puig, a los esposos de la señora y del ministro Marlaska, y a los gastos suntuosos y horteras del presidente del Gobierno y su esposa que, al fin, está moralmente obligada a hacer público el sueldo que percibe del marqués de la Romana y el Instituto de Empresa por no hacer absolutamente nada. Y los gastos del Falcon y el Superpuma. Y los 20.000 millones – la mitad de los que ha pagado Musk por Twitter– que ha concedido a la ministra de los asuntos sexuales y las niñeras para guarraditas. Ya no se podrán excusar esgrimiendo que la falta de información responde a secretos de Estado, cuando el Rey, que es el Jefe del Estado, ha considerado que el patrimonio personal y los gastos que conlleva la responsabilidad pública deben ser reconocidos y publicados por todos, empezando por él.
Tengo para mí que la mayoría de los políticos, entre los que incluyo a Monedero, y de los informadores asalariados del Gobierno tienen un patrimonio mucho más rico y deseable que el Rey de España, después de siglos de reinado. Dos Reyes despreciados –merecidamente–, por la Historia, Fernando VII e Isabel II, cedieron al pueblo español todo el patrimonio Real. En ese patrimonio, la colección Real de Pintura, o lo que es lo mismo, el Museo del Prado. Y los Reales Sitios con sus Palacios. Gesto que otras monarquías no tuvieron con sus ciudadanos. Pero esto será considerado como una anécdota sin importancia.
No se espera, se exige, después del gesto del Rey, que los españoles sepamos del paradero de miles de millones de euros que han volado de nuestras arcas públicas.
Con el pie cambiado y sorprendidos.

Más de Alfonso Ussía​

 

Claridad​

A partir de ahora, gracias a Sánchez y la impresentable Batet, los espiados vamos a ser todos los españoles, menos los etarras y los traidores catalanes
28/04/2022Actualizada 03:40

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La claridad en el lenguaje ha sido derrotada por la cobardía. No se habla claro, no se escribe claro y no se piensa en claro. El titular del editorial de El Mundo es claro y sencillo de entender, pero no lo suficiente: «Batet rinde las Cortes al chantaje de los separatistas». ¿Se chantajea a sí misma la Batet? ¿Se rinde ante su chantaje? Batet fue partidaria del referendo ilegal convocado por los separatistas, y por ello no puede sentirse ofendida si muchos la incluimos en el separatismo catalán.
Sánchez y Batet han abierto la puerta de los secretos de Estado al separatismo y al terrorismo. Eso se entiende mejor. No se concibe mayor vileza ni traición más nauseabunda.
Entre las obligaciones del CNI, del Centro Nacional de Inteligencia, está la de espiar a los traidores, conocer sus movimientos e identificar a sus agentes, contactos y colaboradores. El CNI no puede estar expuesto a que sus investigaciones caigan en manos de sus investigados. ¿Por qué los herederos de la ETA y los golpistas de ERC están tan interesados en formar parte del Centro Nacional de Inteligencia español?
No será por orgullo patriótico. No será para favorecer a España, a su unidad, y a su Estado de derecho. El objetivo es el contrario. Contaminar, infectar, entorpecer el funcionamiento de una institución que, por definición, tiene que ser oscura. En todos los Estados libres el espionaje es oscuro y, en ocasiones, sobrevuela a las leyes. Eso lo sabemos todos, y el que lo niegue, miente. Se habla mucho estos días de Pegasus, el espionaje al separatismo catalán, los golpistas y los traidores. Estoy plenamente de acuerdo con los que hayan decidido montarlo y desarrollarlo. Gracias a ello, se han detectado las amistades, peticiones de dinero, y concordias escalofriantes de Puigdemont y Putin. El espionaje es sucio, y vaya si lo es. Pero se trata de una suciedad tan necesaria como benéfica para controlar a la mugre. Y la mugre, gracias a Sánchez y Batet, es la que ahora se dispone a controlarnos a todos. El espionaje sí es un secreto de Estado, no lo que gasta Irene Montero en Chile durante un fin de semana con la niñera-asesora e Isabel Serra. Los espías no se identifican como tales. De hacerlo, dejarían de serlo inmediatamente. Sólo el director del CNI conoce la verdadera identidad de cada uno de sus funcionarios. A partir de ahora, la podrán conocer los etarras y los golpistas catalanes.
Cuando se celebraron las elecciones presidenciales al Real Madrid en las que mi candidatura fue derrotada por la de Ramón Mendoza, sus servicios de espionaje fueron mucho más efectivos que los míos, que carecía de ellos. Tenía en mi candidatura dos submarinos que informaban continuamente a Mendoza de mis movimientos. Pasados los años, nos divertíamos Ramón y yo comentando aquellas cosas, el incendio provocado por los Ultras Sur de mi sede electoral, y el voto emitido por correo de más de quinientos socios fallecidos a favor de Ramón. Votos que fueron admitidos como válidos.
El día de las elecciones, previas a un partido Real Madrid-Sevilla, los candidatos a la presidencia y los miembros de las candidaturas recibimos unas identificaciones, unas tarjetas plastificadas con nuestros nombres, para movernos por el estadio sin problemas. Teníamos asignados los dos candidatos, Ramón Mendoza y el que escribe, una pareja de policías nacionales. Los míos, Encarna y Antonio, unos tipos estupendos. Se presentaron a recoger sus tarjetas y les dieron lo que sigue. Aparecían sus fotografías con sus nombres y apellidos. «Candidatura Alfonso Ussía». Y en el faldón de abajo, con grandes caracteres se leía: «Policía Secreta». Algo así es lo que pretenden, imaginado desde la broma, los proetarras y los golpistas catalanes. No hay que olvidar que siendo parlamentario vasco por Herri Batasuna, y jefe máximo de la ETA en sus años más sangrientos, 'Josu Ternera' fue designado en el parlamento de Guernica «presidente de la Comisión de Derechos Humanos», con el apoyo del PNV y algunos votos del PSE.
Si hay que espiar a los traidores, se les espía. A partir de ahora, gracias a Sánchez y la impresentable Batet, los espiados vamos a ser todos los españoles, menos los etarras y los traidores catalanes.

Más de Alfonso Ussía​

 

La blanca boda​

De la Colegiata al Congreso media largo trecho. Del Hotel Real a Bildu, aún más largo. De El Danubio Azul a Los Segadores, larguísimo. Del padre Gatón a Otegi, interminable
29/04/2022Actualizada 02:02
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La presidente –y no es errata– del Congreso, Meritxell Batet, que ha modificado por vía urgente el sistema de mayorías para permitir que los proetarras de Bildu y los golpistas de ERC accedan a los secretos oficiales, fue en su primera juventud –transcurre por la segunda–, una promesa del ballet clásico. Se decía de ella que llevaba en una pierna la sutileza de la Paulova, en la otra la fortaleza de Margot Fonteyn, en su medido torso la gracia de Pilar Rahola y en su cabeza el alarde artístico de Dodó Escolá, autor de la bella balada La Naranja y el Limón, que tanto emocionó a los jóvenes de mi tiempo. Se trataba de una canción, bailable, resumida en el amor imposible de una naranja y un limón. Drama y tristeza.
Pero un día, triste día
Llegó un barco naranjero,
Y a su media naranjita
Se llevó hasta el extranjero,
Y el limón del limonero
Se puso enfermo y se murió.
Y aquí termina esta historia de amor
¡¡Por culpa de la exportacióóóón!!
En Barcelona, las profesoras de ballet de Meritxell, se vieron obligadas a decirle la verdad acerca de su futuro como bailarina. «Meritxell Batet,molt petileta per el ballet», que además rima. Y le brotaron esos rizos de oro, bucles dorados de encinas en primavera, que aún perduran en su cabello. Y un día, como la naranja y el limón de Dodó Escolá, un aguerrido y joven político del Partido Popular, el montañés José María Lasalle, el mismo que siendo secretario de Estado de Cultura con Íñigo Méndez de Vigo premiaba a Trueba y subvencionaba a los restos de «La Ceja», viola paseando por una calle de Barcelona y se prendó de ella. Lógico, por otra parte.
Santillana del Mar de gala. Se casaban en la maravillosa Colegiata, la más dulce bailarina y el más acomplejado político del PP, lo cual tiene mérito. Ella, de blanco, pureza infinita. Fue ella la que exigió casarse por la Iglesia. Ofició la ceremonia el Reverendo Padre don Alberto Gatón de las Heras, magnífico predicador, y que al cabo de los años sería un querido y respetado capellán de la Armada Española. Al abandonar el templo, los invitados, entre los que destacaba Narcís Serra, su protector, lanzaron al aire de Santillana puñados de arroz. De ahí, se trasladaron al económico Hotel Real de Santander inmediato al «Promontorio» de don Emilio Botín, donde se celebró la cena nupcial y el posterior baile. Como se trataba de una pareja de mentes progresistas, dentro de lo que cabe, eligieron un vals de Strauss para iniciar desde la danza su senda hacia el amor. Un vals original y de interpretación comprometida, El Danubio Azul.
Por desgracia el amor con Lasalle no fue excesivamente duradero. En este aspecto, mi comprensión se sitúa del lado de Meritxell. Tuve la oportunidad de comer con Lasalle un día en el bar del Puerto de Santander, y puedo asegurar, y lo aseguro, que me pareció un coñazo. Ella, que saltó de la devoción cristiana al PSOE, había apoyado a Madina y cayó en desgracia. No obstante, conoció en Zahara de los Atunes al jurista Juan Carlos Campo, también conocido como «el alegre ruiseñor de la Justicia», juez en excedencia y diputado del PSOE por Cádiz. Y el amor que durmió Lasalle nació de nuevo con el simpático Campo. Para celebrarlo, Sánchez nombró a Campo ministro de Justicia y a Meritxell, ministra de Administraciones Públicas y, posteriormente, presidente del Congreso de los Diputados.
De la Colegiata al Congreso media largo trecho. Del Hotel Real a Bildu, aún más largo. De El Danubio Azul a Los Segadores, larguísimo. Del padre Gatón a Otegi, interminable. De Lasalle a Campo, bueno, no tanto, que en este aspecto ha sido coherente.
Memoria de una blanca boda.

Más de Alfonso Ussía​

 

Don Carlos​

Se ha muerto un hombre bueno que nació en Castilla para hacer el bien. Y cuyos restos mortales serán, a partir de ahora, suelo de Sevilla, y cielo de Sevilla
30/04/2022Actualizada 03:48
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Me van a permitir una licencia, mucho más amparada por la emoción que por la vanidad. El 14 de marzo de 1990 falleció mi gran amigo Juan Antonio Vallejo-Nágera. Siempre tuve la suerte de tener amigos mayores, sabios y hondos. Luis María Anson me llamó para encargarme la Tercera de ABC del día siguiente, y lo que escribí de Juan Antonio no era mío, sino de mi alma, malparada aquella tarde por una enorme tristeza. Dos días antes, me llamó su hija Alejandra para pedirme que fuera a despedirme de su padre, de acuerdo con sus deseos. Juan Antonio yacía entre cables y vías, ya con su rostro descolorido de muerte y su voz debilísima. «Dame un abrazo». Y cuando fui a dárselo me topé con las vías de suero, el respirador, los cables por los que bebía y se alimentaba. Y encontré libre de artilugios médicos su mano izquierda, y se la besé. «Me has despedido como si fuera un cardenal». No perdió su sentido del humor a pesar de los dolores que ya no se dejaban vencer por los calmantes. Y el 20 de marzo, recibí un sobre con un tarjetón. «Querido Alfonso: tu Tercera de ABC dedicada a mi primo Juan Antonio es de una profundidad y belleza que ha llenado los ojos de lágrimas a este cura franciscano. La tarjeta te la escribo yo. La bendición me la ordena el Señor, que ya tendrá a nuestro Juan Antonio al alcance de Su Amor. Con mi mayor abrazo. Carlos Amigo Vallejo».
El que se ha ido ahora es don Carlos, el cardenal. Castellano puro, con afluentes leoneses. De Medina de Rioseco. cardenal arzobispo de Sevilla. Sevillano adoptado y adoptivo. Descansará para siempre en su prodigiosa catedral, en la capilla de San Pablo, tan cercana a la Virgen de los Reyes. Cardenal de todos, pastor incansable. Franciscano. Impulsor de la Magna Hispalensis. Él trajo casi de la mano a San Juan Pablo II a España. Cuando los criminales de la ETA asesinaron a Alberto Jiménez-Becerril y su mujer, Ascensión, y al doctor Antonio Muñoz-Cariñanos, don Carlos habló sin tapujos, y su mirada se debatía entre la pena honda, la dureza sosegada y la difícil medida de su indignación. Y no ocultó su «infinita tristeza» y su denuncia por el amparo que cierto sector de la iglesia vasca –no mencionó a Setién–, ofrecía al submundo cercano al terrorismo.
Don Carlos no tenía aspecto de cardenal. Lo tenía de Papa. Imponía su empaque. Cercano a los 190 centímetros, su mirada de inteligencia, su gesto de amor, su palabra culta, su humor divertido. Su Sevilla, porque don Carlos era un castellano con mucha más Sevilla en su alma que muchos sevillanos. Un tramo de la calle Placentines, el que va desde la Giralda a Alemanes, lleva ya su nombre. «Los franciscanos somos muy nuestros. Si Dios no nos sujetara no quiero ni pensarlo». Un día escribí, ya en La Razón, en sus principios, que me ponían de muy mal humor los conjuntos guitarreros parroquiales. La buena música sacra ayuda a encontrar a Dios, pero esos grupos no ayudan nada. «Me pasa lo mismo. A veces siento deseos de sacarlos de la iglesia a guitarrazos». Y se reía, francamente, cuando recordaba mi impertinencia.
Se ha muerto cuando Sevilla está más guapa. Manuel Halcón, don Manuel, al que tanto queríamos Antonio Burgos y yo ,nació un 1 de enero. No está bien que un sevillano nazca en el frío, con las buganvillas tristes, los jacarandas desnudos y el azahar lejano. Don Carlos, ya desde su caja, se asombrará de nuevo con la primavera de Sevilla. Las buganvillas estalladas, los jacarandas azules y el azahar extendido. Se ha muerto un hombre bueno que nació en Castilla para hacer el bien. Y cuyos restos mortales serán, a partir de ahora, suelo de Sevilla, y cielo de Sevilla.
Se nos ha dormido don Carlos.

Más de Alfonso Ussía​


 
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