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Aquellas Semanas Santas​

No era una semana de vacaciones. Apenas se producían desplazamientos. Era una semana de oración y respeto, que se relajaba el Sábado Santo y se celebraba por todo lo alto el Domingo de Resurrección
15/04/2022Actualizada 03:26
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En Andalucía persiste la costumbre. En Madrid llamaba la atención y se prestaba a confusiones. Éramos diez hermanos. Nuestra madre mantenía las tradiciones de la tierra de sus mayores el Viernes Santo. Con Jesús muerto y sepultado, los hermanos guardábamos luto. Los seis menores acudíamos a los Oficios de los Padres Carmelitas de la calle de Ayala, y al vernos vestidos de traje oscuro y corbata negra, muchos vecinos nos daban el pésame. Agradecíamos sus muestras de sentimiento con enorme naturalidad. Y oíamos por la radio el sermón de las Siete Palabras del padre Laburu, jesuita vasco y médico. El padre Laburu angustiaba con sus conocimientos, y explicaba desde sus conceptos científicos la agonía de Nuestro Señor. La valoración del sermón, que se retransmitía por radio, se sustentaba en las lágrimas. Lo decía una hermana de nuestra madre. –Ha sido precioso porque he llorado muchísimo.
La Semana Santa no era una semana de vacaciones. Apenas se producían desplazamientos. Era una semana de oración y respeto, que se relajaba el Sábado Santo y se celebraba por todo lo alto el Domingo de Resurrección. En los años sesenta, ya toreaba en la plaza de toros de Sevilla la corrida del Domingo de Resurrección don Francisco –Curro- Romero. En TVE las películas Balarrasa, Marcelino Pan y Vino, y Rey de Reyes. De teatro, El Divino Impaciente de don José María Pemán, extraordinario y silenciado en nuestros tiempos injustos. En blanco y negro el Vía Crucis en el Coliseo romano con Juan XXIII y Pablo VI. Con este Papa la televisión cambió al color. El ambiente se impregnaba de devoción y melancolía. El Viernes Santo no entraba en la bula que se pagaba a la Iglesia para no hacer vigilia los viernes de Cuaresma. El Viernes Santo, pescado obligatorio. No soy excesivamente carnívoro, pero el Viernes Santo, por aquello de la imposición, me entraban ansias gastronómicas de carne, jamón y toda suerte de embutidos. Nuestra madre escondía el jamón y los embutidos, y jamás descubrimos el escondite. El Domingo, ya con Jesús resucitado, después de la Misa, interminables colas en El Riojano, Neguri, Mallorca, Mónico y otras confiterías para comprar pasteles y tartas. Y en la nevera de nuestra casa, de nuevo los embutidos que aparecían milagrosamente. Música sacra. La buena música ayuda a creer más en Dios. El órgano y los coros emocionan. Todo lo contrario que los conjuntos guitarreros parroquiales que tanto daño han hecho a la fe de los cristianos. Y el Domingo de Resurrección, por la tarde-noche alguna película del oeste, con John Wayne o Gary Cooper o Gregory Peck, organizando el círculo de las carretas de los colonos para rechazar el ataque de los sioux, los apaches, los comanches o los arapahoes. Ganaban siempre los blancos porque los pieles rojas anunciaban con gritos el inicio de sus acometidas al galope, y avisaban a los atacados, que además, respondían con rifles a las flechas de los indios. Todo volvía a la normalidad después de tres días de oración y tristeza. Me contaba mi amigo Eugenio Egoscozábal, que en San Sebastián, en la parroquia del Antiguo, en Ondarreta, el Domingo de Resurrección se celebraba una maravillosa Misa cantada por el Coro de Santa Cecilia, y la homilía estaba a cargo del párroco, el padre Rementería. Y que en plena emoción en su prédica, informó, pregunto y sentenció de esta guisa. «Amados hermanos, ¡Jesús ha resucitado! El que lo crea, acierta. Al que no lo crea, que le den “morshilla».
A veces el golpe de humor. Dios es alegre. Dios no aburre. Somos los cristianos los que le hacemos severo y aburrido.
Pero aquellas Semanas Santas lo eran en plenitud. Quizá, estrictas, pero dedicarle tres días al año a la muerte de Jesús en la Cruz no es para quejarse. Hoy vuelvo al ayer, al seno de una larga familia cristiana, y me asalta la nostalgia y por qué no reconocerlo, la pesadumbre de las añoranzas.

Más de Alfonso Ussía​

 

Yoli, Yoli​

Llevo siguiendo sus movimientos y palabras desde hace meses, y sospecho que responde a la realidad su presumible oquedad mental
16/04/2022Actualizada 02:40
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Yolanda «Fashion» Díaz está montando un nuevo partido para derrotar por la izquierda a su presidente y amigo Pedro «Falcon» Sánchez.
Ya ha elegido a sus compañeros para culminar la conquista. Me lo confiesa, con gran dolor, un desertor podemita de Foz, que la conoce bien. «Elige muy mal a las personas. No obstante, si las eligiera bien, nada cambiaría. Es una mujer vacía, muy poca cosa. Da el pego al principio, pero poco a poco ella misma se destruye». Llevo siguiendo sus movimientos y palabras desde hace meses, y sospecho que responde a la realidad su presumible oquedad mental. Mucho me temo que su galleguismo no ha crecido de la mano de Rosalía de Castro, Álvaro Cunqueiro, José María Castroviejo, o Ángel Fole por no caer en la permanente referencia a Cela. Y su rubio no es de campo de trigo a la vera del Danubio, sino de bote. Cuando dice sus tontadas, lo hace bajando el tono de la voz y adoptando una aproximada intención de alcanzar la trascendencia. Por eso sus tonterías se notan más que las del resto de los comunistas podemitas, y perdón por la redundancia. Domina la verborrea convincente sin necesidad de ingerir alcohol. La verborrea convincente es el segundo escalón del pedo hispano. Exaltación de la amistad, verborrea convincente, cantos regionales, tuteo a la autoridad e insulto al clero. Ella vive inmersa en la verborrea, como Irene Montero, la Belarra, Mónica madre y médica, y demás ejemplares destacados de la sección gallinácea del estalinismo coyuntural. A mí, personalmente, me hace gracia lo que dice porque siempre me ha parecido gracioso y divertido lo que no soy capaz de entender.
Lo que sí entiendo, o mejor, intuyo, es que su futura formación política no ha nacido adecuadamente. Tiene razón el desertor podemita de Foz. No elige bien. Se ha rodeado de la ridícula Ada Colau, empapelada por la Justicia. De Mónica Oltra, empapeladísima. Del becario Errejón, que se va a sentar en el banquillo de los acusados por liarse a patadas con un anciano transeúnte, –también me gusta «anciano viandante»–, y de Mónica madre y médica, que es un personaje cómico-patético, pero nada más. Sólo le queda limpia de polvo y Paj*, la marroquí acoplada, que por mucho que sea su valor político y carismático, se me antoja poca cosa para derribar al gran gorrón.
Si de cinco compañeros elegidos, tres de ellos tienen problemas con la Justicia, una cuarta problemas con la inteligencia y una quinta problemas de adaptación, no yerra quien intuye que esta gallega comunista, en lugar de elegir con la cabeza, lo hace con el antifonario, es decir –escribo en Viernes Santo–, el pompis.
Durante un año escribí una especie de crónicas parlamentarias en el diario Ya. Y glosé, después de la catástrofe de UCD en 1982, la despedida amarga que tuvo lugar entre el escaño azul y el bello trasero –escribí culo–, de Soledad Becerril. Le pareció muy fuerte al director de Ya, y sustituyó «culo» por «pompis». Cuando lo leí me sentí ridículo y procedí a la queja telefónica. –Señor Director, el pompis se tiene hasta los diez meses de edad. A partir de ahí, se tiene culo. Y el director defendió su derecho a la censura: –En el Ya, Ussía, todos, usted incluido, tenemos pompis. Bueno, pues eso, que Yoli «Fashion» Díaz elige con el pompis.
Lo cual, pompis y antifonarios aparte, a España le viene y le vendrá muy bien.
Sin ánimo de ofender, claro está.

Más de Alfonso Ussía​

 

El tostón​

¿Hay algo más aburrido que una sardana? Sí. Un independentista catalán. Y no pueden quejarse los independentistas del trato judicial y mercantil que disfrutan
17/04/2022Actualizada 03:09
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Permítanme un alarde de vanidad. Lo escribí hace tres años. «El independentismo catalán no será derrotado por la aplicación estricta del Artículo 155 de la Constitución, ni por la proclamación unilateral de la República Catalana, aunque su vigencia sea superior a los siete segundos. El independentismo catalán se derrotará a sí mismo porque es un rollo, un tostón, un negocio particular para algunos, una permanente decepción y un coñazo». Y me permito añadir una improvisada comparación. «En el día de hoy es mucho más interesante, sugerente y divertido asistir a un sorteo en el Salón de Loterías, que pasar un fin de semana en Barcelona. Y menos arriesgado».
Algo así ha llevado al alcalde de la ciudad francesa de Perpiñán a eliminar el lema «Perpiñán la catalana». Perpiñán forma parte de la pequeña historieta contemporánea de Cataluña por dos hechos gloriosos. En Perpiñán, la mitad de las salas de cine proyectaron El Último Tango en París para dar cabida a los catalanes que cruzaban la frontera para disfrutar de sus escenas, cuando un año después se autorizó en España y se demostró que aquello no era para tanto. Y en Perpiñán, Carod Rovira se reunió con los asesinos de la ETA para alcanzar un acuerdo que fue la síntesis de la perversidad, la cobardía y la brutalidad. Que el terrorismo etarra no vertiera sangre inocente en Cataluña y eligiera para hacerlo al resto de los territorios de España. –Ustedes sigan matando a «españoles», pero respeten a los catalanes–. Ejemplar sinvergüenza.
Tengo muchos amigos catalanes con los que coincido desde hace decenios en Comillas. Algunos son algo entreverados de magro y tocino, pero la mayoría, contrarios al independentismo. De lo que no hay duda es que no son como antaño, se muestran más deprimidos, a la defensiva, y un tanto obsesionados por la descoordinación que produce su preocupación enfermiza por el llamado procés con la absoluta indiferencia que encuentran entre los que no padecemos diariamente el coñazo catalán.
Y vuelvo al alcalde de la francesa ciudad de Perpiñán. «No quiero que los problemas catalanes nos compliquen la vida». «No quiero separatistas en Francia. Se dedican a crear enfrentamiento y división», Y finalmente, su opinión por el «héroe menguado». «Puigdemont solo trae problemas».
Los catalanes también son culpables de su desorientación. Ada Colau es alcaldesa de Barcelona porque los votos se lo han permitido. Un amplio sector de la pujante y creadora burguesía barcelonesa ha jugado a dos y tres bandas durante el pujolismo. Barcelona alcanzó su mayor esplendor en 1992, con aquellos Juegos Olímpicos que consiguieron para Barcelona, el apoyo del Rey Juan Carlos, del Gobierno de España y del presidente del COI, el barcelonés y antiguo falangista Juan Antonio Samaranch. El aburrimiento se ha contagiado a su brillante tradición de sede de congresos y exposiciones, muchas de las cuales se han instalado en Madrid, que ha pasado del noveno al cuarto lugar de las plazas financieras más atractivas de Europa. Se rumorea que el Congreso que ha intentado cargarse la Colau, el Mobile World Congress, ya ha reservado plaza para celebrarse en el Estadio Santiago Bernabéu a partir de 2024. La institución deportiva más importante, el Fútbol Club Barcelona, está en quiebra, y sus socios venden sus entradas al adversario. La seguridad ciudadana está por los suelos. Y miles de empresas y grandes profesionales se han instalado en Madrid y otras ciudades del resto de España hartas y hartos de imposiciones lingüísticas, sardanas y barretinas. ¿Hay algo más aburrido que una sardana? Sí. Un independentista catalán. Y no pueden quejarse los independentistas del trato judicial y mercantil que disfrutan. El Gobierno de España, mediante su Fiscalía a la orden, pretende perdonar a los responsables del golpe de Estado las multas impuestas por su participación en la estúpida asonada. Y la empresa de uno de ellos, precisamente de uno de los más comprensivos con la violencia, Jordi Cuixart, ha recibido una subvención del Gobierno de España de 176.000 euros. Sus gobernantes juegan a la grosería con el Rey en público y al agasajo en privado. Y al cabo de un tiempo, ellos también se están empezando a aburrir.
Han conseguido hartar con su pesadez al resto de los españoles. Y ahora, son ellos las víctimas del sinsentido y el aburrimiento.
Eso sí, parece ser que en 2098 se terminarán las obras de la Sagrada Familia de Gaudí, y algo es algo.

Más de Alfonso Ussía​

 

La foto del olvido​

A Sánchez le gusta todo lo de los Reyes y por ello ansía ser el Rey. Pero la dinastía Sánchez Gómez no está preparada al respecto, y el hombre sufre cuando le dicen hortera, chulo de barrio y cursi de tomo y lomo
18/04/2022Actualizada 03:29
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Los Reyes han visitado un centro de acogida de ucranianos con sus hijas, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía. Hay que agradecerle a Pedro Sánchez su generosidad por haber permitido a la Familia Real la visita a los desheredados de la nación más valiente de Europa. El problema de Sánchez con el Rey no tiene solución. Sánchez quiere ser el Rey, y el Rey, por ahora, resiste las acometidas y los desprecios de Sánchez. Cuando acuden juntos a un acto público, el Rey es ovacionado y Sánchez abucheado. Ello aumenta la inquina, la envidia y el complejo de inferioridad. El problema de Sánchez es su complejo social. Me comenta quien tan bien lo conoce, y desde sus primeros pinitos en el PSOE, que a Sánchez le resbalan los pitidos y los desafectos populares. Y que le hieren con exageración anímica las opiniones sociales. Que es un hortera, un cursi, un nuevo rico y un fracasado en su intento de introducirse en el ámbito del buen gusto. Sánchez vive en el palacio madrileño de la mítica Duquesa Cayetana, el profundo amor de Francisco de Goya. Ahí vivió Eugenia de Montijo. Se trata de un palacio feo con unos jardines grandiosos. Pero Sánchez no es de jardines. Sánchez veranea en La Marismilla de Doñana, cuyo palacio fue construido por los Duques de Tarifa y en el que en muchas ocasiones pernoctó el Rey Alfonso XIII. A Sánchez le gusta el duquesío más que a Luis Medina, tan cercano a él y tan lejano en sus obligaciones de ejemplaridad. El término «duquesío» es hallazgo semántico del mayordomo de los marqueses de Urquijo. Asistí a varias sesiones del juicio a Rafael Escobedo, principal acusado del asesinato de sus suegros. Su abogado, hasta que se hartó, era mi gran amigo José María Stampa, que me colaba en aquel espectáculo. El Fiscal era acentuadamente curioso y preguntaba cosas bastante raras. El mayordomo, culón y bastante afeminado, respondía las preguntas del Fiscal. Una de ellas, sorprendente:
–¿Se comía bien en casa de los marqueses?
Y el mayordomo respondió:
–Cuando venía invitado alguien del duquesío, se comía divinamente, pero en el día a día, una put* eme, con perdón.
Sánchez usa también el 'palacio', en este caso entrecomillado, de La Mareta, regalo del Rey Hussein de Jordania a Don Juan Carlos I, y a cuya propiedad el Rey renunció en favor del Patrimonio Nacional. Ahí falleció Doña María de las Mercedes, madre del Rey Juan Carlos, Condesa de Barcelona. Pero desde que Sánchez lo habita, los gastos se han disparado y las instalaciones han sufrido una horterización galopante. Eso sí, como en Doñana, donde usa el retrete holandés de porcelana que el Duque de Tarifa instaló en el cuarto de baño Real, en la Mareta se sienta en el del Rey Juan Carlos, para así sentirse más cercano a la realeza. A Sánchez le gusta todo lo de los Reyes y por ello ansía ser el Rey. Pero la dinastía Sánchez Gómez no está preparada al respecto, y el hombre sufre cuando le dicen hortera, chulo de barrio, cursi de tomo y lomo, y demás calificativos tan justos como desagradables.
Y de repente, la foto. La del Rey padre en Abu Dabi con sus hijas, las Infantas Elena y Cristina, y cinco de sus nietos. Una foto que ha recordado a millones de españoles que el Rey sigue en la lejanía y que los suyos, no todos, acuden a visitarle. El Rey está en Abu Dabi porque es la primera víctima de la Corona amenazada por Sánchez y por Dolores Delgado, la de Baltasar Garzón. Sánchez el Rey y Garzón, Godoy. Dolores Delgado la señora de Godoy, puede terminar mal.
La foto –y lo escribe Emilia Landaluce, tan lejana a las emociones monárquicas–, es la imagen familiar en la que nos reconocemos todos. Sánchez ha decidido que el mejor Rey de España desde Carlos III muera lejos de su Patria. Don Juan Carlos es el símbolo de la naturalidad traicionada. El odio ha intentado sepultarlo, pero ha sobrevivido. Y esa foto, la del Rey que ya no pertenece a la Familia Real, con dos Infantas de España que no forman parte de la Familia Real, y con cinco nietos, esa misma foto es la que millones de españoles queremos ver inmortalizada en Madrid, con su hijo El Rey Felipe VI, su nuera la Reina Leticia –si ella se aviene a posar–, la Reina Sofía, sus hijas y todos sus nietos, empezando por la Princesa de Asturias.
Esa foto que tanto asusta al hortera mayor del Reino, a su cueva monclovita, y a una parte del Palacio de la Zarzuela.
El tiempo pasa, y no hay que jugar con su paciencia.

Más de Alfonso Ussía​

 

LA MASAJISTA​

Los poderosos, hace unos años, se comportaban como los grandes toreros. Toreaban mansos y bravos. Se encerraban con miuras y victorinos. Y acudían a los medios adversos.
abril 19, 2022
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El masaje no es sólo la operación o ejercicio consistente en presionar, frotar o golpear rítmicamente y con la intensidad adecuada en cada caso, determinadas regiones del cuerpo humano, principalmente las masas musculares, con fines terapéuticos, deportivos o estéticos como certifica en su Diccionario la Real Academia Española. Existen muchos tipos de masajes, entre ellos el de “final feliz”, el tailandés, el masaje de Sumatra, y el masaje verbal, entre centenares de otras especialidades. Y el masajista es el profesional que aplica los masajes.
Pedro Sánchez, conocido en Italia y la Unión Europea como Antonio, tiene una estrecha relación matrimonial con los masajes. Su suegro era propietario de una cadena de saunas-masaje masculinas. Por otra parte su disponibilidad para derrochar el dinero público le ha procurado también el gozo de los masajes escritos y verbales de muchos medios de comunicación, periodistas y opinadores. Se trata de los masajes periodísticos, que por lo normal están relacionados con las ayudas a los medios necesitados del sector, que sacrifican su independencia en beneficio de la agradable misión de masajearlo. Entre los periodistas hay grandes y afortunados masajistas siempre dispuestos a relajar con sus preguntas y sus olvidos a los representantes del poder.
El periodismo libre e independiente se ha convertido en una profesión de riesgo. Todavía no ha llegado a España la moda soviética o venezolana de asesinar periodistas lejanos al masaje. En España, los medios de comunicación acostumbrados a equilibrar sus cuentas con el dinero de los contribuyentes, son expulsados de esos medios, vetados en otros, olvidados en los demás y siempre atemorizados por la Agencia Tributaria. El primer poderoso que utilizó las inspecciones de Hacienda para laminar periodistas díscolos fue el popular Cristóbal Montoro. Pero al lado de Antonio, el canallita Montoro fue casi un inofensivo roedor.
Los poderosos, hace unos años, se comportaban como los grandes toreros. Toreaban mansos y bravos. Se encerraban con miuras y victorinos. Y acudían a los medios adversos. Ahora, con la cantidad de asesores que tienen el presidente del Gobierno y sus ministros, así como muchos presidentes autonómicos, son los asesores los que deciden. –Señor presidente, le asesoro que de cuando en cuando intente dar el pego concediendo una entrevista a quien no está considerado como uno de sus subalternos de El País, La Sexta, Público, y demás medios a nuestra entera disposición. Concédale una entrevista a Susana Griso, de Antena 3. Se comportará con amabilidad. Sus gestores lo garantizan-.
Y afectivamente, así ha sido. Susana Griso no tiene un pelo de tonta, y lo pareció durante su entrevista a Antonio. Susana Griso cuenta con una larga experiencia profesional, que no demostró durante su entrevista a Antonio. El entrevistador está obligado a improvisar preguntas cuando la desvergüenza del entrevistado alcanza cotas superiores a los 8.000 metros, y Susana Griso le permitió, aceptó y no quiso reaccionar a las mentiras del presidente del Gobierno.
Sentí sincero afecto por ella, si bien siempre se me antojó sesgada y políticamente correcta. Entreverada en el catalanismo. No veo su programa, porque no me interesa ninguno. Pero desconocía su maestría en el masaje. Siempre es bueno alcanzar el dominio de dos profesiones en una sociedad que se precipita por el vacío del barranco. Enhorabuena.
Alfonso USSÍA

 

Renunciar sin mérito​

Una empresa capaz de insultar la fe, la creencia y la tradición de millones de españoles es muy probable que meta en sus hamburguesas gato por liebre
19/04/2022Actualizada 03:15
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Jaime de Mora y Aragón –Jimmy Mora–, que era un personaje simpatiquísimo, me confesó durante una cena en el Marbella Club, que había renunciado, con carácter definitivo, a comer espinacas. Ante ese alarde de coraje y dominio de sí mismo, le comenté mi meritoria promesa.
Que si el Real Madrid ganaba la Liga, renunciaría para siempre a la equitación. Ganó el Real Madrid la Liga y no volví a montar sobre un caballo. Desde niño aborrecí la equitación, y Jimmy afeó mi impostura, pero como era sincero, a renglón seguido me reconoció que odiaba los platos con espinacas. Nuestras renuncias, pues, carecían de valor.
El Rey Francisco de Asís renunció con anterioridad a su matrimonio con la Reina Isabel II, al cumplimiento de sus obligaciones conyugales, y lo mismo hizo ella respecto a su forzado esposo. El pueblo de Madrid fue cruel con la enfermedad del Monarca, que no sólo le impedía la elevación de la fuchinga –como a Sabino Arana–, sino que le obligaba a miccionar sentado. Los poetas satíricos se cebaron en su desgracia.
Y Don Francisco de Asís,
Sacando su minga muerta,
Al amparo de una puerta
Lloriquea y hace pis.
O más cruel aún, y en esta ocasión para escarnio de Rey y Reina. Estos versos se atribuyeron a Gustavo Adolfo Bécquer, el limpio poeta de las Rimas y las golondrinas que no volverán, y autor, junto a su hermano, el notable ilustrador y pintor Valeriano Bécquer, del libro Los Borbones en Pelota publicado bajo el seudónimo de «Sem». Se le decía a Francisco de Asís «Paquito Natillas» en tertulias y mentideros.
Paquito Natillas
Es de pasta flora,
Y orina en cuclillas
Como una señora.
En cambio, la Reina
No usa del bidé,
Como hombre se peina
Y orina de pie.
Claro, que hay renuncias de todo tipo. Tan meritoria como la de no montar a caballo, sumo a mi haber de entereza, la promesa de no entrar jamás en un establecimiento de Burger King. Y menos aún, de ingerir un producto de esa prescindible marca. Falsa renuncia, por cuanto nunca me he sentado en un Burger King y jamás he probado un producto de esa prescindible marca. Tan prescindible, que he prescindido de ella desde que nací y he vivido sin ella bastante bien.
Esta Semana Santa, la empresa prescindible y prescindida, se ha anunciado con una campaña de publicidad asquerosa, insultante, vomitiva, y despreciable, al menos para los cristianos, que somos mayoría aplastante en España. En uno de los carteles usa de las palabras de la Consagración.
«Tomad y comed todos de él, que no lleva carne». Con los de Mahoma no se atreven, porque están acostumbrados a las reacciones siempre pacíficas de los católicos. Ingenios de las redes han respondido con una campaña de publicidad paralela. «Si hay comunistas con chalé de lujo, también puede haber hamburguesas sin carne». «Si hay un político en Cataluña cuya familia ha robado 3.000 millones de euros y la Justicia no actúa, también puede haber hamburguesas sin carne». «Si hay presidentes ecologistas que viajan en Falcon y Superpuma, también puede haber hamburguesas sin carne». Y muchísimos mensajes más.
Me gustan las hamburguesas caseras, y las de los buenos restaurantes. Recomiendo las de Horcher que son insuperables. Pero no me fío nada –y ahora menos–, de las de Burger King. Una empresa capaz de insultar la fe, la creencia y la tradición de millones de españoles es muy probable que meta en sus hamburguesas gato por liebre.
Claro, que esta Semana Santa ha resultado extraña. Como es de suponer, el que usa el Falcon sin sonrojarse, no ha felicitado a los cristianos la Pascua de la Resurrección, costumbre que mantiene en exclusiva para felicitar el Ramadán a los mahometanos. Y el Rey de España ha roto con la tradición de su padre de acudir en familia a la Misa del Domingo de Resurrección en la catedral de Palma de Mallorca. No se trata de un insulto, pero sí de una decisión que indica nuevas costumbres en la Familia Real influidas desde las nuevas incorporaciones.
Pero aquí lo que tratamos es de renuncias y promesas, nada difíciles de cumplir a rajatabla. Burger King no ha perdido conmigo un cliente, porque he tenido el placer de no haberlo sido nunca. Me consta que va a perder muchos más de lo que el imbécil del responsable de sus campañas de publicidad ha calculado. Y de ser así, me alegraría profundamente.

Más de Alfonso Ussía​

 
Esclarecedor, lúcido, certero Gallego.

 
Esclarecedor, lúcido, certero Gallego.

Lo mismo que el PSOE con BILDU, ERC, y demas partidos separatistas, con la salvedad de que VOX es constitucionalista, lo que no se puede decir de los otros. Es decir que tenemos dos varas de medir El psoe con personas que dertras tiene las manos manchadas de sangre de personas pertenecientes al PSOE y VOZ que se sepa no,lo de el PP esta muy mal y es muy grabe, lo del PSOE esta muy bien y hay que aplaudirlo
 

LA PASTIZAL​

Escribió el Duque de Bedford en su “Libro de los Snobs”, que el esnobismo viene del marxismo, pero no del marxismo de Marx, sino el de “Mark & Spencer.
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abril 20, 2022
Hay gente que nace crispada. Envejece muy pronto. El futbolista Jordi Alba, por poner un ejemplo en el ámbito deportivo. No es mal jugador, pero siempre se muestra enfadado, despectivo y prepotente. Su edad debe rondar la treintena de abriles, pero sus muecas y gestos acercan su imagen a la de un anciano cascarrabias que jamás ha entendido su manera de ser. En el podemeterío sobresalen los gestos antipáticos de Irene Montero, pero la que manda ahí en fealdad de mirada, en enfado permanente, es Ione Belarra. La joven Belarra, amén de inútil, es una mujer que no se halla. Pierde muchas horas al día buscándose a sí misma, y hasta momento los resultados no le han sido favorables. Y firma, entre que se busca y no se encuentra, muchos manifiestos. Es enternecedora la afición que tienen los comunistas por los manifiestos. Un mes sin firmar alguno, y les entra el mono.

Belarra, que es apellido vasco, significa “pastizal”. Nada original, por cuanto Belar, Belardi, Belate, Belarza, , Belarri, Belarro, Belarroa, Belascain, Belascoain, Belascue, Belascuen, Belasagay, Belastegui, Belastena, Belastiqui, Belate, Belaunde, Belungain, Belaunza, Belaunzarán, Belausarra, Belaustegui, Belausteguieta, Belausteguigoitia, Belaza y Belazar, significan lo mismo. Datos recogidos en el libro “Etimologías de Apellidos Vascos” de Isaac Lopez-Mendizábal, impreso en Buenos Aires en 1958. Los apellidos vascos son así. Para traducirse en “pastizal” necesitan veintisiete intentos. Tener muchos parientes es enojoso, porque al menos, el 25% de ellos salen ranas. Figúrense mis queridos lectores la cantidad de ranas que tiene como primos, cercanos o lejanos, Ione Belarra,

Ella creció creyendo que su apellido era exclusivo y original, porque los estalinistas son bastante “snobs”. Escribió el Duque de Bedford en su “Libro de los Snobs”, que el esnobismo viene del marxismo, pero no del marxismo de Marx, sino el de “Mark & Spencer. Pero me estoy liando. Escribía de la afición de los comunistas a los manifiestos.

Ella, la Pastizal, es ministra de Derechos Sociales y Agenda 2020, lo que reduce en un 50% su responsabilidad ministerial, ya que la agenda 2020 lleva dos años caducada. Y ha firmado un manifiesto pseudopacifista que condena la guerra pero no a Putin. Los comunistas españoles son soviéticos, y desean una reedición de la URSS, como Putin. El manifiesto es una chorrada, y lo firman junto a Ione Pastizal, elementos e individuos de alta peligrosidad social, como el fracasado Varoufakis, el ladrón Rafael Correa, el pobre Federico Mayor Zaragoza, y el ex General que no tiene quien le vote e íntimo amigo de Pablo Iglesias, Julio Rodríguez. En el manifiesto se demanda perseguir a las grandes fortunas y grandes empresas, con una finalidad oculta. Que las grandes fortunas pasen a ser administradas y disfrutadas por los comunistas, y las grandes empresas se arruinen para así acceder al poder absoluto.

Objetivo difícil, por cuanto la Pastizal está a un paso de dejar de ser ministra. Hasta Sánchez – en Italia, Antonio-, ha elegido como compañera de la hoz y el martillo a Yoly Díaz, que no soporta a Ione Belarra. Tiene pues, la Pastizal, todo el derecho a estar enfadadísima. Su consuelo, como exministra, no es otro que la pensión vitalicia que percibirá cuando se vaya a freír gárgaras. A fin de mes, llegará. Y eso tiene que ayudarla a sonreír.

Alfonso USSÍA
 

El señorito de comisiones​

Me extraña que una administración seria, con el alcalde ajeno y lejano a toda sospecha, confíe en un comisionista que no ha hecho otra cosa en su vida que el vago, vivir del cuento y mantenerse en el mundillo del corazón
20/04/2022Actualizada 03:53
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No de Comisiones Obreras, aunque por gandul podría figurar en su cúpula de vagos profesionales. Me refiero a las comisiones del comisionista, una nueva actividad que produce muchos beneficios sin apenas esfuerzo y trabajo. Escribo con conocimiento de causa porque en mi familia, en dos generaciones, se perdió todo lo que las anteriores ganaron con riesgo, inteligencia y perseverancia. Mis antepasados crearon y mantuvieron más de diez mil puestos de trabajo, pero la indolencia terminó triunfando, y todo lo que tenía mi familia pasó a quienes trabajaron de verdad. En aquella España no estaba bien visto trabajar en determinada clase social.
Un gran escritor sevillano con título nobiliario se vio obligado a avalar el negocio que le propuso su hijo. Lo hizo con temor y desconfianza. Además de un gran escritor era un prestigioso agricultor, y conocía lo mucho que costaba sacar rendimientos de la cabeza y el campo. El negocio de su hijo fracasó, y como avalista, el gran escritor, académico y agricultor tuvo que hacerse cargo de todas las deudas. Superadas las angustias, habló con su hijo, que con independencia de su fragilidad mercantil, era un tipo formidable, ingenioso y abierto. « Hijo, prométeme que, a partir de ahora, vas a hacer lo que hacen muchos señoritos de Sevilla», «¿y qué hacen, padre?»; «pues eso, nada, nada y nada».
Lo mismo de Sevilla, que de Madrid, de Barcelona, de Valencia o de Bilbao. El señoritismo se atribuye a los sevillanos y jerezanos porque no han tenido complejos. Pero en Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao miles de señoritos acomplejados han hecho lo mismo, nada, nada y nada, que los sevillanos, aunque con menos gracia y talento. El personaje señoritil de Miguel Delibes en Los Santos Inocentes no ha existido. Se trata de una parodia, una caricatura amarga dibujada por el ingenio de un formidable escritor de la Alta Castilla, tierra extensa de mística, gloria y pobreza, en la que el señoritismo es una extravagancia y no una realidad.
En la actualidad, los nobles trabajan como cualquier otro, y triunfan y fracasan como los demás. El señorito rentista es una especie que se extingue, y que no está protegida porque no mata terneros y ovejas, como los lobos. Pero quedan personajes, muy conocidos por sus apariciones en la prensa y los programas de televisión dedicados a los «famosos», que no trabajan, pero viven de percibir comisiones. Siempre, al lado de ellos, se mueve el listo de turno, que se aprovecha de la inanidad del famoso para llevarse más de la mitad del pastel.
Entiendo el desconcierto y los errores que muchas administraciones padecieron al principio de la pandemia con las dichosas mascarillas. Se dice que un conocido del ministro Ábalos se embolsó varias decenas de millones de euros en comisiones por su oportunismo o sus amistades. Recuérdense las mascarillas de Revilla, que más que rechazar al virus le invitaban a ser recibido con todos los honores. Muchas de las irregularidades se cometieron por la precipitación y las prisas, además de la influencia política de los comisionistas. Los españoles sufrimos un largo período de prisión hogareña, considerado ilegal por el TC y el TS, y esperamos media eternidad a que llegaran a las farmacias las mascarillas adecuadas, que tampoco se sabe si han sido las adecuadas o no. Pero me extraña que una administración seria, con el alcalde ajeno y lejano a toda sospecha, confíe en un comisionista que no ha hecho otra cosa en su vida que el vago, vivir del cuento y mantenerse en el mundillo del corazón por ser nieto de la duquesa de Medinaceli, hijo del duque de Feria y de Nati Abascal, y nada más en su haber. El alcalde Almeida está siendo señalado y perseguido injustamente por un asunto menor al que se le ha concedido por los medios de comunicación subvencionados y afines al Gobierno, el más corrupto de nuestra Historia, una valoración de alta gravedad.
Y todo por un memo, modelo eventual, nieto de, e hijo de, que no ha hecho en su vida nada, nada y nada, excepto aprovecharse de lo que fueron sus antecesores. El chico tendrá que dar explicaciones ante el juez, y los responsables del Ayuntamiento –todos los partidos, incluido Podemos aprobaron la operación–, están obligados a informar los ciudadanos. Un gandul profesional no puede derribar a un político honesto.

Más de Alfonso Ussía​

 
Lo mismo que el PSOE con BILDU, ERC, y demas partidos separatistas, con la salvedad de que VOX es constitucionalista, lo que no se puede decir de los otros. Es decir que tenemos dos varas de medir El psoe con personas que dertras tiene las manos manchadas de sangre de personas pertenecientes al PSOE y VOZ que se sepa no,lo de el PP esta muy mal y es muy grabe, lo del PSOE esta muy bien y hay que aplaudirlo
No deja de sorprenderme, y también de hastiarme, la equivalencia, la constante comparación que hacéis algunos con el PSOE cada vez que se ponen de manifiesto la corrupción y las malas artes del PP, como si lo del uno minimizara lo del otro, como si pensárais que criticando al segundo, inmediatamente significa que se es partidaria del primero. Muy absurdo y carente de todo sentido. Lamento decirlo.

Querida BOIR_A: a mí, el PSOE, me importa, lo defiendo y me apasiona tanto como el PP. Sin distinción. Ya puedes imaginar. Tantísimo, que si desaparecieran los dos mañana mismo, iba a quedarme igual de satisfecha que si me hubiera comido un pavo.

Saludos.
 

LA GRAN DECEPCIÓN​

Al quitarse las mascarilllas se han apercibido de la fealdad de sus cónyuges, solicitándoles con la mejor educación que vuelvan a ponérsela.
abril 22, 2022
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La liberación de las mascarillas ha supuesto un auténtico drama en España. No se aportan datos desde el Gobierno, pero los suicidios e intentos fallidos de quitarse la vida de miles de ciudadanos han aumentado de manera más que preocupante. En la bellísima localidad costera de Ximena de las Acedías, en la provincia de Cádiz, se han suicidado 54 varones y 36 mujeres, como consecuencia de un desenlace común.

Al quitarse las mascarilllas se han apercibido de la fealdad de sus cónyuges, solicitándoles con la mejor educación que vuelvan a ponérsela. Al negarse unos y otras, los más afectados por la fealdad de su pareja, después de reunirse en la Casa del Pueblo de Ximena de las Acedías, en presencia del alcalde y el párroco, los suicidas se dirigieron a los altos del acantilado conocido como El Moro Volador, y han quedado como el barón de Chente Mata, un feroz noble descrito en el “Castiello Sangrenti” de Ludi , genial poeta asturiano y autor de la pieza. El barón, advierte que su hija se está besando con un individuo que no es de todo su agrado, y dispara a una y al otro desde un huerto , falleciendo en el acto. El barón, enloquecido, se tira por el acantilado, quedando como “un centolli sin casqui”. El poema está escrito en italiano macarrónico y es insuperable.

Nos habíamos acostumbrado a conocer y reconocer a nuestros semejantes con la mirada. Hay gente que mira muy bien pero sonríe muy mal, y así como la gran belleza, que es muy restrictiva, no defrauda a nadie cuando se descubre en su totalidad, la belleza parcial de una buena mirada, se estropea con unos labios operados y unos dientes de mula. Y algo de eso ha sucedido en Ximena de las Acedías. Maridos y esposas que habían olvidado la extrema fealdad, nariz hacia abajo de sus cónyuges, gracias a la mascarilla, no han podido soportar la prueba de la liberación.

En Fragorasbord, sudoeste de Suecia, localidad también pesquera, se ha suicidado un centenar de personas. El feo escandinavo es mucho más feo que el feo ibérico, meridional y atlántico o mediterráneo. Y son menos respetuosos con la vida. Un fragorasbordense, en invierno, convive con su mujer – y viceversa-, veinte horas cada día. La mascarilla había evitado, hasta el momento, decenas de separaciones, roturas matrimoniales y divorcios. Y cuando han recuperado la imagen completa de sus cónyuges, no han podido resistir la determinación de desaparecer. La emotiva singularidad de las dos poblaciones, una sueca y la otra española, han llevado a los alcaldes de una y otra, a aprobar la hermandad de Ximena de las Acedías y Fragorasbord en sus últimos plenos municipales.

Hasta la fecha, hemos convivido con miradas. Millones de personas no se quitaban la mascarilla ni para ducharse. Y he aquí el terrible resultado. Centenares de miles de muertos en todo el mundo por la olvidada fealdad de los suyos. Ruego a mis lectores un minuto de silencio por los amantes de la belleza que han preferido las sombras a convivir con la fealdad recuperada.

Alfonso USSÍA
 
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