Bueno, ahora, a sus taitantos, está sufriendo lo que otras sufrimos cuando éramos jóvenes y normales, porque ahora ella ya no es una diva y ya nadie le baila el agua. Con el que sale ahora debe ser majo (yo no lo conozco) y tiene la vida resuelta, pero claro, tiene cosas que hacer que no va a dejar por ella cada vez que a ella se le antoje un plan, como es lógico. A mi me da la risa cómo se pone, en plan dama ofendida. Con este está tragando muchas cosas que nunca había tragado, sobre todo eso de que el no esté disponible para ella cuando ella quiera y que no vaya a buscarle a la puerta de su casa, que esa es otra; resulta que el vive en otra ciudad y la primera cita la propuso ella harta de esperar y fue ella la que viajó a donde vive el. Las amigas nos partimos de risa cuando recordamos cómo se nos caía la baba hace años cuando le veíamos a ella como una reina. Cuando se casó, su reportaje de bodas estuvo expuesto durante meses en la tienda y por allí pasó toda la ciudad a admirar el glamour de aquellos novios. Y ahora pataleando por hacer un plan para un puente de tres días.Lo curioso es que esas divas son las que triunfan.