Tal que he llegado del trabajo hoy que he salido antes, entro por la puerta, me acomodo, me quito zapatos y demás, me relajo dentro del silencio, paz absoluta...oigo cómo mi vecino, un subnormal de mucho cuidado que todo lo hace a voces, suelta un eructo como si acabara de crujir el Vesubio y tal que ha soltado el gas en su terraza, con dos coj*nes se queda un rato ahí apostillado y minutos más tarde se mete para adentro. Pero que le da igual.