O sea, hábitos de larga duración que, a lo tonto, se traducen en un ahorro considerable. Hábitos propios (no vale chulearle las cosas a la abuela o a los amigos).
Empiezo con uno: cualquier "plan" (excluyo hipoteca inmobiliaria). Llámalo tf., llámalo gimnasio, llámalo "leasing" del coche, llámalo subscripción a una revista o canal de tv, llámalo "paga tus vacaciones en 15 meses". Las empresas se pirran por ponernos a todos en un "plan". Saben que ahí hay intereses, comisiones, "fidelización" obligatoria (con miedos y penalizaciones detrás).
Huyo del "plan" como de mi sombra. Cuando te dividen en 12 trozos la cantidad, dices "ah, pues no es mucho, puedo pagarlo". Te lo dividen con el cuento de "¿cuánto quiere pagar vd. al mes?". Si te echas la cuenta completa y lo proyectas hacia el futuro... ay.
Ahora hay planes de comprar bragas (no somos nosotros, los de Mataró). Exacto. Te apuntas, pagas mensualmente y te van enviando ropa interior (la que a ellos se les antoja). También hay planes de perro. Pagas mensualmente y te mandan una caja con juguetes y galletas diversas. El peligro no son los productos sino el modelo de suscripción, que gota a gota te chupa la sangre.
Empiezo con uno: cualquier "plan" (excluyo hipoteca inmobiliaria). Llámalo tf., llámalo gimnasio, llámalo "leasing" del coche, llámalo subscripción a una revista o canal de tv, llámalo "paga tus vacaciones en 15 meses". Las empresas se pirran por ponernos a todos en un "plan". Saben que ahí hay intereses, comisiones, "fidelización" obligatoria (con miedos y penalizaciones detrás).
Huyo del "plan" como de mi sombra. Cuando te dividen en 12 trozos la cantidad, dices "ah, pues no es mucho, puedo pagarlo". Te lo dividen con el cuento de "¿cuánto quiere pagar vd. al mes?". Si te echas la cuenta completa y lo proyectas hacia el futuro... ay.
Ahora hay planes de comprar bragas (no somos nosotros, los de Mataró). Exacto. Te apuntas, pagas mensualmente y te van enviando ropa interior (la que a ellos se les antoja). También hay planes de perro. Pagas mensualmente y te mandan una caja con juguetes y galletas diversas. El peligro no son los productos sino el modelo de suscripción, que gota a gota te chupa la sangre.