Infidelidad o engaño qué más da

Entonces, si una persona se casa por esas razones, si no siente amor por su marido, debería admitir o permitir que el busque y/o encuentre el amor fuera del matrimonio; no se puede obligar a nadie a prescindir del amor.

Totalmente de acuerdo contigo. Es lo que he defendido siempre. De hecho, es como se hacía antes: el amor y la pasión se buscaban fuera de casa porque se tenía asumido que el matrimonio era un pacto entre dos partes para ampliar o conservar patrimonios.
 
La infidelidad no surge de repente, en un día ni en una noche loca, la infidelidad se ve venir como las tormentas, cuando el cielo empieza a ponerse gris.
Una amiga mía que todavía no entiende por qué su ex-marido se enamoró de otra, me cuenta cosas de su matrimonio que me hacen alucinar.
- "Un día, al poco de casarnos, yo estaba cocinando y vino Alberto por detrás y me agarró de la cintura; me dí la vuelta instintivamente y le arreé un tortazo. No volvió a hacerlo nunca más. ¿Qué es eso de que alguien venga por detrás y te pegue un susto así?"
- "Antes de tener hijos, el tuvo un accidente de tráfico y estuvo varios meses de baja, con una lesión en la espalda. Yo tuve claro una cosa; que si se quedaba paralítico, yo me divorciaba. A mis casi 30 años no estaba dispuesta a pasarme la vida cuidando de un inválido"
- "Lo que me sentaba fatal, cuando yo estaba con mis hijos en la casa de la playa y el en la ciudad trabajando, es que se presentase allí los fines de semana; con lo feliz que estaba yo sola, con mis hijos, con mis vecinas, a mi bola"

Efectivamente... La infidelidad en el caso de las mujeres se ve venir de lejos. Yo a mi exmarido le dí cientos de toques de atención respecto a su nula implicación hacia mí.

Además de las discusiones obvias que teníamos por su nula implicación en la vida familiar (la casa y los niños requieren un esfuerzo que él no hacía), también en mi caso era una frialdad emocional apabullante. Casi nunca me decía un Te quiero o un me gustas. No hay que decirlo sino hacerlo sentir pero en su caso nada. Cuando quería s*x* insistía hasta que ocurría y luego ya... frialdad. Como dos compañeros de piso que de vez en cuando tienen s*x* juntos sin compromiso.

Tuve una temporada en la que me compraba mucha ropa, maquillaje y perfumes para sentirme mejor y porque pensaba que sería una manera de que él me encontrara más atractiva. No surtió efecto. Daba igual que fuera con un saco de arpillera que con un vestido precioso. No llamé su atención aunque ocupara los armarios con ropa o el baño con maquillaje. Sin embargo, yo me daba cuenta de que estaba más guapa externamente porque en mi trabajo me alababan. Pero eso me hacía sentir más triste: si alguien que solo es un compañero/a de trabajo ve tu esfuerzo para estar mejor, por qué tu marido no?

Había intentado ser perfecta para que me hiciera caso y me quisiera pero no llamaba para nada su atención. Daba igual estar guapa, llegar a todo con los niños, tener un trabajo reconocido, caer fenomenal (cuando él era un ser gris). Le daba igual. Me creía segura y como complemento ideal en su vida pero sin cuidarme. Como yo pensaba era una por**-chacha. (siento la palabra pero era así: s*x* y ocuparme de una casa y unos hijos)

Yo sabía que si seguía con esa falta de amor iba a terminar con una depresión. El día a día llego a ser un infierno. Recuerdo levantarme muchos días al lado de mi ex y plantearme: quiero yo levantarme al lado de esta persona durante 40 años más? O cuando caía la noche y acostaba sola a los niños... Pensaba... Si es que estoy sola igual. Llegó un momento que pensé en que debía tomar tratamiento porque estaba triste y no podía encarar más días así: no me sentía valiosa porque mi ex no me quería en absoluto ni lo demostraba.

Cuando le pedí divorciarnos, él me juró y me perjuró que estaba enamorado de mí y que le gustaba muchísimo. Que eso que había sentido yo podía haber pasado porque él no lo expresaba y era frío. Yo siempre le he respondido igual: obras son amores, que no buenas razones. Nunca me lo dijo ni nunca me lo demostró con hechos en 18 años, aún cuando ha habido momentos bonitos como el nacimiento de mis hijos: nunca me agradeció que mis problemas durante los embarazos me los solucionara y aguantara yo sola, ni un gracias al nacer los niños, ni mucho menos un regalo. Es más cuando nació la pequeña se fue con su padre a una localidad vecina a hacer unas gestiones dejándome sola todo un día con una niña de 3 días y un niño de 3 años.

Así que pensé en tomar el camino de en medio y me refugié en alguien.Ya os expliqué por qué: mi cobardía me pudo. Tendría que haberme separado. Pero yo lo veía así. Qué me faltaba? Tenía un marido nominal pero no alguien que me quisiera de facto. Así que busqué a alguien para quien yo fuera importante y que me eligiera... No que tocara quererme, sino que el decidió enamorarse de mí por mis cualidades.

Bueno, quiero deciros que no lo echo de menos. Para nada. Mis amigas me dijeron: lo echarás de menos seguro en algún aspecto. Nada de nada. Creo que cuando decidí divorciarme, el matrimonio estaba tan roto que él me sobraba y me causaba tal infelicidad que cuando se fue de casa, es como si yo saliera a la superficie a respirar de nuevo.
 
Efectivamente... La infidelidad en el caso de las mujeres se ve venir de lejos. Yo a mi exmarido le dí cientos de toques de atención respecto a su nula implicación hacia mí.

Además de las discusiones obvias que teníamos por su nula implicación en la vida familiar (la casa y los niños requieren un esfuerzo que él no hacía), también en mi caso era una frialdad emocional apabullante. Casi nunca me decía un Te quiero o un me gustas. No hay que decirlo sino hacerlo sentir pero en su caso nada. Cuando quería s*x* insistía hasta que ocurría y luego ya... frialdad. Como dos compañeros de piso que de vez en cuando tienen s*x* juntos sin compromiso.

Tuve una temporada en la que me compraba mucha ropa, maquillaje y perfumes para sentirme mejor y porque pensaba que sería una manera de que él me encontrara más atractiva. No surtió efecto. Daba igual que fuera con un saco de arpillera que con un vestido precioso. No llamé su atención aunque ocupara los armarios con ropa o el baño con maquillaje. Sin embargo, yo me daba cuenta de que estaba más guapa externamente porque en mi trabajo me alababan. Pero eso me hacía sentir más triste: si alguien que solo es un compañero/a de trabajo ve tu esfuerzo para estar mejor, por qué tu marido no?

Había intentado ser perfecta para que me hiciera caso y me quisiera pero no llamaba para nada su atención. Daba igual estar guapa, llegar a todo con los niños, tener un trabajo reconocido, caer fenomenal (cuando él era un ser gris). Le daba igual. Me creía segura y como complemento ideal en su vida pero sin cuidarme. Como yo pensaba era una por**-chacha. (siento la palabra pero era así: s*x* y ocuparme de una casa y unos hijos)

Yo sabía que si seguía con esa falta de amor iba a terminar con una depresión. El día a día llego a ser un infierno. Recuerdo levantarme muchos días al lado de mi ex y plantearme: quiero yo levantarme al lado de esta persona durante 40 años más? O cuando caía la noche y acostaba sola a los niños... Pensaba... Si es que estoy sola igual. Llegó un momento que pensé en que debía tomar tratamiento porque estaba triste y no podía encarar más días así: no me sentía valiosa porque mi ex no me quería en absoluto ni lo demostraba.

Cuando le pedí divorciarnos, él me juró y me perjuró que estaba enamorado de mí y que le gustaba muchísimo. Que eso que había sentido yo podía haber pasado porque él no lo expresaba y era frío. Yo siempre le he respondido igual: obras son amores, que no buenas razones. Nunca me lo dijo ni nunca me lo demostró con hechos en 18 años, aún cuando ha habido momentos bonitos como el nacimiento de mis hijos: nunca me agradeció que mis problemas durante los embarazos me los solucionara y aguantara yo sola, ni un gracias al nacer los niños, ni mucho menos un regalo. Es más cuando nació la pequeña se fue con su padre a una localidad vecina a hacer unas gestiones dejándome sola todo un día con una niña de 3 días y un niño de 3 años.

Así que pensé en tomar el camino de en medio y me refugié en alguien.Ya os expliqué por qué: mi cobardía me pudo. Tendría que haberme separado. Pero yo lo veía así. Qué me faltaba? Tenía un marido nominal pero no alguien que me quisiera de facto. Así que busqué a alguien para quien yo fuera importante y que me eligiera... No que tocara quererme, sino que el decidió enamorarse de mí por mis cualidades.

Bueno, quiero deciros que no lo echo de menos. Para nada. Mis amigas me dijeron: lo echarás de menos seguro en algún aspecto. Nada de nada. Creo que cuando decidí divorciarme, el matrimonio estaba tan roto que él me sobraba y me causaba tal infelicidad que cuando se fue de casa, es como si yo saliera a la superficie a respirar de nuevo.
Cuando conociste a tu marido supongo que te enamoraste de el y el de ti ¿no? ¿Entonces el te trataba con frialdad?
 
Cuando conociste a tu marido supongo que te enamoraste de el y el de ti ¿no? ¿Entonces el te trataba con frialdad?
Nunca ha sido muy efusivo pero al principio sí que intentaba agradarme y me tenía en cuenta en cierto modo. Esa fase duró 2-3 años y pronto cayó en su adicción al trabajo.
 
Es la misma cosa, pero hay que levantar el animo y buscar formas de salir adelante! animo!
 
pues algo vería, tu comentario sobra es de repelente
No pretendo ser repelente, es pura curiosidad, nunca logro entender cuando alguien se casa con alguien que tiene taaantos defectos.¿Es ceguera, es necesidad, es incapacidad para estar sola, es la esperanza de que en el futuro se transforme como la Bestia del cuento?
 
No pretendo ser repelente, es pura curiosidad, nunca logro entender cuando alguien se casa con alguien que tiene taaantos defectos.¿Es ceguera, es necesidad, es incapacidad para estar sola, es la esperanza de que en el futuro se transforme como la Bestia del cuento?

La gente se enamora de otra persona muchas veces a pesar de sus defectos. De hecho en parte eso es el amor. Aunque también hay mucho de eso; de te quiero, cariño, ya te cambiaré. Y la convivencia, digan lo que digan, y más con la llegada de los hijos, es muy jodida.
 

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