Yo tengo dos amigas con niños, pero una es muy diferente a la otra.
Una es intransigente, sino se hace el plan que ella quiere o nos adaptamos todos, no queda ni lo intenta y todo es ella y su mundo del bebé, que todo lo sabe y los demás somos poco menos que amebas.
Apenas quedamos con ella porque se ha destapado su cara más repelente.
La otra, siempre que puede y le viene bien por sus horarios y rutinas con sus hijos, se viene. Desconecta. ¿Nos habla de sus nenes? Sí, pero lo justo y necesario porque le preguntamos. Se interesa por los demás, habla sin sentar cátedra o sentirse con ínfulas de superioridad o la mejor por tener niños.
No es la maternidad, es la persona y su forma de ser o de afrontarla.
Una es intransigente, sino se hace el plan que ella quiere o nos adaptamos todos, no queda ni lo intenta y todo es ella y su mundo del bebé, que todo lo sabe y los demás somos poco menos que amebas.
Apenas quedamos con ella porque se ha destapado su cara más repelente.
La otra, siempre que puede y le viene bien por sus horarios y rutinas con sus hijos, se viene. Desconecta. ¿Nos habla de sus nenes? Sí, pero lo justo y necesario porque le preguntamos. Se interesa por los demás, habla sin sentar cátedra o sentirse con ínfulas de superioridad o la mejor por tener niños.
No es la maternidad, es la persona y su forma de ser o de afrontarla.