Ay, me da la risa floja porque en todos los ejemplos que ponéis pienso "mira, como mi compañera". Le encanta escuchar desgracias, pero si lo que le cuentas es lo bien que te lo has pasado en un viaje, entonces te interrumpe todo el rato y cero interés. Por supuesto, ella te tiene ahí escuchando hasta el último detalle de cómo cocina el conejo o cómo lava las cortinas. Y ella siempre más. Si a ti te duele la pierna, a ella la cabeza. Si te también te duele la cabeza, a ella mucho más que a mí. He aprendido a llevarla y la mayoría de las veces me río, pero es que no le falta detalle, oye.