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Joder que panorama. Mucho ánimo. Es increíble lo que la gente puede llegar a causar (incluso sabiendo nosotros mismos lo que valemos). Lo gracioso es que los que hacen bullying son los q más inseguridades tienen.Me siento muy identificada contigo. Siempre sobre-pienso las cosas y me obsesiono con todos los errores que cometo o creo que cometo, aunque yo misma sepa que no tiene mucho sentido hacerlo. Un terapeuta me dijo que las personas así tienden a evaluarse demasiado y muy cruelmente, cuando la realidad es que las personas de alrededor posiblemente no se fijen en prácticamente nada de lo que nosotros consideramos errores de nosotros mismos, porque tampoco nosotros andamos juzgando cada palabra del vecino.
En mi caso pasa una cosa bien extraña: siempre fui muy reflexiva (esto según la gente que me conoce de siempre) y un poco solitaria, pero hasta los 11 años no tenía ningún problema para sociabilizarme. Muy al contrario, me he encontrado gente de aquella época muchas veces y me ha sorprendido el cariño con el que me tratan. Siempre dicen que era una chica muy alegre, que les obligaba a estudiar y curiosa e increíblemente con muchas dotes de liderazgo. Recuerdo que si en el cole había que hacer trabajos en grupo, de forma natural acababa organizando yo las tareas. Que había que ser delegada (cosa que odiaba), todos me elegían. Que mi amiga tenía que leer mas para la escuela, su madre me ponía al cargo. A partir de los 11 años me cambiaron de colegio a uno semi-privado y sufrí bullying hasta la universidad. Se reían de mi por todo y llegué a pensar que lo mejor para mi era mantenerme escondida en una esquina y respirar lo mínimo posible en público. Salí de allí con una depresión profunda que casi me hace fracasar en la universidad, una autoestima inexistente, comportamiento autodestructivo y ansiedad/fobia social, lo cual mantengo hasta día de hoy aunque he mejorado en algunas cosas. En resumen, es increíblemente difícil para mi estar en grupo y, por trabajo, tengo que hacerlo. El problema en el trabajo va mas allá, porque es inmensamente competitivo y básicamente, la gente se dedica a lanzar puñales al vecino pero sonreír en público y a mi eso me da ganas de vomitar. Con lo cual, mi fobia social se multiplica y voilà, mi carrera no progresa.