RECETAS DE COCINA

Arroz caldoso con bogavante, receta para celebraciones
450_1000.jpg


Hoy vamos a hacer una de mis recetas preferidas para celebraciones familiares, un arroz caldoso con bogavante, una receta que suelo preparar cuando encuentro este ingrediente en oferta ya que normalmente no tiene un precio barato como para que este fuera un plato de diario.

Aunque en esta ocasión yo hice el arroz caldoso con bogavante fresco, este plato o cazuela de arroz queda también delicioso si lo hacéis con bogavante congelado, -descongelándolo bien y despacio antes de usarlo-, con lo que el precio puede estar más accesible.

Ingredientes
Para 4 personas
  • Arroz redondo300 g
  • Tomate1
  • Pimiento verde italiano1
  • Pimiento rojo1
  • Caldo de pescado o fumet 4 veces el volumen del arroz
  • Sal y pimienta al gusto
  • Diente de ajo2
Cómo hacer arroz caldoso con bogavante
Dificultad: Fácil
  • Tiempo total38 m
  • Elaboración20 m
  • Cocción18 m
Como en todas las recetas de arroz caldoso, tener un buen caldo o fumet es la clave para que el arroz nos quede bueno. No tendría sentido gastarnos el dinero en un buen bogavante y luego usar caldo de tetrabrik o agua con una pastilla de sopicaldo. Por eso vamos a hacer un buen caldo de pescado -yo lo hice con raspas de rodaballo- como base.

Para hacer el sofrito, -que es la segunda clave de este y de todos los arroces caldosos-, picamos bien el tomate, los pimientos y el ajo y los pochamos durante diez minutos a fuego medio. Entre tanto, abrimos el bogavante y metemos la cabeza con el sofrito.

Agregamos el arroz, mezclando bien con el sofrito y dándole un tiempo para que quede nacarado y seguidamente agregamos el caldo, -que será cuatro veces el volumen del arroz que vayamos a utilizar- dejando que el conjunto cueza durante unos 15 minutos, primero 7 minutos a fuego vivo y después 8 más a fuego lento.

En ese momento, agregamos las pinzas del bogavante a las que habremos dado unos golpes con el mortero para que luego sea fácil de comer y la cola del bogavante, dejando que todo cueza durante 3 minutos más. Entonces, tapamos la cazuela y dejamos reposar durante 4 o 5 minutos y servimos espolvoreando ligeramente con perejil muy picado.

450_1000.jpg

Con qué acompañar el arroz caldoso con bogavante
La verdad es que como casi todas las recetas de arroces, también el arroz caldoso con bogavante es bastante contundente por lo que creo que lo mejor es servirlo como plato único. Quizás podemos empezar con un aperitivo clásico como unas almejas a la marinera o unas coquinas a la plancha y después servir una buena ración como plato único.

https://www.directoalpaladar.com/recetas-de-arroces/arroz-caldoso-bogavante
 
¿Quién se atreve con un chutney?
450_1000.jpg


La palabra chutney deriva del término indio chatni, que significa encurtido. Los chutneys difieren de otros encurtidos en que requieren una larga y lenta cocción que da lugar a un tipo de mermelada agridulce y especiada. Lo dulce, agria y especiada que esté depende del gusto de cada uno ¿Quién se atreve con un chutney?

El chutney es, por tanto, un encurtido especiado que da gracia a ingredientes como pan, queso o fiambre. Los chutneys caseros son una forma tradicional pero diferente de conservar una cosecha abundante de fruta o verdura, y a continuación voy a daros unos consejos por si os animáis a hacerlos.

Ingredientes
Los ingredientes principales de casi todas las recetas de chutney suelen ser frutas y verduras corrientes. En los tiempos en casi todas las casas disponían de árboles frutales y de un buen huerto, las manzanas y las peras caídas en el suelo, las calabazas aspirantes a premio de tamaño (pero insulsas) y cualquier fruta verde iba a la cacerola de las mermeladas.

450_1000.jpg

Hoy en día, aunque no se tenga huerto, sí se puede aprovechar una oferta de fruta o verdura barata para hacer chutneys, si bien se pueden usar otras frutas y verduras en menor cantidad. Las especias y condimentos que lleva el chutney se ponen tanto para conservarlo como para darle variedad.

Los condimentos más usados son: la pimienta inglesa, la guindilla, canela, ajo, jengibre, rábano picante, mostaza y cebolla. Cuando se especifican las especias molidas en las recetas, es preferible comprarlas enteras y molerlas en casa, el aroma mejora muchísimo.

Para ello podemos usar el mortero o un molinillo de mano para especias, pero no el molinillo de café porque si no el café sabrá a especias toda la vida. Los clavos son difíciles de moler en casa, pero estos y otros condimentos, como guindillas enteras o tiras de corteza de limón, se pueden atar en un cuadrito de gasa y agregarse al chutney durante su cocción.

450_1000.jpg

A veces se incluyen especias enteras, sobre todo mostaza en grano, pero con la larga y lenta cocción que pide el chutney se ablandan tanto que pueden comerse perfectamente. Se puede usar cualquier clase de azúcar: granulada, cristalizada, blanquilla o morena. Normalmente se elige azúcar morena por la riqueza de color y aroma que imparte.

Equipo
Los chutneys llevan una alta proporción de vinagre, es decir, de ácido, por lo que no deben usarse metales oxidables. Lo mejor es elegir una cacerola de acero inoxidable o de esmalte, con un buen revestimiento interior antiadherente. No uséis ni hierro, ni latón, ni cobre.

Si los ingredientes requieren ser colados, usaremos coladores con rejilla de nilón y no de metal, que podría dejar un regusto amargo. Elegid tarros de conserva con tapaderas herméticas forradas de plástico. Las tapaderas de papel celofán no sirven, pero sí los tarros de café soluble.

Método
450_1000.jpg

Hacer chutney es mucho más fácil que hacer mermelada, porque no hay que preocuparse de que cuaje o no cuaje. En primer lugar debemos pelar, limpiar, deshuesar, etc. las frutas y verduras según sea preciso, y trocearlas, poniéndolas en la cacerola.

Agregamos después el vinagre, las especias y el azúcar (es preferible desleír previamente las especias molidas en un poco de vinagre y agregar esta pasta a los ingredientes del chutney para que se traben más fácilmente). Revolvemos los ingredientes a fuego lento hasta que se disuelva el azúcar y llevamos entonces a ebullición.

Dejaremos cocer la mezcla suavemente hasta que espese y no se vea líquido: durante la cocción el líquido tiende a formar como charquitos y hay que remover para trabar bien. El tiempo de cocción depende de la dureza y la cantidad de ingredientes.

450_1000.jpg

Es evidente que una pera dura tardará más que una pera de agua, y que una calabaza tardará más que un calabacín. Contad, como mucho, una hora y media, pero probad siempre para comprobar que todos los ingredientes están cocidos. Entonces ya lo podemos repartir en tarros calentados.

Los tarros pueden calentarse (para evitar que exploten al verter en ellos el chutney hirviendo) poniéndolos en una bandeja dentro del horno al mínimo. Los tarros debentaparse inmediatamente después de llenarlos, con discos de papel parafinado, con el lado parafinado hacia abajo, y ajustando después la rosca a las tapaderas.

Es muy práctico etiquetar los tarros indicando el tipo de chutney y la fecha. Los conservaremos en lugar fresco, oscuro, seco y ventilado. Los chutneys mejoran con el tiempo, por eso conviene dejarlos reposar 3 meses (si es que sois capaces de resistir la tentación) y se conservan hasta 2 o 3 años, lo cual no es de extrañar pues contienen sal, vinagre, especias y azúcar entre sus ingredientes, los cuatro mejores conservantes.

Utilización del chutney
450_1000.jpg

Una vez tengamos en casa una selección de chutneys caseros, veréis que tienen más aplicaciones que la de meros encurtidos o acompañamientos. Una cucharada de chutney picante en un plato de curry, por ejemplo, añade una sutil mezlca de aromas. Los chutneys dulces y suaves pueden añadirse a cazuelas de carne, aves o pescado, empanadas de ave, etc., mientras que los chutneys cremosos dan un toque interesante a salsas y cremas saladas.

No olvidéis tener a mano un tarro de chutney cuando preparéis emparedados: el queso, el fiambre, la carne, el pescado, la ensalada, etc. con que los rellenéis quedarán deliciosos combinados con una cucharada de vuestras deliciosas conservas caseras.

Espero que esta pauta hayan sido de vuestro interés y que os atreváis a preparar vuestras propias combinaciones de ingredientes ¿Quién se anima con un chutney?¿Cuál es vuestra receta preferida? Estaremos encantados de que compartáis vuestras experiencias con nosotros.

https://www.directoalpaladar.com/ingredientes-y-alimentos/quien-se-atreve-con-un-chutney
 
Tartar de tomate con rillette de atún. Receta sencilla de aperitivo
450_1000.jpg


Hoy os presento un tartar de tomate con rillette de atún perfecto para un aperitivo inesperado. Y es que por lo general es fácil abrir la nevera y encontrarte algún tomate asi como en la despensa una lata de atún, poco más se necesita para este delicioso entrante, que emplatado en un aro metálico, te quedara de lo más aparente.

El tomate que he usado es de la variedad rosa que he cultivado este año en mi huerto, esta es una variedad sin mucha pepita en el interior por lo que resulta ideal para cortar en concasse sin entretenerse mucho quitando semillas. Pero por supuesto que cualquier variedad de tomate valdría para realizar este sencillo y fresco aperitivo.

Os pongo las cantidades para un aro de seis centímetros de diámetro y cuatro de altura, perfecto para una ración. Simplemente multiplicando por el número de comensales las cantidades de ingredientes iréis aumentando proporcionalmente la receta.

Ingredientes
Para 1 personas
  • Tomate rosa 1
  • Ralladura de limón , 1/2 cucharadita
  • Atún claro en conserva de aceite de oliva 40 g
  • Queso crema 20 g
  • Mostaza de Dijon , 1 cucharadita
  • Salsa de soja , 2 cucharaditas
  • Aceite de oliva virgen extra , 1 cucharadita
  • Cebollino al gusto
Cómo hacer tartar de tomate con rillette de atún
Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 30 m
  • Elaboración 30 m
Comenzaremos pelando el tomate y retirándole las pepitas. Cortamos la carne de tomate en dados pequeños como de medio centímetro y los ponemos en un colador durante diez minutos para que suelten el exceso de agua. Después pasamos el tomate picado para un bol y le añadimos la salsa de soja, la ralladura de limón y el aceite de oliva virgen extra.

En otro bol ponemos el atún escurrido, la mostaza, el queso crema y el cebollino picado, y aplastamos con un tenedor hasta hacer una crema.

Colocamos un aro de emplatar encima del plato de servicio y ponemos ¾ partes de su altura con el tartar de tomate, nivelamos con una cucharita o con el nivelador del aro y rellenamos de nuevo hasta el borde del aro con el rillete de atún. Retiramos el aro con suavidad y procedemos a montar el resto de platos de la misma manera.

450_1000.jpg

Con qué acompañar el tartar de tomate con rillete de atún
El tartar de tomate con rillette de atún como mejor está es bien fresquito de la nevera. Así que si no se va a consumir en el momento de hacerlo hay que guardarlo en el frigorífico. Acompañarlo de unas buenas tostadas de pan para disfrutar de todo su sabor.

https://www.directoalpaladar.com/re...rillette-de-atun-receta-sencilla-de-aperitivo
 
Cómo hacer helados y sorbetes en casa I. Receta
450_1000.jpg


El verano es el momento ideal para tomar y preparar deliciosos y nutritivos helados y sorbetes en casa. Ideales para un postre refrescante o para saciar el apetito entre comidas cuando el calor aprieta. A nosotros lo casero siempre nos sabe mejor y nos da que no somos los únicos que lo vemos de esta manera, de modo que os contamos cómo hacerlos en casa.

Antes de entrar en materia haremos una primera distinción entre helados y sorbetes. Los helados son elaboraciones que parten de una crema inglesa (leche, huevo y azúcar) aromatizada. Sin embargo los sorbetes se elaboran a partir de zumos de frutas endulzados con almíbar y son más ligeros que los helados. Hoy nos centramos en cómo hacer helados en casa y dejamos para otro post la técnica de los sorbetes.

Utensilios básicos para hacer helados caseros
Elaborar helados en casa es muy sencillo. No se requiere del control de ninguna técnica especial ni se necesitan ingredientes ni utensilios extraños. Es bastante probable que todo lo que se requiere lo tengamos a mano en nuestras cocinas: cacerola, varillas, colador, cuencos y recipiente apto para congelador.

Podemos usar una heladera eléctrica que remueva la crema de forma automática y rompa los cristales de hielo que se forman por efecto de la congelación, pero no es necesario. Si no tenemos heladora (como es mi caso) podemos hacerlo manualmente, removiendo y batiendo la crema con unas varillas o un tenedor a intervalos regulares, mientras se congela.

Ingredientes
Para 8 personas
  • Leche entera 1 l
  • Yemas de huevo 6
  • Clara de huevo (opcional) 2
  • Canela en rama 1
  • Limón 1
  • Harina de maíz refinada (Maizena) 30 g
  • Azúcar 275 g
  • Mantequilla 30 g
Cómo hacer helado mantecado
Dificultad: Media
  • Tiempo total 35 m
  • Elaboración 5 m
  • Cocción 30 m
  • Reposo 8 h
Como este es nuestro primer helado, vamos a empezar por la receta básica de helado mantecado. Es la más sencilla y de ella parten otros helados de sabores que podemos probar a hacer una vez nos sintamos cómodos con esta receta.

Vertemos las leche en una cacerola y le añadimos la rama de canela y la piel de medio limón. Calentamos y, justo antes de que empiece a hervir, retiramos del fuego, tapamos y dejamos infusionar durante 15 minutos. Mientras tanto, en un cuenco amplio, batimos la mantequilla con las yemas de huevo, el azúcar y la harina de maíz refinada.

450_1000.jpg

Transcurrido el tiempo de reposo de la leche, retiramos la rama de canela y la piel del limón. Añadimos la mezcla del cuenco y removemos con unas varillas hasta obtener una mezcla sin grumos. Calentamos la mezcla a fuego suave y removemos sin parar. Cuando haya espesado y alcanzado el punto de rosa, que es cuando la crema cubre el dorso de la cuchara, retiramos del fuego. Es muy importante que no hierva, ya que se cortaría la crema.

Colamos la crema dentro del recipiente que vayamos a introducir en el congelador y la dejamos enfriar sobre otro recipiente lleno de agua con hielo. Al enfriar la crema con rapidez se consigue un efecto de esterilización similar a la pasteurización y minimizamos el riesgo de contaminación del helado. Una vez fría la mezcla, introducimos el recipiente en el congelador.

Si tenemos heladora eléctrica, seguimos las instrucciones del fabricante para el mantecado del helado. Si no disponemos de ella mantecamos la mezcla de forma manual, sacando el recipiente cada dos horas y batiendo la crema para evitar la cristalización. Yo he hecho esta operación cuatro veces y la última le he añadido dos claras montadas a punto de nieve para aportar cremosidad al helado, pero esto es opcional.

450_1000.jpg

Aconsejamos no hacer mucha cantidad si no se va a consumir rápido pues gran parte de los nutrientes se pierden con el tiempo. Además, si el helado se deja muchos días en el congelador este también pierde en sabor y textura.

Con qué acompañar el helado mantecado casero
Como mandan las tradiciones, el helado mantecado casero va de maravilla con un cucurucho de barquillo aunque se puede servir en copa, con unos trozos de frutos secos en la superficie y algún sirope (chocolate, c aramelo, fresa, etc) que le de un punto de sabor extra. También lo podemos servir con fruta fresca troceada.

https://www.directoalpaladar.com/postres/como-hacer-helados-y-sorbetes-en-casa-i-receta
 
Cómo hacer helados y sorbetes en casa II. Receta
450_1000.jpg


Ya explicamos en nuestro artículo anterior cómo elaborar helados en casa, con consejos útiles para principiantes. A lo largo del verano iremos haciendo otros helados, a los que soy muy aficionado, incluso tartas heladas, un poco más laboriosas, pero que merecen la pena por los resultados. Pasamos ahora a hablar de los sorbetes, postres helados a base de zumos de frutas endulzados con almíbar.

Los sorbetes se popularizaron en la época victoriana, donde se usaban para ayudar a la digestión en los largos banquetes, servidos así entre plato y plato. Sirven así para limpiar nuestras papilas gustativas y prepararlas para nuevas experiencias sensoriales, así como para preparar el estómago para nuevos manjares. Es fácil de comprobar lo bien que sienta un simple sorbete de frutas al final de una copiosa comida. Hoy día se usan los sorbetes como postres ligeros o bien entre comidas, cuando el calor aprieta, y se pueden elaborar con ingredientes originales como este sorbete de té verde.

Sorbete de té verde.

Ingredientes: 200 gr. azúcar, medio litro de agua, 20 gr. té verde, una ramita de hierbabuena o menta fresca, 2 limones, 80 cc. nata.

Preparación: Prepara un almíbar con el agua y el azúcar, calentando hasta que hierva un minuto. Añade el té verde y la rama de menta. Tapa y deja infusionar 15-20 minutos. Al cabo de este tiempo, cuela la mezcla y deja enfriar por completo. Añade el zumo de dos limones, colado, y la nata. Remueve bien y congela la mezcla en un recipiente metálico, o en heladora, si tienes.

450_1000.jpg

Igual que en el caso de los helados, necesitas batir el sorbete de vez en cuando, para evitar que se formen cristales en el interior de la mezcla. Si quieres, puedes dejar que congele por completo en cubiteras, y luego triturar en un robot de cocina o con batidora. Congela de nuevo hasta que se endurezca. Lo ideal es servir el sorbete semilíquido, que se pueda beber, como una especie de granizado, pero también se puede presentar igual que los helados, con más consistencia.

450_1000.jpg


https://www.directoalpaladar.com/postres/como-hacer-helados-y-sorbetes-en-casa-ii-receta
 
Nueve ideas de helados ligeros y saludables para hacer en casa y en un santiamén
450_1000.jpg


Es difícil resistirse a los encantos del helado. Nadie nos impide disfrutarlos todo el año, pero es ahora cuando más apetecen; son muy refrescantes y tienen ese algo especial que nos hace volver a las vacaciones de verano de la infancia. Hoy sabemos que los helados industriales van cargados de azúcares y grasas, pero tenemos alternativas más saludables para hacer en casa.

Y como no queremos que nadie se quede sin su capricho helado, os proponemos ideas de helados ligeros que se pueden hacer en un periquete sin demasiadas complicaciones, incluso sin tener una heladera o máquina especial. Con pocos ingredientes es muy fácil preparar helados sanos deliciosos y alguna versión casera más ligera que nos hará olvidar las marcas comerciales.

1. Helado de yogur natural (o yogur helado)
450_1000.jpeg

Un buen yogur natural de calidad es una base estupenda para preparar todo tipo de recetas, especialmente postres cremosos. Cuando era niña nos gustaba clavar cucharas directamente en la tapa del yogur para congelarlo tal cual; ahora me tomo la molestia de batirlo un poco con algo de fruta y rellenar moldes de polo, pero la idea es la misma.

Además de polos se pueden hacer helados ligeramente cremosos usando una base de yogur, mejor si es griego -griego de verdad, sin natas o espesantes añadidos-. Podéis usar desnatado, aunque con el yogur entero saldrán más cremosos, y también son más nutritivos.

Solo hay que escurrir el suero, batirlo bien para que quede cremoso y añadir un poco de esencia de vainilla, ralladura de limón o alguna especia. Para endulzarlo podemos usar un poco de almíbar o azúcar invertido, que ayuda a evitar la formación de cristales, pero siendo comedidos. Aunque yo prefiero sacrificar textura para no añadir azúcares, me gusta más incorporar fruta.

450_1000.jpg

El yogur se puede mezclar con trocitos de fruta fresca bien dulce y aromática, o preparar un puré de fruta triturada y combinarlo creando remolinos, que darán un bonito efecto cromático. Con la mezcla lista solo queda verterlo en un recipiente cuadrado o rectangular, y congelar.

Si en el tiempo que tarda en congelar -unas tres horas-, nos molestamos cada 30 minutos en batir la mezcla con una batidora o tenedor, lograremos una mejor textura final. Con un buen robot de cocina se puede obtener un helado cremoso al instante, triturando la fruta y el yogur congelados, como en esta receceta de helado de cerezas.

2. Sorbete de sandía (y otras frutas)
450_1000.jpg

Me he llevado sorpresas desagradables tomando sorbetes fuera de casa. Yo siempre entendí que eran preparaciones de fruta, agua y azúcar, pero parece ser que muchas marcas y algunas heladerías añaden también ingredientes lácteos. Mal asunto si eres intolerante a la lactosa.

En casa podemos hacer el sorbete más simple usando una buena base de fruta natural. La sandía me encanta porque es muy dulce, aromática y con un gran contenido en agua, así que podemos simplemente triturarla y congelarla sin necesidad de nada más.

También he probado a congelar la sandía cortada en cubitos y triturarlos directamente para tener un sorbete muy refrescante instantáneo. Es facilísimo si tenemos una batidora de vaso tipo americana o un procesador de alimentos/picadora.

450_1000.jpg

Aquí tenéis la receta de sorbete de sandía más profesional, con un almíbar ligero, aunque también quedará muy rico sin añadir nada de azúcar si la fruta es de buena calidad. Con ralladura o zumo de algún cítrico -me encanta la lima- tendremos un sabor aún más refrescante.

La misma técnica podemos aplicarla a casi cualquier otra fruta aromática y dulce, como piña, mango, melón, papaya o melocotón. Otras, como la manzana verde o las frambuesas, nos darán un punto ácido muy refrescante.

Además podemos incorporar yogur a la mezcla para darle una textura algo más cremosa, como en esta receta de helado de frutas rojas. En este caso Carmen trituró toda la fruta congelada, congeló la mezcla en una cubitera y volvió a triturar todo justo antes de servir. Es otra técnica que podemos replicar con la fruta que más nos guste.

3. Helados cremosos con base de plátano congelado
450_1000.jpg

¡Qué gran descubrimiento fue el helado cremoso con solo dos ingredientes! Ya había probado lo riquísimo que queda solo triturar plátano maduro congelado, pero añadiendo un poco de crema de cacahuete se consigue una textura mucho más rica.

Ahora que los plátanos maduran rapidísimo, nada de tirarlos: aprovechad para pelarlos, cortarlos y congelarlos en bolsitas individuales para preparar helados saludables al momento. Podéis ir jugando con todo lo que os apetezca, ya que es una receta para tomar al instante y se puede ir probando sobre la marcha hasta dar con la combinación perfecta.

Estos son algunos ejemplos de posibles recetas de helado con base de plátano:

  • Plátano congelado+mantequilla/crema vegetal (cacahuete, almendra, anacardos, nueces...).
  • Plátano congelado+cerezas congeladas+trocitos de chocolate netro.
  • Plátano congelado+cacao+avellanas picadas.
  • Plátano congelado+fresas congeladas+ralladura de naranja.
  • Plátano congelado+2 dátiles+tahina+vainilla.
  • Plátano congelado+café+leche de almendras.
  • Plátano congelado+manzana congelada+canela.
  • Plátano congelado+queso fresco batido+frutos rojos congelados.
4. Granizado de frutas sencillo
450_1000.jpg

Para realizar un granizado casero tradicional normalmente mezclamos ingredientes líquidos con un almíbar o azúcar invertido. Si no tenemos heladera y queremos una buena textura hay que llevarlo al congelador y romper los cristales de hielo cada media hora, antes de que congele del todo. Es la técnica usada en el granizado de limón o el rico granizaco de café.

Podemos hacerlos más ligeros reduciendo al máximo la cantidad de almíbar o azúcar, y también tenemos la opción de servir un granizado de frutas casi instantáneo. Es tan sencillo como preparar un zumo o un batido de la fruta que queramos y triturarlo con hielo.

450_1000.jpg

Nos será de gran ayuda disponer de un robot de cocina potente como Magimix Cook Expert o Thermomix, pero también se puede elaborar con una picadora o buena batidora de vaso. Otra opción es utilizar hielo ya picado, combinándolo todo hasta conseguir una textura homogénea.

El granizado de limón es todo un clásico, pero se puede preparar casi de lo que nos apetezca. Sandía, melón, melocotón, mango, piña, maracuyá, cerezas, naranja, frutos rojos... Si empleamos fruta naturalmente dulce no echaremos en falta el azúcar añadido.

5. Helados cremosos con grasas saludables
450_1000.jpg

La textura cremosa y melosa que tanto nos gusta de un buen helado es el punto más difícil de lograr en casa. Para conseguir intervienen varios factores, como el contenido de azúcar, la incorporación de aire o la maquinaria empleada. Y un elemento clave de los helados mantecados son los ingredientes grasos.

Tradicionalmente un helado lleva nata, leche entera y yema de huevo, pudiendo incluir también grasas vegetales, leche condensada, leche evaporada o mantequilla. Aunque los lácteos grasos, tomados en pequeñas cantidades de vez en cuando, no tienen por qué ser el demonio, podemos sustituirlos por otras grasas más cardiosaludables que ayudarán a obtener esa irresistible textura.

450_1000.jpg

Las mantequillas o cremas de frutos secos y semillas -como la tahina- son una buena opción, muy energética pero muy nutritiva y saludable, en cantidades moderadas. También podemos jugar con el aguacate, camuflando su color verde con, por ejemplo, cacao en polvo, o dándolo todo directamente con un helado de aguacate. Se puede combinar con plátano congelado, yogur o alguna bebida vegetal para suavizar su sabor.

Otra opción es la leche de coco, siendo conscientes de que sigue siendo un ingrediente muy calórico y que tiene sus ventajas y desventajas. En el mercado existen diferentes tipos con distintos contenidos de grasa, es cuestión de probar y ajustar al gusto. Lo cierto es que da resultados fantásticos, como demuestra esta receta de helado de piña y leche de coco, con dos únicos ingredientes.
 
continuación

6. Helados proteicos
450_1000.jpg

Ahora que las comidas ricas en proteínas siguen siendo tendencia, podemos aplicar sus principios a las recetas de helados. No hace falta invertir en preparados de proteína en polvo -salvo que seamos deportistas y nos interese añadirlos a nuestra alimentación como suplemento-, hay ingredientes comunes muy proteicos estupendos para añadir a helados.

Hay yogures más ricos en proteínas que pueden ser especialmente interesantes, como los tipo skyr o un buen griego natural. Un sustituto muy fácil de encontrar en cualquier supermercado es el queso fresco batido desnatado y sus primos cercanos: queso quark, requesón o queso cottage.

La alternativa vegana la tenemos en el tofu sedoso, un producto muy cremoso ideal para la elaboración de postres, que apenas tiene sabor y se puede combinar con frutas, cacao, frutos secos, vainilla o leches vegetales. Las ya nombradas cremas de frutos secos, o su versión molida, son igualmente ricas en proteínas, y podemos emplear “natas” vegetales de avena, arroz, soja o quinoa.

450_1000.jpg

El otro gran producto básico de la alimentación fitness, la clara de huevo, nos irá de perlas para añadir cremosidad a nuestros helados. Para ello tenemos que batir unas cuantas claras -mejor si son pasteurizadas- hasta montarlas casi a punto de nieve para incorporarlas a la base de nuestro helado. Así se congelará con una mejor textura.

7. Polos saludables al gusto de todos
450_1000.jpg

Quien busque la mínima complicación para preparar helados caseros solo necesita algunos moldes de polo reutilizables. Hay mil formas y tamaños, y millones de combinaciones posibles. Tenemos muchas recetas de polos caseros para todos los gustos con las que empezar a jugar; animáos a ir probando distintos sabores en casa.

Se puede congelar fruta triturada tal cual, combinada con leche o bebidas vegetales, yogur o queso desnatado. Los zumos y otros líquidos como el agua de coco también quedan muy bien, mejor si los combinamos con pequeñas frutas como arándanos, cerezas o frambuesas. Saldrán polos muy vistosos si alternamos capas de diferentes frutas o hacemos remolinos.

Cualquier elaboración líquida o semilíquida es susceptible de ser congelada en moldes de polo: leche con cacao, la crema de las natillas, zumos caseros o smoohies, yogurcon fruta, batidos, etc. Recuerdo de mi infancia incluso polos de arroz con leche, así que no hay límites para la imaginación.

8. Bocaditos congelados
450_1000.jpg

Si no tenemos moldes de polo o queremos preparar algún capricho dulce congelado más pequeño, las cubiteras dan mucho juego. Tan solo con congelar puré de fruta triturada ya tendremos mini bombones helados deliciosos para comer en cualquier momento.

Podemos introducir piezas de frutas pequeñas y cubrirlas con yogur como en esta receta con fresas, o directamente preparar un helado de plátano y coco en moldes más bonitos. Si tenemos más tiempo podemos hacer algo parecido a estos bombones helados de queso y frambuesas, congelando primero una capa de chocolate antes de llenarla con fruta y queso.

Más fácil todavía es la receta de polos o bocados de plátano congelado y chocolate. Lo único que hace falta es esperar a que el plátano se congele antes de darle un baño de chocolate negro derretido. La combinación es deliciosa y se pueden coronar con coco rallado, frutos secos picados o lo que se nos ocurra.

9. Helados sin azúcar
450_1000.jpg

En términos generales, el ingrediente más conflictivo a la hora de preparar helados saludables y ligeros en casa es el azúcar. Ya hemos comentado que el azúcar, el almíbar o el azúcar invertido son una gran ayuda para evitar los cristales de hielo, ya que actúan como anticongelante; por eso muchas recetas caseras contienen mucho azúcar añadido.

Si aceptamos que podemos sacrificar cierta textura para ganar en salud solo habrá que buscar alternativas para endulzar nuestros helados. Hay que acostumbrar el paladar poco a poco a los dulces no tan dulces, y para ello podemos empezar recurriendo a los edulcorantes acalóricos.

Hay muchos edulcorantes en el mercado y todos son seguros dentro de un consumo razonable -seguros, pero no inocuos-. Es importante leer las etiquetas para comprobar el poder endulzante que tienen y si son adecuados para mezclar, calentar o congelar. En la preparación de sorbetes y helados resultan más prácticos los edulcorantes líquidos.

450_1000.jpg

Yo prefiero dejar el papel dulce en la mano de los ingredientes naturales del helado. Por eso es clave utilizar fruta de buena calidad, bien aromática y jugosa, en su punto o ligeramente pasada de maduración para que sea rica en azúcares naturales.

Los dátiles hidratados y triturados también son extremadamente dulces y combinan bien en mezclas más cremosas, como los helados de plátano o con yogur. No hay que olvidar que son muy calóricos; normalmente dos o tres serás más que suficientes para agregar ese punto dulce extra.

Para dar más sensación de dulce podemos recurrir a aromas naturales o esencias de repostería, como vainilla -mejor si tenemos vainas naturales-, canela, ralladura de cítricos, azahar, lavanda, cardamomo; o también usar cacao puro en polvo.

El verano es muy largo y hay tiempo para darse algún que otro capricho con nuestros sabores favoritos, en la heladería o en casa. Pero para no abusar y seguir disfrutando tenemos también muchas alternativas de helados saludables muy fáciles de preparar. ¿Cuál es vuestro helado favorito? ¿Soléis preparar polos o granizados en casa?
Fotos | iStock.com

https://www.directoalpaladar.com/po...-ligeros-saludables-para-hacer-casa-santiamen
 
Por qué no debes lavar nunca el pollo crudo

La principal intoxicación alimentaria en la Unión Europea la produce la bacteria campylobacter, presente en la carne de ave cruda. Su transmisión se produce por la denominada contaminación cruzada, que favorece el agua
J. M.
CONTACTO
Mie, 18 Jul 2018

imagen-sin-titulo.jpg



La carne cruda de las aves y concretamente del pollo, la variedad más consumida, contiene altos niveles de dos peligrosas bacterias respecto a otro tipo de carnes: la Campylobacter jejuni y la Campylobacter coli. Varios estudios científicos realizados en Nueva Zelanda, Bélgica y Washington demostraron que la contaminación de estas bacterias en las aves en las cadenas de supermercados era elevada y muy superior a la de la carne de ternera o de cerdo. El principal problema de la campylobacter es su capacidad de dispersarse con el manipulado, tanto durante la separación en piezas del pollo para su posterior venta (pechugas, muslos o alitas) como en las propias cocinas domésticas.

Las bacterias desaparecen a altas temperaturas, por lo que es importante que no queden partes crudas


Según un reciente estudio publicado por el NCBI -Centro Nacional para la Información Biotecnológica de EEUU-, existe un mayor riesgo de encontrar las bacterias en los pollos enteros que en los muslos de pollo, aunque la presencia en ambos era significativa. La bacteria desaparece con la cocción del pollo, por lo que es muy importante que se cocine completamente y no se dejen partes crudas antes de comerlo. El otro gran riesgo está, paradójicamente, en su lavado. Según la NHS -Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria de Reino Unido-, no se debe lavar con agua antes de cocinarlo porque lo único que se consigue es que las bacterias se alojen en los recipientes utilizados, las manos, la encimera y otros utensilios de la cocina.

El agua, conductor de bacterias
La razón es que el agua actúa como buen conductor de la campylobacter, por lo que si lavamos el pollo entero, los muslos o las pechugas multiplicamos el riesgo de contaminar la cocina y que acabemos ingiriéndola, aunque hayamos cocinado por completo las piezas. Por ello, es también necesario separar en la nevera el pollo en diferentes estancos o en táperes si no está envasado, lejos de alimentos como verduras y frutas, ya que su contacto podría trasmitir la bacteria a estos productos que sí consumimos crudos y que en este caso sí que hay que lavar.

La intoxicación se manifiesta con malestar, fiebre, dolores abdominales severos y diarrea


La bacteria presente en la carne de pollo causa la denominada campilobacteriosis y enterocolitis que, según la Aecosan, "se manifiesta con malestar, fiebre, dolores abdominales severos y diarrea acuosa o sanguinolenta. El periodo de incubación oscila entre 1 y 11 días (normalmente de 1-3 días). En la mayoría de los casos, la diarrea tiende a remitir por sí misma. Las bacteriemias ocurren en <1% de los pacientes con enteritis, pudiéndose producir también secuelas que cursan como desórdenes reumatoides o neuropatías periféricas (síndrome de Guillain-Barré)".

La misma agencia alerta de que 1 de cada 50 consumidores de la UE se infecta anualmente y que en 2015 hubo algo menos 230.000 casos. La fuente más importante es el pollo y la denominada contaminación cruzada: es decir, la manipulación incorrecta como el lavado y su contacto con utensilios de cocina, así como con otros alimentos de la nevera. Para evitarlo basta con guardarlo bien envasado, no lavarlo antes de cocinarlo con agua y en caso de manipularlo, como puede ser cortarlo en piezas más pequeñas para cocinarlo, limpiar en este caso los utensilios y encimeras empleadas con lavaplatos y limpiarse las manos después de manipularlos.

https://www.alimente.elconfidencial...oxicaxion-contaminacion-cruzada-aves_1593845/


 
ELECTRODOMÉSTICOS
20 TRUCOS CON ELECTRODOMÉSTICOS QUE TE FACILITAN LA VIDA

No solo la Thermomix puede ayudarte: también el horno, el microondas o, incluso, el congelador pueden ser estupendos pinches de cocina. Con estos consejos les sacarás todo el partido a tus electrodomésticos.

1531982220_677045_1531982365_portada_normal.jpg



CARMEN LÓPEZ 19/07/2018


Son los pinches de cocina de la modernidad: ayudan a picar, calentar o fregar cuando se les necesita, y después vuelven a su silenciosa existencia hasta la próxima vez. No dan tanta conversación como los auxiliares de carne y hueso, aunque quién sabe si ese robot multiusos le dará conversación a su dueño en un futuro próximo gracias a la Inteligencia Artificial. Pero como de momento no hablan -si piensas que los tuyos sí, ve a consultarlo con un profesional- lo mejor que puedes hacer es sacar todo el partido que puedas a sus funciones actuales. Atiende, porque es posible que no lo estés haciendo.

Como cada maestrillo tiene su librillo, hemos consultado a diversos chefs, blogueros, compañeros de la patrulla comidista (jefe supremo incluido) y hasta la obra de una célebre guisandera para que nos revelen sus truquillos secretos en lo que a electrodomésticos se refiere. Aquí puedes encontrar la clave para que tus bizcochos no se parezcan tanto a los ladrillos de la fachada o para que tu microondas deje de ser un mero mamotreto en el calientas (mal) la leche por las mañanas.



THERMOMIX

Cremas pasteleras perfectas


Álex López, chef de Born to Cook y El Groc en Vilanova i La Geltrú, nos chiva su amaño con la diva del aparataje, la Thermomix: "A menudo la utilizamos para cocinar cremas tipo pastelería, en las cuales el huevo siempre es un punto delicado ya que debemos ser muy precisos con la temperatura para no cuajarlo y que nos quede una textura tipo tortilla. Al usar la Thermomix a baja velocidad y con el termostato a 80º conseguimos controlar el calor con precisión y nos ahorramos trabajar las cremas al baño maría con varillas durante largo tiempo, o utilizar otros trucos más imprecisos. Al final conseguimos una crema muy fina y fluida con total facilidad".


Todo a la vez


Para ahorrar electricidad y tiempo -ya que conseguirás cocinar dos o tres platos del tirón- puedes utilizar todas las funciones de la máquina a la vez. En el vaso puedes elaborar una crema de zanahoria o calabacín, en la bandeja inferior preparar verduras a la plancha y en la superior una pechuga de pollo o salmón (por poner sólo algunos ejemplos).


Vaso limpio sin fregar


Por su parte, el jefecillo de El Comidista Mikel López Iturriaga aporta su sabiduría para dejar la Thermomix reluciente después de usarla: "Soy una persona en permanente conflicto entre la obsesión por la limpieza y la vagancia infinita, por lo que mi truco favorito de la Thermomix tiene que ver con el lavado del vaso. Maniobrar con éste en el fregadero, sobre todo si no le quitas las cuchillas, puede acabar con tus nervios y con alguna falange de tus dedos, así que recomiendo usar el siguiente sistema: pones medio litro de agua en el vaso sucio y un chorrito de lavavajillas, lo tapas y lo vuelves a enchufar a la máquina dándole un meneo a máxima velocidad de unos 30 segundos. A no ser que hayas cocinado algo muy pegajoso, después suele bastar con un aclarado. Si algo se ha pegado abajo, otro truco es dejarlo en remojillo con un poco de agua y jabón unos 15 minutos, y luego sacar la cuchilla y limpiar".


Tapa sin polvo


Si vas a utilizar la Thermomix para trabajar con productos en polvo con azúcar glaseado o harina, una buena idea es colocar un papel entre el recipiente y la tapa para evitar que esta se quede manchada y el polvillo se escape. Así será más fácil de limpiar (aunque el truco anterior te haya facilitado tu relación con la famosa máquina considerablemente).



MICROONDAS

Calentamiento sin centralismo


Otro de sus consejos ayudará a que saques partido a tu microondas y a partir de ahora calientes bien el tupper de lentejas a la hora de comer. "Un truco muy sencillo: huir del centro siempre que puedas. Es decir, poner los alimentos o los recipientes siempre cerca del borde del plato giratorio. El calor se distribuye mejor, y evitas -en parte- el odioso efecto "ardiendo en algunas zonas / congelado en otras". Esta técnica es especialmente útil si usas el micro para una de mis actividades favoritas: templar cosas. Es decir, no comértelas heladas de la nevera, sino a temperatura ambiente. Las naranjas, por ejemplo, mejoran sustancialmente tras pasar 20 segundos girando cual planetas en órbita en el microondas, y dejándolas reposar fuera un minuto. Y lo mismo los tomates, si es que el tórrido calor de tu cocina o las puñeteras moscas de la fruta ten han obligado a cometer el sacrilegio de meterlos en el frigorífico".



1531228855_878342_1531235458_sumario_normal.jpg




Cocinar para dos, confiesa que es una enamorada del micro. "Es un pinche maravilloso y un acelerador de procesos. Si cortas la cebolla en juliana y la cocinas cinco minutos en el microondas, queda totalmente transparente y lista para cualquier preparación". En su blog tiene una buena lista de recetas que se pueden preparar en el aparato, como costillas a la barbacoa, pollo al curry, puré de patatas o pastel de pescado. Nos da un tip para cocer huevos de codorniz de manera rápida y fácil: "Poner los huevos en un bol de agua con sal 7 minutos en el microondas a media potencia". Muy mal se te tiene que dar para que no te salga.

La altura importa

Un buen truco para los impacientes y que no puede ser más fácil: para calentar dos cuencos a la vez y conseguir el resultado esperado, sólo hay que colocar uno de ellos sobre una taza para que queden a diferentes alturas. Si a estas alturas el microondas está hecho un campo de batalla y ha llegado el momento de que llegue el batallón de limpieza, hay un método muy sencillo y además natural para eliminar toda la suciedad: exprimir un limón partido a la mitad en un bol con agua y calentarlo durante 5 minutos. Una vez transcurrido ese tiempo, sacamos el recipiente intentando no quemarnos y pasamos la bayeta rápidamente ¡Listo!

El ángel deshidratador

Para deshidratar hierbas aromáticas también podemos tirar del microondas siguiendo unos sencillos pasos. Primero las lavamos y las dejamos en el escurridor un buen rato (lo ideal es utilizar uno de ensaladas). Después las colocamos encima de una hoja papel de cocina absorbente para eliminar el agua que pueda quedar y las metemos en el micro a temperatura máxima durante 30 segundos. Si no han quedado lo suficientemente secas, repite el proceso del micro con cuidado de no quemarlas. Cuando termines guarda las hierbas en un recipiente alejado de la luz y el calor o en una bolsa hermética.


HORNO

Usar el calor residual

Ricardo Sotres, chef del restaurante con estrella Michelín El Retiro de Llanes (Asturias), nos ofrece una solución para sacarle más partido a este instrumento y, además, no desperdiciar energía. "Después de estar utilizando el horno durante tiempo, cuando lo apagas tiene un calor residual que no se aprovecha y yo lo uso para acabar algún guisín o alguna cosa. Imagínate que enciendes el horno a 200 grados para hacer un pollo, que tarda 45 o 50 minutos. Cuando termina de asarse, lo apagas y lo cierras, ese horno tiene un calor acumulado que va a ir bajando y se puede aprovechar para confitar unos pimientos o unas cabezas de ajo. O se pueden asar unas manzanas echándoles azúcar, un poco de canela y mantequilla".

El fin de los horneados resecos

Nuestra compañera comidistera Raquel Bernácer también utiliza un truco de agua en el horno, pero le da otro uso que la asturiana: "Para hacer verduras al horno, siempre pongo un pequeño recipiente con agua para que se genere vapor dentro y no queden resecas. Funciona de maravilla y desde que lo descubrí -gracias a Ottolenghi- no he dejado de utilizarlo".

Descongélate a 40º

El horno también sirve para descongelar. Aunque la manera adecuada de descongelar alimentos sea dejarlos en la nevera sobre una rejilla para que no se empapen en su propio jugo hasta que estén listos, los instrumentos más utilizados para hacerlo de manera rápida son el agua caliente o el microondas. Pero resulta que el horno también puede cumplir esta función. Tenemos que colocar el alimento en una bandeja a altura media a unos 40º para que reciba calor pero no reseque ni se cueza.

Horno madurador

Si tienes planeada una receta que contenga plátano pero los que tienes en casa están demasiado verdes, no corras a la frutería. Puedes madurarlos utilizando ese horno tan práctico que tienes en tu cocina. Es muy fácil: tienes que colocarlos separados y sin pelar en la bandeja y hornearlos durante unos 15 minutos aproximadamente a 150º. No te asustes si cuando los saques su cáscara está negra, su interior no estará quemado.


CONGELADOR

Congelar para cortar mejor

Este gran aliado de la cocina y la salud se utiliza muchas veces como mero contenedor sin tener en cuenta su potencial. Además de guardar los táperes de tu madre y guarradas precocinadas (sí, sabemos que las tienes), puedes hacer muchas más cosas para sacarle partido. Nuestra gurú Mònica Escudero ha compartido trucos que seguramente te sorprenderán como el siguiente: "Si necesitas cortar una carne o un pescado bien finos -por ejemplo, para hacer un steak tartar- puedes ponerlos unos 20 minutos en el congelador. Sin llegar a ponerse tiesos del todo, ganarán en firmeza y la operación será más sencilla".

Yogur espeso

Mucha atención si eres de la secta del yogur porque necesitas saber esto: "Cuando congelas uno normal y lo descongelas sobre un colador pierde una gran parte del agua y se vuelve mucho más espeso. Si tienes unos cuantos siempre congelados -y te acuerdas de sacarlo una hora antes- podrás hacer tzaziki o recetas con yogur espeso sin tener que buscar uno griego decente (que no es precisamente fácil)".

Cubiteras para más que hielo

El tema de las cubiteras también da para mucho. Puede que hasta el momento sólo fuese un trasto que un día rellenaste con agua y ahora tiene un leve aroma a merluza, pero ha llegado la hora de darle una nueva oportunidad. Una de las ideas más prácticas es la de congelar en cubitos salsa de tomate, caldo o incluso ajo frito sobrante. Así tendrás monodosis de las que echar mano en cualquier momento. Si quieres conocer más acerca de las posibilidades del mundo cubitero puedes encontrarlas aquí.

OTROS TRASTOS

La kettle como acelerador y el molinillo para especias

Bernácer nos aleja de los calores del horno con ideas para darle un uso alternativo a los instrumentos. La primera te ayudará a gastar menos energía y reducir los tiempos de espera: "Para hervir el agua más rápidamente, utilizo la kettle -el típico hervidor de agua eléctrico-, sobre todo cuando tengo que hervir porciones pequeñas de pasta, arroz o quinoa. Una vez empieza a hervir, la paso a la olla y ahorro mucho tiempo”. Y la segunda: “El molinillo eléctrico de café lo uso también para picar especias, frutos secos o semillas. Así puedes hacer cantidades pequeñas de mezclas de especias o semillas para aderezar platos".

1531228855_878342_1531235695_sumario_normal.jpg

Con un molinillo de café y un hervidor de agua puedes hacer virguerías más allá de las obvias. PIXABAY


Batir en frasco

Otra de nuestras compañeras de tropa, Marta Miranda, nos confiesa su trampa con la batidora de vaso: "Cuando necesito triturar pequeñas cantidades o quiero hacer batidos individuales, uso botes de rosca de la misma medida que la rosca de la batidora. Encajan perfectamente. Suelen ser esos botecitos cuquis de entre 500 y 250 ml en los que inexplicablemente ahora a la gente le ha dado por beber cosas, que tienen tapitas de colores pastel y un agujero en el centro. Pero para este menester son estupendos: puedo triturar varias cosas distintas sin tener que lavar el vaso grande y, al ser más pequeños, los alimentos se trituran mejor".

Afilar con hielo

Si las cuchillas de nuestra batidora, tanto de mano como de jarra, ya no son lo que eran, un buen método para afilarlas y no tener que tirarla a la basura (¡lucha contra la obsolescencia!) es picar hielo con ella. Lo recomendable es echar algo de agua al hielo para que no esté duro como una piedra y pueda quemar el motor y después ponerla a máxima velocidad. Ten cuidado después para no rebanarte los dedos al fregarla.

Huevos en el lavavajillas

Para hacer huevos a baja temperatura hay un método eficaz y especialmente sorprendente: se meten en un bote con agua cerrado herméticamente en el lavavajillas(sí, en el lavavajillas). Debe colocarse en la parte de arriba del lavavajillas y utilizarse de manera habitual -con jabón, vaya- porque la finalidad es aprovechar el calor del aparato para hacer dos cosas a la vez. La ventaja de cocinar a baja temperatura es que las propiedades de los alimentos se conservan mejor.

https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2018/07/10/articulo/1531228855_878342.html
 
Pan mediterráneo de sésamo y orégano, receta fácil para iniciarse como panarra
450_1000.jpg


Aunque esta receta me la contó mi hermana como receta de pan turco, he visto panes similares en muchos otros países mediterráneos y a la vista de los ingredientes que recuerdan a los de la foccacia he decidido bautizar esta receta como pan mediterráneo de sésamo y orégano. Se trata de una receta muy sencilla de pan que se prepara en muy poco tiempo y apenas necesita reposos por lo que puede ser muy buena opción para hacer pan casero este verano.

Puede que no tengáis ganas de encender el horno, pero con tan solo 30 minutos de cocción, obtendréis un pan suave y esponjoso, ideal para acompañar embutidos y quesos que os puede venir muy bien si de repente tenéis invitados en casa o si queréis hacer una cena un poco más especial. En algunas zonas del Mediterráneo este pan se toma abriéndolo por la mitad y añadiendo mantequilla dentro. Ya veréis qué sencillo resulta de hacer y de tomar.

Ingredientes
Para 6 personas
  • Masa madre 100 g
  • Harina de trigo 225 g
  • Agua 140 ml
  • Aceite de oliva virgen extra 50 ml
  • Sal 5 g
  • Levadura prensada 10 g
  • Semillas de sésamo
  • Orégano seco
Cómo hacer pan mediterráneo de sésamo y orégano
Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 1 h
  • Cocción 1 h
Diluye la masa madre y la levadura en el agua y deja que se deshagan un poco hasta enturbiarla. Añade la harina, la sal y el aceite de oliva y mezcla hasta obtener una masa algo pegajosa. Enharina la mesa y amasa ligeramente la bola hasta dejarla lisa y manejable. Deja reposar durante 30 minutos.

Sobre una bandeja de horno cubierta con un papel de hornear o un silpat, extiende la masa, apretando con los dedos de dentro hacia afuera como si hicieras una base de pizza. Deja un poco más altos los bordes y marca los dedos apretando para extender la superficie del pan.

Barniza el pan con unas gotas del mejor aceite de oliva virgen extra que tengas en casa y espolvorea el pan plano con las semillas de sésamo y con unas hojas de orégano. Mientras haces todo el proceso, precalienta el horno a 250º centígrados, y activa la función vapor o mete una taza o mug con agua en la parte baja.

Hornea el pan durante 25 minutos, -los primeros 10 a 250º y los 15 restantes a 225º. Saca el pan y deja reposar durante 15 minutos antes de comerlo para que se termine de cocinar en su interior mientras se va enfriando.

450_1000.jpg

Con qué acompañar el pan mediterráneo de sésamo y orégano
Este pan mediterráneo de sésamo y orégano es una receta sencilla de pan que os vendrá muy bien tanto para cenas ligeras a base de picoteo como para la hora del aperitivo. Podéis tomar el pan sin más, cortado en porciones o usarlo como base para hacer tostas y otros preparados.

https://www.directoalpaladar.com/recetas-de-panes/pan-mediterraneo-de-sesamo-y-oregano-receta
 
Hmmm que rico ( pero que puedo usar en vez de mayonesa? soy alergica a mayonesa)

yogurt griego natural, alguna vez he usado el Griego 0,0% (el del carrefour) y sale bien, pero entonces ya no le agrego mostaza, sino que hago una mezcla de yogurt, limón, sal, pimienta y ajo muy picadito
 
Back