No sé si te consolará, pero yo ahora, los momentos de soledad los deifico.Siempre he querido comentar en este hilo pero hasta que he tenido mi última crisis estival (estos días) no me he decidido. Me pasa exactamente lo mismo, solo recuerdo el verano como una época feliz cuando era pequeña y me iba con mis abuelos al pueblo. Más mayor empecé a veranear con mis padres en una localidad cercana a la mía, pero ya era adolescente y lo viví como una imposición que me apartaba de mis amigas (de aquella no había móviles ni facilidades de transporte público ni yo era sociable para conocer gente en esa localidad). Durante la carrera buscaba desesperada algún curso para hacer en verano (o trabajar) para mantenerme entretenida y cuando empecé a trabajar evitaba coger vacaciones en verano, aunque nada de eso me servía para paliar el malestar que me genera la idea de que todo el mundo se divierte, tiene amigos, familias y/o parejas con las que compartir tiempo de calidad, compartir viajes, etc. y yo siempre estoy sola y con más tiempo libre para pelear contra mi soledad.
En fin, en general odio el verano y específicamente agosto (que es junto con diciembre los dos meses en los que debe reinar la felicidad).
Ahora mismo, que tengo casi dos horas para mí sola, es la felicidad máxima. Y en mi casita, con mi PC, a mi bola, con silencio de los vecinos y de obras alrededor para variar...Esta semana que es el SUMUM de fiestas en todas partes, que culmina con los días en que más se cotizan las orquestas del verano que es el puente de agosto...yo feliz como una perdiz sin ir a una fiesta y esperando dormir bien esta noche, que si ya arrastraba problemas de sueño, ahora duermo como el orto.
La soledad no elegida entiendo que pueda ser agobiante, pero la elegida, es gloria pura.
Aquí, una tarde de agosto, foreando primas....