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Guest
Los comensales que esa tarde se encontraban merendando en el McDonald’s disfrutaron de una sorpresa alternativa a la del payaso Ronald, que siempre se convierte en el atractivo principal de esta hamburguesería americana cuando se pretende festejar un cumpleaños. En esta ocasión, el plato fuerte llegó en forma de princesa de Asturias, sus niñas, la tía Telma y su hija Amanda. Las hermanas Ortiz decidieron acercarse a este local, cercano al recinto del palacio de la Zarzuela, para merendar.
La tarde de chicas discurrió con total normalidad. Telma se encargó de pedir los menús para el resto de acompañantes. Las infantas y su prima se decantaron por un Happy Meal, con el consiguiente regalito, mientras que Letizia y su hermana se decidieron por la hamburguesa más grande que prepara este establecimiento, un Bic Mac, acompañado de patatas grandes y su correspondiente refresco.
Al terminar de comer, las primas se fueron a jugar y las hermanas permanecieron sentadas de charla. Leonor y Sofía, que no suelen coincidir en sus salidas públicas con los primos Borbón, sí lo hacen habitualmente con Carla, la hija de Erika Ortiz, y sobre todo con Amanda.
Cuando la hermana de la princesa viaja a Madrid por motivos ajenos a temas laborales, se instala en casa de los príncipes, donde también vive la abuela Menchu.
No es la primera vez que la princesa lleva a sus hijas a esta hamburguesería. Pero esto no es lo habitual, porque Letizia suele ser muy estricta en lo referente a la alimentación de sus hijas. En el colegio no pueden tomar las chucherías que llevan los otros niños en sus cumpleaños y tampoco comen bollería industrial. De hecho, la Reina le contaba a Pilar Urbano en su libro, La reina muy de cerca, como Leonor le recomendaba a su hermana que tomara espinacas “porque son ricas y tienen antioxidantes”, imitando las recomendaciones maternas.
Esa tarde todas las Ortiz sucumbieron al reino de la hamburguesa. A diferencia de otras ocasiones, el servicio de seguridad fue discreto. Aunque, cuando acudieron los reporteros, avisados por una clienta periodista, organizaron un pequeño show. Pidieron el DNI a los profesionales y les prohibieron hacer fotos, hasta que llegaran los perros para comprobar que no había explosivos en las cámaras. Cuando apareció el segundo equipo, la princesa de Asturias y su familia ya se habían subido al monovolumen, por lo que fue imposible fotografiarla.
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