La satisfacción de poner límites y decir que no

Registrado
11 Jul 2019
Mensajes
12.074
Calificaciones
38.379
Ubicación
En un país multicolor...
Escribo esto no para preguntar cómo hay que hacerlo que ya existen otros debates si no para conocer experiencias en las que lo habéis hecho y os ha dado subidon.

Yo no he renunciado a un viaje cerrado por asistir a un evento social al que se nos ha avisado con poco tiempo tal vez porque suponían que no íbamos a dejar de ir fuera cuando fuera. Ha sido causalidad lo de la fecha y me siento contenta por no renunciar a algo que me apetecía mucho por complacer a los demás.
 
El ejemplo que se me viene automáticamente a la cabeza es el tema de salir de marcha. Durante toda mi veintena, me sentí MUY presionada a hacerlo a pesar de que no me gustaba. O decía que no y me insistían incesantemente, o bien ya directamente decía que sí e iba a pesar de que a mí nunca me ha ido ese tipo de plan y siempre me he aburrido como una mona.
Cumplidos los 30, dije: nunca máis. Y ya se puede poner el mundo como quiera, que yo a discotecas, botellones y sucedáneos no voy.
El siguiente paso sería conseguir decir abiertamente que no pienso ir a ni una sola boda más, plantarme y marcar ese límite para siempre. Pero ahí la presión sí que me puede.
 
El ejemplo que se me viene automáticamente a la cabeza es el tema de salir de marcha. Durante toda mi veintena, me sentí MUY presionada a hacerlo a pesar de que no me gustaba. O decía que no y me insistían incesantemente, o bien ya directamente decía que sí e iba a pesar de que a mí nunca me ha ido ese tipo de plan y siempre me he aburrido como una mona.
Cumplidos los 30, dije: nunca máis. Y ya se puede poner el mundo como quiera, que yo a discotecas, botellones y sucedáneos no voy.
El siguiente paso sería conseguir decir abiertamente que no pienso ir a ni una sola boda más, plantarme y marcar ese límite para siempre. Pero ahí la presión sí que me puede.
Pues digamos que mi paso ha sido parecido al que te falta por dar.
 
El ejemplo que se me viene automáticamente a la cabeza es el tema de salir de marcha. Durante toda mi veintena, me sentí MUY presionada a hacerlo a pesar de que no me gustaba. O decía que no y me insistían incesantemente, o bien ya directamente decía que sí e iba a pesar de que a mí nunca me ha ido ese tipo de plan y siempre me he aburrido como una mona.
Cumplidos los 30, dije: nunca máis. Y ya se puede poner el mundo como quiera, que yo a discotecas, botellones y sucedáneos no voy.
El siguiente paso sería conseguir decir abiertamente que no pienso ir a ni una sola boda más, plantarme y marcar ese límite para siempre. Pero ahí la presión sí que me puede.
Yo lo he dado para una despedida a la que no me apetecía ni salía ir y a una boda de una familiar que me ha decepcionado mucho. Me he sentido dolida por la decepción pero con un subidón tremendo de tomar la decisión de que paripes los justos y ni de coña paso por ese aro.
 
Uf pues yo no soporto hacer nada que no me apetezca. Me encanta decir que no bien alto y claro. Tengo bastante mala hostia así que en mi entorno no suelen insistir, eso es un plus. Da un gustazo que no veas.
 
Antes me costaba mucho, pero con los años y la experiencia, ha llegado un punto en el que lo digo con una facilidad que me sorprende a mi misma. A veces, como mucho digo que lo meditaré y que al día siguiente tendrán una respuesta (esto sobre todo me pasa mucho en el trabajo), y el NO llega un día más tarde, pero llega. No sé si ha sido con los años o el número de ocasiones en las que me he sentido boba por cumplir y ver que los demás miran por sí mismos y sálvese quien pueda. Pero en fin, la vida es demasiado corta para hacer cosas por compromiso.
 
Yo lo he dado para una despedida a la que no me apetecía ni salía ir y a una boda de una familiar que me ha decepcionado mucho. Me he sentido dolida por la decepción pero con un subidón tremendo de tomar la decisión de que paripes los justos y ni de coña paso por ese aro.
Pri, era la boda de tu prima?
Creo que ambas dos comentamos que teníamos lo mismo en verano.
 
Yo creo que me ha ido sucediendo con el paso de los años, y a día de hoy digo NO con total naturalidad a cualquier evento o lo que sea, no tengo ningún problema y me quedo tan ancha. Con educación, eso si, pero no doy rodeos. Más jovencilla no era así, iba a sitios porque no sabía decir que no aunque en realidad no me apeteciese, pero a día de hoy voy si quiero, y si no me apetece no voy, sin excusas chorras ni nada. Digo "conmigo no conteis, pasadlo bien!" y ya.
 
La verdad que no tengo problema. Digo ups no me viene bien/tengo otros planes/estoy muy liada...

Sobre todo a lo que me niego es a bodas y a despedidas. Voy solo a bodas de gente muy muy cercana

De jovencita sí me daba más cosa, ahora ni lo pienso
 
Pues a mí subidón cómo tal no me da. Lo que sí pienso es "si no marco mis límites, la gente se aprovechará de mí,y quedaré como una tonta que no sabe hacerse valer y yo no soy eso"
Eso es lo que estoy intentando aprender, a poner límites. De toda la vida me ha costado muchísimo decir NO, no quiero esto... no me gusta aquello... no quiero ir a ese sitio... y todo por tener la fiesta en paz, por no discutir, por no disgustar, total... qué más me da, si le hace feliz a fulanit@ esto o lo otro, yo cedo... y claro, la gente te toma por tonta al ser tan complaciente y no puede ser, después me llevo cada disgusto... y todo por culpa mía, por no plantarme.
Pero estoy trabajando en ello, lo intento, caigo, lo vuelvo a intentar...
 

Temas Similares

Respuestas
3
Visitas
292
Back