Bienvenidos a otro hilo costumbrista del paisanaje español.
Hoy comentaremos ese tipo de personas que pueblan nuestros barrios y pueblos.
En mi barrio, y en mi pueblo, hay gente de todo tipo de pelaje y condición.
Empezaremos con la gente de mi barrio.
Uno no puede salir del portal sin encontrarse con los jubilados, mis langostos queridos algunos de ellos, que se pasan la mañana y tarde vigilando la zona para cotillear y tenerlo todo atado y bien atado (y la noche porque tienen que dormir, sino están ahí también). Mis vecinos amados se conocen la vida de todo dios, un barrio de ciudad es como un pueblo, sobre todo los barrios obreros como el mío, no creo que pasen estas cosas en lugares como el barrio de Salamanca o El Viso.
Esos no tienen a la Paqui hablando de lo guapa que era de joven (es mentira), a la Encarni, que se ha peleado con todo el mundo por estar loca perdía, al Marcelino haciendo guardia porque todo el que no sea conocido por aquí es sospechoso, o al resto de jubilautas comentando como ha subido el pescado, y si a la Tere se le ha casado el hijo que se había comprado el piso nuevo.
Ya quisieran, en mi barrio tienes un problema o necesitas de consejo y todos vamos a Bartolomé, ilustre vecino y muy respetado, nuestra equivalencia a un patriarca gitano pero siendo una persona normal (no gitano) con autoridad y sabiduría, que el día que se va a su pueblo a pasar las vacaciones el barrio se queda huérfano, vacío, imagino que esos de la Castellana irán al psicólogo o al asesor financiero de Nuevos Ministerios, nosotros vamos a Bartolomé , a ver qué opina, si da el visto bueno, se procede. También le consultamos el parte metereológico, y acierta, ni el niño ese de la Filomena y las hormigas ni el Brasero o los terroristas meteorológicos de la AEMET: Bartolomé tiene la última palabra.
Ramón es un vecino cansino y tocapelotas, además que le hizo un desfalco a los de su comunidad y es sospechoso de haber perpetrado varios robos en casas de vecinos suyos, imaginad lo pieza que es, pero ya está cerca de los 80 ahora parece que se arrepiente y va de vecino ejemplar (el muy HDP), como haya movida gorda, es el primero en llamar al ayuntamiento para que lo solucionen, por lo que es el típico vecino que cae mal pero como está flipado con el tema "instituciones", sabemos que es el que llamará a la policía o al ayuntamiento en cuanto se tercie. ¿Está sucio el suelo o los bancos del parque?, Ya está Ramón teléfono en mano o hablando con los barrenderos y hasta la municipal, que desconocen el historial de Ramón, menudo pájaro.
Me gustaría decir que en mi barrio hay gente glamour y distinción, pero no, porque es mentira, no obstante, las buenas gentes de mi barrio son grandes personalidades con empaque, casta y tronío.
Es un gran barrio, la prueba es que la policía siempre anda por aquí; y nuestras movidas generan gran expectación, sobre todo cuando hay sucesos: desde las peleas en bares, la peleas por los dueños de perros, enfrentamientos vecinales en las reuniones, los que no saben conducir. En fin, ese es mi barrio.
En otro momento hablaré de mi pueblo, ya hemos salido por la tele en alguna ocasión.
Hoy comentaremos ese tipo de personas que pueblan nuestros barrios y pueblos.
En mi barrio, y en mi pueblo, hay gente de todo tipo de pelaje y condición.
Empezaremos con la gente de mi barrio.
Uno no puede salir del portal sin encontrarse con los jubilados, mis langostos queridos algunos de ellos, que se pasan la mañana y tarde vigilando la zona para cotillear y tenerlo todo atado y bien atado (y la noche porque tienen que dormir, sino están ahí también). Mis vecinos amados se conocen la vida de todo dios, un barrio de ciudad es como un pueblo, sobre todo los barrios obreros como el mío, no creo que pasen estas cosas en lugares como el barrio de Salamanca o El Viso.
Esos no tienen a la Paqui hablando de lo guapa que era de joven (es mentira), a la Encarni, que se ha peleado con todo el mundo por estar loca perdía, al Marcelino haciendo guardia porque todo el que no sea conocido por aquí es sospechoso, o al resto de jubilautas comentando como ha subido el pescado, y si a la Tere se le ha casado el hijo que se había comprado el piso nuevo.
Ya quisieran, en mi barrio tienes un problema o necesitas de consejo y todos vamos a Bartolomé, ilustre vecino y muy respetado, nuestra equivalencia a un patriarca gitano pero siendo una persona normal (no gitano) con autoridad y sabiduría, que el día que se va a su pueblo a pasar las vacaciones el barrio se queda huérfano, vacío, imagino que esos de la Castellana irán al psicólogo o al asesor financiero de Nuevos Ministerios, nosotros vamos a Bartolomé , a ver qué opina, si da el visto bueno, se procede. También le consultamos el parte metereológico, y acierta, ni el niño ese de la Filomena y las hormigas ni el Brasero o los terroristas meteorológicos de la AEMET: Bartolomé tiene la última palabra.
Ramón es un vecino cansino y tocapelotas, además que le hizo un desfalco a los de su comunidad y es sospechoso de haber perpetrado varios robos en casas de vecinos suyos, imaginad lo pieza que es, pero ya está cerca de los 80 ahora parece que se arrepiente y va de vecino ejemplar (el muy HDP), como haya movida gorda, es el primero en llamar al ayuntamiento para que lo solucionen, por lo que es el típico vecino que cae mal pero como está flipado con el tema "instituciones", sabemos que es el que llamará a la policía o al ayuntamiento en cuanto se tercie. ¿Está sucio el suelo o los bancos del parque?, Ya está Ramón teléfono en mano o hablando con los barrenderos y hasta la municipal, que desconocen el historial de Ramón, menudo pájaro.
Me gustaría decir que en mi barrio hay gente glamour y distinción, pero no, porque es mentira, no obstante, las buenas gentes de mi barrio son grandes personalidades con empaque, casta y tronío.
Es un gran barrio, la prueba es que la policía siempre anda por aquí; y nuestras movidas generan gran expectación, sobre todo cuando hay sucesos: desde las peleas en bares, la peleas por los dueños de perros, enfrentamientos vecinales en las reuniones, los que no saben conducir. En fin, ese es mi barrio.
En otro momento hablaré de mi pueblo, ya hemos salido por la tele en alguna ocasión.
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