Isabel Díaz Ayuso presidenta de la CCAA Madrileña

Sería reabrir viejas heridas
Por twd, 30 May 2020, 19:30
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189283 - Sería reabrir viejas heridas
Politizar es precisamente impedir que los tribunales investiguen porque hay miedo a lo que se averigüe. Da la sensación de que se ha delatado sola. Qué mal huele esa frase, la diga quien la diga. Investigar lo ocurrido, exigir responsabilidades e impedir que vuelva a ocurrir este abandono criminal es de Justicia, obligatorio con un mínimo de ética y humanidad, si realmente somos personas. Politizar es querer tapar y olvidar, manipulando esgrimiendo encima el dolor que tan poco realmente han tenido en cuenta. El dolor se empieza a curar viendo Justicia, no manipulaciones ni engaños ni olvidos.
 
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"Yo no quería que le ayudaran a morir, yo quería que le ayudaran a vivir"

Se llamaba Julián y tenía 89 años. Llevaba cinco en la planta de dependientes de la residencia Adolfo Suarez, residencia pública de la Comunidad de Madrid. Sufría una angiodisplasia que le provocaba pérdidas intermitentes de sangre que controlaban regularmente mediante transfusiones en el hospital, o administrándole hierro intravenoso. Pero esta vez no autorizaron su traslado a un hospital
Médicos residentes atienden a domicilio a una anciana durante la pandemia de coronavirus

Médicos residentes atienden a domicilio a una anciana durante la pandemia de coronavirus / Eduardo Parra - Europa Press - Archivo (EUROPA PRESS)

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ISABEL SALVADOR
Madrid
06/06/2020 - 09:43 h. CEST


La última vez que Puri vio a su padre fue el 8 de marzo por la mañana, antes de que se ordenara el cierre de las residencias. Murió el dos de abril en la residencia de la que no le dejaron salir a pesar de que durante días pidiera insistentemente que le derivaran a un hospital para que le controlaran esas hemorragias.

Trabaja como enfermera en un hospital, desbordado como todos en la Comunidad de Madrid en pleno pico de la famosa curva. Preocupada por lo que estaba viendo en el hospital, y por las informaciones que llegaban de las residencias, llamaba a diario para que el personal de la residencia le contara cómo estaba. A mediados de marzo, le informaron que las pérdidas de sangre iban a más, pero no tenía ningún síntoma de COVID.


"Pedí que le llevaran al hospital como otras veces para que le infundieran sangre o hierro y le pudieran hacer analíticas, pero no lo hicieron". La respuesta que le daban ante su insistencia era siempre la misma. "No se puede sacar de aquí, no nos autoriza la Comunidad de Madrid, no se puede". "Daba igual lo que tuviera, se lamenta, era dependiente, con más de 80 años y no le llevaban al hospital".

El uno de abril recuerda como una enfermera le dijo que tenía que conseguir sacarle de allí porque "no aguantaría". "Imagínate la desesperación desde fuera". A partir de ese momento se sucedieron las llamadas al 112 y a la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS). Después de innumerables llamadas y conversaciones consiguió contactar con el coordinador médico asistencial del AMAS. Una hora después de que autorizara su traslado a un hospital, recibe la llamada de la médico de la residencia, su padre había muerto.

"No se pude denegar la asistencia médica nadie"

"Nadie nos había dicho hasta entonces que si se ponían malos no se les podía sacar de la residencia, nadie". Por eso ahora pide que sea un juez el que investigue qué pasó en el caso de su padre, pero también en el de otros muchos que murieron en las residencias sin ser derivados a un hospital. Su denuncia forma parte de las 27 presentadas hasta ahora por la Plataforma por la Dignidad de las Personas Mayores en las Residencias ante la Fiscalía Provincial de Madrid por presuntos delitos de omisión de socorro en residencias. "La doctora me decía que no me preocupara, que le iban a ayudar a morir sin dolor. Pero yo no quería que le ayudara a morir, yo quería que le ayudaran a vivir".

Pero por qué le tenían que denegar la asistencia, se pregunta una y otra vez. "Mi padre era dependiente sí, pero tenía su cabeza perfectamente". "Claro que tienen patologías, por eso muchos están allí, pero precisamente por eso no se les pude negar la atención médica". "Entiendo que los hospitales estaban saturados, pero en lugar de cerrar las puertas y dejarles encerrados, por qué no habilitaron un pabellón en IFEMA para que no murieran así", se pregunta. Julián estuvo cuatro días en el túmulo de la residencia. Su hija ni siquiera pudo despedirse.

 
Actas de inspección policial recogen quejas de residencias por no poder enviar enfermos a hospitales: “No hubiera habido tantos fallecimientos”


  • infoLibre accede a actas de la Policía Municipal de Madrid levantadas en dos geriátricos de la capital donde se denuncia la prohibición de trasladar ancianos a los hospitales

  • Las inspecciones se produjeron los días 7 y 9 de abril, cuando llevaba tres semanas en vigor el Protocolo del Gobierno Ayuso que excluía de la atención hospitalaria a determinados residentes

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Manuel Rico
@manuelrico
Publicada el 09/06/2020 a las 22:35Actualizada el 10/06/2020 a las 09:20

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INVESTIGACIÓN INFOLIBREActas de inspección policial recogen quejas de residencias por no poder enviar enfermos a hospitales: “No hubiera habido tantos fallecimientos”

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Manuel Rico
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Publicada el 09/06/2020 a las 22:35Actualizada el 10/06/2020 a las 09:20
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Acta de inspección de la Policía Municipal en la residencia Amavir de Usera, en Madrid.
Acta de inspección de la Policía Municipal en la residencia Amavir de Usera, en Madrid.

“Preguntada al respecto de la situación manifiesta: si se hubiera podido derivar a los residentes al hospital no hubiera habido tantos fallecimientos puesto que sólo son residencia y no hospital”. Quienes preguntan por la situación son miembros de la Policía Municipal de Madrid, encargados de inspeccionar residencias de la capital durante la pandemia, y quien responde es la directora de Geriasa, un geriátrico localizado en la calle Doctor Esquerdo de la capital. Así se recoge en el acta de inspección levantada por los agentes, a las 11.00 horas del 9 de abril, documento al que ha tenido acceso infoLibre.

No es un documento único. En otras inspecciones de la Policía Municipal –que hasta el 3 de mayo había actuado en 117 residencias–, los responsables de los geriátricos también se quejaron por la imposibilidad de trasladar al hospital a los mayores cuando caían enfermos. Así ocurrió por ejemplo en el centro de Amavir en Usera, según consta en un acta de inspección del 7 de abril, que también obra en poder de este periódico.



El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso aprobó el 18 de marzo un Protocolo en el que se establecían una serie de criterios para decidir cuándo una persona enferma de una residencia podía ser trasladada a un hospital para recibir asistencia y cuándo quedaba condenado a permanecer en el geriátrico. Entre esos criterios figuraban algunos que impedían derivar al residente si tenía un determinado nivel de dependencia o una demencia senil avanzada, circunstancias que nada tienen que ver con las expectativas de vida de una persona. Dos días después, se aprobó una segunda versión del Protocolo donde se fijaban con total crudeza los “criterios de exclusión de derivación hospitalaria”. Una última versión, del 25 de marzo, suavizaba algunos criterios pero mantenía en la práctica la exclusión de los pacientes con mayor nivel de dependencia (“fragilidad igual o mayor de 7” en una escala del 1 al 9) o con el grado máximo de demencia senil (GDS 7).
“SI SE HUBIERA PODIDO DERIVAR A LOS RESIDENTES…”


La inspección de la Policía Municipal en la residencia de Geriasa comenzó a las 11:00 horas del jueves 9 de abril y se realizó en presencia de Virginia M. L., directora del centro. El geriátrico dispone de 185 plazas y antes de la pandemia tenía 163 ocupadas, que se quedaron en 155 después de que ocho residentes aprovecharan la posibilidad de irse a otro domicilio. Cuando llegaron los agentes ya sólo vivían allí 122 residentes. Los otros 33 habían fallecido.
De las 127 personas que formaban el Personal del geriátrico, siete tenían el virus y 31 estaban de baja.


“La UME [Unidad Militar de Emergencia] procede a realizar un hospital de campaña en el comedor y en el salón de la residencia ante la imposibilidad de parar la propagación entre los residentes”, se indica en el apartado del acta de inspección dedicado a describir las medidas adoptadas por el centro

Los agentes actuantes reseñan en el capítulo de "observaciones" lo siguiente: “Preguntada la filiada [la directora] al respecto de la situación manifiesta: si se hubiera podido derivar a los residentes al hospital no hubiera habido tantos fallecimientos puesto que son residencia y no hospital (carecen de los medios hospitalarios). Que quiere hacer constar que se encuentra todo el personal agotado física y emocionalmente”.

Respecto a los 33 fallecidos, Virginia M.L. explica que, desde el 8 de marzo, habían perdido la vida dos mayores en el hospital y 31 en la residencia “sin haberles realizado prueba”. Es decir, el 94% de las muertes durante ese periodo se produjeron en el propio centro.

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La Policía Municipal realizó una segunda visita a la misma residencia el 15 de mayo. Quedaban allí 102 mayores, veinte menos que en abril. De ellos, 11 habían fallecido y nueve habían abandonado el geriátrico. El total de muertes ascendía, por tanto, a 44 desde el inicio de la pandemia.

Respecto a los elementos de protección de los que dispone el centro, la directora explica que “tienen material suficiente excepto [mascarillas] FFP3”, que le fue suministrado por la empresa hasta que aproximadamente el 14 de abril recibieron por parte de la Comunidad.

Los agentes –distintos a los de la primera visita– destacan en el capítulo de "observaciones" lo siguiente: “Significar que la directora manifiesta su estado de frustración debido a que no les dejaron derivar residentes en plena crisis hasta que el 08/04/2020 les permitieron la derivación de una forma selectiva y bajo los Protocolos establecidos por el centro de referencia que es el Hospital de la Princesa”.

“Solicitan urgentemente apoyo psicológico debido al abandono que han sufrido por parte de las Administraciones Públicas”, se lee en el acta, una frase que aparece subrayada por el agente que redactó el documento. Y añade: “Significar que no les han facilitado medicamentos hospitalarios hasta mediados de abril”.

Virginia M.L. solicita “urgentemente la realización de test PCR y pruebas serológicas, ya que el test PCR realizado por su propia empresa fue el 20/04/2020 y siguen teniendo casos positivos”. En concreto, en ese momento tenían 36 residentes con covid-19 aislados.

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“LAS DERIVACIONES AL HOSPITAL NO SE ADMITEN”

Otra residencia inspeccionada por la Policía Municipal de Madrid fue la de Amavir en el barrio de Usera, donde acudieron el 7 de abril, a las 10:40 horas. La inspección la presenció Marga V.P., en calidad de trabajadora social del centro.

El geriátrico tiene 180 plazas, pero en ese momento sólo había 136 residentes. Otros 30 habían fallecido.

Los agentes señalan que en la residencia hay “guantes, batas desechables, pantallas y gafas protectoras, gorros, mascarillas quirúrgicas. Todo el material autoadquirido”.

La UME desinfectó el edificio en una ocasión y los bomberos en dos. En la parte de "observaciones" del acta, se indica: “Actualmente en el centro hay cuatro cadáveres (2 ayer y 2 hoy). Personal sanitario en momento inspección: 1 médico, 1 DUE [Diplomado Universitario en Enfermería] y 16 auxiliares. Las derivaciones al hospital de referencia (Hosp. 12 de Octubre) no se admiten para personas con síntomas por Covid”.

Por último, en el documento de la inspección se recoge que en el geriátrico “necesitan con urgencia: test, EPIs (guantes, batas, mascarillas FFP2), sudarios para cadáveres”.
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FALLECIDOS EN RESIDENCIAS

Más de 1.950 personas que vivían en residencias de la Comunidad de Madrid fallecieron en marzo en el propio centro, sin ser trasladados a un hospital para recibir asistencia sanitaria, según los datos oficiales que publicó infoLibre.

Esa cifra supone que el 80% de las muertes de residentes ese mes se produjo en las propias instalaciones donde vivían, sin recibir atención hospitalaria. A 30 de marzo, se habían registrado ese mes 2.465 decesos de mayores en residencias madrileñas. Apenas 500 murieron tras ingresar en un hospital.

Gestores de residencias consultados por este periódico coincidieron en que el momento crítico se produjo entre el 15 de marzo y el 15 de abril, periodo durante el que las derivaciones de residentes aceptadas por los hospitales se redujeron de forma drástica.

Esta versión también la corroboran los datos a los que ha tenido acceso infoLibre. Entre el 25 y el 30 de marzo se produjeron 1.364 fallecimientos, de ellos el 86,7% en las propias residencias. Los hospitales se cerraron de forma casi absoluta para los mayores, al atender sólo al 13,3% de los enfermos. El Protocolo de Ayuso y Escudero se cumplió a rajatabla.

La presidenta madrileña y su consejero de Sanidad llevan dos semanas defendiendo que se había enviado un "borrador" del Protocolo "por error" antes del 25 de marzo, cuando se aprobó la versión definitiva. Como explicó en detalle este periódico, esa versión se basa en tres falsedades. Jamás se envió ningún "borrador" del Protocolo firmado por Carlos Mur, sino el documento oficial para su aplicación. De lo que se envió un borrador fue de un segundo Protocolo, un documento más clínico elaborado con la colaboración de los geriatras de los hospitales de Madrid, que no aparece firmado por nadie y que tampoco lleva el sello de la Comunidad.

La orden de prohibir el traslado a hospitales de determinadas personas mayores que vivían en residencias generó un importante choque entre el consejero de Políticas Sociales, Alberto Reyero, y el titular de Sanidad. "No es ético y posiblemente no es legal", confesó Reyero en la Asamblea de Madrid. Escudero se escudó hasta ahora en la falsa teoría del "borrador".



Demoledor.....Sin palabras....

¿Que le llamamos a la presidenta de la Comunidad de Madrid?
 
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