Tenemos un caso en la familia; una prima lejana. Un matrimonio en sus sesenta y pocos. Sin hijos. Ella nunca trabajó, pues él tuvo muy buenos ingresos durante toda su vida laboral. Pues buena vida: piso propio, coche cada par de años, vacaciones, club de alto nivel, etc. En su casa todo lo mejor, desde productos de limpieza hasta whisky de marca. Hete aquí que él fallece en febrero: una neumonía viral (que visto lo visto, puede haber sido el corona, aún no se diagnosticaba porque a Uruguay llegó oficialmente a principios de marzo, pero ellos en enero habían estado de crucero). El asunto es que de golpe y porrazo ella ha quedado sin nada, pues no ha podido gestionar lo que le corresponde como viuda porque las oficinas públicas están paradas desde el 13 de marzo. Nada ahorrado, ninguna cuenta bancaria, ninguna inversión que reditúe. Los familiares han debido colaborar con ella hasta tanto pueda solucionar la situación. Ha puesto el coche a la venta, pero en estos momentos, pues...
No puedo decir que vivieran por encima de sus posibilidades, pues lo que gastaban lo podían solventar con sus ingresos y sin endeudarse, pero se ve que entre las prioridades no estaba el ahorro. Que las circunstancias son excepcionales, pero además del duelo la pobre mujer enfrenta toda esta incertidumbre, ni siquiera tiene claro de cuánto será su pensión...
No puedo decir que vivieran por encima de sus posibilidades, pues lo que gastaban lo podían solventar con sus ingresos y sin endeudarse, pero se ve que entre las prioridades no estaba el ahorro. Que las circunstancias son excepcionales, pero además del duelo la pobre mujer enfrenta toda esta incertidumbre, ni siquiera tiene claro de cuánto será su pensión...