Eugenia pasa absolutamente de Francisco desde hace muchos años, le da absolutamente igual, y como decían, nunca se arrepintió de poner fin a su relación con FranPues qué queréis que os diga... La insistencia en la mucha clase que tiene la actual esposa no creo que tenga nada que ver con Eugenia. Al tipo éste lo tengo por tan pretencioso y pagado de sí mismo que se cree que esa clase y tronío las tiene porque está casada con él o que una mujer con tanta clase sólo puede matrimoniar con alguien como él.
También decía que su madre derrochaba clase y todos hemos visto cuánta clase tuvieron sus últimos años, muy tristes y decadentes.
Mi visión personal sobre la historia Francisco-Eugenia es que eran y son tal para cual pero que ella era algo más lista y estaba mejor asesorada. Entre ambos se creó una relación viciada estilo "ni contigo ni sin ti", la pareja ideal para calentones pasajeros y muy apasionados, pero no para casarse y crear una familia. Además estaba la lucha de egos: "Si tú eres hija de la duquesa de Alba, yo soy desdenciente de una dinastía torera y olé", "si tú te consuelas con el hamaquero, yo me voy con tu amiga/prima o la de turno", "que tú te vuelves a casar y yo me lío con José Coronado" y así hasta el infinito. Vamos, que son igual de inmaduros y caprichosos. La peor parte se la llevó la hija de ambos cuando se enzarzaron en pública disputa por la custodia de la chiquilla.
Los dos sabían manejar muy bien a los medios pero, como he dicho, creo que Eugenia estaba mejor asesorada. Ha sabido dosificar su exposición pública y ha intentado mejorar su imagen. Por eso me sorprendió que permitiera que se hiciera público su escarceo estival con José Coronado, justo cuando su ex volvía a ser padre. Total, para nada.
A Eugenia no le van a faltar nunca ni amores ni amoríos, por eso no entiendo este jueguecito con el ex, cuando puede hacer de su capa un sayo y vivir sin pensar en él salvo en todo aquello que tenga que ver con la hija que tienen en común. Lo que pasa es que siempre ha sido una pijilla mimada, la reina de la casa, que salía al mundo pensando que iba a comérselo y que al final se daba cuenta de que las pleitesías y los elogios provenían de aduladores y de interesados. La vida tan aburrida que llevaba (al menos, esa era la impresión que me daba) la compensaba liándose con hombres que a su linajuda familia le provocaban taquicardias y soponcios, pero al final siempre volvía a palacio.
Él pasó de liarse con niñas de su círculo social y con otras que él consideraba inferiores socialmente y fulanas a liarse con la hija de una duquesa de Alba, nada menos.
Así que se formó esa pareja en teoría ideal pero nada promisoria para una vida común.
Lourdes es una mujer más tradicional (cuando leo que dice que su cuñada Sibi es una mujer moderna, lloro de la risa), que ha crecido en una familia unida y protectora, que es algo que la Paca no conoce pero que parece que valora mucho. Lo malo es que esas palabras de elogio hacia su suegra dentro de unos años pueden volverse críticas despiadadas.
Esa es su naturaleza; no sabe lo que es la gratitud ni la mesura.