Pues eso. Tienen los roles muy marcados: las tareas femeninas Palurdes y las masculinas la Paca. Aunque dudo que la Paca sepa como colgar un cuadro en la pared.
Por eso digo que cuando nazca la niña, el sitio de Palurdes es en casa. Y eso es lo que ella teme, quedarse en casa mientras hace y deshace a espaldas de ella. Ese es el motivo de lo poco ilusionada que está con el embarazo. Ella habría querido disfrutar más de la vida antes de ponerse a parir a los herederos. Y encima es niña. Dentro de dos veranos estamos con la misma historia.
. Y encima la engancha aún más materializando sus sueños de ser cocóchané. Ella le pone los tochos al novio, sabiendo que así no hay vuelta atrás con este y lucha contra todo y todas (a saber que le dijeron en un principio las féminas de la familia, nada alagüeño) El Rivera a pesar de lo bien que se vende, cae en la tentación, pero no puede dejar que todo se le vaya al traste y pide y repide perdón y casamiento, y a su vicio redención. Y la otra claudica, y seguramente se sienta más amada que ninguna por estar tricasada, pero se va a acabar la vida de cuento, ya que pronto ha de ser preñada (...ya mestoy poniendo poeta) y así engendrar ansiado varón. Y va de momento todo saliendo regular, ni hermandad, ni pasarela sibele, ni varón ni ilusión por lo que viene y si mucha sospecha de ir siendo cada día una más en la dehesa.
