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Ni de coña, aprendí hace años que yo me pago lo mío. Desde que una vez vi a una compañera hacer carambolas para presuntamente calcular bien el dinero de lo que comimos y había que pagar y juraría que se quedó con algún euro de más en plan listilla, decido siempre llevarme dinero suelto por si acaso mi precio es no redondo, estilo 12 euros, que incluye moneda, no como si fuera 20 euros, que es billete entero. Paso de movidas y yo pago por lo mío, no por lo de los demás.
Si no voy a bodas imagina mi papel en una despedida de soltera: nulo. No voy nunca a estas mierdas, tiene que ser de alguien próximo y ni siquiera he ido a las despedidas de familiares, me parecen fiestas cutres, petardas, ni mucho menos en viajes donde tengo que estar con un grupo de mongolas. Si no me queda más remedio voy a la boda, pero nunca a las despedidas. Mi excusa es trabajo, otra boda, otra despedida, "es que te casas el mismo día que mi amiga Pepi, y como voy a tu boda y a la suya no al menos voy a su despedida".
Una prima o primo de pueblo o de otra provincia casándose el mismo día no falla.
Lo de llevar suelto lo he aprendido después de haber palmado dinero al no tener cambio. De hecho, aprovecho para deshacerme de las monedas de dos euros que acumulo y después cambio, así que el billete en casa y las monedas en el monedero. Y lo del escote me ha hecho llevarme más de un berrinche en el pasado. Por eso, prefiero evitar el "picoteo", me pido mi plato, mi bebida y mi postre, lo pago y llisto. Me he fijado que en generaciones anteriores lo del escote se lleva más, pero en gente de mi edad (o al menos mis amigas) cada uno paga lo suyo.
En Alemania me relajo porque el camarero saca la cuenta a cada persona y puedo llevar suelto.
No he ido nunca a una despedida y dudo que lo haga.