Cementerios, Tanatorios y Funerales: reflexiones y anécdotas

No me gusta el culto a los muertos.
Y el luto me parece una lacra para el que está en vida.
Mi abuelo falleció cuando mi madre era adolescente y la obligaron a vestir dos años de negro. Después falleció su hermano y dos años más.... detestaba el negro.
vi una esquela hace muchos años en la vanguardia,un chico de treinta pico ,y ponía ,,fulanito nos ha dejado ahora que empezaba a disfrutar de la vida...la tengo grabada en la mente,me impactó mucho
Me gustan ese tipo de esquelas tumbas llenas de humor negro o que descubres que el hombre tenía dos familias y ha querido acordarse de ambas ya no estando aquí.
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Estuve en un tanatorio en el que servían zumos de la marca VIDA. Os podéis imaginar quién fue la tonta que empezó a descojonarse nada más entrar y verlos. Creo que al fallecido también le habría gustado la ironía, así que no me sentí mal por reírme.
 
A mí me gustan bastante, y no los evito cuando viajo: los de pueblos de montaña pequeños me encantan, y también he visitado uno judío en Praga y uno absolutamente enoooorme, con laderas para hacer la croqueta, en Brooklyn.

Ahí va mi anécdota: cuando era pequeña a menudo era mi tía las que nos recogía, a mi prima y a mí, al salir del colegio (éramos vecinas). Una tarde de ésas, antes de llevarnos a casa, paramos en el cementerio, supongo que tendría que arreglar unas flores o así. Pues paseando paseando, nos paramos en un nicho (yo lo veía súper arriba, claro, yo era una enana) y me dijo "ahí está tu hermana" y yo flipé. Y así primas y primos fue como me enteré que tenía una hermana que falleció al poco de nacer.

En defensa de mis padres he de decir que yo era realmente pequeña (no debía pasar de los 6-7 años) y que ellos consideraron que no era una información que yo debiera saber aún; en cambio mi tía (a la que quiero muchísimo) tiene una relación mucho más cercana y cotidiana con la muerte (con todo mi respeto, como hacían en los pueblos antaño) y, de hecho, ese día estábamos visitando el nicho de una niña que a ella también le murió (aunque más mayos, con unos 4 años).
 
No me gustan los cementerios porque cuando estoy en ellos es como si sintiera toda la tristeza de la gente que pasa por ellos, por eso os voy a contar mis experiencias, más bien ridículas en estos casos. Partimos de la base de que suelo hacer el ridículo en estos sitios ya que los nervios me dan risa floja.
Hace muchos años, a punto de salir camino para el cementerio para un entierro, me llamó la cuñada del muerto para preguntarte si me podía quedar con su niña durante en entierro. Yo estaba ya vestida, pantalón negro y camisa blanca y como pensé que no iba al cementerio me puse una chaqueta roja. Estuve en casa de mi amiga durante la misa y lo que no sabía era el procedimiento ( era mi primer entrenamiento fuera de España ). Después de la ceremonia a la que yo no asistí, había una segunda, dos horas después donde se le entregaban las cenizas a la familia y se procedía al entierro. Pues pasaron a buscarme para la segunda y allí estaba yo en el cementerio vestida de rojo y escuchando como todos los belgas comentaban la curiosa costumbre de los españoles de vestir de rojo en los entierros por la tradición de la corrida de toros ??
 
Pido perdón por anticipado, pues voy a contar una anécdota algo macabra...al parecer, antes no se podía estar eternamente en una tumba, sino que al cabo del tiempo se abría y se cambiaba el cuerpo a otra definitiva si la familia así lo decidía. No lo sé bien, porque no me lo explicaron demasiado, así que si alguna prima me lo puede corroborar yo encantada. Pues al lío. Resulta que al cuerpo de mi bisabuela le llegó el turno de abandonar la tumba donde estaba, y allí estaban los familiares para el proceso. Mi abuela aprovechó para llevarse un mechón de pelo y una muela. ¿Cómo os quedáis? Todo eso lo guardó en una caja donde guardaba más recuerdos. Años después, estando yo ya en este mundo, me enseña el contenido de la caja y al llegar al mechón y el diente me dijo de quién era y cómo lo consiguió. Yo ?

Otra anédota. Mi abuela perdió una hija con poco más de un añito. El mismo caso, la entierran, y al cabo del tiempo se vuelve a abrir la tumba. Mi abuela me contó que sólo encontraron en el ataúd un trocito de hueso y un zapatito ?
 
Ni me gustan ni me disgustan. Ahora, admito que una vez dentro de ellos, se respira mucha tranquilidad.
Encuentro que el de mi ciudad es especialmente feo. Tiene demasiado cemento para mi gusto. Yo lo hubiera ajardinado un poco más.
 
Me encantan los cementerios, para mi son mágicos, me transmiten muchas sensaciones. Siento tristeza porque me acuerdo de mis seres queridos y soy más consciente que nunca de dónde voy a acabar yo también. Pero también me dan paz y tranquilidad, voy mirando nombres y fechas, las dedicatorias, flores y objetos que les dejan. También me gusta hacer fotos a las tumbas antiguas, algunas de ellas rotas, con musgo y rodeadas de hierba.

Los nichos son más claustrofóbicos como ya ha comentado una prima. Me dan mal rollito. Pero total, no voy a enterarme de nada cuando llegue mi hora.

Seré un nombre más y me iré diluyendo en el recuerdo de mis conocidos. A mi me pasa, se me va olvidando las caras de la gente que va falleciendo de mi entorno (si no los tengo en foto). Es como si tardasen más en morir, van desapareciendo poco a poco hasta que caen completamente en el olvido.

Me quedo por aquí.
 
Desde que murió mi abuela (como mi segunda madre) me pongo enferma en cuanto escucho la palabra cementerio. Cuando he ido a ponerle flores reconozco que me gusta cotillear quien ha muerto, cuando, a qué edad, ver alguna tumba rara, etc. Miedo 0, me da muchísima tristeza que es distinto.
Me pasaba lo mismo, desde que murieron mis abuelos con poco más de un año de diferencia, sus tumbas son de las primeras del cementerio y no hace falta entrar para verlas, porque desde fuera se ven, así que no me gustaba ni pasar por delante (coincidió con mis primeros años de adolescencia que ya de por sí es una edad complicada y no lo llevava nada bien) volvi a ir al cabo de los años, pero en momentos puntuales, entierro de algún familiar o familiares de amigos cercanos, no muchas veces por suerte, el año pasado para todos Santos coincidió que estaba en el pueblo y ayude a mi madre y mis tíos a preparar las flores y llevarlas, ya que estábamos en su casa, pero poco más, si puedo, lo evito, si que es verdad que las veces que he tenido que ir me da curiosidad las lápidas, los nombres de antes, de quien podían ser familia (me refiero al del pueblo de mi madre, no he ido nunca a otro), las edades etc pero ir a pasear por otros cementerios o tenerlo como algo "curioso" cuando voy a otra ciudad, la verdad que no..
 
A mí también me gusta pasear por algunos cementerios. Pero sola, porque yendo con gente a veces siento que tengo que ir más seria de lo que realmente me siento.

Sin embargo, siempre que voy no puedo evitar pensar en que, si al enterrarme a mí, me pusieran una de esas lápidas tan feas que se ven por ahí, me revolvería en la tumba eternamente. Igual suena un poco macabro pero tengo diseñada mi propia lápida porque no soporto la idea de que lo último que permanezca de mí en esta tierra sea mi nombre escrito con una tipografía horrible y un grabado cutre.


Yo también pienso en mi lápida y no es coña. Es que se ve cada cosa ... Ideo diseños específicos.

He visto la tumba de una niña de unos 9 añitos, y en vez de tener los típicos Cristos o cosas así, tiene a la Cenicienta y dentro del vestido está el nombre y datos más la dedicatoria de esta chiquitina. No parece que se esté viendo una lápida, sino que parece un bonito homenaje infantil.
En mi zona se puso de moda las letras Disney para niños, es menos triste, para la situación que es. Observo esas tumbas y me da la sensación que esos pobres niños están más "felices" y no en un lugar siniestro.

Honestamente, los niños no deberían morir. Ese sería mi superpoder de poder hacer algo por el mundo.
 
Estuve en un tanatorio en el que servían zumos de la marca VIDA. Os podéis imaginar quién fue la tonta que empezó a descojonarse nada más entrar y verlos. Creo que al fallecido también le habría gustado la ironía, así que no me sentí mal por reírme.


Creo que yo también me hubiera reído, que queréis que os diga.
 
No me gusta el culto a los muertos.
Y el luto me parece una lacra para el que está en vida.
Mi abuelo falleció cuando mi madre era adolescente y la obligaron a vestir dos años de negro. Después falleció su hermano y dos años más.... detestaba el negro.

Me gustan ese tipo de esquelas tumbas llenas de humor negro o que descubres que el hombre tenía dos familias y ha querido acordarse de ambas ya no estando aquí.
Ver el archivo adjunto 1679890

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Oh my God, Guillermo picha brava.
 

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