El Mundo Orbyt.
MI SEMANA
JAIME PEÑAFIEL
30/09/2023
CHSSS...
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A propósito de esta incalificable y cruel actitud de Felipe con su padre, obligado es recordar a los lectores, hoy y aquí, cómo actuó, en los mismos acontecimientos, Don Juan Carlos con su hijo e incluso su abuelo, el conde de Barcelona, con su nieto.
Fue el 11 de octubre de 1985. Ese día la Academia no solo se encontraba engalanada como en las mejores ocasiones, sino que, incluso, se estrenaban los nuevos uniformes de época que vestirá la cadete Leonor.
Desconozco si en esta ocasión asistirá el presidente en funciones del Gobierno y los del Congreso, Senado y del Consejo del Poder Judicial, así como la ministra también en funciones de Defensa y las autoridades autonómicas aragonesas y el arzobispo de Zaragoza. Todas estas personalidades fueron testigos de la Jura de Bandera del caballero cadete Felipe de Borbón y Grecia.
A nivel familiar, testigos no solo los Reyes Juan Carlos y Sofía,sino hasta sus tías, las Infantas Pilar y Margarita e, incluso, la princesa Irene, hermana de Sofía.
Me imagino que la fórmula del juramento será la misma que la de aquel día: “Caballero cadete, Príncipe de Asturias, ¿juráis por Dios y por vuestro honor y prometéis a España, besando con unción su bandera, obedecer y respetar al Rey, a vuestros jefes, no abandonarles nunca y derramar, si es preciso, en defensa de la soberanía e independencia de la Patria, su integridad territorial y del ordenamiento constitucional hasta la última gota de vuestra sangre?”. (¿Se mantendrán las palabras “soberanía” e “integridad territorial”?). Tiempo al tiempo.
Meses después del acto de la Bandera, exactamente el 30 de enero de 1986, que cumplía 18 años, tenía lugar en el Congreso de los Diputados, el juramento de Felipe a la Constitución de 1978 ante sus padres Don Juan Carlos y Doña Sofía, sus hermanas, Elena y Cristina, y su abuelo, sí, tu abuelo, Don Juan, conde de Barcelona, así como el presidente del Gobierno socialista, Felipe González, y el presidente del Congreso, Gregorio Peces-Barba.
Como invitados, las Infantas Pilar y Margarita, con sus respectivos maridos, el rey Constantino de Grecia y hasta el duque de Cádiz, Alfonso de Borbón.
Ese día, y con tal motivo, el Príncipe Felipe estrenaba su primer chaqué, confeccionado por Jaime Gallo. Era el octavo miembro de la Corona que juraba ante las Cortes Generales con las siguientes palabras: “Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas y fidelidad al Rey”.
En menos de cuatro meses, Felipe juraba en dos ocasiones. 37 años después, Leonor lo hará, este 2023, con una diferencia de 20 días.
Hoy, al Rey Juan Carlos (sí, el Rey) no solo se le impedirá asistir a la Jura de la Constitución ante las Cortes Generales, el próximo día 31, sino también al acto en el Palacio Real donde se impondrá a Leonor el Collar de la Orden de Carlos III, en presencia de los poderes del Estado pero NO DE SU ABUELO, el Rey Juan Carlos, al que solo se le permitirá estar presente en la celebración familiar y de CARÁCTER PRIVADO, “que incluirá a la Familia Real, la familia de Su Majestad el Rey y la familia de Su Majestad la Reina” (sic). No existe la menor duda de que se refiere a los Rocasolano, abuelos maternos de Leonor, y a los que el comunicado oficial de la Casa Real coloca al mismo nivel que al Rey Juan Carlos.
La última visita de Don Juan Carlos a la familia en pleno se produjo el pasado mayo de 2022, después de su primer viaje a España desde el exilio. Y lo hizo tras su estancia navegando en Sanxenxo. Antes de regresar a Abu Dabi cometió la debilidad de visitar a la familia en Zarzuela. ¡Jamás lo hubiera hecho! Su hijo Felipe le hizo una encerrona de varias horas a solas en su despacho. Debió ser tan desagradablemente violento el desencuentro que personal de servicio de Zarzuela oyó a Don Juan Carlos gritarle a su hijo: “No me faltes al respeto, soy tu padre”. Con estos antecedentes y la negativa para que asista al acto constitucional de su nieta en el Congreso de los Diputados, el Rey Juan Carlos debería negarse a asistir a la comida privada con la familia que demuestra no quererle.
CON SU HERMANA Y SU HIJA
Afortunadamente, su hermana, la Infanta Margarita, su hija, la Infanta Elena, así como sus sobrinos, Alfonso y María, y el pequeño Carlitos han viajado hasta Sanxexo para estar junto a Don Juan Carlos y hacerle sentir que su familia, o al menos parte de ella, no le olvida. Mientras, Felipe, su hijo, que se encontraba en La Toja, a escasos kilómetros, se esperaba que le visitara. Al cierre de esta columna, no se había producido.
Y dale que te dale con el hijo muerto. Ahora confiesa que espera que la niña cumpla dos años “para enseñarle dónde está el cuerpo de su papá”. (...) El pueblo de Almendralejo, donde se casó en su anterior matrimonio la Consorte real, ¿lo recuerdan? ha sido epicentro de foco mediático: cientos de menores desnudadas por compañeros de clase por medio de la inteligencia artificial. (...) Estar lejos de su madre, tan controladora ella, le ha sentado de maravilla a la muchacha, que se muestra alegre, ilusionada y con un perfil muy diferente al que tenía en esa prisión dorada que era el hogar donde hasta los menús de las comidas eran un problema. (...) Lo mismo le sucedió a su padre cuando se alejó de mamá. (...) Ya vuelve el español donde solía, podría decirse a propósito del regreso de Jordi a la que fue su casa en los años 90. ¡Bienvenido querido! (...) Qué injustos hemos sido al no recordar al desaparecido Alfredo Fraile en el cumpleaños de Julio Iglesias, que tan importante fue. (...) “El músculo de la mandíbula a punto de estallar demostraba que se encontraba acobardado, hundido, ‘acochinado en tablas’”. (...) ¿Quién fue la “miembra” del Gobierno del presidente que gesticulaba ridículamente susurrando al oído del jefe sin la menor dignidad? (...) “¡Qué vergüenza mandar a un macarra para que se pegue por ti!”, con una intervención gorilesca (Jorge Bustos).
MI SEMANA
JAIME PEÑAFIEL
30/09/2023
CHSSS...
NO ME PUEDO CREER...
EL REY JUAN CARLOS, COMO LOS ROCASOLANO
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A propósito de esta incalificable y cruel actitud de Felipe con su padre, obligado es recordar a los lectores, hoy y aquí, cómo actuó, en los mismos acontecimientos, Don Juan Carlos con su hijo e incluso su abuelo, el conde de Barcelona, con su nieto.
Fue el 11 de octubre de 1985. Ese día la Academia no solo se encontraba engalanada como en las mejores ocasiones, sino que, incluso, se estrenaban los nuevos uniformes de época que vestirá la cadete Leonor.
Desconozco si en esta ocasión asistirá el presidente en funciones del Gobierno y los del Congreso, Senado y del Consejo del Poder Judicial, así como la ministra también en funciones de Defensa y las autoridades autonómicas aragonesas y el arzobispo de Zaragoza. Todas estas personalidades fueron testigos de la Jura de Bandera del caballero cadete Felipe de Borbón y Grecia.
A nivel familiar, testigos no solo los Reyes Juan Carlos y Sofía,sino hasta sus tías, las Infantas Pilar y Margarita e, incluso, la princesa Irene, hermana de Sofía.
Me imagino que la fórmula del juramento será la misma que la de aquel día: “Caballero cadete, Príncipe de Asturias, ¿juráis por Dios y por vuestro honor y prometéis a España, besando con unción su bandera, obedecer y respetar al Rey, a vuestros jefes, no abandonarles nunca y derramar, si es preciso, en defensa de la soberanía e independencia de la Patria, su integridad territorial y del ordenamiento constitucional hasta la última gota de vuestra sangre?”. (¿Se mantendrán las palabras “soberanía” e “integridad territorial”?). Tiempo al tiempo.
Meses después del acto de la Bandera, exactamente el 30 de enero de 1986, que cumplía 18 años, tenía lugar en el Congreso de los Diputados, el juramento de Felipe a la Constitución de 1978 ante sus padres Don Juan Carlos y Doña Sofía, sus hermanas, Elena y Cristina, y su abuelo, sí, tu abuelo, Don Juan, conde de Barcelona, así como el presidente del Gobierno socialista, Felipe González, y el presidente del Congreso, Gregorio Peces-Barba.
Como invitados, las Infantas Pilar y Margarita, con sus respectivos maridos, el rey Constantino de Grecia y hasta el duque de Cádiz, Alfonso de Borbón.
Ese día, y con tal motivo, el Príncipe Felipe estrenaba su primer chaqué, confeccionado por Jaime Gallo. Era el octavo miembro de la Corona que juraba ante las Cortes Generales con las siguientes palabras: “Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas y fidelidad al Rey”.
En menos de cuatro meses, Felipe juraba en dos ocasiones. 37 años después, Leonor lo hará, este 2023, con una diferencia de 20 días.
Hoy, al Rey Juan Carlos (sí, el Rey) no solo se le impedirá asistir a la Jura de la Constitución ante las Cortes Generales, el próximo día 31, sino también al acto en el Palacio Real donde se impondrá a Leonor el Collar de la Orden de Carlos III, en presencia de los poderes del Estado pero NO DE SU ABUELO, el Rey Juan Carlos, al que solo se le permitirá estar presente en la celebración familiar y de CARÁCTER PRIVADO, “que incluirá a la Familia Real, la familia de Su Majestad el Rey y la familia de Su Majestad la Reina” (sic). No existe la menor duda de que se refiere a los Rocasolano, abuelos maternos de Leonor, y a los que el comunicado oficial de la Casa Real coloca al mismo nivel que al Rey Juan Carlos.
La última visita de Don Juan Carlos a la familia en pleno se produjo el pasado mayo de 2022, después de su primer viaje a España desde el exilio. Y lo hizo tras su estancia navegando en Sanxenxo. Antes de regresar a Abu Dabi cometió la debilidad de visitar a la familia en Zarzuela. ¡Jamás lo hubiera hecho! Su hijo Felipe le hizo una encerrona de varias horas a solas en su despacho. Debió ser tan desagradablemente violento el desencuentro que personal de servicio de Zarzuela oyó a Don Juan Carlos gritarle a su hijo: “No me faltes al respeto, soy tu padre”. Con estos antecedentes y la negativa para que asista al acto constitucional de su nieta en el Congreso de los Diputados, el Rey Juan Carlos debería negarse a asistir a la comida privada con la familia que demuestra no quererle.
CON SU HERMANA Y SU HIJA
Afortunadamente, su hermana, la Infanta Margarita, su hija, la Infanta Elena, así como sus sobrinos, Alfonso y María, y el pequeño Carlitos han viajado hasta Sanxexo para estar junto a Don Juan Carlos y hacerle sentir que su familia, o al menos parte de ella, no le olvida. Mientras, Felipe, su hijo, que se encontraba en La Toja, a escasos kilómetros, se esperaba que le visitara. Al cierre de esta columna, no se había producido.
Y dale que te dale con el hijo muerto. Ahora confiesa que espera que la niña cumpla dos años “para enseñarle dónde está el cuerpo de su papá”. (...) El pueblo de Almendralejo, donde se casó en su anterior matrimonio la Consorte real, ¿lo recuerdan? ha sido epicentro de foco mediático: cientos de menores desnudadas por compañeros de clase por medio de la inteligencia artificial. (...) Estar lejos de su madre, tan controladora ella, le ha sentado de maravilla a la muchacha, que se muestra alegre, ilusionada y con un perfil muy diferente al que tenía en esa prisión dorada que era el hogar donde hasta los menús de las comidas eran un problema. (...) Lo mismo le sucedió a su padre cuando se alejó de mamá. (...) Ya vuelve el español donde solía, podría decirse a propósito del regreso de Jordi a la que fue su casa en los años 90. ¡Bienvenido querido! (...) Qué injustos hemos sido al no recordar al desaparecido Alfredo Fraile en el cumpleaños de Julio Iglesias, que tan importante fue. (...) “El músculo de la mandíbula a punto de estallar demostraba que se encontraba acobardado, hundido, ‘acochinado en tablas’”. (...) ¿Quién fue la “miembra” del Gobierno del presidente que gesticulaba ridículamente susurrando al oído del jefe sin la menor dignidad? (...) “¡Qué vergüenza mandar a un macarra para que se pegue por ti!”, con una intervención gorilesca (Jorge Bustos).
