Azul Y Rosa,Jaime Peñafiel.Sábado,16 de Diciembre de 2023.

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JAIME PEÑAFIEL
16/12/2023

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San Pablo decía que más vale casarse que quemarse. Si nos atenemos a esta frase del apóstol, hasta principios del siglo pasado las casas reales eran una hoguera en la que se consumían la mayoría de los herederos y herederas. Los expertos lo achacaban al fantasma de los Windsor. Posteriormente, también al síndrome Lady Di.
Pero no había nada que justificara tal cantidad de corazones a la deriva que se negaban a aceptar la endogamia. La mayoría de ellos no estaba dispuestos a casarse con quienes debían, sino con quienes querían. A veces, el querer y el deber coincidían. Era difícil, aunque no imposible. Hoy, no serían asumibles ni aceptables los consejos que el conde de Barcelona daba a su nieto, el actual Rey Felipe VI, respecto a su futuro sentimental. Su lectura pone los pelos de punta porque el nieto ha hecho todo lo contrario de lo que su abuelo recomendaba. Lógico.
Primero: el príncipe no puede ser libre para elegir a su futura esposa porque esta será reina consorte de España. (Esto hoy resulta antiguo, medieval, cruel e injusto). Segundo: su libertad de elección está limitada. (Quizá en aquella época, ahora es imposible mantener esta norma). Tercero: el príncipe se casará con quien tenga que casarse. (Más bien no fue así, aunque tuvo varios intentos fallidos. El más serio, Isabel Sartorius, que llegó a entrar, incluso, en Zarzuela. Famosa la fotografía de ambos ante un retrato de Doña Sofía. A la Soberana no le agradaba mucho por los escándalos familiares de la madre, enganchada a la droga. Y Eva Sannum no fue posible, ya que el propio Rey intervino, exigiendo a mi paisano, Fernando Almansa, que interviniera para acabar con aquel noviazgo que a punto estuvo de anunciarse el compromiso y que se abortó por el atentado de las Torres Gemelas en Nueva York. La situación no estaba para hablar de bodas. Cierto es que Felipe estaba profundamente enamorado. No tuvo pudor en destacar, cuando anunció su ruptura, las cualidades de Eva: su fortaleza, dignidad, sensibilidad, capacidad de superación… y no sigo porque nunca dejaría de hablar). Cuarto: lo hará por encima de cualquier inclinación eventual. (Lo hizo por encima de la voluntad de su padre y Rey).
Quinto: no concibo que se pueda poner en peligro o desmoronar todo lo conseguido por una elección eventual (¡qué poco conocían al nieto!), irreflexiva y contraproducente. (Segundas partes nunca fueron buenas, sino peores). Sexto: lo siento mucho, pero si no se puede pasar de esta raya, no se pasa y si se le anima a pasarla hacen muy mal. (No solo traspasó la raya, sino que llegó a enfrentarse a su padre diciendo: “O lo tomáis o lo dejo todo”. “Te vas a cargar la monarquía”, le advirtió el Rey (?).
Séptimo: Los españoles que no creen en la monarquía son igual de exigentes, o más aún, que los monárquicos con determinadas cuestiones. (Esto se está comprobando hoy entre los republicanos e incluso entre los monárquicos juancarlistas).
Octavo: un español siempre encuentra un argumento para justificar un error personal del Rey pero es mucho menos generoso con los tropiezos o el pasado de la consorte.
Don Juan pensaba que su nieto, el Príncipe, no era igual que el resto de los jóvenes de su edad. Cierto es que su posición le deparaba muchas ventajas sobre ellos, pero esos privilegios estaban estrictamente sujetos al cumplimiento de una norma y un deber, el más importante: casarse con quien debía, teniendo muy presente que una reina, aunque sea consorte, no puede tener pasado. Sin embargo, en el momento en que los futuros reyes y reinas arrumbaron, felizmente para la institución, los matrimonios de Estado que atentaban de forma cruel al libre albedrío, para casarse por amor, como los pobres, comenzaron los problemas.
Cuando reyes, reinas, príncipes, princesas e infantas se casaban por esas razones de Estado a las que nos hemos referido, como no había nada a nivel sentimental que les mantuviesen casados, nada se rompía, y estos matrimonios duraban hasta que la muerte los separaba. Pero cuando estos reyes, reinas, príncipes, princesas e infantas decidieron casarse por amor, como cualquier ciudadano de la plebe, las monarquías dejaron de ser esa institución en la que sus miembros eran educados para no exteriorizar sus sentimientos y casarse mediante pacto de familias.
Analizando la historia de las mujeres de cuya boda fui testigo privilegiado, todas parecían tan felices casándose por amor. Pero, por lo que ha sucedido a casi todas ellas, llego a la conclusión de que los matrimonios por amor, desgraciadamente, no garantizan la felicidad ad aeternum. Los motivos de las tragedias matrimoniales de las familias reales que convierten a reinas, princesas e infantas en mujeres sufridoras, no difieren mucho de los de las parejas de alta y baja sociedad: el desamor, el desengaño, los adulterios, la convivencia que mata primero la pasión, que siempre tiene fecha de caducidad, luego el amor, el cariño y hasta la amistad. Al fin ¿qué queda?: un matrimonio sin amor, por un lado, o un amor sin matrimonio, por otro. Me imagino que para muchas de estas parejas reales a la deriva, (después de mi libro Bodas reales tuve que escribir Mis divorcios reales), el recuerdo del gozo de aquel día ya no es gozo, mientras que el recuerdo del dolor es todavía dolor. Los recuerdos de estas sufridoras esposas, como Doña Sofía y otras, no solo pueblan su soledad, sino que la hacen más profunda. El desamor todo se lo tragó. Y en sus vidas todo fue naufragio.
Con todo lo que está pasando, me acuerdo mucho de él porque donde las dan... las toman (...) Vergüenza daba ver a todo un gobierno en pleno en la presentación del folletín del presidente. ¡Qué vasallaje! (...) Me dolió sobre todo ver a Margarita, a quien estimo tanto. (...) Para reaparecer apadrinando el folletín del histriónico y ridículo autor, mejor haberte quedado donde estabas en bañador. (...) Como escribe Palmero en EL MUNDO, “utilizar a uno de los personajes más tóxicos y que encarna la telebasura para promocionar su folletón, no es casual”. (...) Nadie ha definido mejor al impresentable nuevo ministro de Transportes que el alcalde madrileño, calificándole de “macarra”. Tal cual. (...) Querida, la luz de tu nombre y mellada inteligencia te ha afectado hasta el extremo de considerarme “relamido y resentido escriba” por discriminar, según tú, a quien no tiene “sangre azul”. ¡Qué ridícula y cainita eres! (...) En España la ley prohíbe expresamente discriminar por razones de edad en materia laboral. (...) Telefónica, la empresa que preside ese ejecutivo a quien yo admiro tanto, ha reducido la cifra y ha decidido que ‘solo’ salgan de la compañía unos 4.000 empleados mayores de... ¡¡¡55 años!!!
m
 
Con todo lo que está pasando, me acuerdo mucho de él porque donde las dan... las toman (...)

Juan Carlos I?

Vergüenza daba ver a todo un gobierno en pleno en la presentación del folletín del presidente. ¡Qué vasallaje! (...)

La presentación de 'Tierra Firme', el segundo libro de Pedro Sánchez, celebrado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid

Me dolió sobre todo ver a Margarita, a quien estimo tanto. (...)

Margarita Robles, Ministra de defensa

Para reaparecer apadrinando el folletín del histriónico y ridículo autor, mejor haberte quedado donde estabas en bañador. (...)

Jorge Javier Vázquez

Como escribe Palmero en EL MUNDO, “utilizar a uno de los personajes más tóxicos y que encarna la telebasura para promocionar su folletón, no es casual”. (...)

Jorge Javier Vázquez, en la presentación de Tierra Firme, de Pedro Sánchez

Nadie ha definido mejor al impresentable nuevo ministro de Transportes que el alcalde madrileño, calificándole de “macarra”. Tal cual. (...)

José Luís Martínez Almeida, de Óscar Puente

Querida, la luz de tu nombre y mellada inteligencia te ha afectado hasta el extremo de considerarme “relamido y resentido escriba” por discriminar, según tú, a quien no tiene “sangre azul”. ¡Qué ridícula y cainita eres! (...)

Luz Sánchez-Mellado en su columna de El País "Jaque a la reina "

Lo edito, por la coti: MarthaG

En España la ley prohíbe expresamente discriminar por razones de edad en materia laboral. (...)

Lo ha dicho

Telefónica, la empresa que preside ese ejecutivo a quien yo admiro tanto, ha reducido la cifra y ha decidido que ‘solo’ salgan de la compañía unos 4.000 empleados mayores de... ¡¡¡55 años!!!
m

José María Álvarez-Pallete López, presidente ejecutivo de Telefónica
 
Última edición:
Querida, la luz de tu nombre y mellada inteligencia te ha afectado hasta el extremo de considerarme “relamido y resentido escriba” por discriminar, según tú, a quien no tiene “sangre azul”. ¡Qué ridícula y cainita eres! (...)
Luz Sánchez-Mellado en su columna de El País "Jaque a la reina "
 
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San Pablo decía que más vale casarse que quemarse. Si nos atenemos a esta frase del apóstol, hasta principios del siglo pasado las casas reales eran una hoguera en la que se consumían la mayoría de los herederos y herederas. Los expertos lo achacaban al fantasma de los Windsor. Posteriormente, también al síndrome Lady Di.
Pero no había nada que justificara tal cantidad de corazones a la deriva que se negaban a aceptar la endogamia. La mayoría de ellos no estaba dispuestos a casarse con quienes debían, sino con quienes querían. A veces, el querer y el deber coincidían. Era difícil, aunque no imposible. Hoy, no serían asumibles ni aceptables los consejos que el conde de Barcelona daba a su nieto, el actual Rey Felipe VI, respecto a su futuro sentimental. Su lectura pone los pelos de punta porque el nieto ha hecho todo lo contrario de lo que su abuelo recomendaba. Lógico.
Primero: el príncipe no puede ser libre para elegir a su futura esposa porque esta será reina consorte de España. (Esto hoy resulta antiguo, medieval, cruel e injusto). Segundo: su libertad de elección está limitada. (Quizá en aquella época, ahora es imposible mantener esta norma). Tercero: el príncipe se casará con quien tenga que casarse. (Más bien no fue así, aunque tuvo varios intentos fallidos. El más serio, Isabel Sartorius, que llegó a entrar, incluso, en Zarzuela. Famosa la fotografía de ambos ante un retrato de Doña Sofía. A la Soberana no le agradaba mucho por los escándalos familiares de la madre, enganchada a la droga. Y Eva Sannum no fue posible, ya que el propio Rey intervino, exigiendo a mi paisano, Fernando Almansa, que interviniera para acabar con aquel noviazgo que a punto estuvo de anunciarse el compromiso y que se abortó por el atentado de las Torres Gemelas en Nueva York. La situación no estaba para hablar de bodas. Cierto es que Felipe estaba profundamente enamorado. No tuvo pudor en destacar, cuando anunció su ruptura, las cualidades de Eva: su fortaleza, dignidad, sensibilidad, capacidad de superación… y no sigo porque nunca dejaría de hablar). Cuarto: lo hará por encima de cualquier inclinación eventual. (Lo hizo por encima de la voluntad de su padre y Rey).
Quinto: no concibo que se pueda poner en peligro o desmoronar todo lo conseguido por una elección eventual (¡qué poco conocían al nieto!), irreflexiva y contraproducente. (Segundas partes nunca fueron buenas, sino peores). Sexto: lo siento mucho, pero si no se puede pasar de esta raya, no se pasa y si se le anima a pasarla hacen muy mal. (No solo traspasó la raya, sino que llegó a enfrentarse a su padre diciendo: “O lo tomáis o lo dejo todo”. “Te vas a cargar la monarquía”, le advirtió el Rey (?).
Séptimo: Los españoles que no creen en la monarquía son igual de exigentes, o más aún, que los monárquicos con determinadas cuestiones. (Esto se está comprobando hoy entre los republicanos e incluso entre los monárquicos juancarlistas).
Octavo: un español siempre encuentra un argumento para justificar un error personal del Rey pero es mucho menos generoso con los tropiezos o el pasado de la consorte.
Don Juan pensaba que su nieto, el Príncipe, no era igual que el resto de los jóvenes de su edad. Cierto es que su posición le deparaba muchas ventajas sobre ellos, pero esos privilegios estaban estrictamente sujetos al cumplimiento de una norma y un deber, el más importante: casarse con quien debía, teniendo muy presente que una reina, aunque sea consorte, no puede tener pasado. Sin embargo, en el momento en que los futuros reyes y reinas arrumbaron, felizmente para la institución, los matrimonios de Estado que atentaban de forma cruel al libre albedrío, para casarse por amor, como los pobres, comenzaron los problemas.
Cuando reyes, reinas, príncipes, princesas e infantas se casaban por esas razones de Estado a las que nos hemos referido, como no había nada a nivel sentimental que les mantuviesen casados, nada se rompía, y estos matrimonios duraban hasta que la muerte los separaba. Pero cuando estos reyes, reinas, príncipes, princesas e infantas decidieron casarse por amor, como cualquier ciudadano de la plebe, las monarquías dejaron de ser esa institución en la que sus miembros eran educados para no exteriorizar sus sentimientos y casarse mediante pacto de familias.
Analizando la historia de las mujeres de cuya boda fui testigo privilegiado, todas parecían tan felices casándose por amor. Pero, por lo que ha sucedido a casi todas ellas, llego a la conclusión de que los matrimonios por amor, desgraciadamente, no garantizan la felicidad ad aeternum. Los motivos de las tragedias matrimoniales de las familias reales que convierten a reinas, princesas e infantas en mujeres sufridoras, no difieren mucho de los de las parejas de alta y baja sociedad: el desamor, el desengaño, los adulterios, la convivencia que mata primero la pasión, que siempre tiene fecha de caducidad, luego el amor, el cariño y hasta la amistad. Al fin ¿qué queda?: un matrimonio sin amor, por un lado, o un amor sin matrimonio, por otro. Me imagino que para muchas de estas parejas reales a la deriva, (después de mi libro Bodas reales tuve que escribir Mis divorcios reales), el recuerdo del gozo de aquel día ya no es gozo, mientras que el recuerdo del dolor es todavía dolor. Los recuerdos de estas sufridoras esposas, como Doña Sofía y otras, no solo pueblan su soledad, sino que la hacen más profunda. El desamor todo se lo tragó. Y en sus vidas todo fue naufragio.
Con todo lo que está pasando, me acuerdo mucho de él porque donde las dan... las toman (...) Vergüenza daba ver a todo un gobierno en pleno en la presentación del folletín del presidente. ¡Qué vasallaje! (...) Me dolió sobre todo ver a Margarita, a quien estimo tanto. (...) Para reaparecer apadrinando el folletín del histriónico y ridículo autor, mejor haberte quedado donde estabas en bañador. (...) Como escribe Palmero en EL MUNDO, “utilizar a uno de los personajes más tóxicos y que encarna la telebasura para promocionar su folletón, no es casual”. (...) Nadie ha definido mejor al impresentable nuevo ministro de Transportes que el alcalde madrileño, calificándole de “macarra”. Tal cual. (...) Querida, la luz de tu nombre y mellada inteligencia te ha afectado hasta el extremo de considerarme “relamido y resentido escriba” por discriminar, según tú, a quien no tiene “sangre azul”. ¡Qué ridícula y cainita eres! (...) En España la ley prohíbe expresamente discriminar por razones de edad en materia laboral. (...) Telefónica, la empresa que preside ese ejecutivo a quien yo admiro tanto, ha reducido la cifra y ha decidido que ‘solo’ salgan de la compañía unos 4.000 empleados mayores de... ¡¡¡55 años!!!
m
Agradecería que alguien subiera el artículo completo de Luz "Jaque a la Reina"...
Parece que le escuecen las críticas dada su vanidad.

La columna de hoy, al igual que todo lo que escribe últimamente, es pura repetición. Todo lo expuesto hoy, lo ha sacado del libro. Un vago que intenta sacar doble rentabilidad, por un lado del libro y por otro del periódico donde colabora...
 
Agradecería que alguien subiera el artículo completo de Luz "Jaque a la Reina"...
Parece que le escuecen las críticas dada su vanidad.

La columna de hoy, al igual que todo lo que escribe últimamente, es pura repetición. Todo lo expuesto hoy, lo ha sacado del libro. Un vago que intenta sacar doble rentabilidad, por un lado del libro y por otro del periódico donde colabora...
Voy a contarles un cuento. Érase una vez una reina de un país muy cercano que, tras 20 años de matrimonio con el rey, y con la heredera de la corona ya enfilada al trono, disfrutaba de la tranquilidad y espléndida madurez de sus 51 años, tras vadear a brazo partido y con el agua al cuello procelosos charcos. En esas, va un íntimo examigo y excuñado suyo, más despechao que Rosalía y Shakira juntas, y le canta unas supuestas idas y venidas sexuales de hace décadas entre ambos a otro resentido con pintas. Un relamido escriba que profesa desde siempre a la reina manifiesta tirria por no tener sangre azul en las venas. Como el correspondiente folletón, digo libro, no obtiene el eco que esperaban el vocero y el bocazas, un día de mal vino va el supuesto examante, se lía una pashmina al cráneo y se pone a echar todavía más leña a las redes, exponiendo su supuesta intimidad con la soberana justo cuando más daño puede hacerle a ella y sus circunstancias, tras haber estado callado durante lustros. El escándalo, golosísimo, salta a las portadas extranjeras.

Mientras, en el reino del cuento hay quienes piensan que lo mejor para proteger del ataque a la monarca y a la monarquía es hacer oídos sordos al asunto del que todo el mundo habla y esperar a que escampe. Discrepo. No sería la primera vez que, el día menos pensado, el silencio amigo torna en atronador estrépito de elefantes, y aún estamos pagando las consecuencias. En el ajedrez no existe el jaque a la reina propiamente dicha, pero sí al rey, amenazando su corona con un movimiento del contrario. Más que ignorarlo, igual convendría desenmascarar al peón despechado y averiguar si se mueve solo o utilizado por alfiles con más luces y aún menos escrúpulos. Mientras, yo que la reina, más allá de sus cuitas intramuros, seguía con mi vida y mi agenda más chula que un 888. La testa altísima y la espalda más derecha que el mástil de la bandera la lleva puesta tras dos décadas estirándola a diario antes de salir de palacio. Solo le falta tirar más de su sonrisa recién alineada con una de esas carísimas fundas invisibles. Dientes, dientes, que es lo que les jode.


 
Agradecería que alguien subiera el artículo completo de Luz "Jaque a la Reina"...
Parece que le escuecen las críticas dada su vanidad.

La columna de hoy, al igual que todo lo que escribe últimamente, es pura repetición. Todo lo expuesto hoy, lo ha sacado del libro. Un vago que intenta sacar doble rentabilidad, por un lado del libro y por otro del periódico donde colabora...
Aquí lo tienes

JAQUE A LA REINA

Voy a contarles un cuento. Érase una vez una reina de un país muy
cercano que, tras 20 años de matrimonio con el rey, y con la heredera
de la corona ya enfilada al trono, disfrutaba de la tranquilidad y
espléndida madurez de sus 51 años, tras vadear a brazo partido y con
el agua al cuello procelosos charcos. En esas, va un íntimo examigo y
excuñado suyo, más _despechao_ que Rosalía y Shakira juntas, y le
canta unas supuestas idas y venidas sexuales de hace décadas entre
ambos a otro resentido con pintas. Un relamido escriba que profesa
desde siempre a la reina manifiesta tirria por no tener sangre azul en
las venas. Como el correspondiente folletón, digo libro, no obtiene
el eco que esperaban el vocero y el bocazas, un día de mal vino va el
supuesto examante, se lía una _pashmina_ al cráneo y se pone a echar
todavía más leña a las redes, exponiendo su supuesta intimidad con
la soberana justo cuando más daño puede hacerle a ella y sus
circunstancias, tras haber estado callado durante lustros. El
escándalo, golosísimo, salta a las portadas extranjeras.

Mientras, en el reino del cuento hay quienes piensan que lo mejor para
proteger del ataque a la monarca y a la monarquía es hacer oídos
sordos al asunto del que todo el mundo habla y esperar a que escampe.
Discrepo. No sería la primera vez que, el día menos pensado, el
silencio amigo torna en atronador estrépito de elefantes, y aún
estamos pagando las consecuencias. En el ajedrez no existe el jaque a
la reina propiamente dicha, pero sí al rey, amenazando su corona con
un movimiento del contrario. Más que ignorarlo, igual convendría
desenmascarar al peón despechado y averiguar si se mueve solo o
utilizado por alfiles con más luces y aún menos escrúpulos.
Mientras, yo que la reina, más allá de sus cuitas intramuros,
seguía con mi vida y mi agenda más chula que un 888. La testa
altísima y la espalda más derecha que el mástil de la bandera la
lleva puesta tras dos décadas estirándola a diario antes de salir de
palacio. Solo le falta tirar más de su sonrisa recién alineada con
una de esas carísimas fundas invisibles. Dientes, dientes, que es lo
que les jode.
 
Agradecería que alguien subiera el artículo completo de Luz "Jaque a la Reina"...
Parece que le escuecen las críticas dada su vanidad.

La columna de hoy, al igual que todo lo que escribe últimamente, es pura repetición. Todo lo expuesto hoy, lo ha sacado del libro. Un vago que intenta sacar doble rentabilidad, por un lado del libro y por otro del periódico donde colabora...
No te quejes coti. No ha mencionado la mantilla de Farah, ni la muerte de Victoria Eugenia y lleva siglos sin hablar del culo de Georgina.
Algo es algo.
 
Agradecería que alguien subiera el artículo completo de Luz "Jaque a la Reina"...
Parece que le escuecen las críticas dada su vanidad.

La columna de hoy, al igual que todo lo que escribe últimamente, es pura repetición. Todo lo expuesto hoy, lo ha sacado del libro. Un vago que intenta sacar doble rentabilidad, por un lado del libro y por otro del periódico donde colabora...
La columna de hoy no la ha sacado del libro. Me parece una reflexión muy interesante sobre los matrimonios reales y sus aciertos y fracasos.
 
La columna de hoy no la ha sacado del libro. Me parece una reflexión muy interesante sobre los matrimonios reales y sus aciertos y fracasos.
Totalmente sacado del libro...Letras, puntos, comas, enumeraciones y ante todo fuentes, ya que rebotado por la columna de Luz, ha sido incapaz de hilar respuesta de su propia cosecha.
¡Él sí que es un ridículo traidor porque la nula inteligencia, hace tiempo que la viene demostrando!
 
Yo no sé si lo ha sacado del libro o no pero en cuanto a lo que dice sobre lo que pensaba D. Juan estoy totalmente de acuerdo
Tienen mucho privilegios para no cumplir con su deber de casarse bien y lo peor de todo es no haber sido capaz de hacerle entender a Ficticia lo importante que es mantener las tradiciones de la institución que representa.
 
Totalmente sacado del libro...Letras, puntos, comas, enumeraciones y ante todo fuentes, ya que rebotado por la columna de Luz, ha sido incapaz de hilar respuesta de su propia cosecha.
¡Él sí que es un ridículo traidor porque la nula inteligencia, hace tiempo que la viene demostrando!
A ti lo que no te gusta lo saca de un libro.

Pues yo te diré que hay más verdades ocultas de la ortiz, tu amiga y a la que defiendes, y que dan para mucho más que un libro. Se que no te gusta esto pero cierto es. La persona que las calla tiene dignidad, humildad, le destrozaron su vida por temor a que hablara pero ha demostrado ser muy valiente y ha seguido con su vida, porque el tiempo pone a cada uno en su sitio. Y Dios no desampara a las personas que son buenas de verdad, tienen valores y no tienen pasado, o el pasado oscuro de tu amiga.

Pero está persona está feliz muy feliz de que por fin vayan saliendo verdades y faltan muchas más. el tiempo pone cada cosa en su sitio.

En este país no se habla porque son todos unos pelotas, muy pelotas que han alabado y reído las gracias de tu amiga, ocultando todos los defectos , que tú pretendes que sean una nimiedad.
Al mismo tiempo están esperando que alguien mueva ficha para salir de esta situación de la forma más decorosa, después de haber hecho daño y pisoteado a una mujer que todos los periodistas conocen no famosa que nunca ha pretendido serlo y durante mucho tiempo esperaron pensando que hablaría por despacho.
Y Peñafiel, hay una frase que vosotros no habéis interpretado en este artículo.
el recuerdo del gozo de aquel día ya no es gozo, mientras que el recuerdo del dolor es todavía dolor.

Todo lo que cuenta en el libro que no he leído sobre cornamenta y cara dura o desfachatez como dirían los menos atrevidos o más correctos. Cuernos y algo más. Es poco para la cruda realidad de esta pareja.

Peñafiel lo sabe todo. Podría escribir otro libro. Con el que hacer más pupa.
Así que tener más consideración hacia el , que ha vivido mucho.
 
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