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Cierto es que, cuando lo tuve frente a mí, me olvidé de los consejos y me comporté con naturalidad. Aunque no llegué a los extremos de Michelle Obama, en la recepción ofrecida por la reina Isabel, en abril de 2009, en honor del entonces presidente de los Estados Unidos. El escenario de la metedura de pata contra el protocolo más grande que se ha cometido en la Corte Real Británica, de “proporciones épicas” , tuvo lugar en el mismo salón de mi encuentro con el príncipe Carlos, en el palacio de Buckingham, antes de la cena. Aquel día, la primera dama norteamericana, una mujerona de un metro casi noventa y no sé cuántos kilos, no es que saludara a la reina de poco más de un metro sesenta con naturalidad sino que se atrevió a pasarle un brazo por los hombros de Su Majestad, como viejas amigas, en señal de afecto y que maldita gracia le hizo a la soberana aquella ruptura de protocolo.
Michelle Obama aclaró ese episodio en su libro. Esto es de un artículo sobre lo que Michelle cuenta en su libro respecto del episodio.
En el texto, Obama relata una conversación que tuvo con la monarca: “Eres tan alta”, le dijo la Reina a Michelle, a lo que respondió diciéndole a la Isabel que solo eran sus tacones Jimmy Choo.
La reina entonces “hizo un gesto de frustración ante sus propios zapatos” y dijo: “Estos zapatos son desagradables, ¿no es así?”.
“Entonces le confesé a la Reina que me dolían los pies. Ella también confesó que también le dolían los suyos."
“Nos miramos una a la otra con expresiones idénticas, como, ¿cuándo va a terminar todo esto con los líderes mundiales? Y con esto, ella se fue con una risa totalmente encantadora“.
Después, la exprimera dama agregó: “Olvídese de que a veces llevaba una corona de diamantes y que había volado a Londres en el avión presidencial; éramos solo dos mujeres cansadas oprimidas por nuestros zapatos“.
Después de toda esta interacción de vinculación. Fue cuando Michelle Obama le dio ese controversial abrazo.
“Luego hice lo instintivo para mí cada vez que me siento conectado a una nueva persona, lo cual es expresar mis sentimientos de manera externa“, escribió en el libro.
“Puse una mano cariñosamente sobre su hombro“.
En ese momento la esposa de Barack no se dio cuenta que estaba rompiendo el protocolo real.
“No podría haberlo sabido en el momento, pero estaba cometiendo lo que se consideraría un paso en falso“, escribió.
“Si no hubiera hecho lo correcto en el Palacio de Buckingham, al menos habría hecho lo humano.
“Me atrevería a decir que la Reina también estaba de acuerdo con eso, porque cuando la toqué, solo se acercó, apoyando una mano ligeramente en la parte baja de mi espalda “, finalizó.
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