El Mundo Orbyt.
MI SEMANA
JAIME PEÑAFIEL
13/01/2024
CHSSS...
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Ignoro si existió esa promesa de vivir en silencio y discretamente pero, repito, tenía todo el derecho de festejar su cumpleaños. Y lo ha hecho en compañía de sus hijas Elena y Cristina y con sus nietos Felipe, Victoria, Pablo e Irene, siempre tan fieles y leales a su padre y a su abuelo. Un cumpleaños en el que el Soberano ha podido sentir el cariño y el respeto de cien españoles, más o menos anónimos, y de sus antiguos colaboradores Fernando Almansa y Rafael Spottorno, ex jefes de su Casa. El primero, desde 1993 a 2002 y desde 2011 a 2014, el segundo. Y también de sus amigos Pedro Campos, Miguel Arias, Jerónimo Páez y el doctor Eduardo Anitua, autores de la iniciativa del cumpleaños, entre otros.
Aunque ha habido periodistas cortesanos, como la “niñera real” y otros y otras, que han criticado que la residencia del Rey (sí, el Rey) parecía una Embajada de España por la profusión de banderas nacionales y el escudo de armas del Emérito impreso en la tarta. Pero no hay que olvidar queridos que, aunque se trata de un hogar en el exilio, no deja de ser un hogar español, españolísimo.
Los actos organizados con motivo del 86 aniversario del Soberano tuvieron dos partes: un almuerzo en el hotel Four Seasons, en la ciudad de Abu Dabi, donde se alojaban los invitados llegados de España, pagándose el coste del vuelo y el hotel, y la parte de la cena, en la residencia privada en la isla de Zaya Nurai a la que se accede en barco, con tarta de cumpleaños incluida. Lógicamente se le cantó Cumpleaños feliz, la canción más popular de origen norteamericano y cuyo título original es Happy Birthday cuya creación, en 1893, se atribuye a las hermanas estadounidenses Mildred y Patty Smith Hill. Y, como es preceptivo, Don Juan Carlos sopló las 86 velas con las que se remataba la tarta.
Sorprendió que ninguno de los invitados masculinos, al igual que el anfitrión real, llevara corbata. Solo Antonio Romero Monge y Rafael Ruiz Perdigones, componentes del famosísimo grupo musical conocido con el nombre Los del Río, que cantaron, por supuesto, Macarena, seña de identidad del dúo.
También asistieron a la celebración real algunos diplomáticos extranjeros de embajadas destacadas en Abu Dabi, pero ninguno de nuestro país. Por ello sorprendió la ausencia del embajador de España ante los Emiratos Árabes Unidos, que lo es desde el 7 de septiembre de 2021, con sede precisamente en Abu Dabi y que para mayor honra se apellida Palacio España, Íñigo.
Según información imposible de contrastar, la ausencia se debió por haber recibido presuntamente instrucciones ¿del Ministerio de Asuntos Exteriores?, ¿del Palacio de Moncloa? ¿de la propia Zarzuela?
Sea de donde fuere y quien o quienes ordenaran la no asistencia del embajador a la celebración del cumpleaños del Rey (sí, el Rey) resultan ser unos miserables.
Ha sorprendido la ausencia de periodistas españoles en estas celebraciones. Al parecer, fue el propio Don Juan Carlos quien lo decidió, contratando, para controlar la fiesta en todos sus detalles, a un fotógrafo de la zona, autor del reportaje de nueve páginas y nueve fotografías, tres de ellas a doble de extensión, publicado esta semana en la revista ¡Hola! de mis amores y mis dolores. Como informa Vanitatis, “la revista ¡Hola! recibió las imágenes como un regalo personal de Don Juan Carlos”, discriminando al resto de las publicaciones. Solo él sabrá por qué lo hizo.
La muerte del gran empresario César Alierta, por quien siempre sentí una gran admiración, yo, como mi estimado amigo y compañero Martín Bianchi al conocer la triste noticia, solo pude pensar en Isabel Sartorius, la bellísima joven que fuera, primero, el gran amor de Felipe (hoy por todo lo que está pasando se la recuerda más que nunca) y, muchos años después, el amor de César Alierta, ya viudo, cuando era presidente de la Fundación Telefónica. Aunque el noviazgo solo duró tres intensísimos años, llevados con absoluta discreción, a punto estuvieron de casarse. Aquel amor se convertiría en una grandísima amistad hasta el extremo de que Isabel le acompañó durante los peores trances de los principios de su enfermedad. Al conocer su muerte, de haber continuado aquella historia de amor, me he imaginado a Isabel convertida en una jovencísima viuda de 58 años.
¿Por qué Don Juan Carlos no es el ex Rey que nos merecemos?, a juicio del compañero. (...) Por supuesto que no se merece que su hijo y su nuera le hayan echado de su casa y de su país. Una pregunta, compañero, ¿cómo tiene que comportarse? (...) Me gustaría conocer la opinión de la escritora y presentadora ganadora del más importante premio literario, sobre su amiga real. (...) Calificar a la nena de “carismática, tener madera y ser valiente” me parece excesivo e impropio de quien siempre ha sido tan crítico, querido. (...) A la más cortesana y babosa periodista no le ha gustado el libro sobre su ex señorita. Lamento que lleve ese nombre que yo amo tanto. (...) De gratuita humillación a su padre, acudir, con luz y taquígrafos, a tomar el roscón de reyes con su suegro, han calificado algunos. (...) Tranquilo, querido Risto, yo he pasado por lo mismo. El tema acabó en el Supremo. (...) Sabía lo que todos estaban pensando cuando entró en el salón. Y eso le producía incomodidad. A él, también. (...) Cualquier parecido con los protagonistas de la vulgar escultura, no es, ni siquiera, mera coincidencia. Sobre todo ella. (...) Bien que él y su vice se estén riendo de todos los españoles pero que lo hagan desde el trampolín ¡es lo que jode! (...) Sufrió una insuficiencia coincidiendo con el segundo aniversario de la muerte de su famoso marido.
MI SEMANA
JAIME PEÑAFIEL
13/01/2024
CHSSS...
EL EMBAJADOR DE ESPAÑA NO ASISTIÓ
EN UN HOGAR ESPAÑOL
ISABEL SERÍA HOY UNA JOVEN VIUDA DE 58 AÑOS
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Ignoro si existió esa promesa de vivir en silencio y discretamente pero, repito, tenía todo el derecho de festejar su cumpleaños. Y lo ha hecho en compañía de sus hijas Elena y Cristina y con sus nietos Felipe, Victoria, Pablo e Irene, siempre tan fieles y leales a su padre y a su abuelo. Un cumpleaños en el que el Soberano ha podido sentir el cariño y el respeto de cien españoles, más o menos anónimos, y de sus antiguos colaboradores Fernando Almansa y Rafael Spottorno, ex jefes de su Casa. El primero, desde 1993 a 2002 y desde 2011 a 2014, el segundo. Y también de sus amigos Pedro Campos, Miguel Arias, Jerónimo Páez y el doctor Eduardo Anitua, autores de la iniciativa del cumpleaños, entre otros.
Aunque ha habido periodistas cortesanos, como la “niñera real” y otros y otras, que han criticado que la residencia del Rey (sí, el Rey) parecía una Embajada de España por la profusión de banderas nacionales y el escudo de armas del Emérito impreso en la tarta. Pero no hay que olvidar queridos que, aunque se trata de un hogar en el exilio, no deja de ser un hogar español, españolísimo.
Los actos organizados con motivo del 86 aniversario del Soberano tuvieron dos partes: un almuerzo en el hotel Four Seasons, en la ciudad de Abu Dabi, donde se alojaban los invitados llegados de España, pagándose el coste del vuelo y el hotel, y la parte de la cena, en la residencia privada en la isla de Zaya Nurai a la que se accede en barco, con tarta de cumpleaños incluida. Lógicamente se le cantó Cumpleaños feliz, la canción más popular de origen norteamericano y cuyo título original es Happy Birthday cuya creación, en 1893, se atribuye a las hermanas estadounidenses Mildred y Patty Smith Hill. Y, como es preceptivo, Don Juan Carlos sopló las 86 velas con las que se remataba la tarta.
Sorprendió que ninguno de los invitados masculinos, al igual que el anfitrión real, llevara corbata. Solo Antonio Romero Monge y Rafael Ruiz Perdigones, componentes del famosísimo grupo musical conocido con el nombre Los del Río, que cantaron, por supuesto, Macarena, seña de identidad del dúo.
También asistieron a la celebración real algunos diplomáticos extranjeros de embajadas destacadas en Abu Dabi, pero ninguno de nuestro país. Por ello sorprendió la ausencia del embajador de España ante los Emiratos Árabes Unidos, que lo es desde el 7 de septiembre de 2021, con sede precisamente en Abu Dabi y que para mayor honra se apellida Palacio España, Íñigo.
Según información imposible de contrastar, la ausencia se debió por haber recibido presuntamente instrucciones ¿del Ministerio de Asuntos Exteriores?, ¿del Palacio de Moncloa? ¿de la propia Zarzuela?
Sea de donde fuere y quien o quienes ordenaran la no asistencia del embajador a la celebración del cumpleaños del Rey (sí, el Rey) resultan ser unos miserables.
Ha sorprendido la ausencia de periodistas españoles en estas celebraciones. Al parecer, fue el propio Don Juan Carlos quien lo decidió, contratando, para controlar la fiesta en todos sus detalles, a un fotógrafo de la zona, autor del reportaje de nueve páginas y nueve fotografías, tres de ellas a doble de extensión, publicado esta semana en la revista ¡Hola! de mis amores y mis dolores. Como informa Vanitatis, “la revista ¡Hola! recibió las imágenes como un regalo personal de Don Juan Carlos”, discriminando al resto de las publicaciones. Solo él sabrá por qué lo hizo.
La muerte del gran empresario César Alierta, por quien siempre sentí una gran admiración, yo, como mi estimado amigo y compañero Martín Bianchi al conocer la triste noticia, solo pude pensar en Isabel Sartorius, la bellísima joven que fuera, primero, el gran amor de Felipe (hoy por todo lo que está pasando se la recuerda más que nunca) y, muchos años después, el amor de César Alierta, ya viudo, cuando era presidente de la Fundación Telefónica. Aunque el noviazgo solo duró tres intensísimos años, llevados con absoluta discreción, a punto estuvieron de casarse. Aquel amor se convertiría en una grandísima amistad hasta el extremo de que Isabel le acompañó durante los peores trances de los principios de su enfermedad. Al conocer su muerte, de haber continuado aquella historia de amor, me he imaginado a Isabel convertida en una jovencísima viuda de 58 años.
¿Por qué Don Juan Carlos no es el ex Rey que nos merecemos?, a juicio del compañero. (...) Por supuesto que no se merece que su hijo y su nuera le hayan echado de su casa y de su país. Una pregunta, compañero, ¿cómo tiene que comportarse? (...) Me gustaría conocer la opinión de la escritora y presentadora ganadora del más importante premio literario, sobre su amiga real. (...) Calificar a la nena de “carismática, tener madera y ser valiente” me parece excesivo e impropio de quien siempre ha sido tan crítico, querido. (...) A la más cortesana y babosa periodista no le ha gustado el libro sobre su ex señorita. Lamento que lleve ese nombre que yo amo tanto. (...) De gratuita humillación a su padre, acudir, con luz y taquígrafos, a tomar el roscón de reyes con su suegro, han calificado algunos. (...) Tranquilo, querido Risto, yo he pasado por lo mismo. El tema acabó en el Supremo. (...) Sabía lo que todos estaban pensando cuando entró en el salón. Y eso le producía incomodidad. A él, también. (...) Cualquier parecido con los protagonistas de la vulgar escultura, no es, ni siquiera, mera coincidencia. Sobre todo ella. (...) Bien que él y su vice se estén riendo de todos los españoles pero que lo hagan desde el trampolín ¡es lo que jode! (...) Sufrió una insuficiencia coincidiendo con el segundo aniversario de la muerte de su famoso marido.