Autoestima y otros temas de psicología

Te deseo amor del bueno, del que te hace cosquillas en la tripa



Te deseo amor, pero amor del bueno, del que te hace cosquillas en la tripa, del que te hace quedarte con cara de tonto y da brillo a tu sonrisa. De ese del que no se puede escapar por mucho que quieras, de ese que te hace adicto a querer más, a querer con más fuerza y sobre todo a querer bien.


Te deseo amor del verdadero, no del fácil, que de ese ya nos sobra, sino del que se riega todos los días, del que te hace sorprenderte de lo bueno y querer buscar refugio en él cuando estás perdido. Amor, sí, solo esas cuatro letras, pero te deseo que lo encuentres porque harán que sumen más y más palabras. Además, también hará que sumes a tu persona, porque hay mil significados para el amor y… ¿sabes cuál es el más importante? Aquel que te representa a ti.




Te deseo amor del bueno, ese que te hace vibrar, sonreír y ver la vida de una manera mucho más positiva.

Ese amor te deseo, el amor que abraza fuerte y seguro, aquel que besa con pasión, aquel que hace temblar tus piernas, el que da calor cuando hace frío y el que te da aire cuando quema. El amor que hace que te olvides de tus nunca más, de tus límites y tus promesas tontas y vacías, ese amor que te da historias y que te empuja a la vida, porque no lo olvides, si no te da vida, no es amor.


Te deseo mucho más que palabras

No nos va a ser suficiente con que suene a amor, vamos a necesitar que represente amor, que no solo se quede en palabras, sino que vaya más allá, porque si estamos solo con letras, no te deseo amor.




Cuando una mirada no necesita nada más, cuando un gesto ya lo ha dicho todo, cuando sin tocarte ya te hace temblar o cuando hay tanta química que todo fluye sin necesidad de palabras de más. Aquí sí que hablamos de amor y de ese que nos gusta, amor del bueno.

Quiero desearte sonrisas, de las que tienen un porqué y también de las que no lo tienen. Quiero que te emociones cuando hables y que no me lo cuentes, quiero que me lo hagas sentir para disfrutarlo yo también. Te deseo amor y que te quieras tanto que te siga sobrando amor para regalar, y que lo regales con ataques de risa, con hechos, con mucho más que solo palabras.


Que tengas ganas de aventuras, de saltar al vacío y de comerte el mundo y todo lo que venga. Que todo esto que te deseo no se quede en palabras, quiero que lo cojas, lo hagas tuyo y lo sientas, porque sino, no nos vale de nada.

No pierdas el deseo de seguir trabajándolo

Y puestos a desear… por qué no, te deseo también que no pierdas la ilusión, que después de haber sentido todo esto sigas teniendo ganas de experimentarlo y no dejes de buscarlo. Piensa que el amor no son solo flores, también es el agua que se necesita para que crezcan y no mueran, solo con una de ellas no nos vale.


Sigue buscando tu pasión y con pasión, sigue sintiéndola, sigue derrochando amor por cada poro de tu piel y en cada una de tus risas, sigue trabajando y haciendo porque el amor no muera. Y cuando tú ya estés satisfecho es hora de regalárselo al mundo, porque se necesita amor, porque se necesita gente que reparta amor.


Cuando lo pierdas busca dónde ha desaparecido, dentro de ti o fuera, sigue esforzándote porque el amor lo mueve todo, no te rindas y sácalo de nuevo, enamórate cada segundo. Si de algo hay que arrepentirse es de no haberlo intentado, de no haber luchado por ello, porque el amor, todo lo cura.


Así que sin hacer uso de los acentos solo diré: Amen.

Por Adriana Díez

 
5 hábitos tóxicos que te roban felicidad



Los hábitos que tenemos nos definen ya sea para bien o para mal, pues no solo pueden ejercer como las estrategias que nos ayudan a superar obstáculos, sino que también pueden ser como aquella manzana envenenada que a pesar de tener un apetecible aspecto guardaba en su interior una trampa.


Por lo tanto, a pesar de que muchos de nuestros hábitos nos permiten optimizar nuestros esfuerzos y se consideran como saludables, existen otros muchos que resultan tóxicos para nuestra salud y la vida misma, impidiéndonos ser felices.




Incluso, puede que hábitos que consideras relativamente “buenos” no lo sean tanto o que ni siquiera seas consciente de las consecuencias de tu repertorio de hábitos en tu vida. Hoy te traemos 5 hábitos tóxicos que pueden estar impidiéndote ser feliz. Reflexionemos sobre ello.


“Adquirir desde jóvenes tales o cuales hábitos no tiene poca importancia: tiene una importancia absoluta”
-Aristóteles-

Pensar en negativo
Solemos tener la mala costumbre de pensar en negativo.
Somos expertos en lo que no queremos, no tenemos, no merecemos o no somos capaces, focalizando nuestra atención en ello. Cultivar el pensamiento negativo puede ser un mal hábito que termine limitándonos tanto a nivel social como individual. Porque si crees que no puedes, ¿realmente vas a intentarlo?

El pensamiento negativo puede erigirse como un gran enemigo que nos atrape poco a poco en su tela de araña, convirtiendo todo nuestro alrededor en una neblina gris que en sus casos más extremos desemboque en depresión junto a otras variables.



La dificultad radica en que como hábito, nos hemos acostumbrado y desaprenderlo no es tan sencillo. Para ello, hay que comenzar a prestar atención a nuestra manera de pensar, que inevitablemente va ligada a la forma de hablarnos y juzgarnos. Además, dirigir tu atención hacia lo que quieres también será una herramienta que te permita hacer aparecer la luz entre aquella niebla gris espesa.

Culpar a los demás de todo
Culpar a otras personas de lo que te ocurre es evadirte de la responsabilidad
de tus propios actos e incluso de tus propios sentimientos. De esta manera, estarás diciendo que tú no eres dueño de tu vida sino que son los demás o las propias circunstancias.

Es necesario recordar que tienes el control sobre ti mismo y solo tú tienes las respuestas de lo que te ocurre. El reconocido piloto de las fuerzas aéreas y líder religioso Dieter Uchtdorf dijo una vez: “Cuando más crecemos, más miramos hacia atrás y nos damos cuentas de que las circunstancias externas no importan porque no determinan nuestra felicidad. Nosotros determinamos nuestra felicidad”.

La felicidad es una actitud y si decides culpar a los demás de lo que te ocurre en lugar de tomar conciencia sobre qué puedes hacer para seguir avanzando, difícilmente podrás saborearla.

Intentar ser alguien que no eres
Puedes vivir intentando ser tú mismo o de lo contrario, intentando ser la persona que los demás quieren que seas. Tú decides, pero evidentemente convertirte en el personaje que los demás desean supondrá una traición a tu forma de ser. Piénsalo… ¿Cómo podrás llegar a ser feliz si no eres tú mismo?

Ponerse una máscara es un arma de doble filo, una trampa que extendida en el tiempo te alejará de ti y de quien crees ser. Por lo tanto, descúbrete, aprende a aceptarte, a quererte y muéstrate tal como eres, solo así la relación contigo y los demás, será auténtica.

Compararse con los demás
Compararse con los demás no nos servirá de nada ya que cada uno de nosotros es único e irrepetible y ha vivido experiencias diferentes.
Su historia, la tuya y la mía no tienen nada que ver, ¿para qué compararnos? ¿Para consolarnos o para creernos superiores? ¿Cuál es la finalidad que perseguimos?

Comparar las diferentes experiencias no tiene sentido puesto que no existen las mismas condiciones en las personas.

Mi felicidad puede ser muy diferente a la de mi amigo, por lo tanto, ¿hacer lo que él hace me convertirá en alguien feliz? Pregúntate: ¿qué es la felicidad para mí? Y así podrás saber cómo actuar. La gratitud es el antídoto a la comparación y el mejor jarabe para alcanzar la felicidad. Escribe diariamente las cosas que hacen que tu vida sea maravillosa, por pequeñas que sean… eso te hará feliz.

No aprender de los errores
Los errores pueden ser nuestros mejores maestros si aprendemos de ellos.
Si nos confundimos pero lo dejamos pasar sin reflexionar qué ha pasado y qué lección podemos sacar de ello, probablemente pueda ocurrirnos algo similar.

Para entender este tipo de pensamiento, solo tienes que seguir las palabras que una vez dijo Thomas Edison a un reportero que le preguntó sobre su invento de la bombilla incandescente: “No he fracasado ni una sola vez, solo he descubierto diez maneras que no funcionan”. Así, podrás ver que con persistencia y buen hacer, el error y el fracaso, son solo una parte del camino hacia el éxito.

Pensar negativo, culpabilizar a los demás, ponernos una máscara, compararnos o no aprender de nuestros errores son tan solo 5 hábitos que pueden estar repercutiéndonos sin casi ser conscientes de ellos en nuestro estado emocional impidiéndonos ser felices.

La felicidad está en nuestro interior y somos nosotros los que podemos crearla y contribuir a su desarrollo, no lo olvides. Presta atención a tus hábitos y modifícalos si es necesario.

Por María Jose Roldan



 
El camino de la vida



“Caminante no hay camino, se hace camino al andar”… sabias palabras de Antonio Machado que sirven para describir de modo magistral lo que es el camino de la vida. No hay camino por sí solo, cierto, cada uno de nosotros va configurando su camino, su sendero, su historia personal, llena de aciertos y de errores, de momentos felices y tragos amargos.


Pero esa es la vida, sólo se aprende a vivirla, precisamente viviendo, viviendo sin miedo, caminando sin cesar a pesar de las piedras que encontramos al paso y que a veces nos hacen tropezar y caer, tropezar y caer para luego volvernos a levantar, con más ganas y fuerzas, sin mirar atrás; porque el pasado ya no está y el futuro está por llegar, porque tan sólo oteamos vagamente un horizonte lejano que aún no ha llegado.




Pero mientras tanto vamos dando pasos unas veces a ritmo ligero y firme y otras tantas veces como un pequeño caracol que esconde su cabeza en su diminuta casa…pero le echamos valor y seguimos adelante, caminando por el camino de la vida porque…”Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.


"Al final del camino de la vida no te preguntarán qué tienes, sino quién eres. ¿Cuál será tu respuesta?”

-Anónimo-


En el camino de la vida cada decisión cuenta

A veces tendremos que decidir si cruzar el río o tomar otro atajo, disfrutaremos cuando el sol luzca en todo su esplendor y tendremos que aguantar cuando nos cae un chaparrón encima; y así recogiendo piedrecitas por el camino y pequeñas pero preciosas flores o unas gotas de agua de lluvia que mantendremos como un recuerdo en nuestra memoria de todo lo que nos enseñó ese chaparrón.


Ese chaparrón que nos enseñó a cubrir nuestras espaldas en aquel momento asustados porque pudiera provocarnos un absurdo constipado que nos impidiera seguir caminando con ligereza o porque pudiera mancharnos nuestra ropa o nuestro pelo y no estar lo guapo que debiéramos ante algún compañero que pudiéramos encontrar en el camino…

Y es que iremos llenando nuestra mochila, una mochila que cada vez pesará un poco más y también tendremos nuestro rostro y nuestra piel más curtida por el sol, el viento y la lluvia, pero seremos un poco más sabios, sabios en el camino de la vida porque…Caminante no hay camino, se hace camino al andar.




La fuerza de voluntad, el coraje, el seguir caminando, la humildad cuando nos hace falta y el orgullo cuando hemos conseguido escalar la montaña nos ayudarán en nuestro largo camino…ese largo camino que es la vida y para el que no hay respuestas rotundas, porque sólo se aprende caminando.


Porque los errores también son aciertos; porque la vulnerabilidad, el miedo y la incertidumbre cuando la noche llega y estamos solos en ese camino en el que todo se vuelven extrañas y misteriosas sombras que nos confunden y nos nublan la vista también tienen su encanto.


Todo pasa y todo queda

Porque…


Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.


Nunca persequí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.




Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse…


Nunca perseguí la gloria.


Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.


Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.


Caminante no hay camino
sino estelas en la mar…


Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”


Golpe a golpe, verso a verso…


Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”


Golpe a golpe, verso a verso…


Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
“Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”


Golpe a golpe, verso a verso.


Antonio Machado.


Te invitamos a que veas este precioso vídeo en el que se pone música y voz a estas preciosas palabras de uno de los mejores poetas de nuestro tiempo.

Por Sofia Alcausa Hidalgo
 
¿Eres capitán o grumete de tu destino?



Uno de los tantos efectos negativos que el actual contexto de crisis está consiguiendo, es el hecho de que muchas personas caigan en lo que se llama “La indefensión aprendida”. Este término fue acuñado por Martin Seligman en los años 70, y nos explica básicamente, que algunas personas que están atravesando situaciones negativas acaban tirando la toalla en su sentido más estricto, al pensar que ningún esfuerzo vale la pena. Que hagan lo que hagan nada va servir para cambiar su situación.


Caen en la indefensión y la aceptan, sin más. En ciertos momentos de nuestra vida puede ocurrirnos esto. Pensar que por razones ajenas a nosotros no vamos a poder mejorar nuestra realidad, que no vamos a alcanzar aquello que deseamos. Simplemente, nos dejamos llevar. Como si fuésemos polizones de nuestra propia vida, abandonados al vaivén de las olas, ahí donde cabe la misma posibilidad de llegar a buen puerto, como acabar perdido y eternamente a la deriva. ¿Cómo afrontarlo? ¿Cómo tomar nuestra propia determinación y guiar el timón de nuestras vidas?






EVITA TU PROPIA INDEFENSIÓN

No hay que tener lástima de uno mismo. Tirar la toalla es el primer paso para convertirse en víctima, y no esto no es bueno. Si perdemos el respeto hacia nosotros mismos entonces empezamos a perderlo todo y podemos acabar cayendo en una depresión. Pensar que todos y cada uno de nosotros tenemos derecho a ser felices y a encontrar nuestra propia felicidad es indispensable. Intenta separar lo que te rodea de ti mismo y empieza a hacerte preguntas. ¿Cómo me siento ahora mismo? ¿Qué es lo que desearía para mi? ¿Qué puedo hacer hoy para alcanzar mis deseos? Cualquier paso, por pequeño que sea, nos hará sentirnos mejor. Todo esfuerzo construye puentes y derrumba muros.





EVITA PENSAR QUE TODA SITUACIÓN ES PERMANENTE


Es esencial. Podemos estar pasando un mal momento, ya sea personal o laboralmente. Puedes tener problemas en casa, con tu pareja o puede que te sea difícil encontrar un trabajo. Estas situaciones no son permanentes, y para que no lo sean también requiere de nuestra propia voluntad para buscar un cambio hacia mejor. Asumir y rendirse es introducirse en el túnel de la indefensión, en ese camarote cerrado como polizón que no ve ni puertas ni ventanas. Nada es eterno. Hemos de pensar que toda situación, por negativa que sea, va a ser pasajera.



ACOTA LOS PROBLEMAS


También es interesante que aprendamos a acotar los problemas. Es decir, si yo fracaso en una relación, no debo pensar que soy una persona que merece estar sola y que jamás encontrará una persona adecuada. Si yo no encuentro trabajo, evitaré pensar que esta situación se va a prolongar para siempre y que jamás lo lograré. Hemos de asumir la responsabilidad de nuestros problemas, desde luego, pero siempre con un equilibrio y limitando parcelas. Si he fracasado en mi última relación, tal vez a la próxima tenga más suerte. Si no encuentro trabajo, tal vez sea el momento de trasladarme a otra ciudad y probar suerte… Siempre existen nuevos rumbos que traen nuevas posibilidades.


CONFÍA EN TU PROPIA CAPACIDAD

Creer en uno mismo es el principal motor capaz de empujarnos hacia lo que merecemos. Has de recordar todas esas veces en que tu esfuerzo te trajo grandes recompensas, todas las experiencias buenas que has vivido y que mereces repetir. No focalices tu mirada solo en los momentos negativos, esas lagunas que solo han de servirnos para aprender y salir más fortalecidos de ellas. Si crees en tus propias capacidades, en tus recursos como persona y comprendes que te mereces siempre lo mejor, entonces lograrás encontrar las fuerzas suficientes para volver a coger el timón de tu vida y convertirte en capitán. En esa persona que toma el rumbo de su vida en busca de sus propios objetivos y deseos.

Por Valeria Sabater
 
Quiérete y déjate querer



Los placeres deben colocarse en la vida, lo mismo que las comas en una frase. Es esencial hacer cosas que nos gustan, aprovechar esas oportunidades que se nos presentan sin pensar demasiado, sin expectativas, simplemente con la voluntad de vivir y de exprimir la vida, por lo tanto, quiérete y déjate querer.


Quererse es complicado pero se trata de algo esencial para que nos quieran los demás. Por ello, quiérete, enamórate de tu cuerpo, de tus defectos, de tus virtudes, de cada cosa que te apasiona, de tu forma de sonreír y de caminar por la vida.




“Cuando yo tenía 5 años, mi madre me decía que la felicidad era la clave de la vida. Cuando fui a la escuela, me preguntaron qué quería ser cuando yo fuera mayor. Yo respondí “feliz”. Me dijeron que yo no entendía la pregunta y les respondí, que no entendían la vida.”
-John Lennon-
https://twitter.com/intent/tweet?te...enteesmaravillosa.com/quierete-dejate-querer/

Quiérete mucho

Quererse a uno mismo es fundamental para sentirse bien, para que otras personas nos quieran, para disfrutar y ser felices. A veces es complicado porque nos criticamos a nosotros mismos y podemos convertirnos en nuestro peor enemigo.


La autoestima es la percepción evaluativa de nosotros mismos, es decir, cómo nos vemos y valoramos y tiene cuatro elementos fundamentales según el psicólogo argentino Walter Riso, que son los siguientes:


  • Autoconcepto – Qué piensas de ti mismo.
  • Autoimagen – Cuánto te agradas.
  • Autorrefuerzo – Cuánto te premias.
  • Autoeficacia – Qué confianza tienes en ti mismo.

Para reforzar estos cuatro elementos de la autoestima y vivir en paz con nosotros mismos y más felices, te proponemos algunas sencillas acciones para que aprendas a quererte y saber apreciar todo lo bueno que hay en ti.




No te compares

Desde la adolescencia iniciamos un análisis pormenorizado de nuestro físico, poro a poro, y el resultado es que siempre falta o sobra algo. Criticamos nuestro color de pelo, nuestras piernas, nuestros dientes. Nos empeñaremos mucho en encontrar nuestros defectos. También nos compararemos con otros, que consideramos más guapos, y nos sentiremos mal.


Las comparaciones son negativas, porque el concepto de belleza es muy distinto de una persona a otra, se trata de un concepto totalmente subjetivo. Lo que nosotros podemos considerar bello, otra persona lo puede considerar feo y viceversa. Por lo tanto, la comparación es inútil.


https://twitter.com/intent/tweet?te...enteesmaravillosa.com/quierete-dejate-querer/
Descubre y destaca las cosas que te gustan de ti, viste como te guste, no como los demás esperan que se debe vestir, si tú te sientes bien, eso es lo que importa. Siempre habrá alguien más guapo o más feo que tú, pero eso qué importa, tú tienes cualidades únicas que nadie tiene, descúbrelas y poténcialas.




Inventa tu propio concepto de la belleza

El concepto de belleza, no es solamente algo subjetivo sino que también depende mucho de cada época. Por ejemplo, hace años una mujer gordita, blanca y con los labios rosas era considerada una belleza, mientras que el canon de belleza actual es radicalmente diferente.

Por lo tanto, lo mejor, es construir tu propio concepto de belleza. En este sentido Walter Riso, sostiene que la premisa más saludable es la siguiente:


“Puedes decidir tu propio concepto de lo bello. No es fácil, pero vale la pena intentarlo. Así como para vestirte bien no debes seguir dócilmente la moda y uniformarte, para gustarte a tu mismo o a ti misma no tienes que utilizar conceptos externos. No tienes por qué parecerte a nadie en especial ni hay razones teóricas y científicas que justifiquen la superioridad de una forma de belleza más que otra. Lo importante, por lo tanto, no es ser bello o bella, sino gustarse a uno mismo.”


Prémiate

Cuando nuestra pareja no se preocupa por nosotros, no nos pregunta cómo estamos, no nos llama, no se interesa por nosotros, es difícil que podamos interpretar que en esa relación hay amor.


En el mismo sentido, si no te premias a ti mismo, si no te dedicas tiempo, si no te expresas afecto, tu autoestima será nula o insuficiente. El amor propio, en principio, no es muy diferente a querer a otras personas. Quiérete.


Por lo tanto, cuida tu cuerpo y tu mente, haz cosas que te gusten y que te proporcionen placer. Sonríe y sal por ahí a compartir tu sonrisa. Si te gusta ir al cine, vete, si te gusta montar en bici, monta, si te gusta leer, compra libros y léelos. Quiérete.


Elimina las creencias represivas

Según Walter Riso, las creencias represivas que nos impiden reforzar nuestra autoestima son cuatro:


  • El culto a la habituación. Se trata del culto a una serie de conductas que se consideran las habituales y las que todos debemos tener, pero esa clase de conductas no nos permitirán innovar ni cambiar.
  • El culto a la racionalización. Nos llevará a ser como robots, simplemente acostumbrados a evaluar los sentimientos para ver si son convenientes. Hay cosas que no están hechas para pensar sino para vibrar con ellas.
  • El culto al autocontrol. Se trata de controlar todos los sentimientos y emociones. Desde luego un autocontrol equilibrado es necesario para evitar conductas destructivas, pero debemos alejarnos de la contención absoluta de sentimientos y emociones.
  • El culto a la modestia. Te llevará a no valorar tus éxitos ni tus esfuerzos. No se trata de alardear de nuestros logros, sino de reconocer nuestro potencial, sin excusas ni culpas, para poder ser realista y ver tus cualidades y saber apreciar tus esfuerzos.

“Si no eres bueno amándote a ti mismo, tendrás dificultades al amar a alguien, debido a que resentirás el tiempo y energía que das a otra persona que ni siquiera te das a ti mismo”.
-Bárbara De Angelisi-


Déjate querer

En la sociedad actual, todo va demasiado rápido, todos somos muy independientes, pero es necesario que nos paremos un momento y nos dejemos querer. Si te sientes mal deja que alguien te escuche, te cuide. Si hay algo que te preocupa, compártelo y deja que te abracen y te besen. Siente el cariño de cada gesto, de cada mirada, déjate querer.

Por Arantxa Alvaro Fariñas

 
Aceptación y cambio



No podemos cambiar nada hasta que nosotros lo aceptamos. La condena no libera, oprime. Carl Gustav Jung




Nuestra vida puede mejorar, pero el primer paso para ello es aceptar donde nos encontramos, observar el aquí y ahora. Ver lo que ahora somos, apreciarnos y mantener la esperanza de que todavía podemos ser mejores, sin olvidarnos ni despreciar todo lo que hemos ido creciendo como personas.


El cambio es casi la única constante que hay en nuestras vidas


En muchas ocasiones, cambiar no supondrá modificar algo externo, ni desarrollar comportamientos complejos, sino adoptar la decisión de aceptar plenamente la circunstancia que nos ha tocado vivir, y actuar a partir de ella, es decir, cambiar nuestra actitud hacia la situación que se nos presenta.


El primer paso para el cambio es la aceptación. Pero, ¿por qué la aceptación? Quizás porque detrás de cada cambio, existe un problema o algo que queremos dejar atrás. Pero si no lo aceptamos, raramente podremos cambiarlo. Ya que cuando nos resistimos o negamos de manera activa a nuestros pensamientos o sentimientos, éstos pueden adquirir una mayor relevancia, debido a que al ejercer un esfuerzo real por no pensar en ello o por intentar que desaparezcan, estamos potenciando que ocupen un espacio en nuestra mente que los haga reaparecer constantemente. Por eso el primer paso para cambiar es aceptar el pasado, aceptar lo que nos sucedió, aceptar el problema. La idea no es escapar del problema, al contrario, enfrentarnos de una manera más madura.




Pero sobre todo es importante que entendamos que aceptar no es resignarse, sino comprender las cosas en su plenitud, tanto con sus pros como con sus contras y seguir hacia delante. Cuando aceptamos nos enganchamos a la vida, pudiendo experimentar otras emociones y recuperando cierto control, mientras que cuando nos resignamos, lo único que hacemos es anclarnos en el pasado, limitándonos a lamentarnos o irritándonos por nuestra desdicha.


¿Cómo podemos promover y desarrollar la aceptación?


Autoconocimiento. Es importante desarrollar un profundo y sincero conocimiento sobre nosotros mismos, a partir de la reflexión y el análisis de nuestras limitaciones y capacidades personales. Siendo sinceros con nosotros mismos y no autoengañarnos.




Darse tiempo para asumir la situación de una forma positiva y realista. No apresurarse en obtener una respuesta.


-Aprender a manejar aquellas situaciones que nos producen sensaciones desagradables, es decir, aumentando nuestra tolerancia a la frustración.


-Ajustar nuestras expectativas a la realidad.


-Adoptar una actitud más paciente y tolerante, disminuyendo la autoexigencia y rigidez mental.


-Practicar el perdón.



Recordad nosotros creamos nuestras propias oportunidades.

Por Gema Sánchez Cuevas
 
Grita, canta o habla, pero vive la vida a todo volumen



Reír, llorar, saltar, voltear, retornar, decir adiós, poner puntos suspensivos, lidiar con la vida, enamorarse, disfrutar del chocolate, oler un buen perfume, equivocarse, rectificar, escribir un te amo, aliviar el corazón en llanto, escuchar nuestra canción favorita, sorprendernos, enfadarnos, pensar, suspirar…


Podríamos seguir hasta el infinito. Darle rienda suelta a nuestra imaginación y pensar en todas aquellas cosas que merecen la pena y la alegría. Sin embargo, este texto es sobre todo “un ojalá”. Un ojalá vivas todos los días de tu vida. Pero vivir de verdad, bien vividos.




Deberíamos estar todo el día con la piel de gallina. Deberíamos cantar, bailar, hablar y gritar. Pero, sin embargo, nos acabamos conviertiendo en tiestos. En autómatas de la vida. En cuerpos con cabeza de calendario que llevan enfundados en sus muñecas el reloj que va más a juego con la ropa que colorea su vida.

Basta de autoengaño, la vida es fugaz y la desperdiciamos

No te engañes porque ya no te hace falta tener lo mejor y lo más último del mercado, hacer el viaje más caro, tener un éxito rotundo o conseguir el cuerpo ideal a golpe de bisturí. Eso ya, más aún cuando llegas a cierta edad, no vale tanto como antes. Lo malo es que tardamos tiempo en darnos cuenta.


Como dijo John Lennon, “la vida es eso que pasa mientras hacemos otros planes”. Como si no hubiese un límite de tiempo, cuando en realidad el tiempo es lo más finito que hay y que siempre llegará a su fin.


Somos los seres de las dudas constantes. Nos levantamos cada día como si tuviésemos la eternidad para comprender en qué consiste realizarnos y dar un paso más allá de nuestras metas.


Se nos olvida que la fugacidad de la arena al pasar al otro lado del reloj es nuestra opción de pasarnos al otro bando y seguir escalando la montaña. También se nos olvida que de momento es la única vida que tenemos la certeza de poder compartir.

Lo que aprendemos con el tiempo

Pero comenzar a construir ese trayecto es cuestión, muchas veces, de tiempo y de amor propio (aunque sea por necesidad). Hay un texto, atribuido a Jorge L. Borges, que nos habla precisamente de esto, de la necesidad de hacernos conscientes de que el paso del tiempo es, muchas veces, lo que nos aporta mayor consciencia a nuestra vida. ¡¡Disfrutadlo!!


Con el tiempo aprendí la sutil diferencia que hay entre tomar la mano de alguien y encadenar un alma. Con el tiempo aprendí que el amor no significa apoyarse en alguien y que la compañía no significa seguridad.


Con el tiempo…empecé a entender que los besos no son contratos, ni los regalos promesas. Con el tiempo aprendí que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado.


Con el tiempo…te das cuenta de que casarse solo porque “ya urge” es una clara advertencia de que tu matrimonio será un fracaso.

Con el tiempo comprendí que solo quien es capaz de amarte con tus defectos, sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad que deseas. Con el tiempo te das cuenta de que si estas al lado de esa persona solo por acompañar tu soledad, irremediablemente acabarás no deseando volver a verla.


Con el tiempo te das cuenta de que los amigos verdaderos valen mucho más que cualquier cantidad de dinero. Con el tiempo entendí que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de la mano, y que el que no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado solo de amistades falsas.


Con el tiempo aprendí que las palabras dichas en un momento de ira pueden seguir lastimando a quien heriste, durante toda la vida. Con el tiempo aprendí que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es solo de almas grandes…


Con el tiempo comprendí que si has herido a un amigo duramente, muy probablemente la amistad jamás volverá a ser igual. Con el tiempo te das cuenta que aunque seas feliz con tus amigos, algún día llorarás por aquellos que dejaste ir.

Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona, es irrepetible. Con el tiempo te das cuenta de que el que humilla o desprecia a un ser humano tarde o temprano sufrirá las mismas humillaciones o desprecios multiplicados al cuadrado.

Con el tiempo aprendía construir todos tus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana, es demasiado incierto para hacer planes. Con el tiempo comprendí que apresurar las cosas o forzarlas a que pasen ocasionará que al final no sean como esperabas.

Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante. Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añoraras terriblemente a los que ayer estaban contigo y ahora se han marchado.

Con el tiempo aprendí que intentar perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo…. ante una tumba…, ya no tiene ningún sentido…
Pero desafortunadamente…esto solo lo entendemos con el tiempo.

Postergamos nuestra vida a un tiempo mejor en el que tengamos más horas en el día o hayamos conseguido cumplir nuestros objetivos. Y, con esto, nos olvidamos de que nuestro reloj no conoce el mundo más allá de las 24 horas que sabe marcar y que la opción de pelearnos con nuestros sueños es la que nos otorga el día de hoy.

Se nos ha olvidado que vivir es comprender que el tiempo pasa sin rodeos y que nos da la opción deapreciar las pequeñas cosas que nos ofrece amarnos de verdad. Precisamente vivir consiste en esto, en saber reconocer y apreciar los caminos que nos dan pistas para comprender que nuestra media naranja está dentro de nosotros y que no tiene mucho sentido buscar fuera lo más importante que nos brinda la vida.

Por Raquel Aldana

 
La religión es un enigma que nuestra mente explica


La religión surgió como una necesidad ancestral, o al menos eso se cree, y se ha mantenido hasta la actualidad sin ningún indicio de que vaya a desaparecer. Si miramos a la historia, nos daremos cuenta de que la religión -si es que se puede hablar de esta de una forma unificadora- ha experimentado muchas variaciones. Así, por ejemplo, hemos asistido al nacimiento de las religiones monoteístas, en las que se adora a un único Dios.


Estos dioses también han cambiado a lo largo de los siglos y han adoptado distintos nombres y formas. Existen dioses de los cuales no se pueden hacer representaciones, así como otros a los que se atribuyen formas fantásticas, en ocasiones, relacionadas con los animales.




“Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas”
-Miguel del Cervantes-

La religión también ha llegado a institucionalizarse y en su nombre se han creado instituciones sociales con el propósito de prestar o mejorar servicios, como la educación y salud. La parte negativa es que también se han sucedido grandes guerras bajo su nombre y se han cometido gran cantidad de crímenes e injusticias en base a dictámenes de fe, mal interpretados en muchas ocasiones.


Explicaciones de la religión

Muchas son las explicaciones que se han esgrimido para intentar explicar el nacimiento y la vida de la religión a través de los siglos. Una de las más defendidas es la que ya expusimos al principio -la religión cumple la función de dar respuestas a aquellas cuestiones que no hemos podido responder de otro modo-, pero esta no es la única explicación que se ha dado a la religión.

A continuación, exponemos algunos de estos intentos por explicar el nacimiento y la subsistencia de la religión:




  • La religión surgió como causa del consumo de drogas. Las personas que consumían sustancias alucinógenas tenían visiones anormales que acababan por interpretar como mensajes del más allá. Algunos chamanes y brujos tomaban drogas pera estar más cerca de los dioses o para comunicarse con ellos a la hora de tomar decisiones. También se considera que el consumo de estas drogas no era intencionado en algunas ocasiones, por lo cual resultan plausibles las interpretaciones que introducen seres divinos.
  • Otra explicación considera que la religión aparece para dar explicación de los fenómenos de los cuales se carecía de una interpretación lógica. Algunos fenómenos, de los cuales nos era tan fácil encontrar una explicación convincente como la lluvia o los truenos, eran interpretables desde un racionamiento lógico y la motivación por explicar su causa llevó a la gente a crear dioses. Así, los dioses eran los que provocaban esos fenómenos para los que se carecía de explicación racional.
  • El surgimiento de la religión también aparece como una forma de idolatría. Algunas personas llegaron a ser idolatradas por sus actos y palabras. Esta adoración llevó a que se crearan religiones entorno a estas figuras.
  • La última explicación aquí recogida nos viene a decir que la religión aparece como una adaptación cognitiva. Por cognición se entienden las funciones, procesos y estados mentales, con un enfoque particular en procesos tales como comprensión, inferencia, toma de decisiones, planificación y aprendizaje. Esta perspectiva es una de las más aceptadas dentro de la biología y de la psicología.
In gods we trust

Según el libro de Scott Atran, “In gods we trust”, la religión trata de trasladar genes con predisposición hacia ciertos comportamientos, hacia la selección grupal y hacia la mimética o imitación. Desde esta perspectiva, la religión no es una doctrina o una institución, ni siquiera una fe. Según esta visión, la religión sobreviene de las labores ordinarias de la mente humana cuando ésta lidia con inquietudes vitales como son el nacimiento, la vejez, la muerte, los imprevistos y el amor.


Para entender esta perspectiva hay que comprender que la religión es costosa y sus doctrinas, en muchas ocasiones, contradicen a la intuición. Por ejemplo, el significado que se da a los sacrificios que proponen algunas religiones. El seguir una religión u otra representa un gran coste y en ciertas épocas podía costar incluso la vida. La comparación entre las características positivas que la religión aporta y las negativas puede dar un balance negativo, lo cual nos indica que la religión no se selecciona simplemente por sus beneficios.


“El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir”
-Albert Einstein-

En su lugar, se entiende que la religión es una consecuencia no adaptativa de las características adaptativas de la cognición humana. Esto es, la religión es una adaptación a nivel cognitivo que, por sí sola, no es adaptativa si miramos a los costes y beneficios que reporta. La religión, al igual que otros fenómenos culturales, es el resultado de una confluencia entre medios cognitivos, conductuales, físicos y de limitaciones ecológicas que residen en la mente.


Facultades psicológicas que crean la religión

Como se ha dicho, la religión es desarrollada por ciertas facultades psicológicas que sirven para adaptarnos a las condiciones de vida. Algunas de estas facultades son:


  • Programas afectivos primarios y secundarios: las emociones que sentimos y cómo las interpretamos tienen consecuencias de cara a las interacciones entre personas. Las creencias en una religión hacen que tengamos una respuestas afectivas con nuestro grupo diferentes a las que tenemos con otros grupos, siendo más afectivas hacia los miembros del propio grupo. Esta forma de expresar las emociones era evolutiva en la medida que beneficia al grupo de pertenencia.
  • Inteligencia social: la vida en grupo dio lugar a diferentes interpretaciones que servían para la protección del grupo. El seleccionar un dios u otro está determinado por la pertenencia a un grupo y esta elección, a la vez, crea las diferencias con los otros grupos. La diferencia en esta elección a su vez sirve para regular y legitimar las relaciones que se establecen con aquellos grupos que han elegido un dios diferente, lo cual beneficia al propio grupo.
  • Módulos cognitivos: estos son esquemas mentales que regulan la interpretación de las acciones y los rituales que se realizan. Estos módulos se justifican y entienden desde la religión. Los rituales que se realizan dentro de nuestra religión son comprensibles y aceptados mientras los que realizan otras religiones vienen a parecernos extraños e incomprensibles. Mediante estos esquemas, los rituales y acciones del propio grupo se perpetúan.

En resumen, los humanos contamos con una tendencia para detectar la agencia, o la causa de una acción, allí donde no está presente. Por ejemplo, la creencia en lo sobrenatural puede ser explicada, en gran medida, por la misma adaptación cognitiva que causó que nuestros antepasados interpretaran el sonido de una brisa moviendo un arbusto como la presencia de un tigre dientes de sable.


Esta interpretación era útil en la medida que beneficiaba la supervivencia. Así, los agentes sobrenaturales vendrían a ser un subproducto evolutivo provocado por el esquema de detección de depredadores.


Desde esta interpretación, la religión sería el instrumento que nuestra mente usa para dar interpretaciones plausibles de aquellos eventos que nos son inciertos. A su vez, la mente reproduciría estos mecanismos o esquemas a través de la evolución para cerciorar la pertenencia a un grupo al igual que su supervivencia.

Por Roberto Muelas Lobato
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5 ejercicios de arteterapia para niños



Los niños son grandes exploradores. Día a día expresan su motivación por conocer y descubrir cosas nuevas. Son seres que se maravillan con todo lo que les rodea y hacen de su vida un mundo mágico en el que reinan los descubrimientos.


La curiosidad que los niños albergan da forma al potencial de su creatividad. Tienen una gran capacidad para generar nuevas ideas, que podemos ver reflejada en sus juegos y sus preguntas. Y cuentan con la imaginación como tesoro, un recurso importante que les ayuda a disfrutar de la mejor manera.




Ahora bien, la creatividad de los niños se puede explorar de diversas formas, una de ellas es el arte. A través de los procesos creativos los niños pueden aprender, explorar, estimular diversas sensaciones y percepciones, motivarse, aprender recursos para afrontar situaciones difíciles, mejorar la atención, la motricidad y su habilidad visoespacial, entre otros muchos.


Incluso muchas veces pensamos que los niños no tienen problemas, pero esto no es así. Claro que los tienen, al igual que los miedos y las preocupaciones, la diferencia es que los muestran de otra manera. Los ejercicios de arteterapia son una excelente opción tanto para ayudarles a encontrar un camino de expresión como para solucionarlos.


A continuación te explicamos 5 interesantes ejercicios de arteterapia para niños que fortalecen su mundo creativo y además, facilitan la expresión de aquello que más les preocupa.


“La imaginación es el lápiz con que el niño pinta sus mejores aventuras”.
-Anónimo-

La magia de los mandalas

Los mandalas son círculos sagrados que provienen de culturas orientales y que se han comenzado a expandir por todo el mundo en la actualidad. Existen diferentes formas de utilizarlos con los niños. Algunas de ellas son las siguientes:


  • Colorear mandalas. Los niños pueden decorar o pintar mandalas que ya estén diseñados. De esta forma, favoreceremos que entren en un estado de calma y relajación.
  • Crear y decorar mandalas. Cuando tienen la capacidad de realizar dibujos más precisos, pueden crear sus propios mandalas y luego decorarlos. Además de relajarse, despertarán su creatividad.
  • Mandalas y atención plena. El terapeuta invita a los niños a prestar mucho atención al proceso creativo. Para ello, utiliza elementos que favorezcan esta situación como por ejemplo la música.

La magia de los mandalas consiste en facilitar que el niño conecte consigo mismo, con sus pensamientos y emociones más profundas. A través de ellos los niños pueden expresar cómo se sienten e incrementar sus habilidades creatividas y visomotoras. Además, el arteterapeuta puede analizar los pensamientos y sentimientos del niño a través de lo que proyecta en ellos.


Colorear mandalas es un ejercicio de arteterapia para niños que favorece la relajación y la calma.

Arteterapia para niños con arte plástico

Los ejercicios de arte plástico son maravillosos. A través de elementos como las fotografías o un dibujo los niños crean su obra de arte y exploran durante el proceso diversas sensaciones y percepciones. Las ideas son múltiples, aquí te mostramos algunas:


  • Fotografía. Aquí el niño se conoce mediante imágenes suyas y de su mundo. Posteriormente, realiza una reflexión sobre la elección de sus fotografías y de la relación con sus conflictos.
  • Pintura. A través de ella, el niño es capaz de mostrar parte de su mundo interno. Además, la pintura se puede utilizar también con los más pequeños para estimular los sentidos. Por ejemplo, se puede pintar con las manos.
  • Recortes. A través de la creación de un collage los niños pueden estimular su mente para poner en él lo que sienten y piensan.
  • Escultura. Se trata de crear cosas mediante arcilla o algún material moldeable, incluso su propio cuerpo también puede utilizarse para expresar pensamientos, situaciones y determinados sentimientos.

Todos estos ejercicios favorecen la liberación de problemas y cambios de perspectivas. Incluso el terapeuta puede sugerir a los niños volver a realizar la obra como representación del cambio. De esta forma, los problemas tomarán otra forma y pueden buscarse nuevos caminos.


“Pintar como los pintores del renacimiento me llevó unos años, pintar como los niños me llevó toda la vida”.
-Pablo Picasso-

El mundo de la escritura

Para realizar arteterapia con niños a través de la escritura hay que tener en cuenta la edad a la hora de elegir las actividades.


Un ejercicio posible sería realizar una descripción de ellos mismos. Una vez terminada, se hace un análisis junto a ellos sobre el por qué de cada aspecto, así como de aquello que les gustaría mejorar y que no.




Otra ejercicio de arteterapia para niños es escribir historias. Se trata de que los niños creen una historia, poniendo atención a cada personaje, lugar en el que se desarrolla, y escena. Además, luego se reflexiona en conjunto para comprender la historia, pidiéndo al niño que asocie los personajes con las personas que conoce, siguiendo el mismo proceso con los lugares y las actividades de la historia. Esto aportará mucha información sobre qué le sucede al niño y cómo podemos orientarlo a su resolución.


Como vemos, la escritura favorece la atención, potencia la creatividad y permite que los niños se liberen de los problemas, guiados por el terapeuta.


“La escritura es la pintura de la voz”.
-Voltaire-

Arteterapia para niños a través del movimiento

A través del movimiento los niños pueden conseguir una integración de sus aspectos emocionales, cognitivos y físicos. Además, les permite una mejor orientación espacial, fortalecer la creatividad, liberar endorfinas y expresar sus emociones e ideas.


  • Teatro. Los niños pueden mostrar aquello que les sucede a través de la representación, incluso se les puede pedir luego que representen una forma de solucionarlo.
  • Bailar. El baile tiene un increíble poder terapéutico porque ayuda a que los niños canalicen sus emociones, conecten consigo mismos y a que se hagan conscientes de su cuerpo y de su lugar en el espacio.

El poder de la música

La música es un elemento que es capaz de conectar con las emociones más profundas. Por ello, se puede utilizar de muchas formas para llevar a cabo diferentes ejercicios arteterapéuticos para niños. Algunas de ellos son los siguientes:


  • Música y reflexión. En este ejercicio el niño explora lo más profundo de sí en un espacio reflexivo favorecido por la música. Después se hace un análisis de lo sucedido para que el niño integre sus experiencias a nivel físico, emocional y cognitivo.
  • Composiciones. Este ejercicio se trata de dejar que los niños utilicen todo su ingenio para componer una canción en la que se refleje lo que piensen y sienten, para luego cantarla o comentarla. En una parte de la sesión se puede analizar lo sucedido para propiciar el aprendizaje del pequeño e incluso se puede remoldear la canción como símbolo de resolución de los conflictos.
  • Canto. A través del canto los niños pueden expresar lo que sienten de una forma muy divertida. Por ejemplo, pueden escoger las canciones con las que más se sientan identificados y explorar lo que sucede en la sesión de canto a través del trabajo con el terapeuta y con el grupo.
  • Instrumentos. En este caso los niños exploran los instrumentos y componen, expresando a través de la música lo que les sucede.

La música favorece la resolución de problemas emocionales, fortalece la creatividad y fomenta la socialización. Además, potencia la atención, la memoria, y ayuda a estructurar el lenguaje. Es una herramienta terapéutica inigualable.


“La música da al alma al universo, alas a la mente, vuelos a la imaginación, consuelo a la tristeza, y vida y alegría a todas las cosas”.
-Platón-

Beneficios de arteterapia para niños

Como vemos, la arteterapia para niños proporciona numerosos beneficios. Algunos de ellos son los siguientes:


  • Potencia la creatividad.
  • Permite la expresión de pensamientos y sentimientos.
  • Fomenta la integración de aspectos psicológicos, físicos y sociales.
  • Potencia funciones ejecutivas como la atención, la memoria, la orientación espacial.
  • Mejora el lenguaje.
  • Fomenta el autoconocimiento.
  • Ayuda a trabajar en grupo.
  • Genera seguridad y sentimientos de sentirse escuchado.
  • Fomenta la exploración.
  • Aumenta la confianza en uno mismo
  • Propicia la comunicación.
  • Favorece la toma de decisiones.
  • Ayuda a afrontar problemas.
  • Mejora la motricidad.

La arteterapia es una manera de fomentar el bienestar en los niños. Un método inigualable que les permite aprender cómo expresar, resolver y afrontar los problemas de una forma divertida.


“Cuando un niño te enseña una hoja llena de garabatos, te está mostrando una parte de su mundo, de él mismo”.
-Evi Crotti-

Por María Alejandra Castro
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4 caminos para superar un trauma a través del arte


Al pasar por una situación compleja y dolorosa, podríamos llegar a pensar que no hay un camino para salir. A todos nos ha pasado. A veces nos ensimismamos, y dejamos de ver el resto de cosas que hay a nuestro alrededor, pues hay situaciones traumáticas que nos dejan sin aliento, sin saber qué hacer, quedando paralizados mientras pensamos una y otra vez en ellas.


Un trauma es una herida emocional, que afecta nuestro bienestar, y lo cierto es que todos podemos llegar a vivirlo. Para no encerrarnos en el dolor que nos puede generar una experiencia traumática, podemos encontrar diferentes salidas; es decir, estrategias que hagan que nos sintamos mejor o que ayuden a transformar ese trauma, y una de ellas es el arte.




A través del arte podemos restaurar o trasformar ese dolor que sentimos. Consiste en remodelar esa situación traumática que tanto nos agobia a través de la creatividad. Así, el sufrimiento comenzaría a transformarse en aprendizaje, mientras poco a poco vamos trasformando la herida emocional. Así, veamos cómo superar un trauma a través del arte mediante los siguientes cuatro caminos.


“La función del arte en la sociedad es edificar, reconstruimos cuando estamos en peligro de derrumbe”.
-Sigmund Freud-

Conéctate con lo más profundo de ti para superar un trauma a través del arte

Para superar un trauma a través el arte es importante conectarnos con lo más profundo de nosotros, para identificar qué sentimiento nos genera esta situación y poderla transformar. Se trata de pensar en nosotros e intentar localizar qué emociones podemos asociar a nuestra herida emocional.

La conexión profunda te ayudará a encontrar cómo realizar tu obra. Si no puedes conectarte al instante, no te preocupes, esto requiere de tiempo y práctica. Será más fácil si estás en un lugar que te guste, con un ambiente agradable. Por ejemplo, un lugar donde puedas estar solo, escuchando la música que te apetezca: un parque, tu casa, una playa… las opciones son infinitas.




Una vez identifiques aquello que sientes, comienza a plasmarlo como más te guste. Puedes hacerlo, componiendo una canción, escribiendo, pintando, bailando, cantando o haciendo una escultura. ¡Tú eres el creador de tu obra! Piensa en tus sentimientos e ideas más profundos asociados a esa herida emocional y comienza a darles forma, mientras se deforman.


Para superar un trauma a través del arte: sé tú

A la hora de realizar tu obra, es importante que seas tú, no pienses en lo que los demás piensan o quieren. Piensa en ti, en cómo eres y en el valor que tienes, tú eres único. Por ello, tu más que nadie sabe que fortalezas y debilidades tienes, reconocerlas ayudará a que sea más fácil expresarlas en tu obra.


No rechaces las ideas que se te vengan a la cabeza, ponlas en tu obra. Busca tus propias fortalezas, se tolerante con tu pasado, piensa en lo que puedes aprender de las situaciones dolorosas y cómo puedes transformarlas con creatividad.


Evita juzgarte, date la oportunidad de ser quién eres realmente con tus valores y con tus imperfecciones. Tu obra es el lugar en donde podrás poner todas las ideas que lleguen a tu cabeza, no importa si son dolorosas o no, permítete sacar todo ese dolor que llevas dentro y ponerlo en tu obra de arte. Así, como la obra es tuya, podrás poner todo lo que te apetezca.




Darte permiso mostrarte como eres, es la mejor forma de aumentar la creatividad. Para superar un trauma a través del arte, transforma con tu propio cuerpo y los materiales que consideres, esa herida emocional en algo enriquecedor.


¿Cómo facilitar el proceso creativo, para superar un trauma a través el arte?

Para que te sea más fácil superar un trauma a través del arte, te proponemos las siguientes estrategias:


  • Realiza una lluvia de ideas con lo que se te venga la cabeza.
  • Escúchate.
  • Acepta con amor todos los pensamientos y emociones que lleguen.
  • No te juzgues.
  • Piensa en qué podrías aprender de la situación dolorosa.
  • Piensa en una forma de transformar la herida emocional y muéstrala en tu obra.
  • Escoge un lugar en el que te sientas a gusto.
  • Escoge los materiales que vas a emplear.
  • Pon la música que más te guste.

Todo esto ayudará a que realices tu obra: estando en sintonía contigo, con el lugar, con la situación que te aqueja, y con el aprendizaje y transformación que puedes sacar de ella, se hará más claro lo que quieres poner en tu obra.

Para superar un trauma a través del arte, aprende de las visiones del arte y la psicología

Boris Cyrulnik, psicoanalista y neurólogo de la Universidad de Var, en Francia, propone que el arte facilita la expresión de aquello a lo que es muy difícil ponerle palabras, un modo de liberación, control emocional y de que la persona sea escuchada. Así, pretende “vencer el trauma por el arte”.


Ahora bien, el arte y la psicología han estudiado la importancia del arte para superar las vivencias traumáticas. Aquí te mostramos algunas visiones:


  • Arteterapia. La psicología, el arte y la educación se han unido para establecer una disciplina que pretende el bienestar emocional, utilizando el arte como vía terapéutica, a la que han llamado arteterapia.
  • Psicoanálisis. Mediante el arte expresamos aspectos inconscientes, como, por ejemplo, los de una situación traumática. El arte sería un medio de expresión, de catarsis, es decir, de liberación.
  • Gestalt. Propone que el hombre puede recrear la realidad, a partir de los estímulos a los que está expuesto. Así, a partir de la percepción se pueden transformar situaciones negativas, el arte es un camino.
  • Psicoeducación. La psicoeducación propone que es posible transformar experiencias, a través del aprendizaje y la remodelación de esas vivencias, un elemento facilitador es el arte.
  • Talleres de arte. El arte es una forma de expresar las emociones. Además, según el historiador de Arte, Ernst Gombrich es una forma de percepción y realidad. Así, a través del proceso creativo se pueden plasmar diferentes situaciones.
  • Psicología Integral. Promueve potenciar la creatividad del ser humano, a través del desarrollo de la conciencia.

A través del arte podemos expresar las ideas y sentimientos asociadas al trauma que tenemos. Entonces, el arte es un vehículo para poder comunicar y transformar lo que nos angustia. Un método maravilloso de hacer de nuestro trauma una metamorfosis.


Definitivamente, el arte es una de las formas para superar un trauma, conéctate con lo más profundo de ti y comienza a moldear y remodelar esa situación dolorosa, escogiendo el material y el tipo de arte que más te guste, y ¡manos a la obra! Transforma tu herida emocional mediante el arte.


“Todo hombre herido se ve forzado a la metamorfosis”.
-Boris Cyrulnik-

Por María Alejandra Castro
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El cerebro empático: el poder de la conexión humana



El cerebro empático configura en el ser humano un despertar hacia las emociones y necesidades ajenas. Es el resultado evolutivo de nuestra socialización, un vínculo orientado a conectar entre nosotros para convivir con mayor armonía, resolver conflictos y garantizar nuestra supervivencia. La empatía es (o debería ser) esa competencia con la que garantizar nuestro bienestar.


Decimos “debería” por una razón muy concreta. La mayoría sabemos que la empatía no siempre garantiza la acción humanitaria. Las personas somos capaces de intuir y leer las emociones de quienes tenemos delante y eso, sin duda, es maravilloso. Percibimos a quién sufre, notamos el miedo, leemos la angustia en otros rostros… Sin embargo, tras ponernos en los zapatos de los demás no siempre damos el paso hacia una conducta prosocial, no siempre facilitamos ayuda.




“Si no tienes empatía y relaciones personales efectivas, no importa lo inteligente que seas, no vas a llegar muy lejos”.
-Daniel Goleman-

Así, tal y como nos explican neurólogos tan conocidos como Christian Keysers, del Instituto de neurología de los Países Bajos, aún sabemos muy poco sobre eso que se ha etiquetado como cerebro empático. El descubrimiento de las células espejo a finales de los años 90 por parte de Giacomo Rizzolatti nos hizo creer por un momento que el ser humano había llegado a ese eslabón evolutivo que muchos quisieron bautizar como homo empathicus.


Sin embargo, nuestro comportamiento sigue siendo bastante individualista. La empatía nos induce a conectar entre nosotros, a sentir como propias las emociones ajenas. Nos ofrece un poder extraordinario, lo sabemos… y a pesar de ello, no lo utilizamos con total efectividad. Tal y como nos recuerdan algunos científicos, nos falta un compromiso auténtico con la empatía, porque no basta solo con sentirla, hay que instrumentalizarla. Veámoslo a continuación.

El cerebro empático y su finalidad
Ya lo dijo Ortega y Gasset: sin el otro, sin esa otra persona que no soy yo, el ser humano no podría entenderse, como tampoco entenderíamos el concepto de sociedad
. El hombre, decía, aparece en la sociabilidad como el Otro, alternando con el Uno y, a su vez, con el reciprocante. Esto que por sí mismo parece un juego de palabras configura una realidad que va más allá de lo filosófico, para llegar sin duda a lo psicológico y lo neurológico.

Las neuronas espejo, tal y como nos revela el doctor Keysers, antes citado, fueron las que conformaron nuestra idea de civilización. Y lo hicieron al tomar consciencia del otro, a ese a quien observo, a ese a quien imito y a su vez en quien me veo reflejado. El cerebro empático nos permite no solo entender el punto de vista de quien está frente a nosotros. Nos ayuda también anticipar intenciones o necesidades porque, de algún modo, nos vemos reflejados en los demás, porque para nuestro cerebro, “los otros” son también extensiones de nosotros mismos.

Si nos preguntamos ahora cuál es la finalidad real de la empatía cabe decir que no existe una única respuesta. Sabemos que ninguna capacidad nos conecta tanto los unos con los otros de forma tan fabulosa. Sin embargo, neurólogos de la conducta tan conocidos Vilayanur Ramachandran nos señalan que el fin del cerebro empático no siempre es generar el bien ajeno, no siempre buscamos ayudar o propiciar una acción humanitaria.


Porque empatía no es sinónimo de simpatía, y menudo, como es propio en todo escenario social, tenemos otro tipo de intereses…

El hecho de poder introducirnos en perspectivas ajenas, de ver el mundo con los ojos de otras personas, es a su vez un arma de poder. Nos permite construir modelos mentales muy complejos con los cuales saber, por ejemplo, si ese individuo que tengo ante mí tiene malas intenciones. Aún más, podemos incluso anticipar reacciones o utilizar debilidades a nuestro favor para manipular personas, para darles vuelo a sus emociones en beneficio propio.

Pongamos la empatía a nuestro favor para avanzar como especie
El doctor Ramachandran nos recuerda que las neuronas espejo supusieron un salto genético fabuloso en nuestra especie.
Así, y a pesar de que también muchos animales tienen capacidades empáticas, en nosotros estas células especializadas supusieron un avance sensacional y propiciaron la aparición de la cultura, la sociedad y la civilización.

Nuestra conciencia se amplió, nuestro pensamiento se volvió más abstracto y la forma de relacionarnos se tornó más sofisticada. A instantes cruel y violenta, lo sabemos, pero también más humana, orientada a favorecer un mayor bienestar, un orden, un equilibrio. El cerebro empático es pues la esencia de nuestras relaciones sociales y también de nuestro aprendizaje, ese que poco a poco nos permitirá avanzar en la dirección adecuada.

A
hora bien, tal y como hemos señalado, la empatía no siempre va seguida de un acto prosocial. Cada persona muestra diferentes niveles de empatía, las neuronas espejo no funcionan de igual modo en todos los seres humanos y ello afecta a la interacción social, a nuestra capacidad para resolver problemas, a nuestra convivencia… Hay científicos que apuntan al hecho de que las neuronas espejo tiene un componente evolutivo y que por tanto, su poder puede ir avanzando generación tras generación…

Quién sabe si llegaremos a ese día en que ese poder de conexión nos facilite por fin una realidad con mayor armonía, equilibrio y respeto entre todos nosotros.

Por Valeria Sabater

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El ego distorsiona la realidad



Una persona con problemas de ego suele ser desagradable, egoísta, maliciosa, destructiva, tiende a juzgar negativamente a los demás. El ego necesita continuamente dar buena imagen ante la sociedad, carece de humildad.


Es como una ilusión, una fantasía que pretende situarse por encima de los demás. Cuando nos encontramos dominados por nuestro ego, la opinión que se tiene de uno mismo está distorsionada, el verdadero “yo” se aleja y conocerse a uno mismo se complica.




Las personas que viven dominadas por el ego están engañadas, se creen superiores y no ven la realidad. Es un error de pensamiento que intenta hacer una presentación de cómo a usted le gustaría ser, en vez de como es en realidad.


El ego es una máscara social, un papel que nos aleja cada vez más de lo que somos de verdad. Esta máscara necesita halagos, aprobación de los demás, necesita tener el control de las situaciones y personas, quiere tener el poder porque en lo más profundo de su ser hay temor.


El ego necesita creerse superior para disimular su verdadero sentimiento de inferioridad
https://twitter.com/intent/tweet?te...osa&url=https://lamenteesmaravillosa.com/ego/
Es como un personaje que se va creando. El ego se aleja de la sencillez y se caracteriza por la complicación, es como una actuación del ideal, una falsa autoestima que se necesita proyectar para que nadie vea la gran inseguridad que se esconde en el interior.




¿Qué pasa si te dejas dominar por el ego?

Que no arriesgarás mucho por miedo a fracasar, te quedarás en una zona cómoda y rutinaria donde alimentas tu falso “yo” con halagos y aceptación. El terreno conocido será tu hábito de vida, un sitio donde te aceptan.


No querrás arriesgar en lo desconocido por miedo de recibir rechazos o críticas. Una persona que tiene una autoestima verdadera no tiene miedo a explorar lo desconocido porque las desaprobaciones de los demás las acepta y no le molestan. Aprovecha para aprender de lo que sale mal, sin dañar su valía personal.


¿Qué pasa si el ego no es alimentado?

Cuando el ego no es alimentado por el exterior, la persona se siente mal, las emociones pueden experimentar todo tipo de sensaciones negativas, como la timidez, rabia, pena, miedo, etc…




Ahí veremos que se trata de una falsa seguridad disfrazada. Cuando la persona recibe críticas, no es aceptada y no se le reconoce es cuando la máscara se cae y nos podemos dar cuenta de que en realidad no somos quiénes nos pensamos.


Según el ego, tu identidad depende de lo que los demás piensen de ti, por eso es tan importante no dejar que domine tu vida, porque sino serás como una hoja que se mueve al son del viento en base a lo que recibas de la sociedad.


¿Cómo dominar al ego y dejar que salga nuestra esencia verdadera?

El ego se desarrolla en forma de protección, normalmente nos dejamos dominar por él porque así nos sentimos más seguros ante los ataques. La voz del ego, nos confunde y nos aleja de nuestro verdadero ser, impide que puedas sentir desde el corazón, desde la sencillez de tus emociones.

Es importante que seas capaz de ver que todas las necesidades de aceptación exterior no son más que ilusiones, fantasías que tu ego te ha creado. No necesitas nada de eso para ser feliz, lo único que necesitas es que te sumerjas en la sencillez y humildad.


No pretendas ser más, ni creas que eres menos, porque al final todos somos iguales. Nuestra esencia interior no es tan complicada, trata de eliminar de tu vida las culpas, las exigencias, el perfeccionismo, la necesidad de ganar o de tener razón, la avaricia…


Opta por el disfrute de las pequeñas cosas, aprecia la belleza de la vida, obséquiate con satisfacciones personales (diversión practicando hobbies, cuidado personal, amor por uno mismo, compra de pequeños caprichos, etc.).


Al final, nos vamos dando cuenta de que el ser humano no es tan complicado, si dejamos de lado los pensamientos, somos seres simples que solo desean disfrutar de la existencia en buena compañía. Deja que fluya el amor, acéptate tal cual eres y diviértete a menudo.


Escucha esa esencia interior desde el relax, todos llevamos dentro a una gran persona que merece mucho la pena, no dejes que el ego te nuble y saque lo peor de ti.

Por Cristina Pérez
 

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