ARTICULOS QUE NOS PUEDEN INTERESAR

El odio mudo​

Los menores de 16, por ejemplo los niños, las niñas y «les niñes» de ocho años tendrán, siempre que lo consientan, la posibilidad de ser tocados, sobados o poseídos por un adulto. A eso, en mi pueblo, se le llama degeneración, y mi pueblo es bastante grande, y se llama Madrid
23/09/2022Actualizada 01:30
2961F65FBF3061ED35723661ED32D5.jpg

Diga lo que diga, ora una estupidez, ora una repugnante barbaridad, la expresión de Irene Montero y sus gestos homilíacos son la síntesis del odio. No por lo que dice, sino por la manera de decirlo. Enmudezcan sus grabaciones y observen detenidamente sus gestos. Es una furiosa que odia. Para mí, que también se odia a sí misma, sabedora de sus insoportables carencias y del camino que ha tenido que seguir para ser ministra. Un camino durísimo y montañoso, a pesar de su aparente terreno plano y horizontal. Ahora, desde su condición de gobernante, defiende e impulsa la pederastia, con ahínco, con convicción demencial, con la antiestética analfabeta de la que siempre hace gala en sus intervenciones.
En otro Gobierno de otro país, Irene Montero ya habría sido fulminantemente expulsada del Gobierno, y sus palabras se hallarían en manos de la Fiscalía. Pero lo más temible de esta ministra, compensada con su cargo por sus atroces y desmesurados pasos previos, es la mirada añadida a la gestualidad del odio. Ni su voz ni el contenido –por llamarlo de alguna manera–, de lo que dice carecen de importancia. Su oquedad intelectual no puede ser castigada con la crítica, porque la pobre mujer no da de sí en el ámbito de las ideas. No está en posesión de la gramática, ni de la semántica ni de la semiología ni del ínfimo grado de la ciencia de las palabras. Sus intervenciones se sostienen por el desaliño, el disparate y el desvanecimiento del mensaje, por brutal que sea el último.
La ministra de la complicada senda para llegar a ministra nos ha sorprendido con su defensa a ultranza del derecho de los niños a mantener relaciones sexuales con adultos. De los niños, las niñas y «les niñes», como a ella le gusta eructar el idioma. Y ninguna de sus asesoras le ha advertido con anterioridad a la emisión de sus eructos, de la conveniencia de consultar el Código Penal. Porque la ministra del odio invencible, y lo escribo con misericordia porque lo tiene que pasar muy mal con tanto desamor y tanta hiel imperantes en su macedonia de resentimiento, lo que ahora promueve –y ahí termina la misericordia– es la generalización de un delito asqueroso que está penado, para los adultos que mantengan con menores de 16 años relaciones sexuales, con ocho años de prisión, que escrito sea de paso, me parecen pocos años de condena. Pero el escándalo se produce del mismo modo oyendo lo que dice, o analizando su mirada mientras lo dice, con el audio apagado, con el odio mudo. Su vertedero intelectual infectado se sobredimensiona con el gesto, la ira virulenta de su boca y la gélida simplicidad de su mirada. Lo que diga o deje de decir es otra cosa, porque se trata de una charlatana, una lenguaraz y una garrula más cercana a la cotorra que a la chicharra. Lo que Eugenio Montes, finísimo escritor, llamaba parlaembalde y fodolí.
Esta mujer tiene que ser expulsada del Gobierno. Será interesante analizar las interpretaciones de socialistas y podemitas de sus palabras. Los menores de 16, por ejemplo los niños, las niñas y «les niñes» de ocho años tendrán, siempre que lo consientan, la posibilidad de ser tocados, sobados o poseídos por un adulto. A eso, en mi pueblo, se le llama degeneración, y mi pueblo es bastante grande, y se llama Madrid.
Retomo la misericordia. Y no hay ni una mala esquina ni un aprovechamiento perverso de la situación. Pienso en sus hijos y tiemblo.
Y también tendría que temblar su padre, que es el responsable de haberla colocado ahí.
PD: con estupor he seguido el informativo de Antena 3 presentado por Sandra Golpe. Ni una palabra del asunto en cuestión. No es noticia que una ministra del Gobierno defienda la pederastia. Consigno mi estupor y mi asombro.

Más de Alfonso Ussía​


 

El Consejo Fiscal​

¿Para qué narices votan los fiscales si sus votos valen menos que una mascarilla usada por Pablo Echenique?
24/09/2022Actualizada 01:30
2961F65FBF3061ED35723661ED32D5.jpg

Se reunió el jurado de los Juegos Florales de Vozpordía, un precioso pueblo imaginado en el sopié del puerto del Escudo. Nada hay de original en el topónimo de esa localidad figurada. En el descenso del Escudo con dirección a Santander, se anuncia a la izquierda, en pleno valle del Pas, una aldea denominada Vozpornoche, nombre que desde años llama mi atención. El Jurado está presidido por el señor alcalde de Vozpordía y no se debate ni se vota la composición poética merecedora de la Rosa de Oro. Se debate y se vota a la moza que será coronada como reina de los Juegos Florales. Una de las aspirantes es, casualmente, la hija del señor alcalde. Los miembros del Jurado depositan sus papeletas en la oquedad de un cisne de Lladró que el señor alcalde ha adquirido por medio de Amazon y que ha sido entregado en perfecto estado, si bien la tercera pluma del ala izquierda de la palmípeda está descascarillada en su punta. Son seis las aspirantes, si bien las posibilidades de triunfo se reúnen en dos de ellas. La hija del señor alcalde, Rosita Valderredible, y la joven más atractiva de Vozpordía, Manuela Gómez-Virtudes. El secretario da cuenta del resultado. «Señorita Gómez-Virtudes, cinco votos; señorita Valderredible, dos votos». Y es gozosa y democráticamente nombrada Reina de los Juegos Florales de Vozpordía la hija del señor alcalde. Como en el Consejo Fiscal.
Disputa la final del I Torneo de Fútbol Ciutat de Granollers, el Fútbol Club Palancas. que se enfrenta al Procés Esportiú de Vic. En este equipo juega el formidable delantero Josepi, un auténtico ratón del área, como lo definiría Floro Recatado. Cuando el árbitro sopla por el pito y da por finalizado el interesante partido, el resultado no admite dudas ni interpretaciones sesgadas. Fútbol Club Palancas 2 –los dos goles de Lawandesky–, Procés Esportiú de Vic 4, con tantos marcados por Josepi, Masumba Gonga, Ahmed Mustafá y García –el único catalán–. Pero el árbitro, que es forofo del Fútbol Club Palancas, consigna en el acta que el resultado ha sido de 5-1 a favor de los «blaugranas» y el trofeo se entrega al capitán del Palancas. Como en el Consejo Fiscal.
El fiscal general del Estado, el simpático y sonriente Álvaro García, reúne al Consejo Fiscal para ascender a la máxima categoría Fiscal y adjudicarle la plaza de fiscal de Sala Togada –Militar–, del Tribunal Supremo, a su antecesora, protectora y amiga Dolores Delgado, señora de Garzón –don Baltasar– y exministra de Justicia. Su oponente es el fiscal don Luis Rueda. Se realiza la votación, y doña Dolores Delgado de Garzón –don Baltasar–, obtiene cuatro votos. Los de los dos miembros elegidos en representación de la Unión Progresista de Fiscales (la mundialmente famosa UPF) y los de dos miembros natos del Consejo, la teniente fiscal del Supremo, y la fiscal inspectora jefe, una y otra nombradas en su momento por la aspirante Dolores Delgado de Garzón –don Baltasar–. Y votan en contra, y a favor de don Luis Rueda, con más experiencia para el puesto por haber sido un justo e independiente capitán auditor del Cuerpo Jurídico Militar de la Defensa, el resto de los fiscales del Consejo, que son seis. Seis votos a favor de don Luis Rueda, y cuatro votos favorables a doña Dolores Delgado de Garzón –don Baltasar–. Visto el resultado de la votación, es nombrada Fiscal de Sala Togada de lo Militar en el Supremo, la perdedora, doña Dolores Delgado de Garzón –creo no equivocarme, de don Baltasar–.
Y yo me pregunto: ¿para qué narices votan los fiscales si sus votos valen menos que una mascarilla usada por Pablo Echenique?
Y me respondo. No lo sé.

Más de Alfonso Ussía​

 

Pasados algunos días...​

Insuperable el ridículo de la mentira de Sánchez cuando anunció en público «que no acudiría a Londres al funeral y entierro de Isabel II si el Rey Juan Carlos confirmaba su asistencia»
25/09/2022Actualizada 01:30
2961F65FBF3061ED35723661ED32D5.jpg


Pasados algunos días, bueno es resaltar las palabras del Rey Juan Carlos I: «Todo ha salido perfecto, a pedir de boca». Su presencia, junto a la Reina Sofía en Londres, donde fueron tratados como lo que son, Reyes, y no eméritos ni pamplinas, ha aumentado el índice de transaminasas y triglicéridos en numerosos hígados enfermos.
El rostro de Sánchez, gris,
igual que una piedra pómez.
De la risa me hago pis
pensando en Begoña Gómez,
La Moncloa y El País.
Ruego me sea perdonada la leve ordinariez. Lo demandaba la rima. Pipí no cumple los requisitos de la rima consonante, y una quintilla lo exige. Se le atribuye a Lope.
Por lavar ni negra honrilla,
me propongo demostrar,
que escribir una quintilla
es la cosa más sencilla
que se pueda imaginar.
Don Pío Baroja, que falleció en Madrid con la boina encajada en la cabeza, según me reveló su amigo y confesor el sacerdote y académico de Bellas Artes, don Federico Sopeña, le dijo con el hilo de voz que anuncia la muerte, que lo peor que puede experimentar un hombre en la vida es la envidia y la retención de orina. Su confesión fue altamente barojiana. –Sí, Federico, creo en Dios. ¿Cómo no creer en Dios habiendo nacido en San Sebastián? Pero, salvándote a ti y a dos más, no soporto a los curas–. Y don Federico le administró la extremaunción. En lo que respecta a la retención de orina, lo explica en versos muy bien Bretón de los Herreros, o quizá Espronceda, o posiblemente ninguno de los dos.
Sin estudiar Medicina,
se sabe con evidencia
que la retención de orina
es una fuerte dolencia.
era uno que se quejaba
de esta grave enfermedad,
y su mujer, le exhortaba
a tener conformidad.
–Acuérdate–, le decía,
lo que el Santo Job pasaba
y cuánto el pobre sufría–.
Y el enfermo respondía:
–De acuerdo pero meaba–.
Aunque a muchos les moleste –incluidos en la molestia a tres o cuatro de mis fieles y masoquistas lectores y comentaristas–, el éxito de nuestros viejos Reyes en Londres y el tratamiento que han recibido del nuevo Rey Carlos III ha generado en España numerosos y dolorosos males de orina. Insuperable el ridículo de la mentira de Sánchez cuando anunció en público «que no acudiría a Londres al funeral y entierro de Isabel II si el Rey Juan Carlos confirmaba su asistencia». Pero ¡¡si no le habían invitado!!. Salvando las distancias, como si este humilde servidor de casi todos ustedes, anuncia que no acudirá a la próxima boda de Tamara Falcó si Isabel Preysler confirma su asistencia. No acudiré porque no seré invitado, lo cual no me permite dormir a gusto, pero simultáneamente considero que es un detalle por parte de Tamara Falcó muy de agradecer. Esta pareja siniestra, y me refiero ahora, claro está, a Sánchez y Gómez, no fue invitada a la boda, y en caso contrario, de presentarse habrían sido colocados en las últimas filas de la catedral de Westminster, más o menos, a 110 metros del lugar de honor reservado a los Reyes de España, los actuales y los anteriores, a los que sentaron juntos y con los que Carlos y Camilla tuvieron muy especiales gestos de respeto y cariño. Y todo eso ha generado enervados fuegos cistíticos en nuestros gobernantes, periodistas con acceso al pesebre, y demás gentes de mal vivir.
Como ha dicho el Rey Juan Carlos, «todo ha salido perfecto, a pedir de boca».
El mal de orina se sana con paciencia y resignación.

Más de Alfonso Ussía​

 

Al fin, el otoño​

¡Ay, aquellos tiempos en los que el estío, se pasaba siempre con ropa de frío!​

26/09/2022Actualizada 03:08
2961F65FBF3061ED35723661ED32D5.jpg

Al fin, y después de muchos sufrimientos, ha llegado al norte de España el otoño. Durante el mes de agosto, en Cantabria –de soltera, Provincia de Santander–, ha lloviznado un día. Cuando yo era niño, el equipaje veraniego era paquidérmico. Diez hermanos. Nuestra madre facturaba siete baúles, con trajes de baño, niquis –ahora polos–, chubasqueros, gabardinas, gorras para resguardarse del sol en la playa y gorros de invierno.
¡Ay, aquellos tiempos
en los que el estío,
se pasaba siempre
con ropa de frío!
Un mes de agosto fue terrorífico. Todos los días, lluvia, vendavales, chubascos y frío. En el interior del Bar Pepe en Ondarreta, un sevillano genial, Alfredo Álvarez Pickman, gran pescador de altura, campeón del mundo de pesca de atún en compañía de Luis Fernández de Gamboa, se desmoronaba de melancolías. Estaba casado con una norteña de pura cepa, Rosario Urquijo, a la que el mal tiempo nada le afectaba. Pero Alfredo disminuía cada mañana de tamaño, se encogía, y una tarde se armó de valor y le comunicó a su mujer su drástica decisión.
–Rosario, esto no hay quién lo soporte. Mañana me voy a Sevilla.
–Estás loco, Alfredo. He leído que en Sevilla han llegado a los cincuenta grados a la sombra.
–No te preocupes. Procuraré no estar a la sombra. Pero me voy a Sevilla–. Y se fue a Sevilla, como está mandado.
En el occidente de La Montaña, los prados sepias, las vacas con una tristeza en la mirada difícil de aguantar, y las playas abarrotadas. Se han vendido centenares de casas y prados a incautos y primerizos veraneantes norteños, que se creen que todo el monte es orégano. Los campings hasta el tope. En muchos de ellos han prohibido las caravanas, para no perder sitio disponible. Y los restaurantes, los buenos, los menos buenos, los regulares y los malos, llenos de clientes en diferentes turnos.
–No creo en elcambiu climáticuese, pero lo de este año ha sidorarísimu–comentaba uno de los viejos del lugar, sabios de la meteorología, que vaticinan el tiempo con reglas que jamás se equivocan.
–Hasta que no pasen las nubes por la vaquería de los Cofiño, no cae una gota–. Y las nubes no han tenido, al menos este verano, el detalle de sobrevolar la vaquería de los Cofiño en Caviedes.
Este servidor de ustedes, que abomina del calor, y que lleva el otoño en su físico por el paso devastador de la vida cumplida, ha rejuvenecido gracias a la lluvia, que cae sobre nuestro norte con persistencia y alegría. Aquí, al otoño le dicen «eltardíu», el tardío, que encaja en la Poesía. Los antiguos vascongados dividían el año en lunas, pero el batúa que hoy impera y se habla ha terminado con la tradición.
Septiembre, primer paso del otoño, era «irailla» la luna de los helechos; octubre, «urrilla», la luna de la escasez; noviembre «cemendilla» la luna de la sementera y diciembre «lotasilla», la luna del bosque detenido. El otoño y la primavera son las dos estaciones nobles, la caída y el renuevo, esa ilusión de cada año por vivirlo una vez más. La primavera no forma parte de la amargura. Antonio Mingote lo dibuja con maestría. Un campo florecido, y un hombre vestido de negro increpando a las flores. «Primavera, primavera, ¡todos los años con la misma lata!».
Hoy escribo del otoño porque me desahoga. En pocas semanas, las hojas ocres y sienas. Aquellos versos de Foxá, en su otoño de niño en la Casa de Campo.
Yo os evoco, paseos de la Casa de Campo.
Penumbras de eucaliptos, y el auto de la Reina
del radiador dorado, cruzando silencioso,
sus neumáticos blancos, dorados de hojas secas.
Al fin, el otoño

Más de Alfonso Ussía​

 

Meloni​

Con la victoria de la Meloni en Italia, después de Suecia, de Polonia y de Hungría, muchas naciones van a unirse contra la descomposición del europeísmo. Porque a Europa se la están cargando los funcionarios, no los europeos​

27/09/2022Actualizada 01:30
2961F65FBF3061ED35723661ED32D5.jpg

Una mujer rubia, sonriente, valiente y sin complejos ha aterrizado de golpe en el temor de los políticos y periodistas añorantes del trasanteayer. Porque el llamado «progresismo», lo «progresista», no es otra cosa que un viaje siniestro y trágico hacia nuestro peor pasado. Ella se llama Giorgia Meloni, Georgina Melones en español. La expresión de la banda de pesebristas anunciando en las cadenas de televisión la victoria apabullante de la derecha en Italia, no la ultraderecha, no el fascismo, sino simplemente la derecha libre de complejos, ha sido más que complaciente, divertida. Ese rostro crispado de la Pastor, ese tono de voz de la Barcelò, esos titulares de los periódicos receptores de subvenciones, nos indican que lo bueno ha vencido a lo malo en Italia. A Von der Leyen le han recetado Fortasec con el fin de detener su colerilla, que es la voz más asumible por el buen gusto entre los sinónimos de colitis o diarrea. Meloni. El poeta asturiano Luis Fernández Valdés, 'Ludi', escribió un descacharrante melodrama en versos con el «meloni» entre sus protagonistas. Lo de siempre, la niña, el amante, el padre furioso y la tragedia.El Castelo Sangrienti. La hija del dueño del castillo, el barón de Chente Mata, es bastante fresca. Y mayor de edad, para información de Irene Montero. También mayor de edad su amante que llega por el río al castillo...
A bordo d´una barqueta
Llega un mancebi elegante,
Vestidato de etiqueta,
Con gorra de sportman, guanti,
E gabani con faldeta.
Y ella, que está «lichera de rope é a la fenestra asomate» , le arroja a su amante una «escalinata fabricata con cordelli» para que el apuesto seductor ascienda trepando hasta sus habitaciones. Sin reparar que...
Le patre, qu´era un Nerone
Observó l´operachone
Desde un huerti exuberanti
Donde tene plantachone
De pementoni picanti.
Aparte del pementoni,
Cultivaba: Le meloni,
Le fabi, la remolachi,
La chufi, le macarroni
E le turrón de Guirlachi.
Y la cosa termina fatal, como fatal ha caído el triunfo de la Meloni a los periodistas apesebrados. El padre dispara contra el amante de su hija, y lo mata. Posteriormente contra su hija, y la hija muere. Y finalmente...
Abre luego le balcone
Y se tiri en direchone
Vertical, sobre un peñasqui,
Quedando allí le barone
Como un centolli sin casqui.
Esta terrible tragedia es contratiempo liviano comparado – para una gran parte del periodismo y la política española– con el triunfo de Giorgia Meloni en las elecciones italianas. Los italianos se han pasado las amenazas de la agendista Von der Leyen por las enaguas silvestres, y han mostrado su descontento con la afable dictadura que impera en la Unión Europea. Lo escribió el gran escritor carlista y falangista Rafael García Serrano, navarro, olvidado por sus ideales a pesar de su indiscutible garbo literario. «Europa es una put*».
Con la victoria de la Meloni en Italia, después de Suecia, de Polonia y de Hungría, muchas naciones van a unirse contra la descomposición del europeísmo. Porque a Europa se la están cargando los funcionarios, no los europeos. Y se aguardan nuevos horizontes. Esos horizontes que aterrorizan a los demagogos, los abiertos a la invasión de nuestras costumbres y normas por ejércitos de inmigrantes, y a los que, ingenuamente, creen que la Agenda 2030 es la panacea. Bravo por Giorgia Meloni.

Más de Alfonso Ussía​

 

La Isa y el Napoleonchu​

Que un ministro de Asuntos Exteriores use de su influencia para que sea admitida en los Estados Unidos una delincuente condenada por agredir a policías me parece, como poco, una grosería para nuestros aliados​

28/09/2022Actualizada 01:25
2961F65FBF3061ED35723661ED32D5.jpg


El Debate lo ha sacado a la luz. El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, motejado en su Ministerio comoNapoleonchuoPelotín, fue el que intermedió y consiguió el visado de entrada a los Estados Unidos a Isa Serra, delincuente condenada por agredir a un miembro de las Fuerzas de Seguridad del Estado. Esa condena habría significado su prohibición de pisar suelo estadounidense de no haber intervenido, ante el embajador de Estados Unidos en España, el ministro de Asuntos Exteriores. El viaje, aquella gamberrada organizada por Irene Montero, la airada defensora de la ped*filia, constituyó uno de los mayores ridículos y desvergüenzas de este Gobierno de gorrones y papanatas. No obstante, Albares, como ministro, no se ha atrevido a reconocer su gestión. En respuesta a un requerimiento parlamentario, el reconocimiento ha sido firmado por un diplomático que, por la longitud de su cargo, tiene que ser importantísimo. Nada más y nada menos que el director general para América del Norte, Europa Oriental, Asia y el Pacífico, don Javier Salido Ortiz, que tiene que estar agotado con semejante cometido y cimera responsabilidad. El pobre hombre no tiene derecho a Falcon ni a Dc-10, como el cuarteto de gorronzuelas neoyorquinas. De tal manera que es justo reconocer un gran mérito al señor Salido –y no hay segunda intención–, que ora en América del Norte, ora en la Europa Oriental, ora en Asia, u ora en el Pacífico, aún tiene tiempo de redactar la respuesta parlamentaria, cuyo intríngulis se comprende en el siguiente párrafo: «El Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Colaboración (no se especifica qué tipo de colaboración, con quién ni para qué) elaboró una nota verbal dirigida a la Embajada de los Estados Unidos en la que solicitó la expedición de visado en los pasaportes de la Delegación del Ministerio de Igualdad de la que formaba parte Isabel Serra Sánchez». Para los lectores no avisados del todo, cabe destacar que, para los diplomáticos, las notas verbales son notas escritas, lo que supone una divertida extravagancia.
Por fortuna, la fecha del viaje gorrón en avión oficial fletado a cargo de los contribuyentes tuvo lugar del 28 de junio al primer día de julio de 2022, año en curso. De haberse efectuado el viaje de recreo y turismo en próximas jornadas, el ministroNapoleonchuoPelotín, tendría que haber intermediado también a favor de su compañera en el Gobierno de España Irene Montero, por cuanto en todos los Estados que conforman los Estados Unidos de América, desde Alaska hasta Hawái, la inducción a la ped*filia y la pederastia están severamente penadas con prolongado domicilio carcelario, lo cual no es causa de sorpresa en una sociedad elementalmente civilizada. Que de ser españoles y vivir en nuestros días Al Capone o Billy el Niño nuestro encantador ministro de Exteriores le habría encomendado al director general Salido sus visados de entrada a la gran nación norteamericana, lo cual es imposible, porque Al Capone falleció en la prisión de Alcatraz –con preciosas panorámicas de San Francisco– en 1947, y Billy, «Billythe Kid», como consecuencia de un abrumador tiroteo en julio de 1881, año capicúa. Me consta que el ministroNapoleonchuoPelotín, en una fecha o en la otra, no era ni proyecto vital, y lo escribo con la intención de ser justo y equitativo. A propósito de 1881, mi abuelo materno, el dramaturgo –y en trance de ser elevado a los altares por su sacrificio– don Pedro Muñoz-Seca, como buen andaluz era supersticioso, y engañó a sus biógrafos. Nació en el Puerto de Santa María en 1879, y se quitó dos años, no por presunción, sino por superstición. Se decía que el nacer en el año capicúa de cada siglo daba buena suerte. Es decir, que tuvo tanta suerte que no fue asesinado en Paracuellos del Jarama con 57 años, sino con 55, lo cual da a entender la fortuna que tuvo.
Pero bueno, y no quiero parecer desagradable. Que un ministro de Asuntos Exteriores use de su influencia para que sea admitida en los Estados Unidos una delincuente condenada por agredir a policías me parece, como poco, una grosería para nuestros aliados. El Debate lo ha sacado a la luz, y en la luz me resumo.
 

Monoculturidad​

Las previsiones para el año que viene son, como poco, multiplicar por tres los muertos, los heridos, los contusionados, y los asaltos a los comercios, y dividir entre dos las detenciones. No me lo pierdo​

29/09/2022Actualizada 01:30
2961F65FBF3061ED35723661ED32D5.jpg

He reservado una suite en un hotel de lujo de Barcelona con un año de antelación. Mi intención es cumplir la ilusión de mi vida, que no es otra que disfrutar la fiesta de la Mercé. En el hotel me han dicho, encantadores, que de seguir abiertos en septiembre de 2023, me garantizan que la suite será mía, siempre que no se vean obligados a cerrar el establecimiento hotelero por órdenes de la señora alcaldesa, Ada Colau. A la alcaldesa de Barcelona le repatean los hoteles de lujo por motivos, hasta ahora, desconocidos. Se dice, pero puede tratarse de la típica leyenda urbana, que de joven trabajó en un hotel de tronío, y al cabo de los años se presentó a las oposiciones convocadas por el propio hotel para ascender de chacha de segunda a chacha de primera. Se puso nerviosa, hizo mal el examen y no ascendió. Las oposiciones son así, lamentablemente.
No obstante, y para asegurar mi alojamiento en Barcelona en el próximo septiembre, me he puesto en contacto con una asociación de okupas multiculturales, cuyo portavoz me ha asegurado que, de clausurarse el hotel de lujo, me pueden hacer un hueco en el salón de la casa que han ocupado. La Asociación de «okupas Agenda 2030» ha ocupado el piso de un pareja de jubilados en la calle Travesera de Gracia, y la componen doce marroquíes, tres ghaneses, tres somalíes, dos iraquíes y ocho menas de diferentes orígenes. Su fundamento no es otro que alcanzar, desde la multiculturidad–ellos lo pronuncian así–, lamonoculturidad, atendiendo estrictamente al manual de instrucciones de «Integración Agenda 2030».
Los propietarios del piso, el matrimonio jubilado Frusás Espelomiú, ya se han resignado y trasladado a vivir a Lérida, donde su conocido, Ignasi Purrós de les Figueres, tiene una hermosa plantación de perales. A pesar de su avanzada edad, los Frusás Espelomiú cuidan de los frutales y recogen los frutos por 27 euros por jornada laborada, y se sienten muy integrados en el procés.
De una manera o de otra, viviré las fiestas de la Mercé en Barcelona el próximo septiembre. Las de este año han sido extraordinarias. Dos muertos, doce heridos de gravedad por arma blanca, 45 contusionados y sólo 60 detenidos. Asimismo, más de un centenar de comercios saqueados y numerosos casos de violaciones físicas. Lo que se dice, una fiesta en todo su esplendor. En el resto de España, y sobre todo en Madrid, los okupas no reciben el tratamiento que Ada Colau les procura. Resulta indignante el desafecto que sienten, por poner un ejemplo, Isabel Díaz Ayuso y otros «Meloni» madrileños hacia la multiculturidad y la integración. Se percibe esa insalvable diferencia multisocial e integradora que distingue a Barcelona de otras ciudades del resto de España, donde todavía tienen valor las propiedades privadas. Y no nos hemos dado cuenta los españoles que no vivimos en Barcelona, que no hay tonos grises en este debate. O se está con la propiedad privada, o se está con la integración y la multiculturidad de la Agenda 2030. Y en ese aspecto, Barcelona nos aventaja con holgura.
Las previsiones para el año que viene son, como poco, multiplicar por tres los muertos, los heridos, los contusionados, y los asaltos a los comercios, y dividir entre dos las detenciones. No me lo pierdo.

Más de Alfonso Ussía​

 

Irán a Irán​

Ellas, aunque se sienten heridas por las muertes y la esclavitud de las mujeres iraníes, no se consideran con derechos suficientes para regañar de verdad a los ayatolás​

30/09/2022Actualizada 01:30
2961F65FBF3061ED35723661ED32D5.jpg


Me enorgullezco de ellas. Son nuestras heroínas capicúas. Irán a Irán. Tengo sabido por mis chivatos ministeriales que Irene Montero ha reunido a su grupete de viajes para anunciar a Isa Serra, la señora Pam y la rubia energética, que irán a Irán a sumarse a las protestas por el asesinato de Masha Amini, y por la muerte, a consecuencia de haber recibido en su pecho, a muy corta distancia, ventiocho perdigonazos, de Jadis Najafi, símbolo de las protestas anti velo en Teherán. Se me antoja admirable que una mujer que ha compartido lujos y comodidades gracias al dinero iraní que recibió su marido, o lo que sea, o lo que fue, o lo que no será y si lo es no lo parece, se enfrente al régimen medieval de los ayatolás en defensa de la libertad y los derechos de las mujeres. No resulta sencillo condenar por su brutalidad a los que han contribuido de manera tan generosa, a la comodidad y la holgura económica de su pareja durante tantos años. Porque hay que reconocer, y en ese aspecto, elogiar a los ayatolás, que jamás fallaron o se retrasaron en sus pagos destinados a la cadena de televisión de Pablo Iglesias.
Reunidas en el salón de juntas del Ministerio de Igualdad, las cuatro viajeras con destino preferente a Nueva York, acordaron que irán a Irán. En aquella nación tan poderosa y abierta, las mujeres que no oculten sus rostros o lleven el velo sobre la cabeza sin el rigor reglamentado por los ayatolás, pueden ser apaleadas hasta la muerte en las comisarías de Policía, del mismo modo que los hombres que induzcan a sospechar, por sus movimientos o gestos que pierden aceite por el orificio ubicado en el ecuador de sus asentaderas, sin juicio previo, y con la sola prueba delictiva de una denuncia, son merecedores de ser colgados de las grúas con el fin de recordar a los iraníes que la homosexualidad tiene que ser castigada con la muerte pública y edificante. Y de igual modo, que toda mujer que sea acusada de infidelidad, por mucho que proteste por su situación, después de recibir los latigazos que estime conveniente el ayatolá de turno, carece del derecho a la protesta si es lapidada, es decir, asesinada a pedrada limpia, en castigo a su sexual travesura. Y claro, después de decenios sin decir ni «mu», sin abrir la boca, y sin desprenderse de las vendas que cubrían sus bellos ojos, Irene Montero ha decidido viajar a Irán con Isa Serra, la señora Pam y la rubia energética, con el único fin de chorrear a los ayatolás y situarse del lado del pueblo iraní que desea ser libre. Un deseo que han dejado de sentir y tener en los últimos días más de un centenar de iraníes, que han fallecido a manos de los millonarios representantes del siglo X, si bien Zapatero hizo milagros con su célebre y utilísima Alianza de Civilizaciones que con tanto empuje , sabiduría y eficacia presidió Federico Mayor Zaragoza.
Irán a Irán, pero no han concretado la fecha. Las cuatro tienen abrumadores problemas de agenda. Cuando «agenden» el viaje, cumplirán con su heroica decisión. Las cuatro están indignadas con las mujeres que se ponen mal los velos, y han aprobado un presupuesto para organizar talleres de colocación de velos. No se le pueden pedir peras al olmo. Ellas, aunque se sienten heridas por las muertes y la esclavitud de las mujeres iraníes, no se consideran con derechos suficientes para regañar de verdad a los ayatolás. Primero los talleres, y después, si hay fundamentos para ello, el regañito.
Pero si han dicho que van, van.
Irán a Irán.
La fecha, ya la dirán.
Chimpán.

Más de Alfonso Ussía​

 

El desayuno​

Los Sánchez se han dejado fotografiar y grabar desayunando juntos, lo cual resulta imperdonable​

01/10/2022Actualizada 01:30
2961F65FBF3061ED35723661ED32D5.jpg


Winston Churchill no era partidario del desayuno matrimonial.
«Cuando estoy en el momento culminante, saboreando los huevos con bacon, mi mujer me pregunta cuánto tiempo llevo sin acudir a los servicios religiosos». Y otra perla: «En los últimos cuarenta años, mi mujer y yo nos hemos propuesto desayunar juntos dos o tres veces, pero fue tan desagradable, que renunciamos». Tampoco desatina Somerset Maugham: «Para comer bien en Inglaterra, hay que desayunar tres veces cada día». El desayuno es, sin duda, la más íntima e importante acción gastronómica del día. El que se hace fotografías o se deja grabar cuando desayuna con su mujer, es, ante todo, un enemigo de la estética. Ética y estética pasean de la mano. El desayunador fotografiado o filmado en momento tan especial, acostumbra a ser un hortera. Como posar lavándose los dientes. En la RAE se equivocan cuando definen el desayuno como «el alimento ligero que se toma por la mañana antes que ningún otro». El desayuno es lo contrario. El alimento fuerte y fundamental para iniciar la jornada de trabajo o de vagancia con el mayor de los optimismos. Desayunar una taza de café con leche, no es desayunar. Es simplemente la acción de ingerir una taza de café con leche. En ese aspecto es en lo único que me considero modélico. Jamás me han hecho una fotografía desayunando y siempre lo hago copiosamente. Huevos fritos con puntillita acompañados de jamón,bacono salchichas. Un par decroissants, o un suizo. Si hay migas, los huevos con migas, y el café caliente con un chorrillo de leche fría.
Y fruta roja con una cucharada de azúcar esparcida sobre las frambuesas o las fresas, que no fresones. Y leo los periódicos impresos después de leer en mi modesta tableta El Debate. Es decir, que los leo, no los muestro, de pe a pa, no como los que se hacen fotos desayunando con muchos periódicos que no se leen.
Por supuesto, la cucharilla del café, la deposito en el plato junto a la taza, y no la dejo en el interior de la misma, una ordinariez muy habitual en el gremio de los que poseen negocios de saunas, y cuyo motivo ignoro. Y detesto el kiwi.
Los Sánchez se han dejado fotografiar y grabar desayunando juntos, lo cual resulta imperdonable. Tan imperdonable como los cónyuges que hacen manitas en público después de cinco años de casados, acción muy aproximada al ámbito de la por**grafía. Los detalles del desayuno de los Sánchez en la Moncloa no son modelos a imitar. Al fondo se aprecia una mesa de despacho. Es decir, que han aprovechado un despacho para posar, cuando el desayuno se disfruta, normalmente, y más en un palacio, en el comedor de desayunos. Los Yussupov invitaban a sus amigos en San Petersburgo a su «Afternoon Tea», un palacete exclusivamente construido para merendar. Sánchez hace que lee, pero no pasa de la primera página. Y ella consulta el Financial Times, cuando es sabido su insuperable desconocimiento del inglés. Un bote de mermelada, un salero, y una jarra con un líquido que parece gazpacho. Así se huele a ajo durante todo el día. Y ella, con la cucharilla en la taza, como corresponde a su nivel social. La imagen no puede ser más fingida y contraproducente para el prestigio de España en el extranjero.
Sólo un factor positivo, y muy de agradecer. No desayunan con Bolaños.

Más de Alfonso Ussía​

 

La mariscadora​

Lo que ha hecho Yolanda Díaz por Galicia carece de precedentes, rascando bajo la arena con el utensilio marisquero, consiguió extraer de la orilla cuatro berberechos​

02/10/2022Actualizada 01:30
2961F65FBF3061ED35723661ED32D5.jpg


Juan Pérez Creus fue un gran poeta satírico, natural de La Carolina, Jaén, púlpito hacia el sur de Sierra Morena, muerte de Despeñaperros y primer paisaje de Andalucía, a pocas leguas de las Navas de Tolosa, lo cual tiene su aquel. En los tiempos de la libertad difícil, firmaba sus versos con dos seudónimos, Maése Pérez y Pájaro Pinto. Cuando al nieto mayor del Generalísimo le cambiaron el orden de sus apellidos, pasándose a llamar Franco Martínez-Bordiú en lugar de Martinez-Bordiú Franco, Maese Pérez escribió.
Por la alta bondad de Dios,
Que en sus mercedes no es manco,
En vez de un Francisco Franco
Nos encontramos con dos.
El uno del otro en pos,
Nos llegan por nuestro bien,
Pero ¡Dios nos libre, amén!
De que, doblada la hazaña,
Salvada por uno España
Nos salve el otro también.
Los versos fueron censurados, Péres Creus despedido, y finalmente recuperado cuando supieron los editores que al jefe del Estado le habían divertido mucho. Fue un gran epigramista. Al poeta canario, y también anticuario Néstor Alonso, de movimientos de manos y caderas excesivamente expresivos, le endilgó este epigrama.
Lo primero el corazón,
Y lo segundo el trasero.
Como Alonso es mari**n,
Lo segundo es lo primero.
Le ofrecieron un trabajo de corrector en Galicia, y ahí se enamoró locamente de una galleguiña. Hasta tal punto cimero, que en apenas tres meses hablaba con soltura con ella en gallego, y escribió para su amor un poemario en gallego que no le sirvió de nada, porque su amor lo guardó para otro hombre.As Derradeiras Pombas do Serán, las Últimas Palomas del Atardecer. Al final de su vida, como tantos poetas, malvivió en un bajo de Madrid. Una mañana subió por las escaleras hasta la azotea. Se cruzó con un vecino, y después de intercambiar los «buenos días» que la cortesía obliga, el vecino le preguntó. –¿ Dónde va, don Juan?–; –Subo a la azotea–; –¿Para qué sube a la azotea?–; – lógicamente, para suicidarme–. Y se suicidó. Aquel gran andaluz demostró por Galicia, a través de su pasión rendida, un amor insuperable.
Insuperable hasta anteayer. Y en este caso, con mérito menor. Porque el amor a Galicia de un gallego, en la presente ocasión, una gallega, tiene menos mérito que el de un andaluz que escribe un libro de poemas en gallego en homenaje a una mujer. Lo que ha hecho Yolanda Díaz por Galicia carece de precedentes. Unirse, con el apoyo de la infraestructura sindical, durante diez minutos a las mariscadoras que rebañan durante horas y horas los fondos marinos para pescar almejas y berberechos. Ellas, las mariscadoras, abrigadas para soportar el frío de la mar breve. Yolanda Díaz, con una camiseta, desnudos los brazos, pantalones vaqueros de marca y unas botas de agua, Unas, para ganarse la vida, y otra para hacerse la foto.
Al fin, rascando bajo la arena con el utensilio marisquero, Yolanda Díaz consiguió extraer de la orilla cuatro berberechos. ¡Qué gozo! ¡Qué alegría sindical! ¡Qué manera de ser parte de la gente! ¡Qué reportaje fotográfico! ¿Qué mujer, qué gallega, que vicepresidente del Gobierno de España! Conseguido el preciado botín bivalvo, se lo entregó a las mariscadoras generosamente, se quitó las botas, se acomodó en su Audi vicepresidencial, fue felicitado por su servicio de seguridad, y abandonó la zona marisquera con la satisfacción del deber cumplido. Su descomunal esfuerzo resumido durante diez minutos en una demostración de su amor por Galicia y el colectivo berbecheril.
Esta mujer no tiene precio. Merece una serie de televisión.

Más de Alfonso Ussía​

 

La gallina soberbia​

La asustadiza gallina consiguió que el ministro del Interior encomendara a dos guardias civiles custodiar su hogar estalinista​

03/10/2022Actualizada 01:30
2961F65FBF3061ED35723661ED32D5.jpg

Esperaba que la gallina soberbia se disculpara, pero la disculpa no ha sido cacareada. La gallina, conocedora de sus reacciones, insultó días atrás a la Policía Municipal de Madrid, a seis mil ejemplares servidores del orden en la Capital de España. Defendió a una delincuente condenada, presumió de sus delitos, y cacareó que con «cinco mujeres como Isa Serra los policías municipales de Madrid hubieran huido como gallinas». Isa Serra llamó «put*» a una agente municipal, procedió a golpearla posteriormente e incendió dos contenedores. La Policía Municipal, como la Guardia Civil y la Policía Nacional durante el golpe de Estado en Cataluña, tenía orden de no actuar con determinación en aquella ocasión, el desahucio de un piso violentado por un grupo de «okupas» sinvergüenzas. Y sabiendo de esa limitación, Isa Serra, la delincuente condenada e íntima amiga de la gallina soberbia y de su compañera Irene Montero, humilló a la servidora del orden público madrileño.
La gallina, él. Gallina con todos los seudónimos gallináceos. Pita, poxx, gomarra, ceneca, gallipava, gallineta, soma, corralera, ponedora, cazarrica, chocha, fúlica, chachalaca y cayaya. Una gallina clamorosa.
Cuando la gallina soberbia y su «compañere» o «pareje» sentimental, amén de ministra impuesta, adquirieron en la lujosa urbanización de La Navata, en Galapagar, un modesto chalé comunista con cuatrocientos metros cuadrados construidos, un proletario jardín de tres mil metros cuadrados y una piscina para invitar a sus amistades a las inevitables barbacoas sabatinas o domingueras, algunos vecinos, peligrosamente armados de magnetófonos, les dedicaron algún que otro concierto de descontento. Y la gallina, que no podía dormir de ponedora diarrea, la asustadiza gallina, consiguió que el ministro del Interior encomendara a dos guardias civiles, con turnos de ocho horas por pareja, custodiar su hogar estalinista. Cuando la gallina pactó con el Supremo Hortera su vicepresidencia en el Gobierno de España y el ministerio de Igualdad para su «compañere» o «pareje» sentimental, y en vista del civilizado cabreo de sus vecinos, ordenó a Marlaska –de soltero y antes de conocer a Aitor, Marlasca–, flamante ministro del Interior, una guardia de treinta guardias civiles y la clausura peatonal de la calle donde se ubica su modestísima y obrera vivienda. Y todo porque una tarde, el del magnetófono, peligroso ultraderechista, le soltó un «¡Márchate, cabronazo!» que deterioró definitivamente el flujo intestinal de la gallina.
Ignoro si permanecen treinta guardias civiles, tan honestos como ejemplo de disciplina y vocación de servicio, a las puertas de su iraní parcela, pero mucho me temo – por decir algo–, que mientras su «compañere» y «pareje» o «excompañere» y «expareje» se mantenga al frente del ministerio más innecesario, gorrón, derrochador y estúpido del Gobierno del desayunante grabado, un buen número de guardias civiles, imprescindibles en otros destinos, seguirán custodiando la humilde parcelilla adquirida por la peculiar pareja avalada por una entidad financiera de muy complicada consideración. Y ahora, que no es nada ni nadie, la gallina soberbia lleva más escoltas que el ataúd de la difunta Isabel II desde el palacio de Buckingham a la abadía de Westminster, porque la Gallina cacareante no se atreve a dar un paso por la calle sin veinte escoltas a su alrededor.
O lo que es igual, La única gallina, y con mucha cresta, ponedora de huevos podridos y de cacareo insoportable, es él, o ella, o «elle», que a mi edad me hago un lío con estas interesantes novedades lingüísticas. Pitas, pitas.

Más de Alfonso Ussía​

 
Back