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Un arsenal para matar al presidente no es noticia​

MIQUEL RAMOS
14/02/2022Material incautado durante la Operación Ario.- POLICÍA NACIONAL
El pasado 28 de enero, agentes del Cuerpo Nacional de Policía irrumpían en los domicilios de varias personas de distintas localidades para detener a los miembros de un grupo neonazi. Los agentes habían detectado en sus chats, gracias a una denuncia anónima, que se estaban organizando para cometer actos violentos y que podrían almacenar armas. Durante los registros, los agentes se incautaron de varias armas blancas, escopetas, pistolas y un manual para la fabricación de explosivos. Arrancaba así la bautizada como Operación Ario.
Durante las semanas siguientes, varios medios han ido avanzando partes de esta investigación, que se precipitó ante las sospechas de que pudiesen cometer algún acto delictivo en breve, aunque se mantiene la sospecha de la implicación de un miembro de este grupo a un local LGTBI de Alcoi.
Hace unos días se supo que los neonazis tenían una lista de objetivos, así como matrículas de vehículos y mensajes en sus redes que avanzaban el paso hacia la violencia: "Para el año que viene planeamos iniciar la violencia armada en las calles", "Hay que llevarse por delante a estos perro (sic) moros y al fiscal de odio", decían. Uno de ellos, además, ofrecía sus conocimientos como ingeniero para fabricar armas, explosivos y hasta un fusil de francotirador. Fue entonces cuando la policía decidió actuar. Días después, se conocía que entre los objetivos de esta banda estaban jueces, fiscales, el ex vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias y el presidente Pedro Sánchez.
Aunque la operación policial salió en numerosos medios e informativos de varias cadenas de televisión, la información sobre sus objetivos ha pasado relativamente desapercibida. Tampoco ha ocupado ni un solo minuto en las tertulias habituales de los grandes medios, ni se ha oído a los líderes de la oposición mostrar su apoyo a las personas señaladas ni alertar sobre el peligro de la amenaza violenta y terrorista de los neonazis. Para quienes configuran las escaletas de los informativos parece que esto no era tan importante como para merecer ni siquiera una breve mención. Que neonazis armados manifestaran su intención de acabar con la vida del presidente del gobierno no ha sido noticia.
No son cuatro chalados. En septiembre de 2018, los Mossos detenían a un ultraderechista con un arsenal de 16 armas de fuego que había manifestado su intención de ‘sacrificarse por España’ también asesinando al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Manuel Murillo, hijo del ex alcalde franquista de Rubí (Barcelona), y con experiencia en el manejo de armas, no fue acusado de terrorismo. La Audiencia Nacional, el mismo tribunal que juzgó a Pablo Hasel por una canción y que en marzo juzgará de nuevo a otro tuitero por insultar al Rey, rechazó el caso.

Desde que se conformó el gobierno de coalición, la ultraderecha no ha dejado de lanzar avisos con olor a gasolina y pólvora. El atentado terrorista contra la sede de Podemos en Cartagena, el envío de balas a varios miembros del Gobierno, el vídeo del ex legionario disparando contra fotos de varios ministros y ahora los nazis de la Operación Ario. Nadie de estos últimos entró en prisión. El neonazi que atentó contra la sede está en su casa a la espera de juicio. El ex legionario fue absuelto y los nazis detenidos en enero estaban al día siguiente en su casa a la espera de juicio, que se puede demorar años.
Desde que la ultraderecha entró a las instituciones y los medios la aceptaron como un actor democrático respetable, se han normalizado un peligroso relato que se extiende como un mantra por los sumideros del neofascismo patrio. Se propaga la idea de la ilegitimidad del Gobierno; se estimula la sensación de inseguridad y apocalipsis por culpa de migrantes, pobres, separatistas y rojos, y se acepta que una turba de fanáticos acose a Pablo Iglesias, a Irene Montero y a sus hijos todos los días en la puerta de su casa. Es más, que incluso se use el nombre del periodismo para acosar directamente a menores de edad. Así, la detención de unos nazis armados que querían matar a Iglesias y a Pedro Sánchez, no es ni siquiera relevante mediáticamente.
Mientras, este Gobierno, a cuyas cabezas apuntan los rifles de los nazis, reprime con dureza a quienes llevan tiempo alertando de la amenaza de la ultraderecha y la enfrentan como pueden. Ha sucedido en numerosas ocasiones ante protestas que se pretendían pacíficas y que los propios fascistas se encargaron de alborotar para que los antidisturbios actuasen y proporcionasen a los medios la foto que buscaban, como en aquél dichoso mitin ultraderechista en Vallecas. Sucedió lo mismo en Barcelona, en el barrio del Raval, donde se presentaron quienes lo llamaron ‘estercolero multicultural’ para provocar y usar una vez más a las fuerzas del orden contra los vecinos. Ahora, a quienes protestaron les piden seis años de prisión. Como a los seis de Zaragoza o como a los vecinos de la localidad valenciana de Pego que respondieron al grupo de nazis que se paseó insultando, provocando y decorando las calles con pegatinas de Hitler. Catorce de ellos se enfrentan ahora a nueve años de cárcel. Los vecinos, no los nazis.
Con este panorama, los neonazis están que se salen. Ni con armas acaban en la Audiencia Nacional. Ni lanzando explosivos a la sede de un partido pasan más de una noche en comisaría. Es más, luego tienen a sus cómplices que silencian o minimizan los hechos, e incluso se atreven a negarlos, extendiendo el bulo de que todo es un montaje y que los rojos se matan ellos mismos.
No está de más recordar que el vídeo del ex legionario que simulaba ejecutar a miembros del Gobierno circulaba por chats policiales entre risas, y fue filtrado por un agente al que le dio miedo y asco que sus compañeros banalizasen así la violencia. Como los memes riéndose de los manifestantes a los que habían sacado los ojos con balas de goma, o los insultos racistas y machistas en los grupos de Facebook de la policía. Luego, algunos agentes y sindicatos policiales se rasgan las vestiduras cada vez que sacamos las fotos de varios agentes de uniforme almorzando en un bar bajo el retrato de Franco o de alguno de su gremio dando charlas para un partido neonazi.
El problema no es solo el grupo nazi armado. El problema es que su discurso continúa extendiéndose como la pólvora de sus balas y cuenta con numerosos cómplices que lo normalizan. Y cada vez, con más objetivos a abatir. Más ‘enemigos de España’. Empezaron por los rojos, pero que nadie se crea que está a salvo. Lo advirtió por enésima vez Antonio Maestre esta semana cuando fue de nuevo señalado por los fascistas, y lo llevamos advirtiendo quienes siempre supimos que estábamos en esa lista, que poco a poco va sumando a más gente, por mucho que algunos se crean inmunes poniéndose de perfil. Pero más grave aún es que, un Gobierno que se dice progresista, y que sabe que sus miembros también están en el punto de mira de ese rifle, continúen equiparando a sus verdugos con quienes les combaten. Dejando que el cáncer permanezca y que la metástasis se extienda aún más dentro de sus propias instituciones. Mientras en otros países, el terrorismo y la violencia de extrema derecha es considerada ya la principal amenaza interna, y a ningún gobernante le tiembla el pulso para depurar a policías y militares que levanten la zarpa, en España seguimos quitándole importancia y permitiendo que se enquiste todavía más el problema. Sigan pensando que el fascismo es una opinión respetable más. Pero no olviden los gobernantes, los periodistas, los jueces y los fiscales que las balas de los neonazis, de quienes llevan años diciendo lo mismo que hoy algunos cacarean en las instituciones, hace tiempo que llevan escritos también sus nombres.

POLÍTICA

El francotirador que planeó matar a Sánchez se excusa en el alcohol y el patriotismo de Losantos​


Manuel Murillo se enfrenta a 18 años y medio de cárcel por homicidio en grado de proposición y por tenencia de armas

El juicio de Manuel Murillo, sexagenario ultraderechista detenido en 2018 después de intentar atacar al presidente del Gobierno tras el anuncio de la exhumación de Franco, para el que la Fiscalía pide un total de 18 años y medio de prisión –11 años y medio por un delito de homicidio en grado de proposición y siete años de cárcel por un delito de depósito de armas y municiones de guerra– se ha producido este martes en la Audiencia Nacional.

El detenido pertenecía a un grupo de Whatsapp –del que ahora asegura no acordarse– a través del cual varias personas de ideología conservadora intercambiaban críticas y amenazas al Gobierno. Tal y como quedó reflejado en los mensajes, su “solución” consistía en “un alzamiento nacional aunque parezca de locos”: “Si no tendremos que ir de francotiradores anónimos cargándonos a esos hijos de put* poco a poco (...) Todo ha de estar bien planeado para que salga bien, o sea necesito ayuda", sentenciaba.

Murillo solicitó la ayuda de varias personas para llevar a cabo su proyecto y además insistió en numerosas ocasiones que “estaba dispuesto a sacrificarse por España y que no tenía ningún inconveniente o miedo a las consecuencias". A pesar de ello, en el juicio que hoy se ha celebrado ha asegurado que sus intenciones no eran reales y que solamente trataba de hacerse el patriota, excusando sus acciones en el alcohol, más concretamente en el vino y en el orujo y, refiriéndose a ello como “ensoñaciones por ir bebido”.

DISCURSOS DE ODIO

Durante un fragmento de su intervención, el detenido ha asociado la naturaleza de sus actos a un personaje público español: "Mezclé las películas y me sentí un héroe para salvar a España. Como oía mucho a Losantos, que también es un patriota...".

El problema comienza cuando se permite a personas con relevancia social acudir a espacios públicos mediáticos a proferir discursos cargados de odio. El fanatismo y la alteración de las masas se consigue con muy poco y eso es lo que Federico Jiménez Losantos hacía cuando se lamentaba en directo de no llevar un arma encima suyo con el fin de disparar a Carolina Bescansa, Iñigo Errejón o Rita Maestre.

Además, recordamos, que hace tres años durante la detención de Murillo y en contra de toda lógica, el locutor de esRadio se pronunció sobre los hechos, cargando duramente contra la delatora del francotirador: “Y va una lista de Vox, que imagino que será expulsada del partido pero por lerda, y le denuncia. ¿Pero cuándo se ha visto que un terrorista anuncie un atentado? Jamás”.

En cualquier caso, a lo largo de su alegato, Murillo no ha cesado en su empeño de despojarse de todas las etiquetas que, según él, le habían sido impuestas en estos últimos años: "No soy un asesino, ni un mercenario (...) soy un sentimental”.

 

POLÍTICA

El francotirador que planeó matar a Sánchez se excusa en el alcohol y el patriotismo de Losantos​


Manuel Murillo se enfrenta a 18 años y medio de cárcel por homicidio en grado de proposición y por tenencia de armas

El juicio de Manuel Murillo, sexagenario ultraderechista detenido en 2018 después de intentar atacar al presidente del Gobierno tras el anuncio de la exhumación de Franco, para el que la Fiscalía pide un total de 18 años y medio de prisión –11 años y medio por un delito de homicidio en grado de proposición y siete años de cárcel por un delito de depósito de armas y municiones de guerra– se ha producido este martes en la Audiencia Nacional.

El detenido pertenecía a un grupo de Whatsapp –del que ahora asegura no acordarse– a través del cual varias personas de ideología conservadora intercambiaban críticas y amenazas al Gobierno. Tal y como quedó reflejado en los mensajes, su “solución” consistía en “un alzamiento nacional aunque parezca de locos”: “Si no tendremos que ir de francotiradores anónimos cargándonos a esos hijos de p*ta poco a poco (...) Todo ha de estar bien planeado para que salga bien, o sea necesito ayuda", sentenciaba.

Murillo solicitó la ayuda de varias personas para llevar a cabo su proyecto y además insistió en numerosas ocasiones que “estaba dispuesto a sacrificarse por España y que no tenía ningún inconveniente o miedo a las consecuencias". A pesar de ello, en el juicio que hoy se ha celebrado ha asegurado que sus intenciones no eran reales y que solamente trataba de hacerse el patriota, excusando sus acciones en el alcohol, más concretamente en el vino y en el orujo y, refiriéndose a ello como “ensoñaciones por ir bebido”.

DISCURSOS DE ODIO

Durante un fragmento de su intervención, el detenido ha asociado la naturaleza de sus actos a un personaje público español: "Mezclé las películas y me sentí un héroe para salvar a España. Como oía mucho a Losantos, que también es un patriota...".

El problema comienza cuando se permite a personas con relevancia social acudir a espacios públicos mediáticos a proferir discursos cargados de odio. El fanatismo y la alteración de las masas se consigue con muy poco y eso es lo que Federico Jiménez Losantos hacía cuando se lamentaba en directo de no llevar un arma encima suyo con el fin de disparar a Carolina Bescansa, Iñigo Errejón o Rita Maestre.

Además, recordamos, que hace tres años durante la detención de Murillo y en contra de toda lógica, el locutor de esRadio se pronunció sobre los hechos, cargando duramente contra la delatora del francotirador: “Y va una lista de Vox, que imagino que será expulsada del partido pero por lerda, y le denuncia. ¿Pero cuándo se ha visto que un terrorista anuncie un atentado? Jamás”.

En cualquier caso, a lo largo de su alegato, Murillo no ha cesado en su empeño de despojarse de todas las etiquetas que, según él, le habían sido impuestas en estos últimos años: "No soy un asesino, ni un mercenario (...) soy un sentimental”.

Con todos mis respeto creo que 18 años es una barbaridad y la justicia que no es justa es una injusticia Asi que pisar, quemar una bandera Española que npos representa a todos no debe ser delito, amenazar verbalmente de una forma coloquial a Cumfraude se debe penar con 18 años de carcel, un desproposito total
 

CUCHUFLETAS​

Los pagos al amigo de Laura Borrás, el sacrificio de dar la vida por Cataluña viviendo en Londres, el chocolate de la fugada sin motivo de fuga, y la vidorra de la chica de ERC que ofrece su vida por la independencia desde Ginebra.
marzo 15, 2022
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Se podrá estar de acuerdo con Laura Borrás, mujer-presidente del Parlamento de Cataluña. Lo que nadie puede discutir es que tiene en altísimo concepto el sentido de la amistad. Es, como poco, muy buena amiga de sus amigos. Tanto, que por culpa de un amigo tendrá que dimitir de su cargo parlamentario y sentarse en el banquillo por haber defraudado a la “Institució de les Letres Catalanes”– mi traductor me asegura que se traduce al español como Instituto de las Letras Catalanas-, con 18 pagos en beneficio de la amistad. Con anterioridad a su actual desempeño, doña Laura fue presidente de la referida institución, y el juez-magistrado del TSJC advierte indicios sólidos de que la señora Borrás y un buen amigo amigo concertaron y se pusieron de acuerdo para defraudar a la Institución de las Letras Catalanas –ILC-, mediante 18 pagos fraccionados de los contratos por los que la imputa el Tribunal Supremo.
No es buena noticia para la amistad y menos, para lo que entiende por amistad doña Laura Borrás. Un regalo dividido en dieciocho piezas, parece menos regalo, pero si las piezas encajan, el regalo de dinero público a un buen amigo no deja de ser un delito, amén de un escándalo. Las mujeres catalanistas pueden empezar a pensar, aunque sea con 30 años de retraso, que no es España la que “ens roba”, sino Cataluña, o mejor escrito, las instituciones en manos de los independentistas catalanes.
Simultáneamente, la eminente, bruída y eximia doña Clara Ponsatí, huída de la Justicia española y con domicilio entre Glasgow y Londres, ha sido entrevistada en RTVE. Ya se sabe, que en RTVE se tiene muy en cuenta la opinión de las prófugas de la Justicia. Y doña Clara ha declarado que “hay que estar dispuesto a morir por lograr la independencia de Cataluña”, y que “la independencia vale más que una vida”. Me figuro, y lamento que no haya terminado su trepidante exposición argumental, “que una vida de otro”, porque para eso se fugó a Escocia, como Puigdemont a Bélgica.
Y en Suiza tenemos a dos piezas que inteligentemente callan para que nadie se acuerde de ellas. Yo me acuerdo de ellas porque siempre, desde niño, me han gustado las mujeres valientes. Nadie sabe de qué viven en Suiza, que no es una nación al alcance de cualquier economía, ni a qué se dedican. Me refiero a Anna Gabriel, la de la CUP, que ha cambiado de aspecto, se ducha mucho más y parece ser que le encanta el chocolate, y Marta Rovira, la de los rizos. La primera es un caso. Se fugó de la Justicia cuando la Justicia no tenía la menor intención de actuar contra ella. Me recuerda al torero que de repente, sin motivo, tira los trastos al ruedo, corre despavorido y salta el burladero cuando el toro no ha hecho ni un gesto de embestida. Y la segunda, Marta Rovira, la de los rizos, fue la que aseguró que ella defendería hasta la muerte a Cataluña… desde Suiza, claro. Me muestro de nuevo curioso. ¿Quién las mantiene y a qué se dedican? Como allí son tan especiales con el dinero público, no quiero cansarme en más indagaciones.
Todo ejemplar y amistoso. Los pagos al amigo de Laura Borrás, el sacrificio de dar la vida por Cataluña viviendo en Londres, el chocolate de la fugada sin motivo de fuga, y la vidorra de la chica de ERC que ofrece su vida por la independencia desde Ginebra.
Cuchufletas.
Alfonso USSÍA

 

Analfabetismo nada humanitario​

Una guerra es un desastre humano, pero jamás humanitario. Humanitarias son las ayudas, humanitarios son los corredores no minados para evacuar a las víctimas civiles de los bombardeos
15/03/2022Actualizada 03:51
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Van a terminar escribiendo y diciendo que los 700 euros por megavatio y hora son humanitarios. Que los 54 euros de impuestos por cada 100 que pagan los españoles por la gasolina y los 62 euros que se lleva el Gobierno de cada factura de la luz por 100 que salen de los bolsillos de los contribuyentes y los subvencionados son humanitarios. Desde que un cursi analfabeto del periodismo, en páginas de El País, escribió lo del «drama humanitario» un alto porcentaje de periodistas, políticos y, por contagio, tertulianos y simples viandantes, no paran de calificar de humanitarias las catástrofes, las guerras, los desastres naturales y todo aquello que perjudica gravemente a la humanidad. En Atresmedia, las emisoras de radio, El País, ABC, El Mundo, La Razón, La Vanguardiay prácticamente la totalidad de los medios de información, la invasión rusa ordenada por el asesino Putin a Ucrania, es un desastre, una catástrofe, una tragedia o un drama humanitarios. Y es, en efecto, un desastre, una catástrofe, una tragedia y un drama, pero no humanitarios, sino humanos. Lo humanitario es, según la Real Academia Española, todo aquello que beneficia a la humanidad. Una guerra es un desastre humano, pero jamás humanitario. Humanitarias son las ayudas, humanitarios son los corredores no minados para evacuar a las víctimas civiles de los bombardeos. Humanitario es el dinero que se invierte sin beneficios ni intereses en aliviar el hambre, el frío, la soledad y la angustia de las víctimas de la guerra. Todo eso es humanitario. La tragedia es humana.
He releído la frase de un ruso que nada tiene que ver con Putin. Fiódor Dostoievski: «Llegará un día en el que la intolerancia será tan intensa que se prohibirá pensar a los inteligentes para no molestar a los imbéciles». Después de leer esta frase, que tiene varias versiones como consecuencia de las libres traducciones, repaso en mi tableta las últimas noticias de la criminal invasión rusa. Y El Mundo, que es un periódico con muchos redactores cultos y bien formados, nos informa de la destrucción de la ciudad de Mariúpol. «Mariúpol, cerca de la catástrofe humanitaria». Si Mariúpol está, no cerca, sino inmersa en una catástrofe, esa catástrofe es humana. Humanitario es socorrer a las víctimas de la catástrofe de Mariúpol. Pero no lo entienden. Remedando a Dostoievski: « Llegará un día en el que el analfabetismo será tan intenso que se prohibirá escribir a los que no cometen faltas de ortografía para no molestar a los analfabetos».
Conviene recordarlo y clavarlo en los tablones de avisos de las redacciones. «Humanitario/a: (Del latín humanitas/ atis) Adjetivo. Que mira o se refiere al bien del género humano. 2/Benigno, caritativo, benéfico. 3/ Que tiene como finalidad aliviar los efectos que causan la guerra y otras calamidades en las personas que la padecen. Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española. Vigésima Tercera edición. Edición del Tricentenario. Espasa Calpe».
El profesional que vive de la palabra, bien escribiéndola, bien informando a través de ella, está obligado a conocer su significado. Y en este caso, puedo asegurar que un altísimo porcentaje de escritores, periodistas, políticos y ciudadanos en general, han convertido la tragedia, el dolor y el drama de la humanidad en una circunstancia benigna, caritativa y benéfica.
Dejen pues, de decir burradas. Catástrofe humana. Lo humanitario es aliviar sus consecuencias.

Más de Alfonso Ussía​

 

GRETA Y LA GORDA​

Cualquier cosa menos dedicarle más tiempo a la niña-vieja, que no ha criticado la invasión de Putin. Mejor así.
marzo 16, 2022
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Desde que impactó el primer misil ruso en Jarkov, la primera ciudad mártir de Ucrania, la niña Greta Thunberg no ha abierto la boca. Bueno, la “niña” por escribir algo al tuntún, porque tiene más años que Edith Piaf, el ruiseñor de París, que en paz descanse. Gretita – y eso está bien escrito y no al tuntún porque es un tapón-, no debe considerar que los misiles rusos estropean el ambiente.

Si Gretita hubiese nacido en España estaría en el Gobierno, sección disidencia podemita. Disidencia muy limitada, porque los nombrados por Iglesias después de firmar su nauseabundo pacto con Sánchez, son disidentes de lengua, pero no más. Los sueldos y los presupuestos para derrochar están por encima de las ideas. Greta es millonaria. Sus padres lo han hecho muy bien, y la niña-anciana ha perdido fuelle. Pero ya han ahorrado lo suficiente como para vivir tres generaciones sin dar con un palo al agua. La humanidad no es humana cuando se apercibe de que una niña odiosa ha dejado de ser niña y se siente engañada.

Gretita no se ha puesto de largo porque en Suecia esas fiestas que fueron tan divertidas en mi juventud, ya no existen. Eran unas fiestas ridículas, pero de alto contenido jubiloso. En San Sebastián se puso de largo una millonaria cuyo padre se había fugado de una nación sudamericana con la mitad del dinero disponible para toda la nación. Más que de largo, se puso de ancho, porque era gordísima. Pero su puesta de largo marcó una época. Después de aquella fiesta, los padres de hijas de 18 años decidieron no seguir con la tradición, porque las comparaciones resultan muy molestas. Fuimos invitados a la puesta de largo de la gorda 600 personas. Se colaron más de 400, y aún así, sobraron langostas. La gorda bailó aquella noche sin parar. Su padre, el ladrón, admiraba los movimientos de su niña cuando bailaba el “twist”, y en un momento de extrema emoción, mientras la niña abandonaba la pista de baile para descansar un poco, el padre comentó a sus guardaespaldas, que eran más de veinte; -Mi “princesa” camina en “bellesa”– .Un amigo mío, heroico y decidido, tomó una decisión de la que nos hizo partícipes a todos los componentes de su pandilla. – Me caso con la gorda. Está forrada-. Y se casó con la gorda.

En el viaje de novios, que se inició en el “Palais” de Biarritz, mi amigo cumplió. Por la mañana, la gorda, después de darle el beso de “buenos días” – “que resultó espantoso”, según nos narró posteriormente-, se dio un baño. –Quiero estar limpita para ti-. Mi amigo aguardó y pasó media hora, una hora, hora y media, dos horas Acudió el cuarto de baño y se encontró a su mujer llorando en la bañera. Estaba encajada en ella, había hecho chupón, y no se podía mover. Fue desencajada por los bomberos – les pompiers-, de Biarritz, y mi amigo aprovechó para escapar mientras los bomberos –les pompiers-, la rescataban del chupón en la bañera, con los 100.000 dólares en efectivo que le había dado el padre para “compritas” durante la mal llamada Luna de Miel. Mi amigo intentaba justificar su actitud, pero sin capacidad de convencimiento. –Como comprenderéis, una mujer que se casa y al día siguiente la ven en pelotas todos los bomberos –les pompiers-, de Francia, no merece crédito alguno-.

Les parecerá una fantasía, pero lo que he contado es rigurosamente verídico. Para evitar la venganza, mi amigo se refugió en las islas Feroe, donde falleció dos años atrás.

Ignoro el motivo de haberles contado la historia de mi amigo y de la gorda que hizo chupón bañándose en el “Hotel du Palais”. Pero cualquier cosa menos dedicarle más tiempo a la niña-vieja, que no ha criticado la invasión de Putin. Mejor así.

Alfonso USSÍA
 

Heroísmo heredado​

¡En dos ocasiones en apenas un mes, se ha negado a saludar al Rey! ¿Es posible mayor heroicidad?
16/03/2022Actualizada 03:38
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Hay cargos institucionales que conceden eso que se llama el carisma. La heroicidad carismática también se hereda. Puigdemont, cuando era simplemente alcalde de Gerona, se limitaba a cumplir con sus responsabilidades municipales y pasar desapercibido fuera de los límites de Cataluña. Nadie adivinaba que bajo su sonrisa fácil, su cabello martirizado por una permanente tramontana, y su torso escondido a la manera de Wilfredo el Velloso, latía el corazón de un titán, de un héroe en ciernes. Y lo demostró con creces escapando de las temibles garras de sus perseguidores escondido en el maletero de un coche. Escribo dominado por la seriedad, no se confundan mis queridos lectores. Para recorrer más de un centenar de kilómetros encerrado en el maletero de un coche, hay que tener madera bizarra y resistencia de león. Un héroe en proyecto con heroicidad culminada, como fue el caso de Puigdemont, no siempre conlleva la molestia de ser conocido más allá de los límites de su nación. Y al superar la frontera de España con Francia, ya en suelo galo, el nuevo héroe abandonó el maletero y se acomodó en el asiento trasero del coche salvador, que tenía las lunas posteriores tintadas, por si las moscas. Y se estableció en Waterloo, en la antigua Flandes española, donde se recuerda con especial zozobra al Gran Duque de Alba.
Su heredero en la presidencia de la Generalidad de Cataluña fue don Joaquim –Quim– Torra, que tampoco había destacado por su heroicidad en lo que llevaba de vida. Pero heredado el sillón, heredó el carisma epopéyico de su antecesor. Su principal gesta, que le sirvió de reclamo de la admiración de toda Cataluña, fue la de atreverse a reconocerle al Rey Felipe VI que se sentía separatista y republicano. Aquello fue el despiporre. Un Presidente de la Generalidad de Cataluña, que se enfrenta al Rey de España y le suelta en sus narices semejante provocación susurrada. El Rey encajó el golpe, pero la herida le sangró en su interior. Se lo comentó a la Reina cuando se hallaron juntos en el helicóptero, que meses más tarde, le quitó el matrimonio Sánchez. «Leti, este Torra es un separatista valiente y decidido. Hay que tener cuidado con él».
Por desgracia para Cataluña, el heroico Torra dejó de ejercer su cargo. Abandonó el sillón de la presidencia de la Generalidad con millones de partículas titánicas. Y se sentó sobre ellas, después de haber ordenado que le cortaran las patas del sillón quince centímetros, con el fin de que le llegaran las piernas al suelo, otro republicano separatista que, inmediatamente, ya sentado sobre el almohadón complementario, sintió que por sus pies, sus piernas, sus glúteos, sus anchas espaldas y cruzando su estructura corporal hasta el corazón, le entraban cosquilleando su organismo, las invisibles moléculas de la heroicidad carismática. La herencia de los héroes. Lo del nuevo Presidente de la Generalidad ha superado toda proeza imaginable. Semanas atrás, se negó a saludar al Rey cuando Felipe VI acudió a inaugurar a Barcelona uno de los pocos congresos internacionales que le quedan. Y a la reunión del presidente del Gobierno con los presidentes autonómicos, llegó adrede con retraso para no estrechar la mano del Rey, que presidió los prolegómenos del acto, ni a posar en la foto junto a él. Cuando el Rey había abandonado el lugar, arribó el Muy Honorable Pere Aragonés, no por su interés de charlar con los presidentes de las autonomías, sino por la especial circunstancia de la invasión de Rusia a Ucrania, invasión que lleva en el alma con un doble sentido emocional. Está obligado a decir que Cataluña apoya a Ucrania, cuando en realidad, Cataluña –como se está demostrando–, le pidió a Putin dinero y soldados –chechenos, preferentemente–, para alcanzar la independencia. ¡En dos ocasiones en apenas un mes, se ha negado a saludar al Rey! ¿Es posible mayor heroicidad?
El carisma y el heroísmo se heredan. Y esta es la prueba.

Más de Alfonso Ussía​

 
Con todos mis respeto creo que 18 años es una barbaridad y la justicia que no es justa es una injusticia Asi que pisar, quemar una bandera Española que npos representa a todos no debe ser delito, amenazar verbalmente de una forma coloquial a Cumfraude se debe penar con 18 años de carcel, un desproposito total
Tranquila.es uno de la derecha, ultraderecha. Es el juez quién dictamina. No le caerán esos años,para nada.
 
Tranquila.es uno de la derecha, ultraderecha. Es el juez quién dictamina. No le caerán esos años,para nada.
Ni se quien es el juez, ni se quien es el juzgado a mi eso me da igual, lo que no me da igual es que la justicia sea injusta
 

CLASES EN COFIÑO​

Tenemos que acostumbrarnos a aprender toda suerte de oficios y manualidades mientras el Gobierno social-comunista y los sindicatos de clase marisquera, como UGT y CCOO, siguen viviendo y derrochando nuestro dinero sin freno ni provecho alguno.
marzo 18, 2022

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Estoy completamente de acuerdo con la huelga de los transportistas. Y espero que alcancen todos sus objetivos. El Gobierno nos arruina, los sindicatos nos chulean, los podemitas y socialistas derrochan nuestros impuestos, y los españoles tenemos que aprender a enfrentarnos a tareas que hace dos años se escapaban de nuestra imaginación. Aquí, en mi pueblo norteño, Ruiloba, que abraza el prado con el bosque y éste con la mar, hay dos grandes vaquerías. Leo que en los supermercados empieza a escasear la leche.

No hay en La Montaña tantas vacas de leche como antaño, cuando formaban parte de sus maravillosos paisajes. La esclavitud de ordeñarlas y el bajo precio de la leche ha animado a muchos ganaderos a sustituirlas por vacas de carne. Guardo el manuscrito de un precioso artículo de Antonio Gala que me dedicó hace cuarenta años. Se titula “Castilla Arriba”, y comienza así:

“Cuando vuelvo a los prados de Santander, tan jugosos, tan compactos, tan brillantemente verdes, siempre me asaltan dos temores. Que si respiro fuerte, me tragaré una vaca, y que si me siento sobre un prado, me crecerá la hierba a mí también”.

No obstante, es bueno ser precavido, de tal forma que junto al extraordinario restaurante-bar y colmado “Cofiño” de Caviedes, he recibido hoy por la mañana mi primera lección de ordeño.

“Cofiño” es de los cinco hermanos Cofiño, que conforman una familia unida y ejemplar. Las hijas, Anunciación –Nuncy-, Mari Cruz -Cruz- y Beatriz, -Bea la añorada-, que vive en Tenerife. Y los varones, Jóse, gran ganadero y Rubén –Rubenchu para mí-, alma de la barra y la bodega, la mejor de Cantabria. Como Jóse, casado con Pili, más florentina y renacentista que romana, tuvo en sus años mozos vacas de leche, le he pedido que me enseñe a ordeñar. Y aprovechando las primeras horas de la mañana, libre de clientela, me ha dado la primera lección. Me duele el dedo índice de la mano derecha, que no es imprescindible para ordeñar bien, pero que es el dedo que mejor domino en el teclado.

El alumno no ha estado a la altura del profesor. En treinta minutos, he conseguido sacar de la gran teta vacuna menos leche que la necesaria para alimentar con modestia a un gorrión. Si la leche empieza a echarse de menos en los supermercados y los ultramarinos, mi familia tendrá que ir acostumbrándose a prescindir de sus vitaminas. Lo siento por mis pechugas “vileruá” , y mis huevos encapotados, que aquí se hacen de maravilla en “La Venta de Abajo” de La Revilla por Encarna, y en el Real Club Estrada de Comillas, al mando de Raúl Herrera y de Marga y Elías, comandantes de la cocina, con Adolfo, Noelia y Zóe –no Zoé- de testigos.

En “Cofiño”, todo es bueno, menos los alumnos en ordeñar vacas. Con cinco toques de habilidad y destreza, Jóse llena un caldero, y con seiscientos intentos por mi parte, la vaca me mira un tanto excitada como diciéndome: -¿Por qué no dejas que me ordeñe al que sabe y tú te vas a la barra de una puñetera vez?- Por otra parte, resulta muy cansado, y mañana, sábado, tengo la segunda clase a las 9 en punto. Espero haberme recuperado del dolor dedil, porque en caso contrario, la vaca me mata.

Tenemos que acostumbrarnos a aprender toda suerte de oficios y manualidades mientras el Gobierno social-comunista y los sindicatos de clase marisquera, como UGT y CCOO, siguen viviendo y derrochando nuestro dinero sin freno ni provecho alguno. Eso sí, como soy muy precipitado ya me he encargado tarjetas de visita con mi nueva profesión. “Ordeñador de Vacas”. Porque “Ordeñador” a secas, puede dar pie a toda suerte de cábalas y rumores, no siempre acertados.

Alfonso USSÍA
 

El poeta de Neurona​

El autor de esa belleza, de ese poema cumbre de la poesía hispano-venezolana, del que ya se sabían leves irregularidades financieras, es acusado de trincón de comisiones no declaradas. Desmoronamiento


18/03/2022Actualizada 03:41
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Los titulares de los periódicos han sacudido mis cocochas. «La UDEF rechaza la documentación de Monedero. Facturó en falso a Neurona». «Monedero emitió una factura falsa y ad hoc para enmascarar el cobro de 26.200 euros a la consultora Neurona». Por lo leído, huyo del optimismo y me siento obligado a la rendición. También entre los poetas se cae en la golfería comisionista y oculta. El gran poeta de Chávez ha resultado ser un simple y elemental comisionista de Neurona.
Mi amor por la poesía española es invencible. Desde San Juan de la Cruz a Garcilaso, de Quevedo a Lope y Góngora, de Bécquer a Fernando Villalón, los satíricos del XIX, los del Veintisiete, la generación del 50, la Mística, la Bucólica, la poesía de piedra, dura y blanca de Pepe Hierro, la copla andaluza de Rafael de León… Tuve el privilegio de tener al maestro elegido, Santiago Amón, que también me llevó hasta Keats y Baudelaire.
Relación interminable. Entre todos, Muñoz Rojas y Dámaso Alonso, el eterno enamorado. «Solo sé que soy hombre y que te amo». La poesía de los bohemios, muy cercana a la golfería, pero no a los trinques comisionistas. Escribían para amar, para engañar, para vituperar, pero no para cobrar dineros políticos. Le fueron ofrecidos a Quevedo, los dineros, por el Conde Duque de Olivares y los rechazó por seguir siendo libre, y el Conde Duque por su «Padrenuestro Glosado» a Felipe IV lo enchironó en las mazmorras de San Marcos de León.
Y de repente, surge el poeta del Orinoco. Acuña la bellísima metáfora del agua paseada. El agua del Orinoco no fluye, no corre, simplemente pasea. Juan Carlos Monedero no se esfuerza en la métrica y la rima. Escribe el poema del agua paseada tal como le sale. Está agonizando Hugo Chávez, el motor, amor y pagador de su vida, y el poeta cumple con su cometido. Les transcribo su obra maestra.
He amanecido con un Orinoco triste paseándose por mis ojos.
Querer a Chávez nos hace tan humanos, tan fuertes...
Chávez es la señora que limpia.
Chávez es el señor que vende periódicos a la entrada del metro.
Chávez del vendedor de helados.
Chávez de la abuela que ahora ve y ahora tiene vivienda.
Chávez de la esquina caliente de Caracas y de la lonja de pescadores de Choroní.
Chávez de la poesía rescatada, de los negros rescatados, de los indios rescatados…
Chávez de lo que hoy es posible en América y que hace veinte años era imposible.
He amanecido con un Orinoco triste paseándose por mis ojos, y no se me quita.
Fuerza, Hugo. Aguanta. Aguanta para ayudarnos a quitarnos este miedo de la soledad de cien años.
Aguanta, Presidente, aguanta. (Juan Carlos Monedero)
Desde la Elegía por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías de Federico García Lorca no se había escrito un llanto poético como el de Monedero a Chávez. El agua –insisto–, pasea sus lágrimas por el Orinoco. Y Chávez lo es todo. Mujer que limpia, vendedor de periódicos y de helados, abuela que ve, esquina caliente, lonja de pescados de Choroní, poesía rescatada, rescatador de negros, rescatador de indios, quitamiedos de soledades de cien años… ¿Es posible reunir mayor belleza, tensar los versos con más suave fluidez, alcanzar cumbres –o tepuís–, más altas y vegetales que lo reunido, tensado y alcanzado por este poeta en su elegía adelantada a Chávez? Y de golpe, inesperadamente, el batacazo. Que el autor de esa belleza, de ese poema cumbre de la poesía hispano-venezolana, del que ya se sabían leves irregularidades financieras, es acusado de trincón de comisiones no declaradas. Desmoronamiento.
Hoy sí que he amanecido con un Cantábrico triste paseándose por mis ojos.
No rompiendo en los acantilados ante mis ojos. No muriendo desde las olas de la playa ante mis ojos. Simplemente paseándose, a lo que el Cantábrico no está acostumbrado, pero así ha sido y qué le vamos a hacer.
El poeta comisionista.
Como si fuera Corina.

Más de Alfonso Ussía​

 

Del Val: "Solo aspiro a que algún día me siente en la plaza del copiloto junto a mis hijos y que me recuerden"​

La imagen del día de la mano de Luis del Val en Herrera en COPE, en homenaje al Día del Padre "con anticipación"
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Del Val: Solo aspiro a que algún día me siente en la plaza del copiloto junto a mis hijos y que me recuerden​

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Madrid
Tiempo de lectura: 2' 18 mar 2022 - 10:03 Actualizado 10:47
Luis del Val pone el foco de la imagen del día de "Herrera en COPE" en la celebración de la festividad del Día de San José, que se celebrará mañana 19 de marzo, Día del Padre:

Algunos días, cuando voy por la autopista, de ida o de vuelta a Madrid, se sienta a mi lado mi padre. Teniendo en cuenta que mi padre murió hace ya bastantes años, podría sorprenderme, pero ocurre con tanta frecuencia que me parece algo perfectamente natural, porque no es que se encuentre físicamente en el vacío asiento del copiloto, sino que está sentando en mi cerebro y, de repente, empuja sudoroso la bicicleta, sujetando el sillín para que no me caiga, o me cuelga sobre sus hombros, y veo la procesión de Semana Santa, con esa placentera sensación de estar a hombros de un gigante. Y, nuestro padre, no cabe duda de que fue nuestro gigante.

A veces, cuando salgo a pasear, no todos los días, pero con alguna frecuencia, me tropiezo con una pareja de hombres que caminan muy despacio. El más mayor creo que es o está a punto de ser nonagenario, y el más joven debe andar por la sesentena. No hay que ser demasiado perspicaz para intuir que son padre e hijo, y les saludo, y ellos me corresponden con pausada cortesía. El anciano ase en su mano derecha un bastón, y la mano izquierda se agarra fuertemente a la mano de su hijo. Así camina despacio, pero seguro. Algunas veces, se detienen, pero el anciano no suelta la mano del hijo, ni deja de apoyarse en el bastón, lo que nos habla de un hombre prudente.

Y algunos días, Carlos, viéndoles, me acuerdo de mi padre, agarrado a mi brazo, camino del AVE de Zaragoza, o de ese padre joven, que bailaba un tango con mi madre, en el ocaso de una boda. Porque, de haber tenido la fortuna de no ser huérfano, tienes contigo al padre joven, al maduro, y al anciano. Y, en esa pareja de la que te doy noticias, me identifico con el sesentón, que sujeta a su nonagenario padre, como el hijo que fui; mientras, cuando contemplo al padre anciano, no me cuesta nada imaginarme que es ése niño que yo seré, esa vuelta a la fragilidad, esa infancia de mentira, a la que te devuelve el tiempo. Y sólo aspiro a que, cuando ya no esté, algún día, me siente junto a la plaza del copiloto en el coche que conduzcan mi hijo o mi hija, y me recuerden. Feliz, y anticipado día del padre, a todos los padres. Y un abrazo a todos los hijos que podrán acompañarnos, y ayudar a caminar, al niño que seremos.
 
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