ARTICULOS QUE NOS PUEDEN INTERESAR

Defensa​

27 febrero 2022
2B607B0E412A6071E3E32F6071E157.jpg

Desde Felipe González hasta la actual calamidad de Pedro Sánchez, pasando por Aznar, Zapatero y Rajoy, la víctima de los Presupuestos Generales del Estado ha sido siempre el Ministerio de Defensa. Se han derrochado miles de millones de euros en chorradas y chiringuitos de amigos, en inutilidades, en robos y comisiones, y los militares han sido los que han soportado la humillación constante de la mengua. No obstante, a menos dinero, más entusiasmo, a salarios congelados, mayor servicio, y a material caducado, más decencia y vocación. No tenemos unas Fuerzas Armadas operativas por la cultura de Defensa de nuestros gobiernos. Las tenemos gracias a los sacrificios y la honestidad de los militares, los de Tierra, Mar y Aire. Con Leopoldo Calvo Sotelo entramos en la OTAN, el acuerdo se ratificó con Felipe González y el refrendo positivo, con Aznar se suspendió el Servicio Militar por orden de Jordi Pujol, y con Zapatero, Rajoy y Sánchez se mantuvieron las rebajas presupuestarias para Defensa. No cumplimos con los compromisos de inversión que exige la OTAN, y contamos -todavía-, con el valor, la honradez y la vocación de servicio de los militares, que son los que mantienen la esperanza. Estamos creando una venidera generación de vagos e indolentes, de jóvenes que lo han tenido todo sin aportar nada, ajenos a la educación y la disciplina, además del amor a España, que se enseñaba y se aprendía en los campamentos y unidades militares nutridos año tras año con 150.000 soldados y marineros procedentes de todos los rincones de España que servían sin desigualdades ni privilegios en un Servicio Militar donde nadie era más que los otros, y donde ninguno era menos que los demás.

Cita:
Los españoles dormimos tranquilos olvidando a los que nos procuran la tranquilidad, desde tierra, desde la mar y desde el aire
Las Fuerzas Armadas han constituido la institución más respetuosa con la Constitución, la ley, la democracia y la lealtad a España y por España, siendo maltratadas por una sociedad que no sabe agradecer su constante servicio. Hoy, con lo mínimo, siguen siendo los más grandes. Los españoles dormimos tranquilos olvidando a los que nos procuran la tranquilidad, desde tierra, desde la mar y desde el aire. No se quejan. Un General y un Almirante se jubilan con una cantidad ridícula después de 40 años de servicio a España. Van allá donde se les ordena y vuelven cuando son ordenados para el retorno. Los soldados y marineros profesionales son, en conjunto, excepcionales, pero la tacañería en los Presupuestos obliga a unas jubilaciones adelantadas absolutamente inaceptables. Mientras nos gastamos -o derrochamos- el dinero en asesores, chorradas, gastos innecesarios, bandas de amigos, subvenciones millonarias, obsesiones sexuales, abusos del dinero público y constantes concesiones económicas a quienes no han cotizado ni un día a la Seguridad Social, la defensa de España se la encomendamos a unas Fuerzas Armadas que nos dan muchísimo más de lo que reciben.

Cita:
Ucrania nos recuerda desde su dolor la importancia que tiene para todos un concepto claro de lo que significa la Defensa, con mayúscula
España tiene que equilibrar su deuda con los militares, y con la Guardia Civil, y con la Policía Nacional, que no es militar, pero entra en acción como si lo fuera en situaciones extremas. En Ucrania se ha demostrado. Los GEO de la Policía se han jugado la vida custodiando convoyes hasta la frontera con Polonia y devolviendo la libertad a centenares de refugiados que huían de la destrucción.

No se trata de gobiernos conservadores, socialistas o de la ultraizquierda separatista y terrorista. Se trata de todos los gobiernos. Ucrania nos recuerda desde su dolor la importancia que tiene para todos un concepto claro de lo que significa la Defensa, con mayúscula. El que no tenemos en España. Miles y miles de millones se tiran a las cloacas del amiguismo y la estupidez todos los años. Y encima pretendemos que nuestras Fuerzas Armadas nos defiendan. Y lo sorprendente es que lo hacen, mientras los españoles no sabemos agradecerlo.
 

El blando​

Hasta las avergonzadas mesnadas de comunistas y subvencionados se han visto obligadas a interpretar el papel de enfadados con Putin
28/02/2022Actualizada 03:35
2961F65FBF3061ED35723661ED32D5.jpg


He saludado en dos ocasiones a Rodríguez Zapatero. En un multitudinario festejo en el que se celebraba un aniversario de La Razón, y en la Universidad Católica de Ávila, muy cercana a Mauricio Casals, que organizó un debate público entre Zapatero y Monseñor Cañizares moderado por Marhuenda. Aquello fue un desastre. Casals, que es listísimo, camuflaba su honda amistad oculta con Zapatero utilizando a monseñor Cañizares, un santo varón descolocado fuera del ámbito divino. Mi primer encuentro con Zapatero duró menos de una cuarta parte que la charla a toda carrera de Sánchez con Biden. Más o menos cinco segundos. Y en la Universidad Católica de Ávila, lo mismo, si bien disfruté de la bronca que le dedicaron los centenares de asistentes que llenaron el salón de actos de la Universidad Casalsiana. Por ello, no puedo presumir de conocer a Zapatero, porque diez segundos en la vida no llegan ni a pedorreta de colibrí con gastroenteritis. Pero sí puedo afirmar con conocimiento una característica de Zapatero digna de ser analizada. Al saludar, lo hace con la mano blanda, flácida. Más que una mano me pareció un marshmallow, esos dulces ingleses que se deshacen en la boca al instante de recibirlos en ella.
No obstante, con mano blanda o mano firme, Zapatero llevaba un mal camino. Todavía no viajaba a Venezuela con la asiduidad de ahora, pero previamente había situado a España en los aledaños de la tiranía bolivariana. Su fotografía en la Casa Blanca, con los Obama, su mujer y las dos niñas vestidas de góticas, ya formaba parte de mi archivo, en la carpeta
Imágenes Terroríficas del Siglo XXI. Cuando fue invitado por las urnas a abandonar La Moncloa, conocimos al auténtico Zapatero, colaborador preciso y puntual de tiranos, representante de dictadores y presumible empresario de la minería aurífera a cambio de su plena disposición. Pero hay que reconocerle un afán de superación en la maldad insuperable. Hace pocos días, mientras el poderoso Ejército ruso violaba las fronteras de Ucrania y procedía a invadirla a sangre, fuego y muerte de los heroicos ucranianos, Zapatero se ubicaba, junto a la banda que le acompaña en el Grupo de Puebla, a favor de Putin y en contra de cualquier sanción internacional a Rusia.
En España, hasta las avergonzadas mesnadas de comunistas y subvencionados se han visto obligadas a interpretar el papel de enfadados con Putin, Y han aplicado su mentiroso mensaje de «No a la Guerra», que es leyenda cínica y vomitiva. La guerra es cosa de dos, y en este caso, ha sido acción de uno. Uno ataca e invade con una fuerza infinitamente superior, y el invadido se defiende heroicamente desde su inferioridad. Sin apenas ayudas, porque Europa está reunida y no debe ser molestada. Ese mensaje del «No a la Guerra» que Movistar Plus ha colgado en todos sus programas y cadenas, es una mentira. «No a la invasión rusa» sería el mensaje justo, equilibrado y adecuado. Pero Zapatero, y eso hay que valorarlo, no ha perdido el tiempo en buscar disfraces ni mensajes cínicos. Ha reconocido su pleno apoyo al invasor ruso, y eso dice mucho de él. Demasiado, quizá. Pero no engaña.
Zapatero, que reconoce haber visto 500 veces la película Bambi, esa tontería, en compañía de sus hijas en sus tiempos infantiles pre-góticos, es un perverso colaborador de tiranías comunistas. Un gran español, un personaje inmenso, me lo advirtió pocos días después de conocer al magistrado-juez inhabilitado por prevaricación, Baltasar Garzón.
«Nunca te fíes de los hombres que saludan con la mano blanda, y de los que, teniendo aspecto de barítonos les sale la voz de pito de las sopranos».
Zapatero y Garzón. Y nada me fío de ellos. Los de Puebla. Los que aplauden al invasor de Ucrania.

Más de Alfonso Ussía​

 

EL AUTOBÚS ERRANTE​

Cataluña carece de entidad para recoger refugiados y rezagados
marzo 1, 2022

286095241A34608BF9C02C608BF730.jpg


La Generalidad de Cataluña ha enviado a la frontera de Polonia con Ucrania un autobús con el fin de repatriar a veinte catalanes que aún permanecen en la nación violada por Putin. Son muchos los kilómetros que separan Barcelona de la línea fronteriza. Más o menos 2.000 kilómetros. El autobús de salvamento catalán partió de Barcelona vía Toulouse, Turín, Milán, Zürich, Munich, Praga, Todz y finalmente Varsovía. Allí, el conductor se ha quitado la barretina y ha descendido hasta la frontera ucraniana. Treinta horas de conducción, deteniéndose exclusivamente en las estaciones de servicio para llenar los depósitos de combustible y cambiar el agua al canario.

Entretanto, la Generalidad se ha puesto en contacto con los veinte catalanes, y éstos han respondido que prefieren viajar de vuelta a España en un avión, tren, autobús o varios taxis amparados por el Gobierno español. Cuando ha llegado el autobús “catalá” a la frontera, se le ha impedido el paso, porque Cataluña carece de entidad para recoger refugiados y rezagados. Así lo ha reconocido según escribe Bieito Rubido en El Debate, la consejera de Acción Exterior, doña Victoria Alsina. La consejera, después de haber alquilado el autobús ha recordado que el gobierno catalán no tiene competencias para repatriar a los veinte catalanes y de ahí que el autobús se haya quedado bloqueado en Polonia. En vista de ello, el heroico conductor se ha entregado al sueño durante dos horitas, y con el coraje y la fuerza que caracteriza a los grandes dirigentes catalanistas, como Puigdemont, haya partido hacia Varsovia, Todz, Praga, Munich, Zürich, Milán, Turín, Toulouse, y de ahí, con un forúnculo naciente en su posadera derecha, hacia Perpignan y finalmente, Barcelona.

En Barcelona ha acudido a la ventanilla de pagos de la Generalidad, y le han dado un papel en el que reconocen el trabajo cumplido que será abonado a noventa días, porque si le pagan en efectivo, no queda dinero para enviar este mes a Puigdemont, el héroe de Gerona, “l´heroi de Girona”, escrito en catalán gracias al asesoramiento de mi profesor Francesc Viladomill Papiolas-Befalú. Le he llamado a su casa, interrumpiendo su intimidad, y le he preguntado: -Profesor, ¿Cómo se escribe en catalán de inmersión lingüística “el héroe de Gerona”?-. Don Francesc ha superado la emoción y después de deducir que se trataba de Puigdemont, me lo ha dicho: -No se equivoque porque es completamente distinto en catalán que en español. Se escribe “l´heroi de Girona”-. Después, ya en la charlita posterior me ha revelado que también se le conoce por el “Titán del Maletero”, en catalán, “Titá del Maleter”, pero creo que, en justicia, le encaja mejor a su sentido del honor y la resistencia, “L´heroi de Girona”. Y el del autobús se ha quedado sin cobrar en efectivo, lo cual tampoco es una sorpresa merecedora de un soponcio o un pipirlete.

Así que, después de 4.000 kilómetros, la Generalidad no ha podido traer a nadie porque carece de competencias y no han permitido al autobús cruzar la frontera. Y porque ninguno de los veinte rezagados se ha atrevido a experimentar tan ocurrente aveuntura.

Hasta en las situaciónes más trágicas, hacen el ridículo.

Alfonso USSÍA
 

Comunista​

España no puede presentar una actitud de dignidad teniendo en su Gobierno a representantes del comunismo más atroz y cretino
01/03/2022Actualizada 04:59
2961F65FBF3061ED35723661ED32D5.jpg

Parece mentira que algunos –muchos–, pretendan colarnos la farsa del anticomunismo de Putin. Alcanzar, en la juventud, altas responsabilidades en la KGB sólo estaba al alcance de un comunista férreo y compacto. La KGB no se equivocaba en la selección de los suyos. Cuando España y la URSS establecieron relaciones diplomáticas al máximo nivel, el primer embajador soviético en España fue Sergio Bogolomov. Se trataba de un personaje insignificante, casado con una mujer guapísima y siempre cubierto por una gabardina, como si Madrid fuera Manchester. Juan Garrigues Walker, mi inolvidable amigo, presidía una sociedad de exportación de productos españoles a la URSS, Ciex. El anterior Delegado, Yury Khozyn, era muy amigo de Juan, pero los grandes negocios se los asignaba a Prodag, cuyo máximo accionista era Ramón Mendoza. Juan se desvivía con los soviéticos y Mendoza los maltrataba, pero entre don Ramón y la sociedad de la familia March se repartían lo mejor del pastel. Eso sí, los soviéticos –Afanasiev, Nadolnik– jugaban al ajedrez en casa de Garrigues, también frecuentada por el brillante periodista Pablo Sebastián, gran amigo de Juan y experto ajedrecista.
Con la llegada de Bogomolov se abrieron las esperanzas exportadoras de los Garrigues, pero todo siguió igual. Por su formación y educación, Juan –que tenía un gran parecido con Humphrey Bogart–, era jerárquico, y respetaba la autoridad del embajador, cuando el que mandaba de verdad en la Embajada de la URSS era un jovencísimo subalterno, Igor Ivanov, que hablaba un español perfecto, simpático, abierto, duro y de la KGB. Cuando la URSS se descompuso, Ivanov representó a la Confederación Rusa en España y finalmente lo destinaron a Moscú con el cargo de viceministro de Exteriores. Contemporáneo de Lavrov. Todo esto para explicar lo complicado que resultaba dominar la jerarquía en la embajada soviética. El embajador dependía de Ivanov, el subalterno, al que obedecía con mansedumbre, y el propio Ivanov trataba con infinito respeto a Antonio, el chófer del embajador, que fue llevado a Rusia con centenares de niños españoles al finalizar la Guerra Civil, y también pertenecía a la KGB. Así que le ordenaba Bogomolov a su chófer que le llevara a la Embajada de Pakistán, y el chófer le decía al embajador: «Lo haré si yo quiero». Un dislate.
Como apunta el editorial de El Debate, «no se puede rendir lealtad a Bruselas, la OTAN, Washington, o la ONU, si al mismo tiempo se toleran las posturas de Podemos, IU, Bildu, Compromís, ERC, o el Grupo De Puebla». De ahí que Sánchez, en estos momentos cruciales para el mundo, sea un postergado por su innecesariedad y tomado por el pito de un sereno.
Putin es un comunista –lo ha reconocido– que añora el poderío territorial de la URSS. Un comunista convencido capaz de todo para imponer de nuevo la tiranía y levantar los muros que derribaron los luchadores por la libertad.
Si puede, y podrá, Putin asesinará a Zelenski, la antítesis de Puigdemont. Putin ayudó a los separatistas catalanes, porque todo lo que se fraccione en Europa ayuda a su empresa. Putin es la KGB. Y los que defienden a Putin, además de los partidos separatistas, estalinistas y terroristas que votan a favor del Gobierno social-comunista de Sánchez, son Cuba, Venezuela, Irán, Corea del Norte y Juan Manuel de Prada en su sorprendente artículo del 28 de febrero enABC.
Se confirma la muerte en acción de guerra de la escritora Iryna Tsvila defendiendo Kiev. Se confirma, y no es postureo, la participación armada, con el empleo de soldado, de Miss Ucrania, Anastasiia Lenna, en primera fila de combate contra los invasores de la capital de Ucrania. Miles de mujeres han tomado las armas, pero ni Irene Montero ni Yolanda Díaz –«El comunismo es la democracia y la igualdad. Por favor, no frivolicemos»–, tienen en cuenta el heroísmo de las mujeres ucranianas. España no puede presentar una actitud de dignidad teniendo en su Gobierno a representantes del comunismo más atroz y cretino.
Es muy complicado entender algunas cosas. En Rusia, manda la KGB. Todavía.

Más de Alfonso Ussía​

 

EXCELSA VACUNACIÓN​

“Hemos vacunado al 100% de los venezolanos. Perdón, al 102,6% de los ciudadanos de Venezuela”
marzo 2, 2022
286095241A34608BF9C02C608BF730.jpg

En la Rumanía comunista de Ceaucescu se reunieron todos los diputados “representantes del Pueblo” para oír una prédica del Presidente.

A Ceaucescu le gustaba, que después de sus discursos, los “representantes del pueblo” refrendaran, mediante democrática votación, el contenido de sus palabras. El discurso de aquella mañana tenía. como objetivo, endurecer las sanciones a los cazadores furtivos de osos. Los osos rumanos eran todos para él. Efectivamente, las sanciones propuestas por Ceaucescu eran más desagradables que las vigentes hasta aquel momento. Matar un oso sin permiso conllevaba la pena de muerte del cazador. El discurso fue muy aplaudido y votaron los diputados a favor o en contra. Estuvo tan convincente, que todos lo hicieron a favor. De los 450 representantes del pueblo, 453 votaron a favor de las nuevas sanciones a los cazadores furtivos de osos. Es decir, que votaron los 450 representantes y tres osos, porque en caso contrario, no se entendería el resultado.

Durante el régimen del Generalísimo Franco, existió una institución, un alto organismo, en el que se acogía a ilustres políticos, empresarios, científicos, catedráticos y militares en edad de retiro. El Consejo Nacional, que ocupaba el Palacio de la plaza de La Marina, el actual Senado. Los dictámenes del Consejo de Estado no eran vinculantes, y poco a poco, las reuniones de sus miembros se fueron aplazando con mayor generosidad. Pero una vez al año, todos sus componentes acudían a oír el discurso anual que les dedicaba el Jefe del Estado. Don José María Pemán, con su agudeza gaditana, definió las funciones de dicho organismo: “El Consejo de Estado se reúne una vez cada año para oír y aplaudir el discurso de su Aconsejado”.

El elegante y culto presidente-tirano de Venezuela, Nicolás Maduro, en interesante parlamento retransmitido por todas las cadenas de televisión y radio de la República Bolivariana de Venezuela, ha detallado el insuperable éxito de su Gobierno en la campaña de vacunación contra el Covid-19 del pueblo venezolano. Un porcentaje fabuloso. “Hemos vacunado al 100% de los venezolanos. Perdón, al 102,6% de los ciudadanos de Venezuela”. Creo que es un ejemplo a imitar. Vacunar con dos dosis al 102,6% de los venezolanos es empresa que merece el reconocimiento mundial. Hay que nombrar a Maduro – y me complace ser el pionero del proyecto y la petición-, Presidente de Honor de la Organización Mundial de la Salud, y presentar su solicitud –que me propongo firmar si se considera necesario-, al Premio Nobel de Medicina.

Para que luego vaya diciendo la gente que es un animal de bellota, un burro, un analfabeto y un asesino. ¿Cómo va a ser un asesino un gobernante que vacuna al 102,6% de sus gobernados? Eso no lo hacen los animales de bellota ni los mulos de pesebre, ni los que torturan a los disidentes. Es más, si me apuran – no lo hagan-, su caso puede ser digno de apertura de expediente para subir a los altares.

Eso es eficacia. Qué tío.

Alfonso USSÍA
 

Biden y la Belarra​

El que ha errado ha sido Sánchez. Después de presumir de haber llamado a Zelenski, el propio Zelenski se ha olvidado de mencionarlo en su agradecimiento a los dirigentes europeos
02/03/2022Actualizada 03:19
2961F65FBF3061ED35723661ED32D5.jpg

EnLa Vanguardia de Godó, se han enfadado mucho con Borrell. Por una vez que Borrell dice algo sensato y verídico, el periódico del Grande de España y Pequeño de Cataluña al servicio de la Generalidad, se manifiesta profundamente herido. «Los ucranianos –ha declarado Borrell–, están resistiendo y, gracias a Dios, Zelenski no es un líder que huya escondido en un coche». No sólo no huye escondido en el maletero de un coche como el «heroi de Girona o Titá del Maleter», sino que se enfrenta a la invasión de uno de los ejércitos más poderosos del mundo.
Puigdemont huyó de Cataluña de un Ejército inexistente y de una Guardia Civil y Policía Nacional con órdenes expresas de no hacer pupa a nadie.
La comparación es acertada y en La Vanguardia saben que Borrell no ha errado el dardo en la diana ni un milímetro.
El que ha errado ha sido Sánchez. Después de presumir de haber llamado a Zelenski, el propio Zelenski se ha olvidado de mencionarlo en su agradecimiento a los dirigentes europeos. Sánchez, enfadado por haber sido sorprendido en enaguas silvestres haciendo pipí en el estanque de los cisnes monclovinos, se ha opuesto a enviar armas a la heroica resistencia ucraniana. Consecuencia de la advertencia de Yolanda Díaz, Ione Belarra, Irene Montero, Alberto Garzón y demás comunistas de su Gobierno. El único Gobierno de la Europa libre con posaderas de comunistas sentadas en el Consejo de Ministros. Por el contrario, han anunciado el inminente envío de armas a Ucrania, Alemania, Bélgica, Croacia, Dinamarca, Francia, Letonia, Luxemburgo, Países Bajos, Suecia, Estonia, Eslovaquia, Italia, Portugal y Polonia. España no lo hace por una tal Belarra, que en nombre del resto de sus compañeros gobernantes comunistas, se lo ha prohibido a Sánchez. Y esa birria es lo que tenemos los españoles de presidente del Gobierno. Eso sí, hemos enviado a Ucrania cascos, chalecos y toda suerte de esparadrapos.
Las confusiones crean otras confusiones. El presidente de los Estados Unidos de América, que también va a enviar armas a Ucrania, ha convocado en Washington una gran reunión de dirigentes del mundo occidental para consolidar la posición común frente a la invasión rusa de Ucrania. Y no ha invitado a Sánchez, presidente del Gobierno de una nación que forma parte de la OTAN, de la Unión Europea y de la ONU. Se comenta en la Casa Blanca, que Biden ha prescindido de Sánchez por dos motivos: porque no se fía de Sánchez y porque no manda. «Si hay que invitar a un gobernante español, que venga el que manda, no el que obedece». Y es muy probable que la Belarra reciba la invitación en las próximas horas. El problema es que la Belarra sólo habla en español y en vascuence batúa, y no sabe ni patata de inglés. En Podemos le han procurado, por si recibe el plácet de la Casa Blanca, un volumen de aprendizaje meteórico de inglés básico. Y según mis fuentes podemitas, ya ha estudiado y aprobado con nota la lección primera. My tailor is rich.
No sirve para nada, pero da el pego, y dar el pego es algo que en Podemos se domina.
Sánchez está tan dolido con Biden como La Vanguardia con José Borrell, y le ha dicho a la Belarra que, de ser invitada como representante de España a la gran reunión, se tiene que pagar los billetes de avión y la estancia en Washington. Que con él no se juega. Y la Belarra le ha respondido que, de recibir la invitación, viajará en el avión transoceánico del Ejército del Aire, y con el catering que ella elija. Cigalas cocidas, solomillos de ternera, jamón 5 Jotas, Reserva de Riscal y champagne francés. Y se lo ha dicho con tanta autoridad, que Sánchez ha replicado con humilde obediencia. «Vale, vale Ione, lo que tú mandes».
Pero, o mucho me equivoco, o esa invitación no se va a recibir, y la gran reunión del mundo libre se va a celebrar sin representantes del Gobierno de España. Sería como invitar a Putin a una reunión contra Putin. Y Biden está gagá, pero no tanto.

Más de Alfonso Ussía​

 

Exclusiva mundial​

Me reconozco culpable de haber intuido que sería la Belarra la invitada española a la Gran Reunión de líderes mundiales en Washington para hacer causa común contra Putin. Me considero suficientemente informado por las mejores fuentes para asegurar que la representante española, será Adriana Lastra
03/03/2022Actualizada 03:2
2961F65FBF3061ED35723661ED32D5.jpg

Me equivoqué gravemente en mi artículo de ayer, 2 de marzo. Biden no ha invitado a la Belarra, ni piensa hacerlo. Me lo ha asegurado Catherine Goldswall, con toda probabilidad la mujer más enterada de cuanto acontece en la Casa Blanca. La función de Catherine Goldswall es de fundamental importancia estética. Es la que, todas las mañanas, a golpe de timbrazo, se presenta en el dormitorio presidencial y le anuda la corbata a Biden. No es fácil hacerle un buen nudo de corbata a Biden, porque tiene un cuello confuso. Si se fijan bien, el cuello de Biden recuerda un poco, sólo un poco, a la Torre de Pisa. Es un cuello firme, pero escorado. Y la señora Goldswall, consigue anudarle la corbata en el centro justo de su camisa, y mientras lo hace, Biden le cuenta chismes y confidencias.
Conocí a la señora Goldswall en un Congreso de Viudas Asintomáticas que tuvo lugar en Toronto. No fui como viuda. Me contrató la empresa decateringpara dirigir la realización de pinchos para los aperitivos. Mi gran especialidad es el llamado «Pincho de Granja y Mar». Se procede a cortar el pan Bimbo o similar, en pequeñas rodajas. Sobre las rodajas se instalan otras, similares de perímetro de huevo cocido, de huevo duro, pero ni duro ni blando. En su punto. Se pincha en el medio de la yema con un palillo una anchoa de lata buena, enrollada en sí misma, y se aplica sobre ella dos gotitas, dos lágrimas de mayonesa o mahonesa, que son idéntica cosa. Mahonesa, de Mahón, decimos los españoles, y «mayonaisse» los franceses para no reconocer su origen español. Es labor minuciosa, y a la señora Goldswall le entusiasmaban mis pinchos. Me lo agradeció con su enorme cariño, propio de una viuda asintomática. Y me llama con frecuencia para contarme ocurrencias de Biden que, según parece, es muy divertido, dicharachero y pillo en la intimidad.
«No tengo ningún interés en hablar con Sánchez. A mí, la que me gusta y me pone es Adriana Lastra». Los americanos son muy suyos en los gustos. A mí, personalmente, no me gusta nada Adriana Lastra, pero respeto a quienes la ven como un amanecer rosado o un crepúsculo anaranjado, como escribió Antonio Gala en suManuscrito Carmesí.
Libro de difícil lectura pero de indudable belleza en las descripciones paisajísticas. ¿Qué habrá visto Joe Biden en Adriana Lastra? A veces, la lejanía, mediante sueños, dibuja mejor los perfiles del ser amado que la presencia inmediata. No obstante, le he preguntado a Catherine Goldswall, mi querida amiga anudadora de corbatas y viuda asintomática, si Biden le ha confesado en algún momento el rasgo, anímico o físico, que más le llama la atención de Adriana Lastra. Y cuando le he formulado la pregunta, mi confidente ha reído alborozada al otro lado del océano, respondiéndome que no me lo podía decir porque le ha prometido a Biden discreción, ya que se trata de una pillería muy traviesa. Así que me reconozco culpable de haber intuido que sería la Belarra la invitada española a la Gran Reunión de líderes mundiales en Washington para hacer causa común contra Putin.
Me considero suficientemente informado por las mejores fuentes para asegurar que la representante española en dicho evento, será Adriana Lastra.
Solicito el perdón de los lectores de El Debate, y les ofrezco esta exclusiva mundial, a todas luces sorprendente. Vaya una cosa por la otra.
El amor es como el fado portugués. «Não se define; sente-se». No se define, se siente.
Pues eso.

Más de Alfonso Ussía​


 

LA FLAMENCA​

Macarena Olona está guapísima con un traje de flamenca que se dispone a lucir en la Feria de Sevilla
marzo 4, 2022
286095241A34608BF9C02C608BF730.jpg

Doña Teresa Rodríguez de Kichi, se ha molestado de celos con Macarena Olona. Antepongo el “doña” a Teresa Rodríguez porque de unos años hasta hoy ha hermoseado en exceso. Aquel cuerpo que lucía en espléndida desnudez playera, es memoria en el olvido. Claro, que su Kichi también ha hermoseado desde que fue elegido por los gaditanos para ensuciar Cádiz. El tiempo pasa. Quién esto firma, era un junco hasta que cumplí los 50. A partir de ahí, como Kichi y doña Teresa, engordé bastante. Con el fin de poder usar los trajes que me hice a medida – entre ellos, los últimos de Collado-, moderé mis caprichos culinarios y licopódicos y he llegado a un término medio que roza la excelencia. Los trajes y las chaquetas Teba me aprietan un poco, pero puedo seguir envejeciéndolos.

Kichi no. Kichi, de haberlo tenido, se pone un traje de sus tiempos pre-munícipes y estalla. Y lo mismo sucede con doña Teresa Rodríguez, que al paso que va tendrá que pedir prestados sus fondos de armario a Cristina Almeida.

Y todo, porque Macarena Olona está guapísima con un traje de flamenca que se dispone a lucir en la Feria de Sevilla. Y si es posible, en la de Jerez y la del Puerto de Santa María, y en las de Córdoba y Málaga. A doña Teresa Rodríguez de Kichi le han tenido que confeccionar un vestido de flamenca, que los cursis dicen “de faralaes”, con los restos de un paracaídas americano de la base conjunta de Rota. Y además, bastante feo.

Y como buena comunista, amén de andalucista excluyente y putinista – de Vladimir-, le ha escrito a Macarena Olona que no es andaluza y que su vestido parece un disfraz de carnaval. Dice así el mensaje colgado en las redes: “Las mujeres en Andalucía nos vestimos de flamenca para la feria. Macarena Olona se disfraza de flamenca, que no es lo mismo, para fingir ser lo que no es. Muy adecuado para los carnavales en los que estamos, Macarena”. En el fondo, lo que amarga o mueve a risa a doña Teresa Rodríguez de Kichi, es que una mujer nacida en Alicante tenga la osadía de vestirse de flamenca. De flamenca en la Feria de Sevilla se vistió hasta la Princesa Gracia de Mónaco, nacida Grace Kelly, y aquel año fue la mujer más guapa de la Feria. Pero las totalitarias son así. Sobre todo si la osada que se atreve a vestirse de flamenca sin haber nacido en Andalucía, además de una señora como la copa de un pino y con la cabeza mejor amueblada que el Palacio de las Dueñas, está guapísima. Yo no me disfrazo de escocés. Tengo un conjunto escocés de gala, con el “Kilt” del clan McPherson, chaqueta negra, “spoon” de plata para sentarme sin peligro, y medias a elegir, blancas o negras. Lo compré en una sastrería de Savile Row en Londres, me costó lo que no tenía, y me lo he puesto en tres ocasiones, como máximo. Pero no es un disfraz. Hasta Sean Connery me lo envidiaría. El vestido de flamenca de Macarena Olona, además de chulísimo, como dice Yoly, se realza con el cuerpo que lleva dentro y el rostro y la expresión de quien surge del vestido. Eso es envidia, gordi, lo cual no me puede extrañar, porque al comunismo no se accede mediante la inteligencia, pero sí como consecuencia de la envidia.

En fin, que ¡Arenal de Sevilla y olé, Torre del Oro!

Alfonso USSÍA
 

El retorno​

El Rey Juan Carlos I fue obligado a abandonar España sin cargo alguno contra él y sin estar imputado por ningún delito. Su ausencia ha constituido una anormalidad pavorosa. Y, en mi opinión, ha carecido de la defensa de quienes más tendrían que haberle defendido
05/03/2022Actualizada 03:22
2961F65FBF3061ED35723661ED32D5.jpg

La Fiscalía, muy a pesar de la fiscal general, de Pedro Sánchez, de Carmen Calvo, de Pablo Iglesias, de los herederos de la ETA, de los separatistas catalanes, de los comunistas decadentes, de Corinna como se llame y de los periodistas obsesionados, ha exculpado al Rey Don Juan Carlos I y archivado su caso por la inviolabilidad, el tiempo transcurrido y los vagos indicios. Se trata de una exculpación en toda regla, no excesivamente amable, por no decir que malhumorada. Su retorno a España no puede demorarse. El Rey de la libertad fue condenado sin que se presentaran cargos contra él. Fue el chivo expiatorio del ataque a la Corona que amparó e impulsó la Constitución de 1978, la de la libertad, los derechos humanos y la reconciliación de los españoles. No es una Constitución perfecta, pero está perfectamente viva. El Rey Juan Carlos I fue obligado a abandonar España sin cargo alguno contra él y sin estar imputado por ningún delito. Su ausencia ha constituido una anormalidad pavorosa. Y, en mi opinión, ha carecido de la defensa de quienes más tendrían que haberle defendido. El objetivo de parte del PSOE y la totalidad de los partidos antiespañoles que forman parte del Gobierno o lo apoyan con sus votos parlamentarios ha fracasado. El futuro del Rey Felipe VI y de la Monarquía Constitucional se ha aclarado, y bueno es recordar al actual Rey que la cercanía y la experiencia de su padre le serán absolutamente indispensables en los tiempos que vienen, en los que la libertad en España tendrá que enfrentarse a sus tradicionales enemigos. Los que desean fracturar y disminuir nuestro mapa, los que han heredado el hacha y la serpiente del terrorismo, los que viven anclados en el año 1939, y los que se mueven desde el resentimiento, el rencor y la venganza. La Constitución de 1978, imperfecta y mejorable, no concede ni sitio ni lugar al resentimiento, el rencor y la venganza. Y eso es obra del Rey y de la generosidad y firmeza de sus íntimos colaboradores en aquellos años difíciles y felices de la Transición.
Queda por ahí la demanda de esa mujer tan beneficiada económicamente por el Rey Juan Carlos, el inmenso error de su vida. Cuando el Rey, en su abdicación de la Corona, manifestó que su única función a partir de aquel momento era servir y ponerse a las órdenes de su hijo el Rey Felipe VI, lo hizo con la misma convicción que su padre, Don Juan de Borbón, cuando pasó de ser el Jefe de la Casa Real Española a primer servidor de España y de su hijo el Rey.
Se dice que su vuelta puede no ser definitiva, que no se establecerá en Madrid, y que su retorno es susceptible de un prudente tiempo de espera. ¿Más espera que dos años fuera de España sin motivo alguno y sólo por capricho de un Gobierno desleal? El Rey Juan Carlos tiene que volver inmediatamente, y con la cabeza muy alta, por la brillantez de su reinado, por haber situado a España en el respeto internacional y por su labor institucional inmejorable, con la excepción del mal tramo que hubo de sufrir desde el elefante de Botsuana a la indecente invitación de abandonar España. Y lo del elefante de Botsuana fue trágico, no por el elefante, sino por quién le acompañaba en aquella desventurada aventura.
Un regalo puede no ser estético, y el regalo del Rey de Arabia no lo fue. Pero lo antiestético no es delito ni pecado. Y no me creo que el Rey enloqueciera de generosidad obsequiando ese regalo a una tercera persona. Tengo la suerte y el honor de conocer al Rey desde que era un niño, yo el niño que no el Rey, que me aventaja en más de un decenio. Sus virtudes son muchísimas, desde el coraje a la valentía pasando por su innegable sabiduría institucional. Pero entre sus virtudes no destaca por el derroche económico. El Rey forma parte de la Cofradía del Puño, y no me creo el generosísimo regalo que recibió de su voluntad una tercera persona.
Su vuelta tiene que ser inmediata. Necesaria para España, la Corona y la normalidad. Y multitudinariamente recibida.

Más de Alfonso Ussía​

 

Guárdate el c...​

España perdió mucho, pero no el talento y el ingenio. Hoy nos han invadido la grisura y las tinieblas de la estupidez y la chabacanería
06/03/2022Actualizada 05:43
2961F65FBF3061ED35723661ED32D5.jpg

Cuando falleció la Reina Mercedes de Orleans, jovencísima, y que produjo una locura de amor y melancolía en su esposo, el Rey Alfonso XII, por asuntos de Estado el Rey viudo se casó con la Princesa María Cristina de Habsburgo-Lorena, que pasaría a la historia como una gran Reina Regente hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII. La Reina Mercedes, mítica por su muerte prematura, sevillana, se dio a conocer al gran público gracias al guion y la película ¿Dónde Vas, Alfonso XII?, escrito por Juan Ignacio Luca de Tena, que protagonizaron Vicente Parra y Paquita Rico. En la película, la Reina Mercedes es una pelmaza que se pasa el día cantando coplas y romanzas andaluzas sin prudencia y sin freno. Algunas de ellas de Rafael de León que no había nacido cuando Alfonso XII la tomó como esposa. No paraba de cantar. Hasta remando en el Tajo a su paso por Aranjuez en una pequeña falúa, la Reina Mercedes cantaba y cantaba sus coplas sevillanas, espantando a los patos, las garcillas y los gansos que se vieron obligados a emigrar hacia Toledo para no tener que soportar otra interpretación Real del Romance de Valentía. Mercedes muere, el Rey se refugia en el palacio segoviano de Riofrío, don Antonio Cánovas le anima a casarse, y entre el Rey, Cánovas, Sagasta, el duque de Alburquerque y la Reina Isabel II en el exilio parisino, acuerdan que la princesa europea que más cualidades reúne para ser Reina de España es María Cristina de Austria, tatarabuela de nuestro actual Rey Felipe VI.
Pero la Reina Cristina chapurreaba un mal español. Y Cánovas y Sagasta urgieron a Alfonso XII a que acelerara los estudios de su mujer para que dominara cuanto antes el idioma de su nueva patria. Y Alfonso XII se comprometió a ello. Llegó la Navidad y el ministro de Agricultura envió de regalo a la Reina un enorme jarrón de porcelana de Talavera con el escudo Real. En una recepción a la que asistía todo el Gobierno, la Reina quiso dar las gracias al ministro por su regalo. Unas gracias expresivas, no para salir del paso. «Alfonso, ¿qué le digo?». Y Alfonso XII le asesoró: «Dile que muchas gracias por esa espantosa gilipollez que te ha regalado».
Y ella cumplió: «Muchas gracias, señor ministro, por la espantosa gilipollez que me ha regalado». Cánovas estaba presente, y se dirigió al Rey: «Majestad, a partir de hoy, del aprendizaje del español de la Reina me ocupo yo». La gobernación en España pasaba de Cánovas –conservador– a Sagasta –liberal– y cuando Alfonso XII agonizaba, le dio un último consejo a su mujer, ya embarazada del que sería Alfonso XIII: «Crista, guárdate el coxx, y de Cánovas a Sagasta y de Sagasta a Cánovas». Y la Reina dio a luz a Alfonso XIII cumpliendo hasta la mayoría de edad de su hijo una Regencia escrupulosa y firme. Hasta se vio obligada a declarar la guerra a los Estados Unidos por su apoyo a los insurgentes criollos cubanos. Tiempos duros de las pérdidas de las colonias. Cuba, Puerto Rico y las Filipinas.
Don Manuel del Palacio, grandísimo poeta, enchufado del anterior ministro de Ultramar, fue cesado en su cargo ministerial –del que se ignoraba su utilidad– por el nuevo ministro, el duque de Almodóvar del Río, un tapón con muy malas pulgas y Grande de España. Del Palacio lo consignó en una quintilla, forma poética que apenas le costaba edificar a Lope de Vega.
Por lavar mi negra honrilla,
Me propongo demostrar
Que escribir una quintilla
Es la cosa más sencilla
Que se pueda imaginar.
La de Manuel del Palacio al duque de Almodóvar no resultó tan suave.
Le llaman Grande y es chico;
Fue ministro porque sí.
Y en once meses y pico,
Perdió Cuba, Puerto Rico,
Las Filipinas y a mí.
España perdió mucho, pero no el talento y el ingenio. Hoy nos han invadido la grisura y las tinieblas de la estupidez y la chabacanería.

Más de Alfonso Ussía​

 

El mediador​

06 marzo 2022
2B607B0E412A6071E3E32F6071E157.jpg

En el decenio de los 80 se extendió el rumor de que el Rey Juan Carlos I estaba entre los favoritos para ser premiado con el Nobel de la Paz. Nunca lo consideré posible. La Internacional comunista dispersó la basura y ésta se depositó, fundamentalmente, en los países escandinavos. La basura calumniaba a España y al Rey. No se le podía conceder el Nobel de la Paz al Rey y Jefe de Estado que “encarcelaba y torturaba” a los miembros de un movimiento de liberación. Ese movimiento se llamaba y se llama ETA. A los nórdicos se les engaña fácilmente. Quizá no les informaron que la ETA, además de una banda terrorista con ochocientos asesinatos a sus espaldas, era una organización criminal comunista que pretendía convertir tres provincias de España en una Albania incrustada en los Bajos Pirineos. Y escribo que los nórdicos son fáciles de manipular porque su existencia es diferente a la del resto de los europeos. Viven el 70 por ciento de su pasar por este mundo en la oscuridad, el 30 por ciento restante en la luz permanente. En Suecia y Noruega, naciones ricas y desarrolladas, se suicida mucha gente porque no termina de entender su situación en la vida.

Cita:
El ministro ruso de Asuntos Exteriores Lavrov, manifestó que su modelo de Jefe de Estado había sido siempre el Rey Juan Carlos
El pavor se refleja hasta en las miradas de sus ovejas. Más al norte, en Islandia, la nación de los hielos y los auténticos viquingos, las ovejas miran con una tristeza infinita. Cuando tuve la oportunidad de vistar Reikiavik experimenté la suerte de comprender a los nórdicos. En las casas entre Keflawik donde se halla el aeropuerto civil y militar, puerto de mar con aroma a ballena descuartizada, y la capital, de los troncos de los árboles de los yermos jardines colgaban unas etiquetas. En las etiquetas se especificaba la fecha de su plantación. Si a los diez años desde su plantación el árbol había sobrevivido los vientos gélidos de la mar, el Gobierno premiaba a los propietarios del arbolillo con una cantidad de dinero considerable. Reikiavik, la Capital, era la ciudad más segura del mundo. Apenas se registraba un asesinato por año, pero los suicidios eran frecuentes. Son los escandinavos gente muy civilizada, avanzada, moderna y magnífica, pero confusa. Me ha salido excesivamente extenso este preámbulo.

El Rey no recibió el Nobel. Es un hecho. Por impulso del Rey se vieron las caras en Madrid Yasir Arafat y el primer ministro de Israel. El presidente de Colombia, Uribe, afirmó que el Rey, en América, representaba la “Auctoritas”. Y en enero de 2017, en una entrevista en el diario “Le Monde”, el ministro ruso de Asuntos Exteriores Lavrov, manifestó que su modelo de Jefe de Estado había sido siempre el Rey Juan Carlos, del que se consideraba su amigo, y que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en el caso de cualquier conflicto, siempre atendería las recomendaciones del Rey. En marzo de 2017, durante un fin de semana en el maravilloso “Horcajuelo” de Luis y Graciela de la Peña, el Rey padre confirmó la existencia de esa amistad. No se vislumbraba la barbaridad que cinco años más tarde protagonizarían en Ucrania Putin y Lavrov, ni tampoco el vergonzoso alejamiento de su Patria que el Rey Juan Carlos sufrió para no perjudicar a su hijo y a la Corona, sin imputación penal alguna y señalado como un delincuente responsable de unos delitos que, a pesar del empeño de Sánchez, la fiscal general, una mujer y algún miembro de la Casa del Rey, han sido desestimados.

Cita:
El Rey jamás hubiera aceptado sentarse a quince metros de Putin para hablar. Ni Putin se habría atrevido a ello
No se trata de un testimonio histórico. Pero sí de una fallida posibilidad de mediación positiva, si bien la brutal actitud del Putin comunista que ha surgido del Putin que fue amigo del Rey alejado, pone en serias dudas cualquier intento de hacerle ver con palabras su acción devastadora contra la heroica Ucrania. Pero al menos, el encuentro de Putin con el Rey no habría reunido la antiestética y ridícula distancia que la establecida por el invasor comunista en sus las conversaciones con Macron. El Rey jamás hubiera aceptado sentarse a quince metros de Putin para hablar. Ni Putin se habría atrevido a ello, en recuerdo de una vieja amistad.

Todo son cábalas y juicios de valor, Lo que está claro es que, si el Rey Juan Carlos hubiera permanecido en España, habría sido el único capaz de plantear una mediación seria entre la barbarie y la libertad.
 

Orgullo de Madrid​

Con la ocurrencia de añadir al nombre de la estación de Atocha el de la escritora Almudena Grandes se ha montado un pitorreo bastante divertido
07/03/2022Actualizada 04:01
2961F65FBF3061ED35723661ED32D5.jpg

Con la chistosa ocurrencia de añadir al nombre de la estación de Atocha el de la escritora Almudena Grandes se ha montado un pitorreo nacional bastante divertido. Una aguda letrada sevillana, Mar Díaz, ha propuesto en Twitter la creación del «Centro de Estudios Superiores Adriana Lastra», abriendo un hilo de ideas interminable. «Tercio de la Legión Carles Puigdemont», y «Ballet Nacional Miquel Iceta», entre otras proposiciones populares. Algunas, no exentas de humor negro, tan español, como el de bautizar al circuito automovilístico del Jarama, «El Jarama-Pablo Echenique». Como nos estamos volviendo tarumbas, otro usuario propone el urgente establecimiento en la sierra de Madrid, con su sano y limpio aire azul del Guadarrama, del «Hospital/ Hospitala/ Hospitale Psiquiátrico/ Psiquiátrica/ Psiquiátrique Irene Montero», que podría ubicarse en las inmediaciones de la «Residencia de Menores Tuteladas Mónica Oltra», si bien se aconseja que dicha Residencia habría de desplazarse a la provincia de Valencia para ser inaugurada por Ximo Puig. El «Museo Balenciaga-Pilar Rahola» podría compartir sedes en Madrid, Irún y Barcelona. La Real Academia Española pasaría a denominarse Real Academia Española-Anabel Alonso, cambiando sus siglas «RAE» por «RAEAA» que le otorga mayor empaque.
Esta propuesta conlleva la necesidad de la urgencia, con el fin de aprobarla con anterioridad a la publicación de la próxima edición del Diccionario de la Lengua Española, que si no yerro, sería la vigésimo cuarta, después de sus 308 años de vida, nacida durante el reinado del monarca más apreciado por el separatismo catalán, Felipe V, impulsor y creador de los Mozos de Escuadra.
Sucede que la ministra Raquel Sánchez no ha calculado bien la grandeza de su sabia y justa ocurrencia. La estación ferroviaria más importante de Madrid es poco para homenajear la memoria literaria de Almudena Grandes, cuya obra principal Las Edades de Lulú podría haber sido escrita en el Siglo de Oro de nuestra literatura. Ahí es nada. En su maravilloso libro Historia de Madrid, escrito e ilustrado por su autor, Antonio Mingote, que por su condición de varón no merece estaciones, se inserta a toda página un dibujo admirable. En el dibujo aparecen algunos de los personajes que podrían coincidir en cualquier plazuela del Madrid de los primeros años del siglo XVII, ninguno de ellos digno de dar su nombre a una estación de ferrocarril. El Conde de Villamediana, El Greco, Pacheco de Narváez, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Juan Ruiz de Alarcón, Félix Lope de la Vega Carpio –en versión resumida, Lope de Vega–, Miguel de Cervantes, Tirso de Molina, y pasando entre todos ellos de la mano de una fámula joven y altiva, el niño Pedrito Calderón de la Barca. Es decir, más o menos lo que cualquier madrileño se puede encontrar en los alrededores de la sede de Podemos después de una reunión de sus dirigentes. En su totalidad, con nombres y méritos artísticos y literarios insuficientes para dar sus nombres y apellidos a una importante estación. «La Vida es Sueño», «Don Quijote de La Mancha», «El Entierro del Conde de Orgaz», «Fuenteovejuna», «El perro del Hortelano», la Poesía de Quevedo, Góngora y Villamediana no alcanzan, sinceramente, la calidad y hondura literaria de Las Edades de Lulú y los artículos de Almudena Grandes en El País, en uno de los cuales describía magistralmente el posible gozo de una monja mientras era violada por un miliciano sudoroso en plena Guerra Civil.
Un gran acierto, el de la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, que tras su fallecimiento –que espero y le deseo lejano–, alegrará y adornará con su nombre el Museo Del Prado-Raquel Sánchez para orgullo de Madrid.

Más de Alfonso Ussía​


 
Back