N
Nimaia
Guest
Hola a todas. Me resulta interesante este tema porque yo he sido históricamente (y sigo siéndolo) muy dada a sentirme atraída por otros hombres. Defino sentirme atraída: que un tío te guste físicamente y que se le sume que sea simpático, interesante y te haga reír. Y todo ello aliñado con percibir que le ocurre lo mismo contigo.
Cómo ha acabado la cosa en esas ocasiones?
Ahí.
Por qué?
Porque en esta vida no podemos tenerlo todo a la vez. Porque en el momento que te comprometes con una persona lo haces voluntariamente y el acuerdo intrínseco, salvo pacto de otro tipo, es ser fiel y sobre todo leal y honesta con esa persona. Porque la quieres y la respetas y no quieres bajo ningún concepto hacerle daño ni mentirle. Entonces qué opción queda? Para mí, la única opción es dejar la relación y luego ya hablamos de liarme con otro si se da el caso. Y como no dejaría mi relación ni loca, por lo que me aporta y por lo que quiero a mi pareja, lo que hago es no dar bola al tema y dejar que se esfume tal como vino.
Situación: hace dos años tuve un jefe que era para enmarcar de guapo. Era inteligente y simpático y conmigo aún más. No podía evitar que me atrajera, no hay un botón de off para eso. No di pie a nada, aunque algo se me debió notar, porque él un par de veces me propuso hacer cosas los dos fuera del trabajo. Yo las esquivé con la destreza que pude. Apetecerme? Sí. Querer realmente tomar algo con él, llegar a casa y mentirle a mi novio? Jamás. Decirle la verdad? Pues tampoco. Única opción: no hacer NADA. Una no controla lo que siente pero sí lo que hace, y cuando alguien te atrae tienes la opción de alimentar el tema o de no alimentarlo y que quede en eso. Eso significa que no quiera a mi novio o no estemos bien? No. Aunque evidentemente llevamos tantos años que no es esa emoción del principio, pero es que el amor es otra cosa. Al final en ese caso no pasó nada y cuando me fui de ese trabajo me dijo que pasara a saludarle y tal y cual, pero no he ido nunca, tampoco le di mi teléfono ni nada que pudiera dar pie a estar en contacto.
Ahora me está pasando con mi profesor de inglés, muy surrealista, yo juraría que noto cosas, y una ya no tiene 20 años, tenemos calle como dicen. Pero y? Me atrae, es algo químico, se percibe, lo sabemos pero no hago nada, él tampoco (casado y sabe que yo tengo pareja), en tres meses termino el curso y se acabó. Creo que con los años va dejando de parecer tan emocionante algo que sabes que se puede dar mil veces.
En resumen después de esta chapa, ser fiel o no serlo es una decisión. Impulsada por un instinto que a veces es muy fuerte, pero para eso somos personas y no animales. Dejarse llevar y no pensar en la pareja es ser muy egoísta, y traidor, y mil cosas más. Siempre se puede evitar, controlar, decidir que no harás nada que suponga traicionar o hacer daño, o ambas cosas. Y cuando decides eso da igual quién se ponga delante. Decidas lo que decidas renuncias a lo otro, y hay que preguntarse qué pérdida es peor, pero para mí jamás es planteable elegir las dos.
O sea, SI, creo en la fidelidad. No en los cuentos de hadas y en que nunca tendrás ojos para otra persona, pero sí en la fidelidad como elección.
Cómo ha acabado la cosa en esas ocasiones?
Ahí.
Por qué?
Porque en esta vida no podemos tenerlo todo a la vez. Porque en el momento que te comprometes con una persona lo haces voluntariamente y el acuerdo intrínseco, salvo pacto de otro tipo, es ser fiel y sobre todo leal y honesta con esa persona. Porque la quieres y la respetas y no quieres bajo ningún concepto hacerle daño ni mentirle. Entonces qué opción queda? Para mí, la única opción es dejar la relación y luego ya hablamos de liarme con otro si se da el caso. Y como no dejaría mi relación ni loca, por lo que me aporta y por lo que quiero a mi pareja, lo que hago es no dar bola al tema y dejar que se esfume tal como vino.
Situación: hace dos años tuve un jefe que era para enmarcar de guapo. Era inteligente y simpático y conmigo aún más. No podía evitar que me atrajera, no hay un botón de off para eso. No di pie a nada, aunque algo se me debió notar, porque él un par de veces me propuso hacer cosas los dos fuera del trabajo. Yo las esquivé con la destreza que pude. Apetecerme? Sí. Querer realmente tomar algo con él, llegar a casa y mentirle a mi novio? Jamás. Decirle la verdad? Pues tampoco. Única opción: no hacer NADA. Una no controla lo que siente pero sí lo que hace, y cuando alguien te atrae tienes la opción de alimentar el tema o de no alimentarlo y que quede en eso. Eso significa que no quiera a mi novio o no estemos bien? No. Aunque evidentemente llevamos tantos años que no es esa emoción del principio, pero es que el amor es otra cosa. Al final en ese caso no pasó nada y cuando me fui de ese trabajo me dijo que pasara a saludarle y tal y cual, pero no he ido nunca, tampoco le di mi teléfono ni nada que pudiera dar pie a estar en contacto.
Ahora me está pasando con mi profesor de inglés, muy surrealista, yo juraría que noto cosas, y una ya no tiene 20 años, tenemos calle como dicen. Pero y? Me atrae, es algo químico, se percibe, lo sabemos pero no hago nada, él tampoco (casado y sabe que yo tengo pareja), en tres meses termino el curso y se acabó. Creo que con los años va dejando de parecer tan emocionante algo que sabes que se puede dar mil veces.
En resumen después de esta chapa, ser fiel o no serlo es una decisión. Impulsada por un instinto que a veces es muy fuerte, pero para eso somos personas y no animales. Dejarse llevar y no pensar en la pareja es ser muy egoísta, y traidor, y mil cosas más. Siempre se puede evitar, controlar, decidir que no harás nada que suponga traicionar o hacer daño, o ambas cosas. Y cuando decides eso da igual quién se ponga delante. Decidas lo que decidas renuncias a lo otro, y hay que preguntarse qué pérdida es peor, pero para mí jamás es planteable elegir las dos.
O sea, SI, creo en la fidelidad. No en los cuentos de hadas y en que nunca tendrás ojos para otra persona, pero sí en la fidelidad como elección.