Yo lo que me encuentro es a demasiada gente con sentido del ridículo agudizado y que la gente ya no socializa. Solo se arriman para ligar o conseguir el Instagram. Antes de los smartphone me parecía que la gente era mucho más kamikaze, sin miedo a que les grabaran o a una foto inoportuna. Y de ahí que las fiestas fueran mucho más divertidas. (Creo)