dejo aquí un estracto de un artículo sobre el estupendo escritor sevillano Alfonso Grosso en el que hace referencia a una de sus novelas "el capirote"
"...'El capirote' cuenta la historia de un jornalero, Juan Rodríguez López, segador temporero de arroz, que es encerrado en la cárcel acusado de un delito que no ha cometido, el robo de una medalla de la Virgen del Rocío. Cuando aparece, es liberado. Finalmente, se integra en una cuadrilla de costaleros para ganar algo de dinero, como ocurría cuando los hombres de las trabajaderas aún eran profesionales y no hermanos. El costalero, enfermo de tuberculosis, muere bajo el paso de un Crucificado. Desgraciadamente, un hecho que sucedió años después de que Grosso lo novelara con los trágicos casos de los costaleros José Portal –en 1986– y Juan Carlos Montes –en 1999–, aunque en circunstancias muy diferentes.
La Marisma, la prisión y la Madrugá del Viernes Santo bajo las trabajaderas forman tres espacios narrativos que se corresponden con la Pasión de Jesucristo: el hombre que sufre la injusticia y del que se describe su agonía y muerte.
Denuncia de la injusticia
La novela era en realidad una denuncia de la injusticia y condenaba las circunstancias sociales de los trabajadores. La Semana Santa es sólo una anécdota, un escenario. Sin embargo, no comprendieron esta novela que se inscribe a la perfección dentro de la corriente del realismo social a la que Grosso perteneció durante algún tiempo.
De la Rosa continúa con la historia de ingratitud sufrida por Grosso por 'El capirote'. Cuando finalmente se publicó la novela en España por Seix Barral en 1974, Grosso era consciente de que «sería leída con mil ojos y seguramente con negativa predisposición en Sevilla»."
Un día cercano al Viernes de Dolores coincide con Alfonso Grosso y el abogado de éste. Acuden a la taberna El Rinconcillo, concurrida en esos días por ‘capillitas’ que se reúnen después de las funciones religiosas de sus hermandades. «En una mesa vi a un viejo conocido, ‘capillita’ de pura cepa, sempiterno aspirante a la inalcanzable gloria de ser algún día pregonero de la Semana Santa». El personaje se dirige a De la Rosa mientras Grosso y su abogado se acomodan en un reservado. «Me dijo:-'¿Y tú sales con ese cabrón? ¿Sabes que acaba de publicar una novela sobre la Semana Santa donde dice que un capataz mata a golpes a un costalero debajo del paso?'. Yo le pregunté si la había leído. Se quedó cortado y me dijo que no, que estaba publicada en el extranjero, pero que no pensaba leer 'aquella mierda'».
"...'El capirote' cuenta la historia de un jornalero, Juan Rodríguez López, segador temporero de arroz, que es encerrado en la cárcel acusado de un delito que no ha cometido, el robo de una medalla de la Virgen del Rocío. Cuando aparece, es liberado. Finalmente, se integra en una cuadrilla de costaleros para ganar algo de dinero, como ocurría cuando los hombres de las trabajaderas aún eran profesionales y no hermanos. El costalero, enfermo de tuberculosis, muere bajo el paso de un Crucificado. Desgraciadamente, un hecho que sucedió años después de que Grosso lo novelara con los trágicos casos de los costaleros José Portal –en 1986– y Juan Carlos Montes –en 1999–, aunque en circunstancias muy diferentes.
La Marisma, la prisión y la Madrugá del Viernes Santo bajo las trabajaderas forman tres espacios narrativos que se corresponden con la Pasión de Jesucristo: el hombre que sufre la injusticia y del que se describe su agonía y muerte.
Denuncia de la injusticia
La novela era en realidad una denuncia de la injusticia y condenaba las circunstancias sociales de los trabajadores. La Semana Santa es sólo una anécdota, un escenario. Sin embargo, no comprendieron esta novela que se inscribe a la perfección dentro de la corriente del realismo social a la que Grosso perteneció durante algún tiempo.
De la Rosa continúa con la historia de ingratitud sufrida por Grosso por 'El capirote'. Cuando finalmente se publicó la novela en España por Seix Barral en 1974, Grosso era consciente de que «sería leída con mil ojos y seguramente con negativa predisposición en Sevilla»."
Un día cercano al Viernes de Dolores coincide con Alfonso Grosso y el abogado de éste. Acuden a la taberna El Rinconcillo, concurrida en esos días por ‘capillitas’ que se reúnen después de las funciones religiosas de sus hermandades. «En una mesa vi a un viejo conocido, ‘capillita’ de pura cepa, sempiterno aspirante a la inalcanzable gloria de ser algún día pregonero de la Semana Santa». El personaje se dirige a De la Rosa mientras Grosso y su abogado se acomodan en un reservado. «Me dijo:-'¿Y tú sales con ese cabrón? ¿Sabes que acaba de publicar una novela sobre la Semana Santa donde dice que un capataz mata a golpes a un costalero debajo del paso?'. Yo le pregunté si la había leído. Se quedó cortado y me dijo que no, que estaba publicada en el extranjero, pero que no pensaba leer 'aquella mierda'».