Abro este hilo porque no sé si soy yo o alguien más vive el trabajo de esta forma.
Trabajo en consultoría tecnológica, pero creo que este tema es aplicable a otros sectores, de consultoría o no.
El caso es que en los proyectos hay dramas porque los clientes piden cosas imposibles o sin sentido y con fechas nada realistas.
Ahora mismo estoy trabajando en un proyecto que desde el minuto 1 se dijo que era imposible de llegar a la fecha, pero el cliente hizo oídos sordos y quiso seguir. Para intentar llegar a la fecha mi empresa puso a más gente en el proyecto pero faltan muchas cosas por decidir que impiden que la gente pueda avanzar. Partiendo de la base de que el cliente ya tiene un sistema informático que le permite trabajar como ellos quieren y que pueden mantenerlo sin coste adicional todo el tiempo que quieran, lo que me dice el sentido común es que no pasa nada si las cosas no están a tiempo, y que mejor ir despacio y con buena letra.
Pues no, el cliente no para de poner quejas, armar un montón de follón y hacer que un montón de jefes de mi empresa (y también el equipo de proyecto) pierdan tiempo en reuniones que no van a ninguna parte porque como ya hemos repetido mil veces, es imposible avanzar si ellos no toman las decisiones.
Estoy bastante cansada de estos dramas. No hay implicaciones económicas ni la empresa va a dejar de ganar X si no se cumplen las fechas, pero a nivel interno en mi empresa sí hay repercusiones económicas porque estamos atendiendo la pataleta de esta gente y no podemos avanzar en otros proyectos. En cualquier caso, tengo la sensación por mi experiencia laboral de que es la tónica en la mayoría de empresas de consultoría (llevo algo más de 10 años en el sector). Mi duda casi existencial es, ¿Soy yo que no le doy importancia a las cosas? ¿Es la gente que magnifica todo en consultoría por validar su trabajo y sus decisiones? ¿A alguien más le pasan situaciones parecidas?
Gracias por leerme primas, estoy teniendo unos días en los que siento que vivo en Alicia en el país de las maravillas
Trabajo en consultoría tecnológica, pero creo que este tema es aplicable a otros sectores, de consultoría o no.
El caso es que en los proyectos hay dramas porque los clientes piden cosas imposibles o sin sentido y con fechas nada realistas.
Ahora mismo estoy trabajando en un proyecto que desde el minuto 1 se dijo que era imposible de llegar a la fecha, pero el cliente hizo oídos sordos y quiso seguir. Para intentar llegar a la fecha mi empresa puso a más gente en el proyecto pero faltan muchas cosas por decidir que impiden que la gente pueda avanzar. Partiendo de la base de que el cliente ya tiene un sistema informático que le permite trabajar como ellos quieren y que pueden mantenerlo sin coste adicional todo el tiempo que quieran, lo que me dice el sentido común es que no pasa nada si las cosas no están a tiempo, y que mejor ir despacio y con buena letra.
Pues no, el cliente no para de poner quejas, armar un montón de follón y hacer que un montón de jefes de mi empresa (y también el equipo de proyecto) pierdan tiempo en reuniones que no van a ninguna parte porque como ya hemos repetido mil veces, es imposible avanzar si ellos no toman las decisiones.
Estoy bastante cansada de estos dramas. No hay implicaciones económicas ni la empresa va a dejar de ganar X si no se cumplen las fechas, pero a nivel interno en mi empresa sí hay repercusiones económicas porque estamos atendiendo la pataleta de esta gente y no podemos avanzar en otros proyectos. En cualquier caso, tengo la sensación por mi experiencia laboral de que es la tónica en la mayoría de empresas de consultoría (llevo algo más de 10 años en el sector). Mi duda casi existencial es, ¿Soy yo que no le doy importancia a las cosas? ¿Es la gente que magnifica todo en consultoría por validar su trabajo y sus decisiones? ¿A alguien más le pasan situaciones parecidas?
Gracias por leerme primas, estoy teniendo unos días en los que siento que vivo en Alicia en el país de las maravillas