Situaciones en las que has dado la cara mientras los demás miraban hacia otro lado

Esta no es una anécdota personal pero es algo que me enorgullece como nieta de mi abuelo.

En el pasado (y ahora también, aunque menos) el Metro (tren suburbano) era un lugar propicio para que cualquier salido se pusiera a manosear a las chicas / señoras. Es más, cuando ocurrían hechos de esta índole la percepción social de la época hacía que muchas veces se acusara a la chica de "ir provocando". Añadir a esta "intimidación social" el hecho de que las mujeres eran minoría en el metro (una época donde las mujeres no se habían incorporado masivamente al mercado laboral).

Mi abuelo era un obrero y se desplazaba al trabajo en metro (que iba muy lleno) como cada día y observó como un cabrón de estos acosaba a una chica. La chica, incomodada / intimidada / acosada intentaba huir del energúmeno buscando otros sitios por el vagón pero el tipejo la iba siguiendo. El caso es que, intentando huir del tipo, la chica se colocó al lado de mi abuelo por casualidad y mi abuelo le hizo un gesto a la chica de forma que él quedara entre la chica y el sujeto pervertido.

Mi abuelo colocó su bolsa de tela con la fiambrera de la comida entre la chica y el tipejo ... y el tontobaba empezó a tocar la fiambrera creyendo que era el culo de la muchacha. Mi abuelo empezó a reírse ante los manoseos a la fiambrera y con esa acción otras personas del vagón empezaron a percatarse de lo ocurrido.

Cuando el imbécil se dio cuenta de que tocaba una fiambrera y no un culo empezó a montar un show en el vagón intentando culpar a la pobre muchacha. Para entonces, otras personas (hombres en este caso) acudieron al "rescate" de la chica con malos modos hacia el agresor y, básicamente, lo echaron del metro.

La pobre chica no supo, pudo, quiso dar las gracias ... imaginaos que, la pobre, encima se sentía avergonzada.
 
Ufff yo tengo muchas y es algo que me ha ocasionado muchos problemas en mi vida sobre todo en el ámbito laboral


La más gorda, trabajando en una obra en un país caribeño mi jefe venía una vez al mes y se quedaba una semana. Las noches las dedicaba a follarse a niñas de la edad de su hija. Vivíamos todos los compañeros españoles de la obra en un hotel. Una de las veces yo estaba en la habitación contigua a mí jefe y lo que oi no me pareció ni medio normal. Llamé a la policía y rescataron a la chica que tenía 15 añitos. A la mañana siguiente tenía un mail de RRHH con el billete de avión de vuelta a España y con el texto: preséntate en la oficina en cuanto aterrices. Eso hice y me despidieron. Hablando con otros compañeros todos lo sabían que este tío agredía a menores cada vez que viaja y aún me decían que había sido una kamikaze por jugarme el puesto así que me tendría que haber callado.
Estoy flipando prima!!!! Y ese malnacido no acabó en la cárcel?

Aunque ahora que lo pienso, dices que fue en el extranjero, así que ya me acabo de contestar yo sola.... En ese pais no es delito?
 
Estoy flipando prima!!!! Y ese malnacido no acabó en la cárcel?

Aunque ahora que lo pienso, dices que fue en el extranjero, así que ya me acabo de contestar yo sola.... En ese pais no es delito?
Sí es delito pero es un país muy muy pobre, de los más pobres del mundo. La empresa pagó a la chica y a la policía y tema resuelto. Luego supe que no era ni la primera ni la segunda vez y lo sabía todo el mundo. Yo no lo sabia pero sí todos mis compañeros, se ve que entre ellos sí lo hablaban abiertamente y decidieron todos juntitos mirar hacia otro lado.

Eso es lo que más pasmada me dejó, que lo sabían todos y que me llamaran suicida por contarlo, que había perdido un buen puesto de trabajo. Es que me decían que no me entendían!
 
Sí es delito pero es un país muy muy pobre, de los más pobres del mundo. La empresa pagó a la chica y a la policía y tema resuelto. Luego supe que no era ni la primera ni la segunda vez y lo sabía todo el mundo. Yo no lo sabia pero sí todos mis compañeros, se ve que entre ellos sí lo hablaban abiertamente y decidieron todos juntitos mirar hacia otro lado.

Eso es lo que más pasmada me dejó, que lo sabían todos y que me llamaran suicida por contarlo, que había perdido un buen puesto de trabajo. Es que me decían que no me entendían!
Joder... Increíble...
 
Sí es delito pero es un país muy muy pobre, de los más pobres del mundo. La empresa pagó a la chica y a la policía y tema resuelto. Luego supe que no era ni la primera ni la segunda vez y lo sabía todo el mundo. Yo no lo sabia pero sí todos mis compañeros, se ve que entre ellos sí lo hablaban abiertamente y decidieron todos juntitos mirar hacia otro lado.

Eso es lo que más pasmada me dejó, que lo sabían todos y que me llamaran suicida por contarlo, que había perdido un buen puesto de trabajo. Es que me decían que no me entendían!
Qué pena me ha dado tu historia, y qué asco por tu antiguo jefe y tus compañeros, qué miserables y repugnantes.

Yo también soy de alzar la voz. La última fue con un conocido que estaba un día haciendo de menos a una amiga mía , en cuanto me di cuenta le dije que ya estaba bien, que no nos estábamos riendo ninguno y que estaba siendo un maleducado. Como casi toda la gente que va de chula con los más débiles , se calló y asunto resuelto.
 
Este tema daría para una tesis doctoral. Yo, como ya soy muuuy mayor he visto como ha ido evolucionando este problema de mirar para otro lado de las personas ante situaciones incómodas. En los los setenta del siglo pasado, la gente -en general- se comportaba con mucha urbanidad y muy solidariamente. En los transportes públicos no hacía falta poner carteles ni asientos reservados a mayores, embarazadas y similares porque los sentados se levantaban espontáneamente para ceder el asiento.

Pero sí había especímenes tocones y sobones, en busca de mujeres a quien toquetear. El problema estaba en la mentalidad femenina del momento, fruto -a mi juicio- de tanta influencia de la religión judeocristiana (recordemos que toda la culpa fue de Eva y su manzana) que al sentirse abusadas se callaban como muertas de tan avergonzadas como se sentían. De haberse quejado en voz alta, el resto de los varones del metro/bus le hubieran dado al sobón hasta en el techo del paladar.

Porque ahí entraba otro componente de la sociedad de ese tiempo: la figura de la madre era sagrada, por tanto, toda mujer era igualmente sagrada en tanto que en el futuro sería la madre de alguien.

En contrapartida a tanto respeto público, los maltratos físicos o psicológicos dentro del hogar no existían oficialmente, eran "cosas" de familia. De hecho yo no me enteré de su existencia hasta cuando mi padre me leyó la cartilla, con unos 16 años, para hablarme del problema y aleccionarme en modos de descubrir a maltratadores con el fin de que estuviera alerta a gestos de mis futuros pretendientes.

Pues me podéis creer o no, pero me costó entender su razonamiento pues como yo en mi casa no había visto mas que buenos modales y trato cariñoso, no podía dar crédito a las palabras de mi padre.

Por hacer la historia corta, con el nacimiento en aquellos años de movimientos feministas -a los que yo me uní aunque sin afiliarme- en cincuenta años hemos logrado importántísmas cotas de igualdad y paridad, pero la sociedad ha degenerado en un grupo social dispuesto a comportarse de forma salvaje y arbitrario., como por ejemplo que uno le diga a otro que se ponga las mascarilla en el metro y este le responda con una patada en la boca y le parta la mandíbula. Para esa agresividad no tengo entendederas. Hay algo enfermo en esas mentes que no alcanzo ni a entender ni a descifrar.
 
Este tema daría para una tesis doctoral. Yo, como ya soy muuuy mayor he visto como ha ido evolucionando este problema de mirar para otro lado de las personas ante situaciones incómodas. En los los setenta del siglo pasado, la gente -en general- se comportaba con mucha urbanidad y muy solidariamente. En los transportes públicos no hacía falta poner carteles ni asientos reservados a mayores, embarazadas y similares porque los sentados se levantaban espontáneamente para ceder el asiento.

Pero sí había especímenes tocones y sobones, en busca de mujeres a quien toquetear. El problema estaba en la mentalidad femenina del momento, fruto -a mi juicio- de tanta influencia de la religión judeocristiana (recordemos que toda la culpa fue de Eva y su manzana) que al sentirse abusadas se callaban como muertas de tan avergonzadas como se sentían. De haberse quejado en voz alta, el resto de los varones del metro/bus le hubieran dado al sobón hasta en el techo del paladar.

Porque ahí entraba otro componente de la sociedad de ese tiempo: la figura de la madre era sagrada, por tanto, toda mujer era igualmente sagrada en tanto que en el futuro sería la madre de alguien.

En contrapartida a tanto respeto público, los maltratos físicos o psicológicos dentro del hogar no existían oficialmente, eran "cosas" de familia. De hecho yo no me enteré de su existencia hasta cuando mi padre me leyó la cartilla, con unos 16 años, para hablarme del problema y aleccionarme en modos de descubrir a maltratadores con el fin de que estuviera alerta a gestos de mis futuros pretendientes.

Pues me podéis creer o no, pero me costó entender su razonamiento pues como yo en mi casa no había visto mas que buenos modales y trato cariñoso, no podía dar crédito a las palabras de mi padre.

Por hacer la historia corta, con el nacimiento en aquellos años de movimientos feministas -a los que yo me uní aunque sin afiliarme- en cincuenta años hemos logrado importántísmas cotas de igualdad y paridad, pero la sociedad ha degenerado en un grupo social dispuesto a comportarse de forma salvaje y arbitrario., como por ejemplo que uno le diga a otro que se ponga las mascarilla en el metro y este le responda con una patada en la boca y le parta la mandíbula. Para esa agresividad no tengo entendederas. Hay algo enfermo en esas mentes que no alcanzo ni a entender ni a descifrar.
Lo que pasa es que hoy en día hay mucha gente que odia la autoridad y les parece que alguien que les está reprochando una mala conducta sin ser policía se cree superior o les está humillando. Por eso es muy importante decir las cosas educadamente y no como si se fuera un guardia civil de 1955 que si le agredían luego el otro en el cuartelillo "se caía de un tercer piso intentando huir" y por eso eran intocables y podían gastar los malos modos que quisieran

Y opinión impopular, también hay que saber en que guerras meterse. Por ejemplo la posibilidad de que alguien con muy mala pinta sin mascarilla te pegue una paliza seguramente sea bastante mayor que la de que te contagie de COVID que además si tienes menos de 50 años probablemente por contagiarte no te pase nada.

Yo por ejemplo tengo que tener cuidado porque se ve que sin darme cuenta tengo un tono muy brusco, de esto que parece que más que hablar ladras. Creo que es porque de joven cuando estudiaba al ser muy amable al final me tomaban por el pito del sereno y fui forzando un tono más duro que ya ni te das cuenta de tenerlo si no que en tu cabeza estás hablando amablemente
 
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