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DÍA MUNDIAL
El futuro contra las enfermedades que inflaman tu intestino, más cerca
Más de 300.000 personas están afectadas en España por estas patologías crónicas (enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa). En el Día Mundial de las EII, Alimente contacta con dos expertos que enumeran los últimos avances
Por
Patricia Matey
19/05/2020
Puede que no sea momento de celebraciones, de días mundiales, pero claramente no se le puede dejar más espacio al covid-19. Por eso, es importante tener en cuenta que hoy, en plena celebración del Día de laEnfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) -un conjunto de enfermedades inmunomediadas que afectan al aparato digestivo, desde la boca al ano provocando procesos inflamatorios en alguna de sus partes de una forma crónica-, es importante tener en cuenta que se estima que más de 300.000 personas en España están afectadas por ellas, siendo las más prevalentes la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
"Un 45% de los pacientes tarda más de un año en tener un diagnóstico definitivo, pero hasta un 17% de los casos lo logra 5 años después"
“Al ser enfermedades crónicas, que cursan con brotes, el tratamiento tiene como objetivo conseguir espaciar lo más posible en el tiempo la recurrencia de los brotes y disminuir la severidad de los mismos. Tienen una duración media de entre 2-4 semanas, lo que merma de manera muy importante la calidad de vida de los pacientes”, explica el Dr. Fernando Luca de Tena, especialista en aparato digestivo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED), en declaraciones a Alimente.
Reconoce, además, que "el principal problema es que los últimos estudios apuntan a que hasta un 45% de los pacientes tardan más de un año en tener un diagnóstico definitivo, pero un 17% de los casos lo logra 5 años después".
E insiste: "La edad media del diagnóstico se encuentra en los 30 años (entre los 20 y los 40), aunque hasta un 25% de los pacientes diagnosticados tienen menos de 20. También es destacable el hecho de que los diagnósticos en la edad pediátrica van en aumento en las últimas décadas".
En la actualidad, no se conocen exactamente las causas que originan este grupo de patologías, lo que dificulta la efectividad de los tratamientos utilizados hasta el momento. Se cree que puede deberse a un grupo de factores genéticos, ambientales y relacionados con el modo de vida, y a cambios en la microbiota intestinal.
Foto: iStock.
Se sabe, no obstante, que "prácticamente afectan por igual a hombres que a mujeres, aunque sí podría decirse que la colitis ulcerosa es ligeramente superior en hombres y la enfermedad de Crohn ligeramente mayor en mujeres", recuerda el especialista.
En los últimos años se han desarrollado algunas pruebas que permiten identificar desencadenantes de la EII y predecir la respuesta del paciente ante determinadas terapias a medio y largo plazo.
Novedades en las terapias
Afortunadamente, las opciones terapéuticas han avanzado mucho en las últimas décadas. "Existen cada vez más tratamientos anti-TFN y nuevas moléculas con mayor índice de efectividad y menores efectos secundarios para los pacientes. Entre los tratamientos más novedosos y con mejores resultados se encuentran:
Ustekinumab: indicado para el tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal activa, de moderada a grave, en pacientes adultos que hayan tenido una respuesta inadecuada, presenten pérdida de respuesta o sean intolerantes al tratamiento convencional o a antagonistas de TNF alfa o presenten contraindicaciones. El fármaco participa en la regulación de la inflamación y respuesta inmunitaria de los linfocitos T.
Vedolizumab: es un fármaco utilizado como tratamiento de mantenimiento en pacientes con patología activa de moderada a grave. Puede ser administrado vía intravenosa o subcutánea. Tiene un perfil de seguridad y tolerabilidad favorable (mínimos efectos secundarios). Es un anticuerpo monoclonal que inhibe la integrina α4β7 selectiva intestinal.
“En los próximos años veremos muchos avances en el tratamiento de la EII, ya que cada vez se conoce más la etiología de estas enfermedades. Además, están produciéndose múltiples líneas de investigación, no solo en nuevas moléculas sino también en posibles agentes desencadenantes o participantes en el desarrollo de la enfermedad, como la microbiota intestinal. Todo esto unido conseguirá mejorar de forma importante la calidad de vida de estos pacientes crónicos”, finaliza el doctor.
Cómo alimentarse
El doctor Domingo Carrera, médico especialista en nutrición del CMED, recuerda: "La dieta que debe seguirse en la EII ha de tener en cuenta que esta entidad comprende una serie de enfermedades del aparato digestivo en las cuales se produce un proceso inflamatorio en la mucosa del aparato digestivo, como consecuencia de una reacción del sistema inmune contra la mucosa intestinal. Para determinar cómo debemos comer y qué, debemos determinar qué zona del intestino está afectada e inflamada ya que en función de si se afecta al colon o al intestino delgado, se va a ver afectado uno u otro nutriente en su absorción. También debemos examinar la alimentación para una fase aguda en la cual hay inflamación, dolor y diarrea; o si se está en un periodo entre brotes, en que no hay síntomas y la alimentación tendría menos restricciones".
Foto: iStock.
Otra cosa importante, subraya, "es individualizar el plan de alimentación según cada persona y el estado de su enfermedad. Para ello hay que hacer una buena historia clínica y exploración y saber a qué partes del intestino le está afectando. Se debe incluir un cuestionario dietético para definir qué come la persona habitualmente y qué nutriente debemos suplementar".
Pero, en términos generales, se recomienda "en los periodos agudos de brote inflamatorio mantener una alimentación balanceada pero con pocos residuos, ya que suele haber diarrea y una dieta rica en fibra insoluble va a empeorar la misma. Es decir, una alimentación blanda sin fibra insoluble, sin mucha grasa, sin picantes ni alimentos flatulentos como las coles, brócoli, coliflor, repollo, puerro, etc".
Cuando llegan los brotes
Cuando el paciente está en un "periodo entre brotes sin síntomas debe tener una alimentación muy sana y balanceada cubriendo todos los grupos de alimentos. Debe comer 5 o 6 veces al día comidas de cantidad pequeña o moderada, para no sobrecargar de trabajo al intestino. Debe ingerir los alimentos cocinados con muy poca grasa (plancha, horno, vapor, cocido, guisos con poca grasa, etc)", recalca.
No se debe descuidar ningún grupo de "nutrientes ya que, a largo plazo y a medida que la zona afectada por la enfermedad es más grande, puede verse deteriorada la absorción de proteínas, grasas y carbohidratos. No debe faltar ninguno de estos nutrientes. En el caso de los micronutrientes (vitaminas y minerales) también se puede ver afectada su absorción. Los déficits más comunes son la vitamina D, el ácido fólico, la vitamina B12, el hierro y el calcio. Debemos incluir en la alimentación de estos pacientes alimentos ricos en vitamina D. También se ve una disminución de absorción de vitamina B12 y zinc, selenio y magnesio. Por eso deben comer de todos los grupos de alimentos frescos ya que así se aseguran un buen aporte de todos los nutrientes. Llega un momento en que algún paciente, por la extensión en el intestino de su enfermedad, debe tomar suplementos multivitamínicos y de proteínas a través de batidos", apostilla.
Foto: iStock.
Otro factor que se altera en estas enfermedades es la "microbiota ya que al haber un proceso inflamatorio en la mucosa del intestino puede hacer que algunas bacterias de la misma crezcan exageradamente y otras disminuya su presencia, generando un desbalance en la microbiota que favorecerá que se altere más el sistema inmune. Es adecuado consumir prebióticos (fibra vegetal) y probióticos (yogur, kefir, leche fermentada, kombucha, etc) con frecuencia. Después de un brote agudo con diarreas repetidas, el paciente debe tomar entre 15 días y un mes de probióticos en cápsulas para restablecer su microbiota. Su alteración puede empeorar el curso de la enfermedad y de ahí la necesidad de reestablecer su equilibrio", aclara el experto del CMED.
El futuro saludable de estos pacientes pasa por "cuidar mucho la alimentación tratando de que sea muy sana y variada. Reducir la fibra insoluble en periodos de crisis y mantener la misma soluble e insoluble en periodos intercrisis. Comer de todos los grupos de alimentos, pero no exagerar el consumo de grasas saturadas, azúcares y harinas refinadas, alcohol ni alimentos ultraprocesados. Retirar solo de la dieta aquel alimento que claramente y siempre nos produce síntomas".
Se debe, además, "reforzar la microbiota con alimentos prebióticos y probióticos a diario y suplementando vitaminas y minerales y probióticos en cápsula después de una crisis. Con todo esto el paciente podrá llevar una alimentación relativamente normal y sana mientras combate la enfermedad con el arsenal terapeútico actual", recomienda el doctor Carrera.
El futuro contra las enfermedades que inflaman tu intestino, más cerca
Más de 300.000 personas están afectadas en España por estas patologías crónicas (enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa). En el Día Mundial de las EII, Alimente contacta con dos expertos que enumeran los últimos avances
Por
Patricia Matey
19/05/2020
Puede que no sea momento de celebraciones, de días mundiales, pero claramente no se le puede dejar más espacio al covid-19. Por eso, es importante tener en cuenta que hoy, en plena celebración del Día de laEnfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) -un conjunto de enfermedades inmunomediadas que afectan al aparato digestivo, desde la boca al ano provocando procesos inflamatorios en alguna de sus partes de una forma crónica-, es importante tener en cuenta que se estima que más de 300.000 personas en España están afectadas por ellas, siendo las más prevalentes la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
"Un 45% de los pacientes tarda más de un año en tener un diagnóstico definitivo, pero hasta un 17% de los casos lo logra 5 años después"
“Al ser enfermedades crónicas, que cursan con brotes, el tratamiento tiene como objetivo conseguir espaciar lo más posible en el tiempo la recurrencia de los brotes y disminuir la severidad de los mismos. Tienen una duración media de entre 2-4 semanas, lo que merma de manera muy importante la calidad de vida de los pacientes”, explica el Dr. Fernando Luca de Tena, especialista en aparato digestivo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED), en declaraciones a Alimente.
Reconoce, además, que "el principal problema es que los últimos estudios apuntan a que hasta un 45% de los pacientes tardan más de un año en tener un diagnóstico definitivo, pero un 17% de los casos lo logra 5 años después".
E insiste: "La edad media del diagnóstico se encuentra en los 30 años (entre los 20 y los 40), aunque hasta un 25% de los pacientes diagnosticados tienen menos de 20. También es destacable el hecho de que los diagnósticos en la edad pediátrica van en aumento en las últimas décadas".
En la actualidad, no se conocen exactamente las causas que originan este grupo de patologías, lo que dificulta la efectividad de los tratamientos utilizados hasta el momento. Se cree que puede deberse a un grupo de factores genéticos, ambientales y relacionados con el modo de vida, y a cambios en la microbiota intestinal.
Foto: iStock.
Se sabe, no obstante, que "prácticamente afectan por igual a hombres que a mujeres, aunque sí podría decirse que la colitis ulcerosa es ligeramente superior en hombres y la enfermedad de Crohn ligeramente mayor en mujeres", recuerda el especialista.
En los últimos años se han desarrollado algunas pruebas que permiten identificar desencadenantes de la EII y predecir la respuesta del paciente ante determinadas terapias a medio y largo plazo.
- Biomarcador HLA-DQA1*05. La detección de este alelo (en sangre) mejora los resultados de los tratamientos de los pacientes al ayudar a los médicos a seleccionar terapias combinadas y anti-TNF (fármacos contra el factor de necrosis tumoral).
- Predicción del fracaso del tratamiento anti-TNF. Prueba en sangre que identifica los factores clínicos y farmacocinéticos que predicen la falta de respuesta primaria en la semana 14 después de comenzar el tratamiento, la no remisión en la semana 54 y los eventos adversos que conducen a la retirada del fármaco.
Novedades en las terapias
Afortunadamente, las opciones terapéuticas han avanzado mucho en las últimas décadas. "Existen cada vez más tratamientos anti-TFN y nuevas moléculas con mayor índice de efectividad y menores efectos secundarios para los pacientes. Entre los tratamientos más novedosos y con mejores resultados se encuentran:
Ustekinumab: indicado para el tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal activa, de moderada a grave, en pacientes adultos que hayan tenido una respuesta inadecuada, presenten pérdida de respuesta o sean intolerantes al tratamiento convencional o a antagonistas de TNF alfa o presenten contraindicaciones. El fármaco participa en la regulación de la inflamación y respuesta inmunitaria de los linfocitos T.
Vedolizumab: es un fármaco utilizado como tratamiento de mantenimiento en pacientes con patología activa de moderada a grave. Puede ser administrado vía intravenosa o subcutánea. Tiene un perfil de seguridad y tolerabilidad favorable (mínimos efectos secundarios). Es un anticuerpo monoclonal que inhibe la integrina α4β7 selectiva intestinal.
“En los próximos años veremos muchos avances en el tratamiento de la EII, ya que cada vez se conoce más la etiología de estas enfermedades. Además, están produciéndose múltiples líneas de investigación, no solo en nuevas moléculas sino también en posibles agentes desencadenantes o participantes en el desarrollo de la enfermedad, como la microbiota intestinal. Todo esto unido conseguirá mejorar de forma importante la calidad de vida de estos pacientes crónicos”, finaliza el doctor.
Cómo alimentarse
El doctor Domingo Carrera, médico especialista en nutrición del CMED, recuerda: "La dieta que debe seguirse en la EII ha de tener en cuenta que esta entidad comprende una serie de enfermedades del aparato digestivo en las cuales se produce un proceso inflamatorio en la mucosa del aparato digestivo, como consecuencia de una reacción del sistema inmune contra la mucosa intestinal. Para determinar cómo debemos comer y qué, debemos determinar qué zona del intestino está afectada e inflamada ya que en función de si se afecta al colon o al intestino delgado, se va a ver afectado uno u otro nutriente en su absorción. También debemos examinar la alimentación para una fase aguda en la cual hay inflamación, dolor y diarrea; o si se está en un periodo entre brotes, en que no hay síntomas y la alimentación tendría menos restricciones".
Foto: iStock.
Otra cosa importante, subraya, "es individualizar el plan de alimentación según cada persona y el estado de su enfermedad. Para ello hay que hacer una buena historia clínica y exploración y saber a qué partes del intestino le está afectando. Se debe incluir un cuestionario dietético para definir qué come la persona habitualmente y qué nutriente debemos suplementar".
Pero, en términos generales, se recomienda "en los periodos agudos de brote inflamatorio mantener una alimentación balanceada pero con pocos residuos, ya que suele haber diarrea y una dieta rica en fibra insoluble va a empeorar la misma. Es decir, una alimentación blanda sin fibra insoluble, sin mucha grasa, sin picantes ni alimentos flatulentos como las coles, brócoli, coliflor, repollo, puerro, etc".
Cuando llegan los brotes
Cuando el paciente está en un "periodo entre brotes sin síntomas debe tener una alimentación muy sana y balanceada cubriendo todos los grupos de alimentos. Debe comer 5 o 6 veces al día comidas de cantidad pequeña o moderada, para no sobrecargar de trabajo al intestino. Debe ingerir los alimentos cocinados con muy poca grasa (plancha, horno, vapor, cocido, guisos con poca grasa, etc)", recalca.
No se debe descuidar ningún grupo de "nutrientes ya que, a largo plazo y a medida que la zona afectada por la enfermedad es más grande, puede verse deteriorada la absorción de proteínas, grasas y carbohidratos. No debe faltar ninguno de estos nutrientes. En el caso de los micronutrientes (vitaminas y minerales) también se puede ver afectada su absorción. Los déficits más comunes son la vitamina D, el ácido fólico, la vitamina B12, el hierro y el calcio. Debemos incluir en la alimentación de estos pacientes alimentos ricos en vitamina D. También se ve una disminución de absorción de vitamina B12 y zinc, selenio y magnesio. Por eso deben comer de todos los grupos de alimentos frescos ya que así se aseguran un buen aporte de todos los nutrientes. Llega un momento en que algún paciente, por la extensión en el intestino de su enfermedad, debe tomar suplementos multivitamínicos y de proteínas a través de batidos", apostilla.
Foto: iStock.
Otro factor que se altera en estas enfermedades es la "microbiota ya que al haber un proceso inflamatorio en la mucosa del intestino puede hacer que algunas bacterias de la misma crezcan exageradamente y otras disminuya su presencia, generando un desbalance en la microbiota que favorecerá que se altere más el sistema inmune. Es adecuado consumir prebióticos (fibra vegetal) y probióticos (yogur, kefir, leche fermentada, kombucha, etc) con frecuencia. Después de un brote agudo con diarreas repetidas, el paciente debe tomar entre 15 días y un mes de probióticos en cápsulas para restablecer su microbiota. Su alteración puede empeorar el curso de la enfermedad y de ahí la necesidad de reestablecer su equilibrio", aclara el experto del CMED.
El futuro saludable de estos pacientes pasa por "cuidar mucho la alimentación tratando de que sea muy sana y variada. Reducir la fibra insoluble en periodos de crisis y mantener la misma soluble e insoluble en periodos intercrisis. Comer de todos los grupos de alimentos, pero no exagerar el consumo de grasas saturadas, azúcares y harinas refinadas, alcohol ni alimentos ultraprocesados. Retirar solo de la dieta aquel alimento que claramente y siempre nos produce síntomas".
Se debe, además, "reforzar la microbiota con alimentos prebióticos y probióticos a diario y suplementando vitaminas y minerales y probióticos en cápsula después de una crisis. Con todo esto el paciente podrá llevar una alimentación relativamente normal y sana mientras combate la enfermedad con el arsenal terapeútico actual", recomienda el doctor Carrera.
El futuro contra las enfermedades que inflaman tu intestino, más cerca
Más de 300.000 personas están afectadas en España por estas patologías crónicas (enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa). En el Día Mundial de las EII, Alimente contacta con dos expertos que enumeran los últimos avances
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