Y se esfuerzan. TE habla un cambio viviente. Es una opinión impopular, pero yo he salido beneficiadísima en casi todos los aspectos con la cuarentena.
Idem.
A mi hasta me ha venido bien, digamos que necesitaba hacer un parón y la situación me vino de perlas. Paralizar lo todo en stand by en marzo y hasta casi junio, y no como se paraliza todo en un verano, yo es que me empecé a notar ya mal en febrero, necesitaba hacer un reseteo importante.
Si no fuera por toda esa gente que ha muerto y todos los que se han quedado sin trabajo, de verdad, me atrevería a decir egoísta y frívolamente que para mí ha sido un tiempo maravilloso; sin faltar al respeto a fallecidos y sus familias o a los enfermos.
Mi mayor descubrimiento ha sido el darme cuenta que no necesito los bares. Era de las que cuando empieza ya el tiempo de primavera a la terraza que iba derecha y si no iba de terraceo una vez a la semana o así ya me faltaba algo. Ahora veo las terrazas de los bares a gente con mascarilla pero bebiendo de un vaso que ha sido usado por otra persona un rato antes y me muero, me parecen focos de infección asquerosos,la sola idea de sentarme en una terraza me aterra. Será mi primer verano sin bares en años. No me conozco.
De hecho me da ansiedad ir a algún sitio y encontrarme con mucha gente. Ahora paso y hago lo que tengo que hacer en horarios en los que no me encuentre con gente. La evitó a toda costa, un extraño síndrome de Estocolmo. Ya en enero tenía ganas como de desaparecer un tiempo, necesitaba un año sabático o algo así. Empecé a estar cansada a primeros de año.
En cuanto a las personas, no me hacía falta pandemia para saber que estamos rodeados de completos subnormales. Mi misantropía no cambia, tampoco he echado de menos a nadie, ni me ha dado por tirar de agenda para preguntar qué tal están, solo lo he hecho con seres queridos nada más.