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Mi marido me ha regalado hoy la de Mon Guerlain Eau de parfum edición limitada, la que tiene en el frasco un tatuaje. Es dulzona, me gusta para no haberla tenido nunca. Desde que éramos novios siempre me regalaba perfumes, rosas, bombones y joyas, el orden era aleatorio, pero el caso de los perfumes me resulta especialmente emotivo. Recuerdo el primero que me regaló, Aire de Loewe, al mes de conocernos. Luego siguió con Noa, de Cacharel, Edén, de la misma marca, Carmen de Vitorio y Luchino, Jovan, Eau Jeanne, de precio más económico. De casados he recibido de él perfumes más persistentes como Chanel (número 5, allure, coco mademoiselle), cinema de YSL, Insolence de Guerlain, Opium de YSL, Kenzo (la del dibujo de la amapola en el frasco), Eau de Rochas, Bvlgari por femme (deliciosa) y la noir, Carolina Herrera (frasco rojo y ediciones de verano en frasco rosa) , Turbulences de LV, ahora la de Mon Guerlain. Previamente al noviazgo yo había coqueteado con Eau Jeanne, Estivalia y Don Algodón. Recuerdo con cariño la de Chanson de Eau porque me la regalaron con el nacimiento de mi hija y su perfume va asociado a este momento. La que me compro yo misma y que no es regalo de nadie es la de mora de Yves Rocher, me encanta porque no es muy cara y el perfume me hace gracia.