Modificación de la Ley de Educación denominada Celaá

Primero, no solicitó la exención en lengua gallega, sino los apuntes en castellano del resto de materias. Se le remitió en el caso de filosofía, como ya he dicho, a una página con los textos (solo los textos, no los apuntes) en castellano.
Segundo, mi afirmación contradice el 50/50 desde el punto en el que digo que todas las materias, excepto lengua castellana, se dan en gallego.
Y tercero, claro que sé que centro es, hablo porque lo he visto, no porque me han contado. Lo que no me gusta es exponer a los profesores del centro de esa manera en un foro, pero si quieres te lo digo por privado sin ningún problema.

El San Clemente?
 
Bueno me ha encantado leeros y ver que repetís cosas sin cercioraros de si es así o no. Creo que leer es importante y no tanto repetir palabras que se escuchan a modo de eco.
Vaya pena de cabezas pensantes. Todo mi apoyo.
 

panhispánico de dudas​


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Debe tenerse en cuenta que esta versión electrónica da acceso al texto de la primera y hasta ahora única edición del Diccionario panhispánico de dudas, publicada en 2005. Por ello, algunos de sus contenidos pueden no estar actualizados conforme a lo expuesto en obras académicas publicadas posteriormente, como la Nueva gramática de la lengua española (2009) y la Ortografía de la lengua española (2010). Si su consulta es ortográfica, acceda aquí al resumen de las principales novedades que incorporó la Ortografía de 2010.
español. Para designar la lengua común de España y de muchas naciones de América, y que también se habla como propia en otras partes del mundo, son válidos los términos castellano y español. La polémica sobre cuál de estas denominaciones resulta más apropiada está hoy superada. El término españolresulta más recomendable por carecer de ambigüedad, ya que se refiere de modo unívoco a la lengua que hablan hoy cerca de cuatrocientos millones de personas. Asimismo, es la denominación que se utiliza internacionalmente (Spanish, espagnol, Spanisch, spagnolo, etc.). Aun siendo también sinónimo de español,resulta preferible reservar el término castellano para referirse al dialecto románico nacido en el Reino de Castilla durante la Edad Media, o al dialecto del español que se habla actualmente en esta región. En España, se usa asimismo el nombre castellanocuando se alude a la lengua común del Estado en relación con las otras lenguas cooficiales en sus respectivos territorios autónomos, como el catalán, el gallego o el vasco.
Diccionario panhispánico de dudas 2005
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Bueno me ha encantado leeros y ver que repetís cosas sin cercioraros de si es así o no. Creo que leer es importante y no tanto repetir palabras que se escuchan a modo de eco.
Vaya pena de cabezas pensantes. Todo mi apoyo.
Lo mismo. Anda, abre la mente un poquito y nada, que te sea leve. Lástima de sectarismos.
 
Bueno me ha encantado leeros y ver que repetís cosas sin cercioraros de si es así o no. Creo que leer es importante y no tanto repetir palabras que se escuchan a modo de eco.
Vaya pena de cabezas pensantes. Todo mi apoyo.
Tu comportamiento es incomprensible, te lo digo desde el respeto. Has llegado aquí con una prepotencia insuperable y en vez de reconocer tu error, sigues atacando.
 
Claro, el decreto dice que los profesorws( maestros incluidos tengamos todo en duplicado,no vaya a ser). Cierto.
Pues cuando va a empezar el curso, sabiendo que pueden venir niños de fuera (sobretodo porque ya se han matriculado previamente) deberian.
O cuando van preparando el temario.
No deberia ser tan dificil cuando hay asignaturas que no varian casi de un año para otro.... o con muchos años como las matematicas, fisolofia, historia....

O como lo hacen los alumnos que estan exentos de una lengua para estudiar la asignatura que den en esa lengua? Dudo que se salten 2 años de la materia.
 

Dejemos en paz las lenguas​

Luis García Montero
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Publicada el 22/11/2020 a las 06:00
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Es una triste noticia que se involucre a las lenguas en peleas políticas coyunturales, sobre todo cuando el debate deriva hacia una estrategia de crispación que exige el falseamiento de la realidad, las ofensas y las manipulaciones. Las lenguas maternas forman parte de la identidad, de la raíz más profunda de sus hablantes, y ofenderlas o someterlas a coyunturas crea heridas íntimas. Confieso que siento una inmediata antipatía ante cualquier persona, política o no, que desprecia la manera que tenemos los andaluces de pronunciar el español. Es la manera en la que yo aprendí a relacionarme con la vida.

El español, con 489 millones de hablantes nativos, es la segunda lengua del mundo detrás del chino mandarín. Y con casi 600 millones de usuarios, es la segunda lengua de comunicación internacional detrás del inglés. Salamanca, Bogotá, Buenos Aires, Los Ángeles, Cádiz, Lima, Aguascalientes, Malabo… No se habla mejor ni peor en ningún sitio, cada cual habla según sus matices. La diversidad respetada asegura la unidad y la gran riqueza de nuestro idioma.



España tiene la suerte de compartir un idioma tan sólido y extenso como el español y, también, de disfrutar una pluralidad lingüística reconocida oficialmente. A los que, sin saber de lo que hablan, están arremetiendo contra la nueva ley de educación con el argumento de que pone en peligro el castellano en Cataluña, quiero recordarles el artículo tercero de nuestra Constitución. La lengua es parte de la identidad porque, además de nombrar y describir, las palabras implican una acción. Es decir, la palabra Constitución nos constituye: “El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos”.

Como la Constitución nos constituye, los responsables de la Constitución tuvieron cuidado en encontrar fórmulas que sirviesen para salir en lo posible de muchos años de dictadura. Como filólogo, soy más partidario por motivos históricos del término español para nombrar a nuestra lengua. Pero con castellano se quería entonces ofrecer un ámbito inclusivo a las otras lenguas también españolas. Hoy es normal utilizar los dos términos, dependiendo de los diversos países de la lengua y de la voluntad o costumbre de cada hablante. No es un problema.


Quien dice que el español está en peligro miente. Los españoles somos el 8% entre los hablantes de una lengua que se extiende demográficamente con paso firme. Quien quiera ayudar al español no debe preocuparse por un peligro de desaparición, sino por reforzar su presencia en el mundo consolidando su prestigio cultural, científico, técnico y por unir su imagen a los valores de la democracia y la multiculturalidad. Mezclar al español con ideas imperialistas o con faltas de respeto a otras lenguas supone un camino pernicioso, una tremenda equivocación.

El bilingüismo es un bien. La democracia española debe aprovechar la posibilidad enorme del español como lengua internacional y debe también apoyar y asegurar la verdad cultural y social de las otras lenguas oficiales del Estado. La diversidad, vuelvo a repetirlo, es una riqueza, y respetarla es el único modo de reforzar los vínculos.


Llama la atención que el debate sobre la palabra vehicular en la nueva ley haya tenido muy poca repercusión en Cataluña, Galicia o País Vasco y mucha entre los partidos que están exasperando en el resto del Estado su política de oposición al Gobierno. Se trata de una calificación añadida en 2013 y que no ha tenido incidencia en el sistema educativo catalán. Un conocimiento honesto y real de la situación demuestra que la política de inmersión catalana es buena para la realización social de la ciudadanía que vive en Cataluña y que el español no está en peligro allí ni en el resto del mundo. Los problemas surgidos son puntuales y, claro, estará bien utilizar la experiencia de años de funcionamiento para solucionarlos.

La nueva ley de educación puede causarle problemas a los colegios que quieran segregar por s*x* a los alumnos o cobrar a la vez al Estado y a las familias, pero no a los que tienen la obligación y el derecho de hablar español. Es triste que se mezcle nuestra lengua, junto con el racismo, el machismo o el terrorismo, para exasperar y generar odio.

Poco sensato es el nacionalista catalán que no comprende la riqueza inmensa que para Cataluña supone hablar, además del catalán, un idioma tan valioso como el español. Poco sensato es el nacionalista español que desprecia el catalán, una de las lenguas españolas llenas de historia y de fuerza social y cultural. Y poco sensato es quien en nombre de la democracia mete en un debate sucio a las lenguas maternas, olvidando que son indispensables para la creación de la convivencia, el respeto individual y la conciencia cívica.

 

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