Todos los diseñadores tienen obras buenas y malas, como en cualquier otra disciplina.Una pena que no escribiese un manual de elegancia y costura prêt à porter. Me lo hubiera comprado ipso-facto.
A mí me impresionó la colección de Bunny Mellon, que fue una de sus mejores clientas. Pero en la colección del museo tienen un buen número de vestidos feos, de corte impecable, pero estéticamente horribles.