Donde mejor revela Michael Collins su esencia y su originalidad es en la serie Dan Fortune. En ella, la típica rudeza de los personajes es más rica y está desarrollada con más sutileza que en otras obras. Dan Fortune es un filosófico investigador privado, manco, pasivo por naturaleza, compasivo, que aúna en un solo personaje al narrador y al principal protagonista. Escritor duro, violento, pesimista, de él ha dicho Ross Macdonald: "Collins es un escritor del que no se puede prescindir". Tanto Collins como Dan Fortune viven en Nueva York.
Alguien se ha tomado muchas molestias para que el asesinato de Suzy Dekker parezca obra del temible Degollador del Cañón, que actúa cerca de Malibú, pero Dan Fortune no acaba de creerlo. Suzy, modelo y prost*t*ta ocasional, puede haber sido víctima de un cliente brutal. Dan Descubre que la muchacha buscaba desesperadamente a su madre, que la abandonó cuando era niña, y que creía haberla encontrado. La investigación lleva al detective a los estudios de televisión de Hollywood, al mundo de la moda y al de la prostit*ción, a clubs de playa y a mansiones de gente adinerada. También le lleva a cruzarse con mas muertes violentas antes de descubrir lo que busca en una repentina revelación de horror.