Las muertes relacionadas con el sida se han reducido a la mitad en la última década

PUBLICADO EN 'ANNALS OF INTERNAL MEDICINE'
Logran eliminar el VIH en seis pacientes con trasplantes de células madre
Científicos del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa de Barcelona y del Hospital Gregorio Marañón de Madrid han logrado eliminar el virus de la sangre
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Foto de archivo del laboratorio de investigación contra el VIH en el Gregorio Marañón. (EFE)


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16/10/2018
Científicos del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa de Barcelona y del Hospital Gregorio Marañón de Madrid han logrado que seis pacientes infectados por el VIH hayan eliminado el virus de su sangre y tejidos tras ser sometidos a trasplantes de células madre.

La investigación, que publica este lunes la revista 'Annals of Internal Medicine', ha confirmado que los seis pacientes que recibieron un trasplante de células madre tienen el virus indetectable en sangre y tejidos e incluso uno de ellos ni siquiera tiene anticuerpos, lo que indica que el VIH podría haber sido eliminado de su cuerpo.

Potencial desaparición del VIH
Los pacientes mantienen el tratamiento antirretroviral, pero los investigadores creen que la procedencia de las células madre —de cordón umbilical y médula ósea— así como el tiempo transcurrido para lograr el reemplazo completo de las células receptoras por las del donante —18 meses en uno de los casos— podrían haber contribuido a una potencial desaparición del VIH, lo que abre la puerta a diseñar nuevos tratamientos para curar el sida.

Este estudio ha señalado ciertos factores asociados con el trasplante de células madre que podrían contribuir a eliminar este reservorio del cuerpo


La investigadora del IrsiCaixa María Salgado, coautora del artículo, junto con Mi Kwon, hematóloga del Hospital Gregorio Marañón, ha explicado que el motivo de que actualmente los fármacos no curen la infección por el VIH es el reservorio viral, formado por células infectadas por el virus que permanecen en estado latente y no pueden ser detectadas ni destruidas por el sistema inmunitario.

Este estudio ha señalado ciertos factores asociados con el trasplante de células madre que podrían contribuir a eliminar este reservorio del cuerpo. Hasta ahora, el trasplante de células madre se recomienda exclusivamente para tratar enfermedades hematológicas graves.


El paciente de Berlín
El estudio se ha basado en el caso del 'paciente de Berlín': Timothy Brown, una persona con VIH que en 2008 se sometió a un trasplante de células madre para tratar una leucemia. El donante tenía una mutación llamada CCR5 Delta 32 que hacía que sus células sanguíneas fueran inmunes al VIH, ya que evita la entrada del virus en ellas.

Brown dejó de tomar la medicación antirretroviral y hoy, 11 años después, el virus sigue sin aparecer en su sangre, con lo que se le considera la única persona en el mundo curada del VIH. Desde entonces, los científicos investigan posibles mecanismos de erradicación del VIH asociados con el trasplante de células madre.

La hipótesis era que, además de la mutación CCR5 Delta 32, otros mecanismos asociados con el trasplante influyeron en la erradicación de su VIH


Para ello, el consorcio IciStem creó una cohorte única en el mundo de personas infectadas por el VIH que se sometieron a un trasplante para curar una enfermedad hematológica, con el objetivo final de diseñar nuevas estrategias de cura. "Nuestra hipótesis era que, además de la mutación CCR5 Delta 32, otros mecanismos asociados con el trasplante influyeron en la erradicación del VIH en Timothy Brown", ha señalado Salgado.

Falta confirmación
El estudio incluyó a seis participantes que habían sobrevivido al menos dos años después de recibir el trasplante, y todos los donantes carecían de la mutación CCR5 Delta 32 en sus células. "Seleccionamos estos casos porque queríamos centrarnos en las otras posibles causas que podrían contribuir a eliminar el virus", ha detallado Mi Kwon. Tras el trasplante, todos los participantes mantuvieron el tratamiento antirretroviral y lograron la remisión de su enfermedad hematológica tras la retirada de los fármacos inmunosupresores.

Tras diversos análisis, los investigadores vieron que cinco de ellos presentaban un reservorio indetectable en sangre y tejidos y que en el sexto los anticuerpos virales habían desaparecido completamente siete años después del trasplante. Según Salgado, "este hecho podría ser una prueba de que el VIH ya no está en su sangre, pero esto solo se puede confirmar parando el tratamiento y comprobando si el virus reaparece o no".

El siguiente paso será hacer un ensayo clínico para interrumpir la medicación antirretroviral y comprobar si hay rebote viral o no


El único participante con un reservorio de VIH detectable recibió un trasplante de sangre de cordón umbilical —el resto fue de médula ósea— y tardó 18 meses en reemplazar todas sus células por las células del donante. El siguiente paso será hacer un ensayo clínico, controlado por médicos e investigadores, para interrumpir la medicación antirretroviral en algunos de estos pacientes y suministrarles nuevas inmunoterapias para comprobar si hay rebote viral y confirmar si el virus ha sido erradicado del organismo.

https://www.elconfidencial.com/tecn...-pacientes-trasplantes-celulas-madre_1630754/
 
CORTOMETRAJE

Ni yonkis ni promiscuos: el corto que derriba todos los estigmas sobre el VIH
  • El cortometraje 'Estigma' quiere derribar los prejuicios sobre las personas portadoras del VIH.
  • En los últimos meses cortos como 'Estigma' y series como 'Élite' han ayudado a la normalización.




20 noviembre, 2018


Javier Zurro @Zurro_85


Hay temas que todavía siguen siendo un tabú, y el VIH es uno de ellos. El audiovisual sigue considerando un tema ‘complicado’ para tratar en filmes o series comerciales, y hasta ahora sólo el cine de autor (120 latidos por minuto) se había atrevida a hablar de las reivindicaciones y derechos de las personas que lo desarrollaron, especialmente en los años 90.

Muchas de las cosas que contaba la película de Robin Campillo siguen siendo una realidad. En 2018 el VIH se sigue asociando a gente promiscua, de mala vida, o drogadictos. Muchos no entienden que cualquiera puede contraerla en un descuido, y que además, actualmente y con los medicamentos existentes, ser portador teniéndolo controlado es perfectamente compatible con una vida normal. Se puede practicar s*x*, no se es un inválido, y nadie tiene por qué señalar a nadie por tenerlo.

Ese es uno de los motivos por los que ha triunfado Élite, la serie adolescente de Netflix que aunque cuenta con unas tramas telenovelescas, es la primera ficción dedicada a adolescentes que ha tratado el VIH con una naturalidad aplastante. El personaje de Marina (interpretado por María Pedraza), es una niña de familia bien, que contrajo el virus y que en el primer capítulo deja claro que el sida no elige a la gente dependiendo del dinero que tenga. Lo suyo fue un fallo, pero ella mantiene la misma vida que los demás adolescentes. Se ve cómo se medica, y explica que el virus es indetectable. También la vemos practicar s*x* de forma abierta, rompiendo ese prejuicio que dice que con el VIH no se puede hacer el amor.

Marina no es yonki, ni promiscua, ni una inconsciente, como tampoco lo es el protagonista del cortometraje Estigma, dirigido por David Velduque, y que también quiere derribar todos los prejuicios respecto al VIH. En su trabajo es un chaval adolescente el que se enfrenta a sus propios miedos, y a la discriminación que él mismo se infringe. Este cortometraje forma parte de un proyecto que se llama Indetectable, al que invitaron al realizador. Es su segunda temporada, y en esta ocasión creadores como Roberto Pérez Toledo, Abril Zamora, Alberto Velasco o Ferando Gamera aportarán su visión sobre la “serofobia”. “En este caso no lo hemos planteado desde el punto de vista de la discriminación, sino de la persona que tiene el virus y que sufre”, cuenta a EL ESPAÑOL.

Trabajos para acabar con esos estigmas, que el director considera que están ahí porque al final es una enfermedad que habla de nuestra sexualidad. “Hay enfermedades que puedes tener, como una diabetes u otras muchas crónicas, que son como ahora es el VIH gracias a la medicación. Ya no se muere la gente, pero se habla poco del tema. Cuando lo estamos haciendo lo hacemos con naturalidad y visibilizando que son personas con una vida normal, que pueden mantener relaciones de forma normal y con medicación, y que si la tomas es indetectable, y si eres indetectable no puedes contagiar el virus”, añade.

Hay enfermedades que puedes tener, como una diabetes u otras muchas crónicas, que son como ahora es el VIH gracias a la medicación

“Se está incidiendo mucho en esto porque hay como un miedo y una falta de información muy grande en la sociedad. Nos han contado muchas veces que es malo tener relaciones sexuales. Lo sexual está oculto y poco presente en nuestro día a día, es algo de lo que no se habla. Si una persona es portadora del VIH parece que es porque ha llevado ‘una vida mala’, y no es así, es una persona que por alguna circunstancia ha tenido ese contagio, pero no es porque haya tenido un estilo de vida de ningún tipo. Puede ser nuestra vecino, o nuestro mejor amigo, y hay que romper ese tabú que es sobre todo por el s*x* y que viene a culpabilizarte porque esa enfermedad se sigue asociando a eso de ‘la mala vida”, zanja.

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El director David Velduque en el rodaje.


Estigma también muestra el s*x* sin complejos, y lo hace usando el género de terror como excusa para hablar de los miedos internos, de no aceptarte a ti mismo y de pensar que te van a culpar por ser diferente, en este caso tener el VIH. Este caparazón de corto de terror le ha hecho participar en una gran cantidad de festivales internacionales como el de Austin, y ser un buen vehículo para hablar de algo que nos incumbe a todos.

“De alguna forma nos construimos una prisión en la que nos metemos y machacamos a nosotros por múltiples motivos. Aquí es el VIH, pero podría ser alguien gordo, o alto, o con los pechos grandes. O gay o trans… al final no te dejas vivir. Se habla mucho de la discriminación social, pero poco de la discriminación hacia nosotros mismos, y a veces es incluso más dura que lo que te puedan decir otros. El objetivo es ese, mostrar los fantasmas de cada uno y luchar día a día”, cuenta Velduque, cuyo compromiso hace que con cortos como el suyo, esos estigmas estén más cerca de desaparecer.

https://www.elespanol.com/cultura/c...s-corto-derriba-estigmas-vih/354465409_0.html
 
La carga viral del VIH en s*men alcanzaría niveles detectables al poco tiempo de interrumpir la terapia antirretroviral
Este hallazgo deberá tenerse en cuenta en el diseño de ensayos con vacunas u otras estrategias que puedan precisar de la interrupción del tratamiento para facilitar y aconsejar medidas preventivas adicionales

Francesc Martínez - 19/11/2018


Un estudio francés publicado en AIDS ha concluido que la carga viral del VIH en s*men aumentaría rápidamente tras la interrupción del tratamiento antirretroviral. Durante las dos semanas siguientes a la interrupción, la carga viral en sangre y s*men pasó a ser detectable y tras 4 semanas todos los participantes tenían carga viral detectable en s*men.

En los últimos años se han acumulado datos que refuerzan el papel del tratamiento antirretroviral de las personas con el VIH como el mecanismo de prevención de la transmisión del virus más efectivo. Ello ha llevado a campañas tales como “Indetectable es igual a Intransmisible” (véase La Noticia del Día 16/05/2018), también conocida como I=I (o U=U, en sus siglas en inglés) con un gran impacto a nivel social y –especialmente– en la autopercepción de la comunidad con el VIH.

Para que el tratamiento antirretroviral mantenga su eficacia preventiva es necesaria una buena adherencia, pero no existen muchos datos sobre cuánto tiempo debe transcurrir –tras la interrupción del tratamiento- hasta que una persona vuelve a alcanzar niveles de virus en sangre y s*men suficientes para que se pueda producir la transmisión. Este es un aspecto importante para personas que utilizan el tratamiento antirretroviral como prevención, especialmente si participan en estudios de investigación de vacunas o terapias de investigación de la cura, que pueden precisar de la interrupción del tratamiento.

Para obtener más información al respecto, los autores del presente estudio recopilaron los datos de 10 hombres con el VIH que habían participado en el estudio de investigación de una vacuna (concretamente el estudio VR102/ANRS149-LIGHT), que comparaba la administración de una candidata a vacuna o placebo y que contemplaba la interrupción del tratamiento antirretroviral durante 12 semanas o hasta que la carga viral rebotara (de las dos opciones, la que sucediera en primer lugar).

Aunque en el estudio original el objetivo principal era la carga viral plasmática 12 semanas después de interrumpir el tratamiento, en el presente subestudio –dirigido a la investigación del rebote virológico en sangre y s*men tras la interrupción del tratamiento—se analizaron los resultados de la carga viral de las muestras de sangre y s*men tomadas a los participantes en el momento de la interrupción del tratamiento y –a partir de ahí– cada dos semanas hasta el rebote virológico o la semana 12.

La mediana de la edad de los participantes era de 42 años. Habían estado tomando tratamiento antirretroviral con supresión virológica durante una mediana de 44 meses y su recuento de CD4 al inicio del estudio era de 768 células/mm3. Cuatro participantes recibieron la vacuna y los 6 restantes placebo.

Todos los participantes tenían carga viral plasmática indetectable en el momento de la interrupción del tratamiento. En 8 de los participantes el rebote virológico se produjo durante las primeras dos semanas posteriores a la interrupción del tratamiento y los 10 participantes tenían carga viral detectable en sangre dentro de las primeras ocho semanas. La carga viral plasmática más alta registrada en el estudio fue de 125.000 copias/mL (similar a las típicamente observadas antes de iniciar el tratamiento antirretroviral).

De forma similar, la carga viral en s*men era indetectable al interrumpir el tratamiento. En cuatro de los participantes, la carga viral en s*men pasó a ser detectable dentro de las primeras dos semanas tras la interrupción, mientras que en otros cuatro ello sucedió dentro de las primeras cuatro semanas. De los dos participantes restantes no se dispuso, finalmente, de las muestras de s*men. En el estudio, la carga viral más alta observada en s*men fue de 15.000 copias/mL.

Los reservorios de ADN viral en células mononucleares de sangre periférica y en células no espermáticas también se incrementaron tras la interrupción del tratamiento. Los análisis filogenéticos evidenciaron que el virus en s*men provenía de células sanguíneas, por lo que ambas cargas virales se encontrarían interrelacionadas.

Los hallazgos del presente estudio hacen concluir que, en parejas serodiscordantes, deben facilitarse y recomendarse medidas preventivas adicionales al tratamiento del miembro con VIH si este participara en estudios de vacunas o nuevas terapias de investigación en cura que precisen de la interrupción del tratamiento antirretroviral. De hecho, en el presente estudio se registró un caso de transmisión del VIH durante el período de interrupción. Entre dichas medidas podrían hallarse los condones y/o facilitar profilaxis preexposición (PrEP, en sus siglas en inglés) para el miembro de la pareja sin el VIH.

Fuente: Aidsmap / Elaboración propia (gTt-VIH).
Referencia: Palich R et al. Viral rebound in s*men after antiretroviral treatment interruption in an HIV therapeutic vaccine double-blind trial. AIDS, online edition, doi: 10.1097/QAD.0000000000002058 (2018).

http://gtt-vih.org/actualizate/la_noticia_del_dia/19-11-18?#
 
Francia ofrecerá preservativos gratis con receta: dónde conseguirlos en España
Varias organizaciones ofrecen protección gratuita a la población española vulnerable al VIH y sida

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HÉCTOR LLANOS MARTÍNEZ 28 NOV 2018


El Gobierno francés ha anunciado que rembolsará el precio de los preservativos bajo receta médica para reforzar la lucha contra el VIH y el sida, en especial entre los jóvenes. En España, no hay un plan centralizado que facilite el acceso gratuito a nivel nacional, sino que son las propias comunidades autónomas las que se encargan de ello, recuerdan los distintos organismos consultados por Verne. Al final de este texto, se puede consultar un listado con algunos lugares en toda España que distribuyen preservativos gratuitos a población vulnerable al VIH y sida.

"La campaña francesa sería perfectamente exportable a España. Al prescribir los preservativos con receta, favorecería además el acceso habitual de estos sectores de la población más vulnerables a la sanidad pública a nivel nacional", dice Guillermo González, presidente de la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE). En su caso, se pueden encontrar condones gratuitos en sus cuatro Centros de Jóvenes de Atención a la Sexualidad, situados en Barcelona, A Coruña, Madrid y Albacete.

Entre 130.000 y 160.000 personas viven con VIH en España, de las que más del 20% no está diagnosticada, apunta el Informe sobre vigilancia epidemiológica del VIH y sida en España de 2015. Uno de cada cuatro nuevos casos se da en menores de 30 años, según el Ministerio de Sanidad.

El preservativo "no se trata de un artilugio sexual, sino de un verdadero instrumento de prevención indispensable cuyo uso debe fomentarse sobre todo entre los jóvenes y los nuevos usuarios cuyo poder adquisitivo es limitado", ha comentado un portavoz del laboratorio Majorelle, encargado de fabricar los preservativos gratuitos para esta nueva medida del Gobierno galo, según recoge la Agencia Efe. Reino Unido también se entregan de forma gratuita en todo el país.

Desde la Fundación Trabajando en Positivo, que engloba a 16 entidades de toda España que realizan un trabajo de prevención de VIH y sida, incluida la entrega gratuita de preservativos, consideran que "regalar condones no es suficiente" si no se educa correctamente en torno a su uso. "Si se aprobara en España una medida similar a la francesa, los médicos de atención primaria encargados de firmar la receta deberían obtener una formación específica sobre educación sexual que ahora no tienen", apuntan por teléfono.


Embarazos no deseados

El objetivo principal de este tipo de medidas es alcanzar a los jóvenes. En España, la mitad de ellos inician sus relaciones sexuales con penetración entre los 15 y 16 años, según un estudio publicado en la revista de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.

Casi la mitad ha mantenido relaciones sexuales sin condón. Y una cuarta parte lo hace de forma frecuente, apunta una investigación española que se presentó en el Congreso de Salud Global de Oxford en junio de 2018. Además de VIH y sida, está práctica de riesgo puede provocar embarazos no deseados o infecciones de transmisión sexual (ITS).

"Los estudios que realizamos en la Federación de Planificación Familiar Estatal nos indican que los jóvenes españoles cada vez están más informados en cuestiones de tratamiento de VIH, pero se han relajado en otros aspectos. Detectamos en los últimos tiempos un repunte en infecciones como clamidia, sífilis y gonorrea", comenta Guillermo González, presidente de la federación.

González pone como ejemplo a la Comunidad de Madrid, que desde el 2017 recurre al preservativo gratuito como parte de su Plan Integral de Abordaje de los Embarazos no Deseados 2017-2020. En este tiempo, suministrará en los próximos años de forma gratuita 4,5 millones de condones y 46.000 píldoras del día después en "puntos clave", como hospitales públicos.

¿Dónde encontrar preservativos gratutitos?

Como cada comunidad autónoma española gestiona su propia sanidad pública, no hay un patrón que pueda aplicarse a toda España similar a la campaña francesa. Consultado por Verne, el ministerio de Sanidad no ofrece datos sobre un plan de acción a nivel nacional. Lo más parecido a esta medida lo desarrolla la Coordinadora Estatal de VIH y sida (CESIDA).

En ella se aglutinan más de 70 organizaciones en toda España. "Este año se compraron 50.400 preservativos masculinos, 4.600 femeninos y 55.000 lubricantes, que es una herramienta fundamental para utilizar junto con el preservativo. La compra está financiada con dinero público y, en ocasiones puntuales, con donaciones de empresas privadas como las propias marcas de preservativos", explican a Verne.

"Todas las entidades de CESIDA tienen preservativos a disposición de quién los necesite y/o solicite, pero siempre son pocos porque se suele priorizar a las poblaciones más vulnerables a la infección por el VIH", comenta la organización.

Por ejemplo, CESIDA lleva a cabo desde 2013 un programa de promoción de la salud y prevención del VIH con personas inmigrantes. Este proyecto está financiado a través del Ministerio de Trabajo, Migración y Seguridad Social y el Fondo de Asilo, Migración e Integración (FAMI) de la Unión Europea, pero solo se aplica en Cataluña, Castilla y León, Zaragoza, Comunidad Valenciana, La Rioja y Andalucía.

LA Coruña

Ronda de Nelle, 126, baixo b 15010-A Coruña

881 916 869

Albacete

Centro Social La Casa Vieja

c/ Blasco Ibáñez, 46 02004 Albacete

618404287

Barcelona

c/ La granja, 19, baixos 08024 Barcelona

93 415 10 00

Madrid

C/San Vicente Ferrer, 86 28015 Madrid

91 531 66 55 / 91 531 03 00


Organizaciones que forman parte de CESIDA

Ámbito nacional

ADEPS-FUNDADEPS

Hospital Clínico San Carlos, Servicio de Medicina Preventiva, 3ª Norte. C/ Profesor Martín Lagos, s/n. 28040. Madrid

91 330 34 22

FEDERACIÓN ESTATAL DE LESBIANAS, GAIS, TRANSEXUALES Y BISEXUALES, FELGTB

c/ Infantas, 40 – 4º, izqda. 28004. Madrid

91 360 46 05

FUNDACIÓN TRIÁNGULO

c/ Melendez Valdés, 52, 1º D. 28015 Madrid

91 593 0540

Con sedes en Andalucía (Cádiz, Córdoba, Huelva y Sevilla) Canarias (Tenerife) Castilla y León (Valladolid) Extremadura (Badajoz, Cáceres y Mérida) Madrid ( Alcobendas, Madrid capital, San Sebastión de los Reyes, Rivas-VaciaMadrid, Coslada y San Fernando de Henares)

FUNDACIÓN ATENEA GRUPO INTER-DISCIPLINAR SOBRE DROGAS, GRUPO GID

C/ Antonia Lancha, 50. 28019. Madrid

91 447 99 97

MÉDICOS DEL MUNDO ESPAÑA

C/ Conde de Vilches, 15. 28028 Madrid

91 543 60 33

PLATAFORMA NATURALES ALTERNATIVAS TRADICIONALES COMPLEMENTARIAS, NATC

Travesera de San Miguel, 2. 31192 Badostain, Navarra

948 331 023 / 670 865 285

Por comunidades autónomas

Andalucía

ADHARA

c/ Pagés del Corro 89-91, local 3. 41010. Sevilla

954 981 603

AOCD – ASOCIACIÓN OLOTENSE CONTRA LA DROGA

c/ Huelva s/n, Centro cívico San Rafael. Gibraleón. Huelva, 21500.

959 302 032

APOYO POSITIVO

Málaga y Torremolinos

951 13 49 48

ASOCIACIÓN CIUDADANA ANTI-SIDA DE MÁLAGA, ASIMA

c/ Cruz Verde Nº 22. 29013. Málaga

952 60 17 80 / 952 60 35 48

ASOCIACIÓN CONCORDIA ANTISIDA, ACAS

c/ Carlota Navarrete, 21. 29670 San Pedro de Alcántara. Málaga

952 785 997

ASOCIACIÓN DE ENCUENTRO Y ACOGIDA AL TOXICÓMANO, ADEAT

C/ Almería s/n 14009 Córdoba

957 292 861

ASOCIACIÓN JEREZANA DE AYUDA A AFECTADOS VIH/SIDA, SILOÉ

C/ Hijuela de las Coles, 11408 Jerez de la Frontera, Cádiz

956 237146 / 956 300 006

COMITÉ CIUDADANO ANTI-SIDA DEL CAMPO DE GIBRALTAR

c/ Gregorio Marañón 1, bajo. 11201. Algeciras (Cádiz)

956 63 48 28 / 956 63 48 28

FEDERACIÓN ANDALUZA ENLACE

c/ Marqués de Pickman, 49, 2ª planta, 41005 Sevilla

954 98 12 48 / 954 57 35 02

IEMAKAIE

c/ Duque de Fernán Nuñez 1, 1º izquierda. 14003. Córdoba

957 47 37 17 / 957 49 63 96

Aragón

ASOCIACIÓN PARA LA AYUDA A PERSONAS AFECTADAS POR EL VIH/SIDA, OMSIDA

C/ Barrioverde nº 10, local, 50002 Zaragoza

976 20 16 42

ASOCIACIÓN SOMOS LGTB+ DE ARAGÓN

c/ Agustina de Aragón, 28 local. 50004 Zaragoza

653 86 25 95

Baleares

ASSOCIACIÓ DE LLUITA ANTISIDA DE LES ILLES BALEARS, ALAS

C/ General Riera, 3 – 2º A. 07003. Palma de Mallorca

680 73 03 03

ESCOLA DE SIDA, SALUT I CONVIVÈNCIA

Carrer de la Rosa, 3 3º – Casal Ernest Lluch. 07003. Palma de Mallorca

971 71 04 44

SILOÉ

Carretera Sta. Eugenia a Sta. María Km. 0,1. 07142. Santa Eugenia. Mallorca. 971 14 42 66 / 971 14 42 66

Canarias

ALTIHAY

c/ Goya, 3. Centro Cultural de Buenavista 35600 Puerto del Rosario. Fuerteventura

828 912 381

Cantabria

ASOCIACIÓN CIUDADANA CÁNTABRA ANTISIDA, ACCAS

C/ Ruiz Zorrilla, 12, bajo. 39009 de Santander (Cantabria)

942 31 32 32 / 942 07 00

Castilla y León

ASOCIACIÓN CARACOL

c/ Bajos del Estadio Toralín, local Céspedes, nº 8. 24400. Ponferrada (León)

987 41 43 49

COMITÉ ANTISIDA DE PALENCIA

c/ Las Acacias,nº2 ,Bajo. 34003. Palencia

979 105 705 / 979 105 705

COMITÉ CIUDADANO ANTI-SIDA DE BURGOS

c/ Federico Veléz, 4 (traseras). 09003. Burgos

947 24 02 77 / 947 24 02 77

COMITÉ CIUDADANO ANTI-SIDA DE SALAMANCA

Plaza Nueva de San Vicente s/n, local 4. 37007. Salamanca

923 21 92 79

COMITÉ CIUDADANO ANTI-SIDA DE ZAMORA

C/ Los Remedios, 5. Bajo 4. 49031. Zamora

980 53 43 82

COMITÉ CIUDADANO ANTISIDA DE VALLADOLID

lunes, miércoles y jueves de 9:00h a 12:30h

C/ General Almirante, 7 – 1ºDCHA 47003 Valladolid

983 35 89 48

FEDERACIÓN DE COMITÉS CIUDADANOS ANTISIDA DE CASTILLA Y LEÓN

Plaza Nueva de San Vicente s/n, local 4. 37007. Salamanca

947 24 02 77 / 923 219 279

Cataluña

ACATHI

Pl Robert Gerhard, 3-4 (altura de Passeig Enric Sanchís, 12). 08030. Barcelona

93 193 13 53 / 93 314 7947 preguntar por ACATHI

ACTUAVALLÈS

Passeig Gaudí, 31 baixos. Sabadell 08203. Barcelona

93 727 19 00

ANTISIDA LLEIDA

c/ Lluís Besa, 17 baixos. 25002. Lleida.

973 26 11 11

ASSEXORA’TGN

Plaza Imperial Tarraco, 1. Tarragona

665 64 04 35

ASSOCIACIÓ CIUTADANA ANTI-SIDA DE CATALUNYA, ACASC

c/ la Lluna 11, bajos. 08001. Barcelona

93 317 05 05 / 93 301 41 82

ASSOCIACIÓN BIENESTAR Y DESARROLLO, ABD

c/ Quevedo 2, bajos. 08012. Barcelona

93 289 05 30 / 93 325 6835

GAIS POSITIUS

c/ Violant d’Hongria, 156 bxs. 08014. Barcelona

93 298 06 42

GRUPO DE SOBRE TRATAMIENTOS DEL VIH, gTt

Avinyó 44, 3ª Planta. 08013. Barcelona

93 208 08 45 / 93 207 00 63

Projecte dels NOMS-Hispanosida

c/ Comte Borrel, 164-166, bxs. 08015. Barcelona

93 318 20 56 / 93 317 82 06

STOP SIDA

c/ Consell de Cent 246, 1º 2ª. 08011 de Barcelona

93 452 24 35 / 93 452 24 36

Extremadura

COMITÉ CIUDADANO ANTI-SIDA DE LA COMUNIDAD EXTREMEÑA, CAEX

c/ Maluquer, 10 1º D. 10002. Cáceres

927 22 76 13 / 927 22 61 43

Galicia

AGAVIH – ASOCIACIÓN GALLEGA PARA AFECTADOS DE VIH

C/ Brasil 44 -36204. Vigo, Pontevedra

663 023 032 / 671 123 213

La Rioja

COMISIÓN CIUDADANA ANTI-SIDA DE LA RIOJA, CCASR

Avd Portugal ,18 4º G. 26001 Logroño

941 25 55 50 / 941 25 55 50

Madrid

APOYO POSITIVO

Avenida Llano Castellano s/n. 28034. Madrid

91 358 14 44

ASOCIACIÓN HETAIRA

C/ Fuencarral, 18,4º F. 28004. Madrid

91 523 26 78

BASIDA

Ctra. Antigua de Toledo, km. 9. 28300. Las Infantas – Aranjuez

918 923 537 / 918 912 488

BASIDA

Avda. Residencia Santa Isabel, s/n

91 861 03 00 / 918 610 304

COLECTIVO DE LESBIANAS, GAYS, TRANSEXUALES Y BISEXUALES DE MADRID, COGAM

C/ de La Puebla, 9. 28004. Madrid

91 522 45 17

COLECTIVO SAN BLAS

c/ Fotografía, 3. 28037. Madrid

91 139 77 28 / 91 139 77 28

FUNDACIÓN 26 DE DICIEMBRE

C/Amparo, 27, bajo derecha. 28012. Madrid

91 002 84 17

gTt-VIH. Grupo Trabajo sobre Tratamientos del VIH

c/ Gandía, 1 Local 9. 28007.

683 28 0312

IMAGINA MÁS

C/ Rosario, 17 – 28005 Madrid

91 032 11 99

Murcia

APOYO ACTIVO

c/ Gutiérrez, 34. 30310. Cartagena. Murcia

968 369 374

FUNDACIÓN TIENDA ASILO DE SAN PEDRO

Proyecto Hogar Torre Nazaret (Región de Murcia) Avenida Sánchez Meca, nº 68, CP: 30202 Cartagena, Murcia.

968 161 656

FUNDACIÓN ROCAMUR. Casa de Acogida de Enfermos de Vih/Sida de Murcia

C/ Gran Pez, nº 6, 5ºG. 30004. Murcia

968 211 945

Navarra

COMISION CIUDADANA ANTI-SIDA DE NAVARRA

c/ 2 de Mayo nº 2 Bajo. 31001. Iruña, Pamplona 20486

948 21 22 576

SARE

C/ Ciudad de Sueca 5, bajo. 31014. Pamplona. Navarra

948 384149 / 685 670 130

País Vasco - Euskadi

ASOCIACIÓN CIUDADANA ANTI-SIDA DE GIPUZKOA, ACASGI

c/ Secundino Esnaola 8 1º D. 20001. San Sebastián. Guipúzkoa

943 290 722

ASOCIACIÓN DE LUCHA CONTRA EL SIDA T4

C/ Alameda de Urquijo, 28 – 4º A, 48010 Bilbao. Vizcaya

944 22 12 40

COMISIÓN ANTI-SIDA DE ALAVA, SIDALAVA

c/ San Francisco, 2, 1º. 1001. Vitoria-Gasteiz. Álava

945 25 77 66 / 945 25 78 66

GEHITU – Asociación de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales del País Vasco

Paseo de Colón, 50 20002. Donostia/San Sebastián. Guipúzkoa

943 468 516

HARRI BELTZA

Isasti etxadia 11 behea. 20180. Oiartzun. Guipúzkoa

943 49 35 44 943 49 35 44

ITXAROBIDE

c/ Iparraguirre 54, 1º – Dptos 7 y 13. 48010. Bilbao. Vizcaya

94 444 92 50 / 94 648 05 26

Comunidad Valenciana

ASSOCIACIÓ CIUTADANA d’ALACANT PEL VIH, ACAVIH

c/Angelina Bendito, 16, Oficina 10. Alicante

636 482477

ÀMBIT ASSOCIACIÓ

c/ Alta del mar, 80. 46024. Valencia

96 367 95 80

ASOCIACIÓN AMIGOS DE BENIDORM

Glorieta los Carrascos, Bloque 2, Local 20. 03501. Benidorm. Alicante

965 862 812

ASOCIACIÓN CIUDADANA CONTRA EL SIDA DE CASTELLÓN –CASDA

c/ Riu Túria, 7, baixos. 12006. Castellón

964 21 31 06

ASOCIACIÓN DE HEMOFILIA DE LA COMUNIDAD VALENCIANA, ASHECOVA

C/ Jerónimo Luzzatti, 2. 46018 Valencia

960 069 750

Asociación valenciana de VIH, sida y hepatitis – AVACOS-H

c/ Gabriel y Galán 24. 46017. Valencia

96 334 20 27 / 963 343 633

COL·LECTIU LAMBDA

c/ República Argentina, 22. 46021. Valencia

96 334 21 91

COMITÉ CIUDADANO ANTI-SIDA DE LA COMUNIDAD VALENCIANA

c/ Carniceros, 10 bajo. 46001. Valencia

96 392 01 53 / 96 315 59 04

COORDINADORA DE ASOCIACIONES DE VIH Y SIDA DE LA COMUNIDAD VALENCIANA, CALCSICOVA

C/ Gabriel y Galán 24. 46017. Valencia

963 731 002 / 963 343 633

JURISIDA

Valencia 96 322 27 47


https://verne.elpais.com/verne/2018/11/27/articulo/1543333994_707663.html


 
Hola, tengo una amiga que está muy preocupada. Es madre de familia y trabajó un día como sustituta en un hospital como celadora, moviendo pacientes.
En uno de esos movimientos de pacientes, que hace con guantes, por descuido tras tocar al paciente se tocó una herida en el cuello. No recuerda haber tocado sangre ni otro fluido, solo la piel del paciente y después se tocó la herida. Se enteró luego de que el paciente tenía vih, pero no dijo nada porque no vió que tocara sangre y supuestamente se contagia al contacto con fluidos. Pasó hace una semana y ahora está muy preocupada por si infecta a sus niños (aunque sabe que no habiendo contacto con sangre no hay riesgo).
¿Creéis que puede haberse infectado?¿Que creéis que debe hacer?
Hola! Dile que no se preocupe, a simple vista no parece nada grave.
El contagio por la piel/heridas se da cuando estas son grandes y están abiertas (es decir, están sangrado). Es raro que se dé, es más, suelen poner ejemplos tipo "accidente de coche". Debe de haber un cantidad de fluidos importante y visible.
De todas maneras dile que hay teléfonos e emails para consultar con profesionales, tipo la Cruz Roja. Y si sigue dándole vueltas, que pida cita con el médico, que seguro que la tranquilizará más.
 
Día Mundial del SIDA
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1° de diciembre del 2018



El 1° de diciembre marca el trigésimo aniversario del Día Mundial del SIDA. Esta celebración anual, lanzada en 1988, destaca los esfuerzos mundiales para combatir el VIH/SIDA. El Día Mundial del SIDA es también una ocasión para mostrar apoyo a las personas que viven con el VIH y para conmemorar a las que murieron por causa de esta infección.

Aun cuando el tratamiento antirretroviral ha transformado el VIH de una infección casi siempre mortal a una afección crónica manejable, el VIH sigue siendo una amenaza para la salud mundial. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en el 2017 aproximadamente 36.9 millones de personas mundialmente vivían con el VIH, y se calcula que 940,000 personas murieron a causa de enfermedades relacionadas con el SIDA, y aproximadamente 1.8 millones de personas contrajeron la infección del VIH.



https://infosida.nih.gov/understanding-hiv-aids/hiv-aids-awareness-days/146/dia-mundial-del-sida


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SuperVIHvientes: la generación que lleva 30 años viviendo con el virus del sida
Día Mundial contra el sida
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  • 1 DIC. 2018 10:42
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Ana Martín y Mar Linares, dos de las 'superVIHvientes' que han vivido más de tres décadas con el virus. J. LUENGO
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Se infectaron en los 80, cuando no había nada que combatiera a un virus letal, del que poco se sabía y que se llevó a decenas de amigos. Consiguieron sobrevivir y hoy peinan canas

Ferran Pujol recuerda cada detalle de aquel día de 1986. Aún puede sentir el miedo, la desazón, la angustia... la sensación de que el futuro dejaba de existir en aquel preciso momento. Tenía 27 años y la vida se acababa. Y la culpa la tenían sólo tres letras: VIH.

Si alguien le hubiera dicho entonces que más de tres décadas después seguiría vivo, en activo, pensando en las 60 velas que pronto soplará, se habría reído en su cara: «En aquella época lo único que podías pensar es que ibas a morir, porque eso era lo que pasaba. No había esperanza», recuerda.

Su propio médico se lo había dejado muy claro unos días antes: «¿Para qué quieres hacerte la prueba? ¿De qué te sirve averiguarlo si no hay nada que podamos hacer?».

Como él, Ana Martín también recibió una sentencia de muerte en forma de diagnóstico en el 87. Con la suya, Ramón Linaza calculó que no superaría los primeros años 90. Y Mar Linares, muy enganchada a las drogas, sólo pudo pensar una cosa cuando en 1989 le dieron tres meses de vida: «Ojalá me muera antes». Porque el sida, esa enfermedad de la que apenas se sabía nada, era implacable, y no dejaba de llevarse a amigos y conocidos.

Contra todo pronóstico, todos ellos sobrevivieron a «aquella sangría», resistieron tanto la falta de tratamientos como las terapias altamente tóxicas que llegaron después, lucharon contra el estigma y, después de muchos años, se han plantado en ese futuro que creyeron que nunca existiría.

Pensaron que no cumplirían los 30 y están llegando a los 60. Y son la primera generación que alcanza en masa la edad de jubilación después de compartir toda una vida con el virus del sida.

En las consultas, ya se nota el cambio: prácticamente la mitad de los aproximadamente 145.000 pacientes con VIH que existen hoy en día en España ya tienen más de 50 años, según los datos epidemiológicos. En 2030, serán el 73%. Pero se enfrentan a un nuevo reto: el envejecimiento acelerado que el virus y los años de terapias tóxicas provocan en su organismo.

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LOS FÁRMACOS ME PROVOCABAN NEUROPATÍAS TAN FUERTES QUE TENÍA QUE USAR MULETAS, SUFRÍ CÓLICOS... MI CALIDAD DE VIDA SE RESINTIÓ MUCHÍSIMO, PERO SEGUÍ ADELANTE
Ferran Pujol

Porque si algo comparten la mayoría de estos superVIHvientes, como ellos mismos se llaman, es haber vivido un auténtico vía crucis farmacológico, un salto constante durante años de tratamiento en tratamiento, con la esperanza de encontrar una alternativa efectiva. «Participé en todos los protocolos de investigación, probé todos los medicamentos que se testaban y llegué a desarrollar resistencias a todos los fármacos disponibles», recuerda Ramón Linaza.

«Era el único clavo que tenía para agarrarme. Sabía que el único sitio de donde podía sacar algo positivo eran los estudios clínicos, así que probé todo lo que salió», subraya Ana Martín, que cuenta en decenas la cantidad de comprimidos que pasaron por sus manos.

Desde el otro lado de la consulta, Santiago Moreno, hoy jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, vivió con intensidad aquellos años en los que todo eran incertidumbres: «Los primeros casos se detectaron en España a finales del 81 y yo empecé en el 84. Al principio no sabíamos prácticamente nada, ni siquiera que el agente causante era un retrovirus. Muchos pacientes nos llegaban ya terminales. Hasta mediados de los 90, que llegó la terapia antirretroviral de gran actividad (TARGA), no hubo nada realmente efectivo. Pero algunos pacientes que se habían infectado en los 80 y en los que la infección avanzó más lentamente pudieron llegar a esa fecha arañando meses de vida con algunos fármacos que se probaron, como el AZT. Fueron años durísimos para los pacientes. No sólo por el efecto de la medicación, sino por el rechazo», señala Moreno. «Intentar que te operaran a un paciente con sida era prácticamente imposible».

La llegada de las terapias combinadas supuso un verdadero antes y un después -«por fin se frenó la altísima mortalidad»-, continúa el especialista, pero algunos de los fármacos cobraban un alto precio por su efectividad. Así lo recuerda Ferran Pujol: «Me provocaban neuropatías periféricas tan fuertes que tenía que caminar con muletas, adelgacé exageradamente, sufría cólicos nefríticos. Mi calidad de vida se resintió muchísimo, pero seguí adelante».

«Fueron años muy complicados», coincide Ana Martín. «Además, la pauta de administración era una locura. En una época yo tenía que tomar como 12 fármacos al día, algunos no podían mezclarse con determinados alimentos, otros sólo podías tomarlos por la mañana, un comprimido era imposible de tragar, parecía cemento... Y eso con unos efectos secundarios horribles», como la lipodistrofia, que provocaba alteraciones en la distribución de las grasas y marcaba públicamente a los afectados. «Yo siempre he ido de frente. Y la verdad es que no sólo no eché de menos a los que se fueron, sino que se quedaron muchos más de los que esperaba», recuerda Ana Martín, que está jubilada después de años de trabajo como administrativa.

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CADA DÍA ME DESPERTABA Y DECÍA: ESTOY VIVA UN DÍA MÁS. VI MORIR A MUCHA GENTE SOLA, CON MIEDO
Mar Linares

Los primeros medicamentos efectivos salvaron la vida de aquellos pacientes, pero también cambiaron su forma de llegar a la tercera edad. Lo han puesto de manifiesto varios estudios, que muestran claramente que las personas que han vivido muchos años con el VIH y han estado sometidas a los efectos secundarios de aquellos fármacos presentan síntomas propios del envejecimiento unos 10 o 15 años antes que la población general.

«Estamos observando un incremento significativo de los casos de osteoporosis, enfermedades cardiovasculares, problemas renales o trastornos cognitivos», explica Eugenia Negredo, jefa de la línea de Envejecimiento y Complicaciones asociadas al VIH de la Fundación Lucha contra el sida y especialista del Hospital Germans Trias i Pujol de Barcelona. El grupo que dirige está realizando un seguimiento a una cohorte de 200 personas mayores con VIH para evaluar tanto las diferencias con el envejecimiento de las personas seronegativas como el abordaje que debe emplearse en este caso particular.

«Intentamos ver qué necesidades especiales presenta su envejecimiento, teniendo también en cuenta cosas que no se preguntan en la consulta habitual, que están pasando desapercibidas, como aspectos relacionados con la movilidad, la esfera social, su calidad de vida o su estado emocional», añade Negredo.

Entre la terapia antirretroviral y otros problemas asociados a este envejecimiento prematuro, los pacientes están tomando muchísimos fármacos, «un problema real que va a ser aún mayor en la próxima década», comenta Ramón Morillo, de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria. Junto al Grupo de estudio GeSIDA, ha coordinado una guía para optimizar y controlar en la medida de lo posible la polimedicación a la que se ven sometidos estos enfermos.

«En general, es necesario un abordaje más integral de las personas con VIH que están envejeciendo», resume Miguel Vázquez, del Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH-gTt, que ha elaborado un estudio sobre la situación que viven los mayores del colectivo.

No sólo por la dimensión sanitaria particular que hay que tener en cuenta en su caso, señala, sino «por la compleja realidad psicosocial y socioeconómica a la que se enfrentan estos pacientes». Y pone ejemplos: muchas de estas personas accedieron a pensiones por invalidez de muy baja cuantía, dando por hecho que su esperanza de vida sería muy corta. Pero, por ello, hoy en día viven en una situación económica precaria, que en algunos casos se ve agravada por un mayor nivel de aislamiento. Muchos sufren también cuadros de ansiedad y estrés derivados de las secuelas psicológicas que les ha provocado -y aún les provoca a algunos- vivir con el virus.

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PARTICIPÉ EN TODOS LOS PROTOCOLOS DE INVESTIGACIÓN Y LLEGUÉ A DESARROLLAR RESISTENCIAS A TODOS LOS FÁRMACOS
Ramón Linaza

«El estigma sigue existiendo», señala S. J. J., que no quiere dar su nombre ni aparecer en las fotos del reportaje por temor al rechazo y a perder su trabajo. «Sigue habiendo mucha discriminación y mucho desconocimiento. La mayoría ni siquiera sabe que cuando estás en tratamiento y tu carga viral es indetectable no puedes transmitir el virus».

«Yo tampoco he visto ese cambio del que algunos hablan», corrobora Mar Linares, que sigue viendo cómo el dentista programa sus citas a última hora, «pese a que no responde a ninguna lógica».

Mar ha conocido de todo en los 30 años que lleva viviendo con el VIH. Tenía 27 años cuando le diagnosticaron la infección y su primera reacción fue querer morirse. Pero no lo hizo. Es más, no sabe muy bien cómo, pero llegó hasta mediados de los 90 sin tomar ninguna medicación.

La terapia efectiva llegó a la vez que abandonaba por completo el consumo de sustancias para devolverle una vida en la que, sin embargo, siempre estaba la muerte. «Aterricé en una asociación que se llamaba Actúa. Y si una semana éramos 20, a la semana siguiente ya sólo quedábamos 18. Así que, cada día, yo me despertaba y decía, estoy viva un día más. Vi morir a mucha gente sola, con miedo. Nosotras nos abrazábamos porque era lo único que podíamos hacer». Y así estuvieron hasta bien entrado el cambio de siglo.

Hoy, Mar Linares, firmante del manifiesto SuperVIHvientes, denuncia «la invisibilidad»que sufre esa primera generación que contrajo el VIH en nuestro país. «Parece que con el VIH ya está todo solucionado, que que no da problemas, pero la realidad es que el sistema no está pensado para atendernos como pacientes a medida que envejecemos», señala. Y desliza un nuevo miedo: «A veces siento que estamos como al principio, cuando no sabíamos qué iba a pasar con nosotros. ¿Con qué calidad de vida vamos a afrontar lo que viene?»
https://www.elmundo.es/papel/historias/2018/12/01/5c0149e9fdddff9d068b4686.html
 
ENTREVISTA | Marisa Montes (GeSIDA)

"Estamos estancados en 3.400 nuevas infecciones de VIH diagnosticadas cada año y no somos capaces de bajar la cifra"
Este sábado se cumplen 30 años de la proclamación del Día Mundial de la Lucha contra el Sida: "Se le ha perdido el miedo, especialmente entre las generaciones más jóvenes que no vivieron la época dura"

"Una persona tratada no puede transmitir el virus y esto es algo que incluso a los propios pacientes les cuesta creer"

"El otro mito más frecuente es si las personas con VIH pueden tener hijo, y la respuesta es que sí pueden. No es una limitación ni para mujeres ni para hombres"

Teguayco Pinto
30/11/2018 - 20:40h
Fiable, anónimo y caro: las claves del nuevo autotest para detectar el VIH
Hace un mes se cumplieron 37 años de la detección del primer caso de SIDA en España. El diagnostico se realizó en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona apenas cuatro meses después de que se describieran los primeros casos en EEUU. Poco después, se supo que la enfermedad la desarrollaban las personas que resultaban infectadas por el virus de inmunodeficiencia humano, más conocido por sus siglas, VIH. Durante los primeros años, la infección se consideraba prácticamente una sentencia de muerte y las tasas de mortalidad alcanzaron su máximo en España a mediado de los noventa. En la actualidad, sin embargo, los tratamientos hacen que el virus sea indetectable y que no se pueda transmitir, lo que permite a las personas infectadas llevar una vida completamente normal.

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María Luisa Montes, investigadora de GeSIDA

Este sábado se cumple el trigésimo aniversario del Día Mundial de la Lucha contra el Sida pero, paradójicamente, los avances médicos que han permitido controlar la enfermedad han provocado cierta relajación tanto en las administraciones como en buena parte de la sociedad, lo que ha propiciado que el número de nuevas infecciones se haya estancado. Hablamos con la doctora María Luisa Montes, miembro de la junta directiva del Grupo de estudio del SIDA, sobre los problemas actuales de esta enfermedad, las expectativas de futuro y los muchos mitos que aún persisten sobre ella.

¿En qué situación se encuentra España con respecto al VIH?

La semana pasada se publicaron los datos del 2017, que nos sirve para hacernos una idea de cómo estamos. El año pasado se confirmaron 3.681 nuevas infecciones, una cifra muy similar a la de los últimos 4 años. Estamos estancados en unas 3.400 nuevas infecciones diagnosticadas cada año y no somos capaces de bajar de esa cifra.

¿El tratamiento llega a todo el mundo?

En España somos bastante eficientes a la hora tratar a las personas una vez han sido diagnosticadas, con porcentajes por encima del 90%. El hecho de que la medicación sea gratuita hace que sea muy fácil aplicar el tratamiento. Además, la medicación es muy eficaz y se tolera muy bien, con lo que las personas que la toman están perfectamente controladas. Por ahí vamos bien.

Entonces ¿por qué nos hemos estancado?

Uno de los factores más importantes es la falta de diagnóstico. Los datos con los que trabajamos indican que uno de cada cinco infectados desconoce que lo está y eso es mucha gente. Además, de los nuevos diagnósticos aproximadamente un 35% se detectan en fase tardía, es decir, ya con defensas bajas y habiendo desarrollado alguna de las infecciones graves asociadas a la inmunodeficiencia.

En otros países, como en EEUU, se hacen pruebas para detectar el VIH a todas las personas entre 15 y 35 años que tengan contacto con el sistema sanitario, pero eso aquí no lo hemos conseguido implantar. Además, otras medidas que podemos tomar, como la profilaxis preexposición, tampoco la tenemos disponible en España.

¿Qué es la profilaxis preexposición?

La PrEP es un tratamiento para prevenir la infección en poblaciones de riesgo, pero que en España aún no está autorizada, a pesar de que sabemos que es una medida que ha disminuido mucho los nuevos casos de infecciones en otros países. Llevamos varios años luchando con la administración pero no hemos conseguido que se apruebe. Da la sensación de que se puede conseguir algún avance con este nuevo ministerio, pero la realidad es que no tenemos nada cerrado y seguimos sin la PrEP.

¿La falta de concienciación también es un problema?

Sí, creemos que se le ha perdido el miedo, especialmente entre las generaciones más jóvenes que no vivieron la época dura en la que muchísimos enfermos se morían. La edad mediana de los nuevos infectados es de 35 años, pero hay un porcentaje muy alto de pacientes que tienen menos de 30 años y ya incluso estamos empezando a ver infecciones por debajo de los 20 años. Las generaciones jóvenes, a pesar de tener acceso a mucha información a través de internet, está claro que no la están recibiendo de la forma adecuada.

Hace años que no se ven campañas de concienciación ¿cree que vuelven a ser necesarias?

Las autoridades sanitarias no hacen campañas desde hace décadas. Llevamos muchos años sin campañas informativas de ningún tipo. No se habla de la enfermedad, ni se recuerda la gravedad potencial que tiene, porque a pesar de ser una enfermedad que se puede controlar perfectamente con la medicación, todos los años mueren personas en nuestras consultas por problemas relacionados con el VIH. Además, tampoco se habla sobre lo que supone la convivencia con las personas infectadas y creemos que ahí hay una laguna muy grande.

En caso de convivencia ¿qué información debería llegar a la población?

Fundamentalmente que una persona tratada no puede transmitir el virus. Ahora mismo está la campaña internacional Indetectable = intransmisible, para informar a la población de que un paciente tratado no transmite el virus. Esto es algo que la gente no sabe y que incluso a los propios pacientes les cuesta creer. Continuamente vienen a mi consulta y preguntan: "¿Pero yo entonces no puedo transmitir la enfermedad?". Es algo que escucho a diario y cuando les digo que no, les cuesta creerlo, y si ese miedo lo tienen los propios pacientes imagínate el resto de la sociedad.

¿Qué otros mitos existen sobre las personas con VIH?

El otro mito más frecuente es si las personas con VIH pueden tener hijos y la respuesta es que sí pueden. Hay muchas mujeres con infección por VIH bien controlada que tienen sus hijos libres de la enfermedad. Debemos acabar con el mito de que el VIH es una limitación, porque no lo es. Tener VIH no es una limitación para tener hijos. Ni por parte de mujeres, ni de hombres.

Tampoco tienen restricciones para ejercer ningún tipo de trabajo, que es otra duda frecuente. Aunque hagan trabajos en los que pueden sufrir cortes o heridas con las que sangren, si están tratados no transmiten la enfermedad.

Y otra cosa que vemos a menudo es a pacientes que cuando se les diagnostica una infección por VIH piensan que van a morir, hasta que les explicas que estar infectado por VIH es mejor que tener un cáncer o una diabetes, porque es una enfermedad que tomando bien la medicación estarás perfectamente y podrás hacer una vida normal.

¿Qué limitaciones tiene una persona que esté recibiendo tratamiento?

Ninguna. Hoy en día, ninguna. Bueno, la única limitación es que tienen que venir a la consulta y hacerse sus análisis periódicamente y que cada dos meses, aproximadamente, tienen que recoger su medicación en una farmacia hospitalaria.

¿Se están investigando otros tratamientos?

Sí, lo que primero va a llegar son los tratamientos inyectables, que esperamos que lleguen en los próximos dos años. En lugar de tomar pastillas a diario, los enfermos tendrán la posibilidad de ponerse dos inyecciones intramusculares cada dos meses.

Y la deseada vacuna ¿es una utopía?

Ahora mismo se está trabajando en paralelo en dos estrategias. Por un lado, tenemos una especie de vacuna terapéutica, cuyo objetivo es entrenar al sistema inmune para controlar la infección sin necesidad de medicamentos y, por otro, tendríamos la vacuna preventiva. Ninguna de las dos va a llegar mañana, pero creo que estamos en el buen camino y que ambas podrían llegar en esta década.

Hace unos años se empezaron a detectar cepas de VIH resistentes a algunos fármacos ¿es algo preocupante?

El porcentaje de virus resistentes está diminuyendo en España y las resistencias han dejado de ser un problema real en nuestras consultas desde hace ya años. Fue algo muy preocupante hace unos diez o quince años, pero ahora hemos mejorado mucho y los tratamientos son tan eficaces, tan bien tolerados y tan fáciles de tomar que no se están desarrollando resistencias. Pero esto si hablamos de occidente, porque en África es otra cosa.

¿Qué sucede en el resto del mundo?

Estamos en torno a los 39 millones de personas infectadas en todo el mundo, pero más de 20 millones están en África. La ONU está trabajando para que lleguen los mejores medicamentos y es cierto que ha aumentado la tasa de personas en tratamiento, pero sigue habiendo unas limitaciones de accesibilidad muy grandes y las tasas de transmisión son enormes, especialmente entre mujeres. Este es un escenario en el que las resistencias sí son preocupantes. Todavía hay mucho por hacer.

También en Rusia y los países excomunistas, donde tienen una epidemia de consumo de drogas intravenosas, el VIH se está disparando. Mientras que en varios puntos de Asia también ha aumentado el número de casos, sobre todo por transmisión sexual. Estos son básicamente los sitios donde las cosas no van bien.
https://www.eldiario.es/sociedad/SIDA-VIH-PrEP-ciencia_0_841316394.html
 
El s*x* después de que te diagnostiquen VIH: "Al principio sientes tu cuerpo contaminado"


Seis personas con VIH cuentan sus experiencias tras el diagnóstico: "A veces se responsabiliza a las personas con VIH de que lo van transmitiendo, que no avisan. Eso es un estigma, pero mucha gente lo cree", lamenta Guillermo

A Paloma, tras su diagnóstico en 2014, le asaltaron dudas de todo tipo: "¿Me querrá alguien? ¿Cómo se lo tengo que decir a mis próximas parejas sexuales?

Los miedos y prejuicios se producen pese a las evidencias científicas: las personas en terapia antirretroviral, con carga indetectable, no son sexualmente infecciosas

David Noriega
30/11/2018 - 21:25h
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La OMS registró en 2014 una cifra récord de casos de contagio por VIH en Europa EFE

La normalidad de ser VIH positivo

No dejes de lado estos cinco argumentos que debes conocer sobre el VIH


"Las primeras veces crees que se lo vas a transmitir a todo el mundo. Te ves a ti mismo como un bicho lleno de virus" y "todo son gatillazos, gatillazos y gatillazos", explica Jesús García al ser preguntado por sus primeras relaciones sexuales tras ser diagnosticado con VIH, en 2008. El miedo a la transmisión, pero también al rechazo, son una tónica habitual en esos primeros encuentros. Ello, pese a que en los últimos años varios estudios han demostrado que los pacientes en tratamiento con carga viral indetectable no pueden transmitir el virus. Un mensaje que desde asociaciones y colectivos intentan hacer llegar a la sociedad para acabar con el miedo y el estigma.

"El estigma está tan interiorizado y es tan fuerte que, a veces, a la persona le cuesta mucho dar el paso, opta por no tener relaciones sexuales o, incluso, cuando se producen, tiene unas preocupaciones mentales increíbles y hay que darles apoyo psicológico", explica el coordinador del grupo de VIH de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), miembro de la Coordinadora Estatal de VIH y Sida (CESIDA), Juan Diego Ramos.

Guillermo, que es educador social en Apoyo Positivo y fue diagnosticado en 2007, indica que "los primeros meses sientes tu cuerpo contaminado y te preguntas si vas a transmitir". Por eso, aceptar el nuevo estado serológico y volver a disfrutar del s*x* es un proceso gradual. "Primero comienzas a no tener asco a tus fluidos, incluso a la saliva cuando te cepillas los dientes -pese a que el VIH no se transmite por la saliva-, o del s*men cuando te masturbas. Empiezas a obtener placer con tu cuerpo; luego conoces a otra persona; tal vez en los primeros encuentros no quieres enfrentarte al hecho de ver a esa persona en la intimidad; y cuando tienes los primeros encuentros con penetración ves el condón de una manera distinta, como si fuera para toda la vida porque si no será una tragedia", señala. No obstante, indica también que "las personas con VIH tenemos una salud sexual complicada. No por el VIH, sino por el estigma y el estrés. Llega un momento en el que te cansas de decirlo y, en el colectivo gay, no es infrecuente que te pregunten. Estar expuesto genera un estrés".

"Tener que contarlo o no"
Cuando a David Peyró le diagnosticaron el virus en 1996, tenía pareja estable. "En aquella época te daban una esperanza de vida de 5 a 10 años, por lo que el diagnóstico suponía un gran impacto. Te frenaba en el tema sexual, pero no sé si por el miedo o por el shock", reconoce. Para él, el mayor problema apareció tras finalizar aquella relación. "Yo llevé muy mal tener relaciones con otras personas y tener que contarlo o no", indica. "Cuando conoces a alguien piensas que igual no es la persona indicada y que, si se lo cuentas, puede acabar contándoselo a más gente o haciéndote daño. Cuando crees que es la persona indicada, te planteas que igual te reprocha no habérselo dicho antes. Te encuentras entre dos paredes que se van cerrando y, al final, tu vía de escape es echarlo de tu vida", explica.

Peyró, que es educador de Pares, una iniciativa de acompañamiento y asesoramiento de CESIDA que en la Comunidad de Valencia realiza la prueba Avacos-H, indica que las personas "se sienten obligadas a decir su estado serológico, aunque realmente no tienen ninguna obligación". "Nunca hemos sido responsables de la salud de los demás, pero sí de evitar situaciones de riesgo", señala. "A veces se responsabiliza a las personas con VIH de que lo van transmitiendo, que no avisan. Eso es un estigma, pero mucha gente lo cree", lamenta Guillermo.

Paloma indica que, tras su diagnóstico en 2014, le asaltaron dudas compartidas con el resto de personas consultadas: "¿Me querrá alguien? ¿Cómo se lo tengo que decir a mis próximas parejas sexuales? ¿Lo tengo que decir o no? ¿Quiero decirlo?". "Parece que la responsabilidad recae siempre en la persona que tiene VIH, cuando yo he sido la que se ha hecho las pruebas y conozco mi estado", explica antes de afirmar que "saber que la responsabilidad también es del otro me ha llevado a ser más fuerte". Ahora, esta joven disfruta "mucho más del s*x*". "He pasado por algo difícil y traumático que me ha hecho crecer como persona" y "me siento mucho más consciente y leo sobre temas que antes ni se me pasaban por la cabeza", señala. En ese sentido, defiende que "tampoco tienes que sentirte mal contigo mismo porque has tenido prácticas de riesgo o porque lo has hecho con mil personas en vez de con una".

Carga indetectable
En 2008, la Comisión Federal del VIH/Sida de Suiza emitió un comunicado en el que afirmaba que las personas en terapia antirretroviral, con carga indetectable, no son sexualmente infecciosas. A raíz de ahí, comenzaron a realizarse una serie de estudios, conocidos como Partner, que, ya en 2016, habían acumulado cerca de 60.000 relaciones desprotegidas entre parejas serodiscordantes sin que se produjera transmisión. Esto hace que, con evidencia científica, la transmisión solo pueda producirse con las personas que no están en tratamiento. Con todo, Jesús, que es presidente de la asociación sevillana Adhara, considera que "hay que cambiar muchos esquemas mentales, porque por mucho que digas que no transmites, es complicado".

"Hay personas que prefieren apartar a aquellas que tienen VIH. Esa estrategia para sentirse tranquilos conlleva que descuiden su salud sexual. Las transmisiones se dan con personas que desconocen su estado. Ponemos el foco en las personas diagnosticadas, cuando el riesgo está en las que lo tienen y no lo saben", señala Guillermo. En España, estas serían un 18% del total de las 145.000 personas seropositivas, según datos de Sanidad. En el mundo, un estudio de Onusida revela que 9,4 millones de personas tienen VIH y no lo saben.

"Relaciones muy pobres"
Cuando a Pedro (nombre ficticio) le diagnosticaron VIH en 1985, ni siquiera había tratamiento. Estaba casado y, aunque empezaron a "tomar medidas inmediatamente", el virus marcó su vida sexual para siempre. "Las relaciones fueron muy pobres y había mucho miedo por ambas partes", explica. "Llegamos a tener relaciones sin preservativo, pero evitando siempre eyacular dentro. Tenía un interruptor constante que jamás se desconectó. Era como un coitus interruptus con el que estuvimos durante décadas. Yo veía que a ella no le gustaba", indica para señalar que "tuvimos mucha suerte porque nunca se contagió" aunque "corrimos un riesgo importante". Tras separarse, y después de una relación en la que su pareja tenía tanto "pánico que, incluso, necesitaba dos preservativos", tomo la decisión de "no tener ningún contacto sexual con mujeres que no tuvieran VIH, entre otras cosas, por miedo al rechazo".

"Tras el diagnóstico (en 1999), yo no quería ver a un hombre ni en pintura", recuerda María (nombre ficticio). "Cuando te lo dicen, crees que te vas a morir al otro día, pero como no me morí… seguí viviendo. Empiezas a salir, a conocer gente y los hombres están ahí", explica. En su caso, tardó cuatro años en tener una relación y se enfrentó a ella "con miedo". "Yo quería decírselo antes de que la cosa fuese a más, pero lo pasé muy mal" y, pese a que "él no se lo tomó mal" e, incluso, quería "que conociera a su madre", la falta de autoestima jugó en contra de la relación. "En aquel momento yo estaba muy mal y pensaba que no era lo mejor para él, que cualquier mujer podía ser mejor que yo y qué iba a pensar su madre", indica.

"La autoestima es lo más importante", afirma ahora, casi 20 años después, embarazada y tras pasar por relaciones en las que aceptaron su estado serológico y en las que no. "Cuando se lo conté a mi pareja actual estaba muy fuerte. Le dije que estaba bien, que no tenía ningún problema y que si él lo tenía, lo dejábamos". Pero para llegar a ese punto de seguridad "necesitas tiempo. Después ves que hay muchos más problemas que te vienen en la vida y el VIH acaba siendo el último de ellos", explica.

https://www.eldiario.es/sociedad/despues-diagnostiquen-VIH-principio-contaminado_0_841316254.html
 
Las ciudades lusas, referentes para España en la lucha contra el sida

  • AITOR HERNÁNDEZ-MORALES
  • Lisboa


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Imagen de la campaña mediática portuguesa contra el VIH.


Las principales ciudades españolas se quedan cortas en su ejecución del compromiso 'fast-track'

El objetivo es que el 90% de los infectados con el VIH conozca su diagnóstico, el 90% de los portadores reciba tratamiento y el 90% de quienes lo reciben alcance una carga viral indetectable antes de 2020

La mayoría de las personas con VIH viven en zonas urbanas, lo que hace que las ciudades tengan un papel fundamental en la lucha contra la epidemia. Por este motivo, en 2014 se lanzó la red de ciudades 'fast-track' ("de acción acelerada"), que pretende agilizar la respuesta local al desafío.

Hoy, más de 100 ciudades internacionales se han adherido a este compromiso, que tiene como objetivo reunir las administraciones municipales con científicos y activistas para cumplir los Objetivos 90-90-90 (que el 90% de los infectados con el VIH conozca su diagnóstico, el 90% de los portadores reciba tratamiento y el 90% de quienes lo reciben alcance una carga viral indetectable) antes de 2020.

Aunque varias ciudades españolas -entre ellas Madrid, Sevilla, Torremolinos y Valencia- se han adherido a este compromiso, la ejecución de la iniciativa en España ha dejado mucho por desear.

"No termina de arrancar el proyecto", explica Jorge Garrido, director de la ONG Apoyo Positivo en Madrid, ciudad que ingresó en la red en 2017 y que es representativa de la falta de éxito de la iniciativa en España.

"El Ayuntamiento firmó el documento de adhesión con mucho orgullo, pero aparentemente sin entender que el proyecto requeriría un esfuerzo posterior serio. Hemos tenido que asumir el liderazgo y la coordinación del proyecto, pero por mucho trabajo que hagamos, sin compromiso político no se pueden realizar grandes cambios. Hasta ahora ni un sólo concejal ha asistido a las reunionesque hemos organizado y nunca hemos visto a la alcaldesa. No tenemos feedback de ella; ni siquiera conseguimos que su equipo nos facilite una foto oficial y una frase corta para colgar en la web de la iniciativa".

El activista destaca que las diferencias políticas entre Ahora Madrid y el Partido Popular tampoco han facilitado la situación, y que la Comunidad -que controla el presupuesto sanitario- obstaculiza el proceso al no dar prioridad a la lucha contra la epidemia.

"El PP ha cortado el presupuesto destinado los programas de prevención y a las personas afectadas por el VIH. Desde 2009 no existe una mesa interdisciplinar para desarrollar un plan estratégico comunitario. No es un problema que les interese, y esa actitud está vinculada con el estigma que sienten hacia los afectados".

Garrido dice que el estigma también existe en el Ayuntamiento, pero que va dirigido hacia las empresas farmacéuticas que necesariamente participan en la iniciativa, con las cuales algunos políticos rehúsan colaborar.

"Es una lástima que en una ciudad donde se registraron el mayor número de nuevas trasmisiones el año pasado se antepongan criterios que no tienen nada que ver con la salud pública. Sorprende porque Madrid da mucho apoyo a la celebración del Orgullo, pero a la hora de tomar medidas contra la epidemia que afecta este colectivo no hay movimiento. Esa inacción tiene consecuencias".

"Queremos ser constructivos. Con un poco de esfuerzo -y casi ningún coste para la ciudad- se puede aprovechar esta oportunidad para hacer frente al VIH. Podemos lograr muchísimo, pero hace falta voluntad política".

Portugal, un modelo a seguir
Frente a la falta de compromiso en España, Garrido apunta al éxito de Portugal, que va camino a convertirse en el primer país 'fast-track', con todas sus grandes ciudades comprometidas a acabar con la epidemia en sus zonas urbanas antes de 2030. Dentro del marco de la iniciativa, esta semana el Ayuntamiento de Lisboa y la ONG Grupo de Activistas en Tratamiento (GAT) lanzaron la mayor campaña mediática portuguesa contra el VIH desde los años 90. Miles de carteles publicitarios y una campaña de anuncios televisivos sensibilizan a la población sobre la epidemia.

"Con la aparición de los antiretrovirales se dejó de hablar de prevención, explica Sofia Riberio, médica de GAT y coordinadora de la campaña Lisboa, Ciudad sin Sida. "La campaña emplea personas reales para hablar sobre la profilaxis post y pre-exposición -que ayuda a evitar el contagio-, la importancia de hacerse la prueba, y el lema indetectable = intransmisible, que aclara que las personas con una carga viral indetectable no pueden transmitir la infección".

También se ha presentado un nuevo plan municipal que reduce el tiempo entre el diagnóstico inicial de la infección y el inicio del tratamiento. En la cercana ciudad 'fast-track' de Cascáis, las autoridades municipales, activistas y la comunidad médica también han unido fuerzas para racionalizar la estrategia.

"Desde septiembre se realiza la prueba del VIH y hepatitis C a todo paciente de entre 18 y 64 años de edad que acuda al servicio de Urgencias del Hospital de Cascáis y se haga un análisis de sangre", explica Andreia Pinto Fereira, coordinadora de la ONG SER+. "Si hay resultado positivo, un equipo atiende al paciente, que puede iniciar el tratamiento ese mismo día".

Pinto Fereira destaca la importancia del liderazgo municipal -precisamente aquello que falta en España- en la lucha contra el VIH.

"Los ayuntamientos tienen una capacidad especial para responder a una epidemia cuyo perfil varía según la población local. En Cascáis los inmigrantes son los más afectados, mientras que en otras ciudades son los hombres que tienen s*x* con hombres; lo que funciona con un grupo no necesariamente es adecuado para el otro. No es cuestión de conseguir más fondos para la lucha, sino en racionalizarla entre todos. La suerte de Portugal ha sido que vemos el VIH como un desafío médico por resolver, no una batalla entre ideologías políticas".


https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2018/12/01/5c01998721efa0af528b4710.html

 
Día Mundial contra el Sida
    • JOSÉ MIGUEL G. CORTÉS
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  • 2 DIC. 2018 02:17
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Espaliú, en el 'Carrying' por el Día Mundial contra el Sida de 1992, llevado por Alaska. EFE / J. M. Espinosa.
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En lo más oscuro de los años del sida, Pepe Espaliú anunció su enfermedad en un artículo de prensa y con una acción inolvidable por las calles de San Sebastián y Madrid. Ahora, un libro recoge los escritos del artista, una guía que explica su sufrimiento y, sí, su heroísmo

'Fragmentos sobre el sida'
Vivir el sida de cara ha cambiado mi vida. Una de las experiencias más hermosas ha sido ver la entrega con la que alguna gente trabaja. El sida es una parábola, todos deseamos que acabe, pero que, como las del Evangelia, acabe bien. Lo más difícil ha sido ubicar el sida en la mente. Con el cáncer, por ejemplo, existe una cierta familiaridad, todos saben qué es y cómo se comporta. Pero el sida es desconocido. Uno reacciona desconcertado, como si fuera un ser perdido, suspendido en el mundo. Flotas. Y este flotar se incrementa porque los efectos de la enfermedad son cansancio continuo y dificultad para moverte; se llega a veces a un estado casi catatónico.

(Texto inédito incluido en La imposible verdad. 1987-1993, publicado por la editorial La Bella Varsovia)

Siempre he sido muy reacio a entender los hechos sociales y la creación cultural como el producto de un sólo día; nunca me ha gustado mitificar las fechas, las circunstancias ni, tampoco, a las personas. Sin embargo permítanme que en esta ocasión reivindique una fecha, un acto y una persona. Y que lo haga porque entiendo que es fundamental para el devenir social y cultural de nuestro país. Me estoy refiriendo a un día, el 1 de Diciembre de 1992; a un texto (Retrato del artista desahuciado), aparecido en un periódico nacional; y a un artista Pepe Espaliú (1955-1993), que marcó un punto de inflexión profundamente significativo en su vida (y en la de los movimientos sociales de este país), al dar a conocer públicamente tanto su homosexualidad como que estaba enfermo de sida y que, posiblemente, muy pronto moriría. Han pasado muchos años desde entonces, pero tanto su obra como sus escritos (tal y como sucede ahora con su nuevo libro La imposible verdad. Textos 1987-1993) suponen, todavía, elementos de reflexión profundamente sugerentes para entender muchos aspectos de nuestra contemporaneidad.

En aquellos años el sida era la enfermedad maldita y los enfermos, los apestados que no merecían atención ni apoyo alguno. Indiferencia, discriminación o un claro rechazo eran las actitudes más comunes por parte de las autoridades sanitarias, educativas y políticas. Era el inicio de la década de los 90 y Pepe Espaliú, sabedor de que había contraído la enfermedad, decidió (después de algunas dudas) enfrentarse cara a cara con el oprobio social y llevar a cabo, en San Sebastián y en Madrid, una acción de profundas cualidades simbólicas: poner en pie unas experiencias artísticas entendidas como terapia que sirviera tanto para tomar conciencia como para sanar las heridas, al menos, simbólicamente. Como puede verse en el vídeo de estas acciones Carrying, 1992, el artista con los pies desnudos es llevado en volandas por diferentes parejas de personas sin dejar que toque el suelo, con el deseo de subrayar la indefensión y la desprotección de los enfermos de sida. Una cadena humana transportó al artista por las calles de las dos ciudades españolas para demostrar lo infundado del miedo al contagio y resituar la amenaza de la muerte.

[Ficción / Lo nuevo]
- Ficción: la ficción no responde a la necesidad, la ficción responde a la videncia de una verdad.

- Lo nuevo: diciendo lo nuevo es como si retorna verdaderamente ¿Y retorna a dónde? Al exilio.

Pepe Espaliú

Del mismo año son los Carrying, unas estructuras cerradas, pesadas y oscuras que trasmiten la dolorosa sensación de que ocultan y encierran a alguna persona (enferma) que no puede ser ni tocada ni vista, a alguien (infectado) que aíslan del mundo por el bien de los demás transeúntes. Son lóbregas cajas vacías que mantienen una próxima relación con las formas naturales del ser humano, pero que son frías moles o ataúdes ambulantes que representan la proximidad de la muerte. Son cajas que transportan lo insoportable, lo que está fuera de la sociedad, son un peso ciego y anónimo. Ambas obras, las esculturas/palanquines y las acciones callejeras son dos instrumentos bien distintos pero que sirven a Pepe Espaliú para un mismo fin: construir metáforas subjetivas que inciden en lo social sin caer en la obviedad ni en la banalidad.

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A mi parecer, la mayoría de sus obras suponen una puesta en escena dramática con grandes dosis de violencia soterrada. Espaliú pone en pie una imaginería narrativa que conlleva una significación traumática, un sujeto inserto en ese «pasadizo de tiniebla» que escribiera el poeta Paul Celan. Se trata de un lenguaje creativo sembrado de pausas y distancias, que se sitúa entre el atender y el pasear pero donde la quietud y el silencio hegemonizan la escena mostrando la confusión de la existencia cotidiana. En este sentido, la plasmación del cuerpo en Pepe Espaliú es insinuante. Nada queda descrito en exceso; su visión no se centra en los aspectos físicos sino que es más bien una construcción mental, un objeto de deseo imposible de fijar. Es un arte vinculado a los extremos psicológicos en el que se abordan temas de gran trascendencia vital pero siempre de un modo complejo y sutil, comedido pero contundente al mismo tiempo.

Espaliú no fue el único artista que murió de SIDA en aquellos años, ni el único que trabajó sobre esa profunda herida que dejó una huella indeleble en el cuerpo de muchos. Fueron decenas, centenares de hombres y mujeres que fallecieron a causa de aquella plaga que sirvió -entre otras muchas cosas- para demonizar a determinados sectores sociales que, como los gays o los drogadictos, no encajaban en la sociedad biempensante de la época. Por ello, en los años 80 y 90, los fragmentos del cuerpo humano, o los elementos que con ellos se relacionan, adquirieron una profunda carga metafórica donde se trataba de analizar los aspectos psicológicos, sociales, políticos, afectivos y físicos relacionados con la integridad del ser y su identidad. Era un arte que exploraba hasta el límite la relación con su propia existencia, en el que se pugnaba por devolver el dolor y la enfermedad al discurso público con el objetivo de enfatizar la vulnerabilidad de nuestros cuerpos, la fragilidad de la carne. El cuerpo perdió la poca seguridad que aún le quedaba y se convirtió en un envase opaco y frágil siempre presto a romperse. Y, todo ello, no con un mero carácter autobiográfico sino en una nueva dimensión política donde lo subjetivo se relacionaba íntimamente con lo social y lo personal adquiría su plenitud en lo público.

Esto ocurría a finales del siglo XX, un tiempo devastado por el SIDA donde las obras de muchos artistas se centraban en temas como el deterioro físico y el sentimiento de pérdida como un proceso reflexivo sobre una existencia ausente en un mundo que no consideraban suyo.

De Robert Mapplethorpe a David Wojnarowicz, de Néstor Almendros a Bernard-Marie Koltès, de Jaime Gil de Biedma a Hervé Guibert, fueron muchos los creadores que murieron en circunstancias muy difíciles. Hoy, 26 años después de aquel famoso y magnífico manifiesto que Pepe Espaliú publicó en el diario El País y después de muchas, demasiadas, pérdidas, otros artistas más jóvenes continúan adelante creando nuevos proyectos. Posiblemente uno de los más interesantes es el Efecto de una fuerza aplicada bruscamente, 2018, creado por Pepe Miralles (Jávea, 1959) para el IVAM de Valencia, el cual se centra en la recogida de relatos y vivencias de hombres homosexuales con el propósito de crear un archivo que, desvelando el contenido ideológico que ha tenido el sida, pueda reconstruir la memoria histórica de aquellos cuerpos heridos, difamados y, en ocasiones, terriblemente olvidados.

José Miguel G. Cortés es Director del IVAM

https://www.elmundo.es/cultura/laesferadepapel/2018/12/02/5c0112f3fc6c838b408b4698.html
 
Cuando ni el médico te escucha
¿Cómo prestar la necesaria atención psicológica a los pacientes con VIH cuando la saturación de las consultas y la falta de medios lo impiden? El caso de Sudáfrica


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Beauty Mteu, afectada por el VIH, espera su turno en un centro sanitario en Diepsloot, en Johannesburgo. ÁNGELES LUCAS



ÁNGELES LUCAS
Johannesburgo 9 ENE 2019



Una aceitosa patata frita pringada en una salsa rosácea que coge con dos dedos de un envase de porexpan es lo primero que muestra Beauty Mteu tras aguardar cuatro horas de cola para recibir su medicación contra el VIH. Como ella, hasta 300 enfermos al día acuden desde la seis de la mañana al centro sanitario público South Clinic de Diepsloot, en un suburbio del norte de Johannesburgo cuyo nombre en afrikáans significa zanja profunda. Esperan recoger el tratamiento contra esta infección que en Sudáfrica se extiende entre las venas de alrededor de 7,1 millones de personas y sitúa al país como el que tiene más incidencia del virus, el 19% de entre la población mundial afectada, según los datos de Onusida. “Estas patatas son lo que puedo comprar aquí, porque tengo que comer bien para tomar las pastillas, pero este aceite no me conviene, además son carísimas”, se queja entre otros pacientes que pasan casi un día entero en un bordillo con mantitas para el frío o sus hijos más pequeños a la espalda para recibir el antirretroviral, al que accede gratis un 56% del país.

“Y después el doctor ni te escucha. Me gustaría contarle mis problemas físicos y emocionales, mis dolores, pero solo te dan las pastillas para un mes, sin ni siquiera tocarte, y ya entra el siguiente paciente”, asegura Mteu a sus 36 años, que cuenta que se sentía deprimida por problemas con su marido y que hace un mes intentó suicidarse. Pero lo que Beauty aún no sabe es que hoy no habrá doctor para escucharla. “Hoy no viene el médico, acude dos veces en semana. Hoy son tres enfermeras las que reparten la medicación. Es un desafío para nosotros que haya más doctores y poder dedicar más tiempo por consulta, pero gestionamos muchísima cantidad de gente”, señala Scero Shedi, el director de centros de la región en la que se ubica esta clínica.

“Si no tienen tiempo para atender ni siquiera los problemas físicos de los pacientes, menos hay para los mentales”, concluye la doctora e investigadora sudafricana Ruth Passchier, que trabaja en un proyecto basado en aprovechar las horas de espera en las colas para obtener un perfil de su salud mental mediante un sistema de detección sistemática de la depresión. “Vamos a presentar la idea al Gobierno y esperamos que la acepte. Hay que hacer algo de forma inmediata”, añade la especialista en Salud Mental, que referencia estudios de Chibanda y Olatunji que demuestran que las personas que viven con el VIH experimentan tasas de trastornos mentales y angustia psicológica de dos a tres veces más altas que la población general, y que en Sudáfrica la prevalencia de depresión en personas con VIH oscila entre el 11 y el 38%.


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Pacientes esperan su ficha médica en una clínica pública de Diepsloot, un suburbio de Johannesburgo. Á. LUCAS


“Cuando estas mal sientes como que tu corazón está sangrando, como que tu mente se vuelve loca. Antes estaba cansada siempre, apenas cocinaba, ni hacía nada, ni comía, solo veía la tele, y no es bueno para mis hijos que me vean así”, dice Beauty mostrando en sus muslos los kilos que ha ganado en estas últimas semanas en las que se ha prometido mejorar. “Me preocupaba también lo que dijeran de mí, nadie preguntaba por cómo estaba. Ya nunca más me voy a sentir así, nunca más”, se repite mientras los que están sentados a su lado asienten con la cabeza. “Hablar con la gente en la cola siempre viene bien, te das cuenta de que no estás sola en esto, de que hay más personas igual que tú”, prosigue. Acaba de mencionar dos concepciones que se repiten entre los afectados. Soledad y aislamiento.

“El VIH positivo es un problema masivo y muy estigmatizado, y ese estigma crea un contexto que afecta a la salud mental. Hay quien ni se hace las pruebas, y quien lo oculta en su entorno, y aunque no sea una condena tiene una carga emocional grande, incluso se puede reaccionar negándolo o con conductas autodestructivas”, apunta Lorena Nuñez, profesora de Sociología de la Universidad de Witts especializada en cuestiones de salud. “De forma recurrente se asocia a la muerte real o social, o en ocasiones se vincula a cuestiones de brujería, se crea desconfianza en el entorno”, añade la especialista, que concluye que cuanta más educación haya, más fácil se puede asumir una postura pública. “Incluso hay quien lo toma como un camino positivo y puede contribuir a su salud mental, hay cantidad de educadores, activistas o quien lo ve como un camino a la redención”, añade Nuñez.

Entre cánticos, palmas y saltos cortos en el suelo, un grupo de unas 20 mujeres con VIH rezan y charlan un rato antes de recibir a primera hora de la mañana una bolsa con espinacas, calabaza, guisantes, carne de ternera, leche… que reparte la ONG Family Africa en un suburbio de decenas de kilómetros de infraviviendas de chapa sin agua corriente ni electricidad. La mujer lustrosa de la camiseta de rayas no quiere dar su nombre, pero su historia ejemplifica una actitud valiente. “Me enamoré de un chico, perdí mi virginidad con él y me contagió. Él no sabía que estaba infectado y se lo tuve que contar yo. Le dije; tú y yo ahora nos necesitamos. Seguimos juntos, pero él ha reaccionado peor, creo que por desconocimiento. No se toma las pastillas ni se lo cuenta a nadie, y yo le advierto de que no se puede ir con mujeres por ahí”, dice mientras el hijo de ambos se acerca a pedirle un cariño.


Las personas que viven con el VIH experimentan tasas de trastornos mentales y angustia psicológica de dos a tres veces más altas que la población general


Justo acababa de abrazar a una enjuta mujer que al contar su historia ha comenzado a llorar compungida y con la mirada perdida al recordar cuando se lo contó a su prima y no le dejaba ni cocinar ni tocar nada en la casa. “Mi familia no me apoyó, no tengo trabajo y no puedo volver con mi marido, porque me contagié con otro hombre tras una discusión que tuve con mi pareja”, relata entre lágrimas la señora llevándose las manos a la cabeza. Dice que encuentra algo de sosiego en este grupo de mujeres, entre las que hay infectadas tras violaciones o porque sus parejas nunca le contaron que tenían el VIH, incluso a sabiendas. De las 7,1 millones de personas con el virus en Sudáfrica, 4,1 millones son mujeres mayores de 15 años.

Las prost*tutas, las personas transgénero, los homosexuales, los adictos a las drogas y los presos son la población más afectada por el virus, según indica el Plan Nacional de VIH, Tuberculosis y Enfermedades de Transmisión Sexual de Sudáfrica. Y las chicas adolescentes, y mujeres jóvenes; los niños huérfanos, las personas que viven en asentamientos informales, la población nómada, migrante e indocumentada, aquellas con discapacidad y el colectivo LGTBI aparecen por su lado señalados como la población más vulnerable. “Y en zonas rurales es más complejo tanto llevar la medicación como ir a recogerla. A veces las personas tienen que andar kilómetros para ir a por ella, y muchas no quieren buscarlas por el estigma, porque en el pueblo te conoce todo el mundo. Y si se deja la medicación puede ser peor porque la bacteria se hace resistente y después se necesita un tratamiento más fuerte”, indica el psicólogo clínico Zamo Mbele.

El profesional señala tres vínculos entre VIH y salud mental. El primero es el efecto en los menores. “Puede generar dificultades y desórdenes de aprendizaje, el virus puede afectar al desarrollo del cerebro y pero la medicación a esas edades también, así que es una situación compleja, aunque merece la pena la medicación”, detalla el doctor, que señala también repercusiones en el aspecto neuronal y cognitivo si no se trata de forma correcta en adultos. “Puede generar cierta psicosis, oír o ver cosas, esto es muy común”, indica Mbele, que como tercera línea apunta a la depresión. “El virus produce cansancio, es una enfermedad con una medicación crónica, que puede afectar a la autoestima, e inquietar a las personas que quieren tener hijos, o dar de mamar, lo que no es un problema si se trata”, ilustra.

La reticencia de los sudafricanos a hacerse las pruebas incide en el alto número de casos en el país, que acaba de instalar máquinas de autoevaluación que ofrecen el resultado en 20 minutos, y otras para dispensar los medicamentoscomo si fuese un cajero automático, de forma que los usuarios puedan retirar los fármacos con unos códigos en cinco minutos. Dos medidas que, por un lado otorgan anonimato a los usuarios, pero por otro, les aleja de las personas y profesionales que podrían asesorarles. “Yo animo a todo el mundo a que vaya a hacerse las pruebas, es fundamental. Y a hablar. Hay que hablar”, dice firme la mujer de la camisa de rayas. A Beauty las máquinas tampoco la escucharán.

https://elpais.com/elpais/2018/06/12/planeta_futuro/1528813312_219466.html?por=mosaico
 
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